Blankets.
No sabía que estarías aquí.
Definitivamente creí que todo esto había acabado hace tanto tiempo que verte ahí simplemente me dejo paralizado.
Es decir, eres tú.
Jamás vendrías a una de estas porquerías llamadas reunión de ex alumnos y mucho menos a la de esta preparatoria que abandonaste hace muchos años junto con esta ciudad.
Me parece increíble.
Pero ahí estas, Logan.
Fingiendo que no pasa nada y mirando a la gente que está por aquí.
No me has visto y me alegro de eso, decidí esconderme en el pequeño salón del conserje, el gimnasio es muy grande y somos pocas personas, puedes identificarme rápidamente.
Solamente nuestros viejos amigos te notan y en ese traje sastre negro que llevas pareces el hombre más guapo del mundo.
Pero ese hombre que se encuentra de pie a tu lado me pone a dudar si debo acércame o no.
Creí que cuando te vería lo primero que haría sería gritarte o abrazarte, que haría algo. No pensé en esconderme como un cobarde.
Pero aquí estoy pretendiendo que las mariposas resucitaron y que no me importa que aquel guapo hombre más joven te llevará una copa.
Respiro tres veces y decido salir de ahí.
No me acercaré a buscarte
No quiero hablarte
Y definitivamente no quiero saber quién es ese estúpido que acaba de poner su mano en tu hombre.
Me acerco a la mesa y busco una copa llena
Parece que las personas de la preparatoria siguen siendo las mismas personas alcohólicas que dejamos hace mucho tiempo.
Tú antes que yo.
-Kendall.- No recordaba el sonido de mi nombre con tu voz, internamente me siento de nuevo un adolescente idiotamente enamorado de ti.
-Logan, ¡Viniste!-
-Suenas tan sorprendido.
-Desapareciste por diez años y no supe nada de ti, ¿Cómo querías que sonara?- Antes de que pudiera detenerlo, lo había dicho.- LO siento.
-No lo sientas Kendall, es verdad. Me sorprende que no me golpearas en la cara o me gritaras.
-¿Puedo hacerlo?
Te reíste con aquella hermosa calidez y tu rostro mostró un Logan que desconocía pero definitivamente quería tener en mi vida.
-¿Cómo has estado?
-Bien, mi carrera va de maravilla.- No supe que más decir, era la verdad.- ¿Y tú?
-Soy un hombre de negocios.
-Eres un guapo hombre de negocios.- Y antes de que mi sonrisa se borrara, llego él.
-Kendall te presentó a Peter.
-Hola.- Me estrecho la mano e intenté no hacer una mueca, pero no me funciono.
Te reíste por eso.
-¿Vienen juntos?
-Sí.- Se apresuró a decir Peter.
-¿De verdad?
-Sí.- Contestaste. No quise preguntar de nuevo y quedar como idiota.
Seguramente ya lo estaba haciendo.
-Peter es mi asistente, tengo negocios cerca de esta ciudad y aproveche a visitar este horrible lugar.
Sonreí. A pesar de estar muriendo por dentro, sonreí.
-Creo que me sentiré afortunado por eso, Logie.
-Hacía tanto tiempo que alguien me decía Logie.
-Peter, puedes irte al hotel.
-Gracias señor.
Se fue.
-Entonces.
-Entonces.
-¿Ustedes dos están juntos, juntos?
No pudiste evitar soltar una carcajada.- Por supuesto que no. Podría ser su padre.
-Claro que no, tal vez su hermano algo mayorcito pero no su padre.
-¿Celoso?
-Si soy sincero, demasiado celoso. Si no lo soy, solo un poquito.
Guardamos silencio.
-¿Por qué te fuiste Logan?
-Fue lo mejor para mí.
-Lo sé pero, ¿Por qué no me buscaste después?
-Lo hice. Un par de veces regresé aquí y te miraba a lo lejos. Intentaba acercarme a ti pero no pude. Nunca pude hacerlo. Hasta el día de hoy me arme de valor.
Creí que estarías enojado.
-Y lo estoy.
-Que no hablarías conmigo y que definitivamente estarías con alguien más.
Pero aquí estas sintiendo celos por Peter.
Ambos sonreímos como tontos.
-Sé que te lastime y sé que…- La música empezó. Nuestra canción favorita.
-¿Quieres bailar?- Te pregunté.
-Por supuesto.
Y bailamos como nunca lo hicimos cuando éramos jóvenes.
Y llegamos a mi casa y nos besamos como nunca habíamos besado a nadie desde que nos dejamos.
Y nos metimos a las sabanas y nos quisimos como habíamos querido hace mucho tiempo.
Y nada más importo.
RusherloveKogan.
