Hola, les presento mi nueva historia titulada "Mascara para un espíritu roto." Es un fic totalmente diferente al anterior. Espero lo disfruten, trataré de subir lo mas seguido que pueda pero como algunos sabrán y otros no estoy estudiando y los trabajos demandan cierto tiempo. No es muuuuy largo pero trataré de siempre hacer capítulos largos aunque no prometo nada jaja.
Déjenme saber que opinan. :)
Besos.
Los personajes de Vampire Academy pertenecen a Richelle Mead.
Capitulo 1: Lagrimas que traen cambios.
Después de correr a mi habitación, sin que sus palabras dejaran mi mente 'El amor se desvanece. El mío lo hizo', me encerré y me derrumbe junto a la puerta, las traicioneras lagrimas abandonaron mis ojos sin parar. El dolor en mi interior se hizo tan intenso que podía sentir un hoyo negro formarse allí. Trate de calmarme, respirar profundo varias veces pero nada funcionaba, me rendí y decidí dejar todo salir, en ese instante alguien golpeo en mi puerta y de verdad no quería hablar con nadie, al ver que no respondí esta persona siguió insistiendo, puse mis manos en mis oídos como si esto hiciese todo desaparecer pero no pareció tener efecto, los golpes seguían y ahora ya estaba enojada, seque las lagrimas de mi rostro con ferocidad y abrí la puerta con todas mis fuerzas. "¿Qué diablos quieres?" Pregunte aun sin mirar quien era la persona que no me dejaba llorar mis penas en paz.
"Oh cálmate Rose, soy yo Liss." Ella entro sin darme una segunda mirada, abrí un poco el vinculo y pude sentir que estaba emocionada por algo, al parecer era algo que hacia que ni se de cuenta de que mis ojos estaban rojos de tanto llorar y muy en el fondo eso me hizo enfurecer, también queda decir que Lissa ha estado practicando mucho con el espíritu y no tuve oportunidad en este último tiempo de liberar la oscuridad en mi, lo que me convertía en un bomba de tiempo. Trate de relajarme.
"¿Qué quieres Lissa?" Salió mas duro de lo que pretendí y ella lo noto.
"¿Qué te pasa Rose? ¿Por qué me hablas así?" Su rostro mostraba preocupación.
"No es nada... lo siento. ¿Qué te trae por aquí? Puedo notar que algo te emociona." Volvió a relajarse, tomo mi mano y me arrastro a la cama para que me sentara junto a ella con una sonrisa en el rostro.
"Estaba saliendo de mis reuniones con Tatiana cuando me cruce con la mamá de Adrian, ella me dijo que hoy había una fiesta, al principio estarán todos pero luego los Morois mayores se irán y solo quedaremos los jóvenes, de más esta decir que iremos claro. Así que vine para que nos alistemos juntas" Sacó toda esa información casi sin respirar por lo que ahora estaba tomando grandes bocanadas de aire.
"Yo no iré Lissa."
"Claro que iras Rose, no puedes dejarme sola." Demandó.
"No te dejare sola, tu iras con Christian, también va a estar Adrian, Eddie, Mia y..." Dios si me dolía decir su nombre no quiero imaginar verlo en esa fiesta. "Y Dimitri." Dije al fin soltando un suspiro. Lissa me miro por un segundo y su rostro comenzó a mostrar algo de enojo.
"Tu no quieres ir por el." No fue una pregunta. "No puedo creerlo, todo es por el Rose ¿Por qué no puedes dejarlo en paz, dejarlo ir?" Oh ella no dijo eso.
"¿Cómo te atreves a decirme que lo deje ir después de todo lo que hice por el? Después de buscarlo por cielo y tierra, después de pasar aquel infierno cuando lo encontré, cuando pensé que estaba muerto y me enteré que no, después de liberar de la cárcel a alguien que odio sólo por ayudarlo y de restaurarlo."
"Tu no lo restauraste. Yo lo hice." Esto no puede estar pasando, no puedo creer que ella este diciéndome esto, busque en el vinculo para ver si realmente sentía lo que decía y si, verdaderamente cree que fue ELLA quien lo salvo, si antes estaba enojada ahora estoy furiosa.
"Vete." Dije sin mas, quiero que se vaya o de lo contrario no se que soy capaz de hacer con estos sentimientos dentro de mi y la oscuridad apoderándose de mi cuerpo.
"¿Hablas en serio?" Preguntó incrédula.
"Vete." Repetí. Ahora ella también estaba furiosa y se dirigió a la puerta pero antes de salir volteo a verme.
"Quiero que lo dejes en paz."
"¿Disculpa?"
"Lo que oíste... no te acerques mas a el." Y con eso se dio media vuelta y se fue. ¿Quién demonios se cree para decirme que me aleje de Dimitri? Ya era doloroso que el me alejara ¿Pero ella? Mi vista comenzó a nublarse y supe que era la oscuridad, cambie mi ropa rápidamente, me puse mis auriculares y le di play a una lista de música que tenía en mi teléfono para entrenar, salí de mi cuarto y me dirigí al gimnasio. Entre hecha una furia, supuse que había gente pero no repare en quienes estaban a mi alrededor y sin más me encamine a la bolsa de boxeo. Sin pensarlo dos veces comencé a golpearla al ritmo de la música, parecía una peligrosa danza, todo a mi alrededor pareció desaparecer, pero no era suficiente la oscuridad no estaba saliendo de mi sistema, era mas de la que podía soportar. La golpee más fuerte pero nada y pronto me di cuenta que estaba luchando y llorando al mismo tiempo, como si mis emociones hubieran sido puestas en una licuadora. No se cuanto estuve el gimnasio, mis lagrimas caían sin cesar al igual que mis golpes, sentí mis manos pegajosas cada vez que conectaba con la bolsa y supe que estaban sangrando. Mis vista seguía nublada y en esa oscuridad manos querían atraparme, luche contra aquellas y escuche voces llamándome pero no podía descubrir de quienes provenían, hasta una en particular "Roza", cerré mis ojos y cuando los abrí todo estaba claro, varios guardianes me estaban sosteniendo y Dimitri tenía sus manos mis hombros mirándome horrorizado, sus guardianes se encontraban detrás de el, mirando atónitos la escena. Mis ojos se abrieron como platos y me encontré con la mirada del hombre que tanto daño me hizo, el se veía asustado, triste, desesperado y ¿Preocupado? No, eso no podía ser. Aparte mis ojos de los suyos y observe mis manos, estaban cubiertas de sangre, toque mi rostro y estaba húmedo, di una mirada a mi alrededor y me sentí humillada, pequeña y débil. Aparte rápidamente las manos de todos los guardianes y las de Dimitri, mire una última vez a sus ojos y me eche a correr. Corrí como si una banda de Strigois me estuviera persiguiendo, a lo lejos oí que me llamaban otra vez pero no me dejaría alcanzar. Me adentre en el bosque y caí sobre mis rodillas comenzando a llorar otra vez. El frío choco contra mis ropas transpiradas dándome un escalofrió, pero no podía importarme menos, me acurruque en el piso y no se cuanto tiempo estuve allí llorando hasta quedarme dormida.
"Rose, Rose... despierta".
"¿Mmm?" Respondí aun dormida y sin abrir los ojos, una voz femenina me llamaba.
"Rose, vamos estas helada. ¿Por qué dormiste aquí fuera? Te podría haber pasado algo." En ese momento recordé todo lo sucedido y que me había quedado dormida en el bosque. Pronto sentí el frío y comencé a temblar, abrí mis ojos y vi el ceño fruncido en señal de preocupación de Mia, sentí lagrimas quemar mis ojos, deseosas de salir pero no lo iba a permitir. Ella extendió su mano hacia mi ayudándome a poner de pie.
"Gracias." Dije con voz ronca. Cuando me pare mis piernas parecían gelatina, estaba muy débil, no había comido en mucho tiempo y con el desgaste físico y el frío todo era peor. Sentí que me iba a desmayar pero Mia me sujeto fuerte.
"Vamos Rose, te llevare a tu cuarto y te subiré algo para comer." Asentí despacio y salimos de allí, en el camino vi como varios guardianes volteaban a verme y encontré el suelo con mi mirada. Cuando llegamos Mia me mando a bañarme mientras ella iba por algo de comer. Cuando el agua caliente toco mi cuerpo sentí cada musculo relajarse, salí al rato de la ducha y me puse unos cómodos pantalones pijamas y una remera holgada, tome una profunda respiración y me mire en el espejo, lucia horrible, tenía unas muy marcadas ojeras, mi piel estaba pálida por el frío que pase y mis ojos, mi mirada lucia perdida, vacía, la aparte rápidamente, parpadee lejos las lagrimas que amenazaban con salir y volví al cuarto, me metí en la cama y abrace a mi misma.
Estaba mirando la nada misma cuando unas delicadas manos me sacudían suavemente. "Rose, te traje algo de comer, vamos." Mire un segundo a Mia y me senté en la cama, ella deposito una bandeja con comida sobre mi regazo y me dio una pequeña sonrisa, quise devolverla pero no pude, no podía sonreír, no quería sonreír, no encontraba razones para hacerlo. "Vamos tienes que comer algo." Mire la comida y luego a sus ojos, ella estaba preocupada por mi, como en todo el día de ayer nadie lo estuvo, sin previo aviso comencé a llorar, Mia saco la bandeja y puso mi cabeza en su regazo acariciando mis cabellos y diciéndome palabras confortadoras. "Todo estará bien, estoy aquí contigo. Déjalo salir." Llore hasta quedarme vacía, el cansancio me venció otra vez y es todo lo que recuerdo.
Me levante en el medio de la noche sobresaltada, había tenido una pesadilla... 'El amor se desvanece. El mío lo hizo'. Sentí una mano posarse en mi hombro, gire para ver quien estaba allí y vi a una somnolienta Mia sonreír. "Hey... solo fue un mal sueño." Asentí. "¿Quieres hablar?". ¿Quería? No había hablado con nadie de lo que paso con Dimitri, pensaba hacerlo con Lissa pero después de lo de ayer ni siquiera quiero verla.
"No se por donde empezar." Dije lentamente.
"Por donde puedas." Y con eso le conté todo, dejando escapar traicioneras lagrimas de mis ojos, para cuando termine Mia me estaba abrazando protectoramente. "No puedo creer que Dimitri te haya dicho eso, que clase de estupidez es esa después de todo lo que has hecho, el podrá estar asustado y arrepentido de lo que te hizo pero no es razón para que desmerezca todo lo que hiciste por el. Pero lo peor de todo es Lissa, ella debería estar aquí, no yo. Y no es que me queje, siempre estaré para ti, tu eres mi amiga y salvaste mi vida pero en serio ¿Qué clase de amiga es? ¿Cómo es capaz de llevarse el crédito y de decirte que no te acerques a el? Estoy tan enojada en este momento que no me arrepiento de todo lo que le hice en la academia, tendría que haber hecho cosas peores. Si no me necesitaras juro que iría a golpearla, más bien a ambos." Eso me hizo reír, estaba tan agradecida con ella en estos momentos.
"Tranquila Rocky..." El silencio tomo posesión de la habitación. "¿Crees que estaré bien algún día?"
"Claro que si... y yo te ayudare con eso, pero va a ser difícil Rose."
"Gracias...En serio, por todo. Se que será difícil, más que nada porque tendré que verle todos los días ya que soy la guardiana de Lissa."
"Si...Lamentablemente no hay nada que podamos hacer." Pero eso no era cierto, había algo.
"De hecho si hay algo." Le conté mi plan y ella acepto sin dudar. Estaba por salir por la puerta, después de haberme vestido claro, lista para poner el plan en acción pero antes de eso...
"Rose..." Dijo en un tono de madre. "Debes comer algo." No tenía hambre, mi estomago estaba cerrado pero sabia que no lograría salir hasta que no comiera algo. Tome una manzana y le di un mordisco, ella sonrió triunfante, abrí la puerta para salir pero algo me detuvo, más bien alguien. Dimitri estaba parado en mi puerta a punto de tocar, sentí mi respiración volverse mas pesada y trate de controlarla, Mia se paro a mi lado y tomo mi mano para hacerme saber que estaba allí.
"¿Qué quieres Belikov?" Esa no fui yo. El ni la miro y su mirada se encontró con la mía.
"Quería saber si podíamos hablar de lo que paso ayer..." Mi respiración se pauso por un momento. "En el gimnasio." Claro que era eso, como podía pensar que el quería hablar de lo que me dijo en la iglesia 'El amor se desvanece. El mío lo hizo'. Estaba a punto de contestar pero no fue necesario, Mia hablo de nuevo por mi, en otro momento de mi vida la hubiera golpeado por no dejarme hablar por mi misma pero ahora estaba agradecida.
"No, no puedes. Rose esta apurada así que..." Dijo mientras le hacia una seña con la mano para que se corriera pero el no hizo nada. Y supe que no dejaría esto pasar hasta que dijera algo.
"Permiso." Dije en voz baja y evadiendo su mirada. El seguía sin moverse y me estaba frustrando ¿Acaso lo estaba haciendo a propósito? "Muévete Belikov." Solté fríamente y esta vez si se movió. Salí disparada hacia mi destino y pude oír a Mia decir que me deseaba suerte y me esperaba. Camine rápidamente y deseando no encontrarme con nadie. Por suerte no lo hice, unos guardianes me recibieron con una extraña mirada ¿Habrán estado ayer en el gimnasio? Eso no era importante. Golpee la puerta y una voz me dejo entrar, los guardianes abrieron las puertas, entre e hice una reverencia.
"Reina Tatiana." Ella hizo un leve asentimiento y un gesto con su mano para que tomara asiento, así que lo hice.
"Guardiana Hathaway, cuando la secretaría dijo que estaba aquí para verme no pude evitar sentirme algo curiosa. ¿Puedo saber a qué se debe su visita?" Comencé a jugar con mis manos, estaba algo nerviosa.
"Necesito un favor su majestad." Pude ver que eso la sorprendió y levanto una ceja.
"Soy todo oídos."
"Quiero renunciar a mi cargo, la Princesa Vasilisa Dragomir, y tomar puesto como guardiana de la señorita Mia Rinaldi."
"Me sorprendes Hathaway, ¿Puedo saber el por qué de esta decisión antes de tomar una?" Trague notablemente.
"Lis... La princesa y yo no estamos en la misma página y no me siento capaz de protegerla como es merecido." No era exactamente mentira, no soy capaz de protegerla porque a decir verdad no quiero tenerla cerca, duele demasiado. La reina espero a que continuara así que lo hice. "Creó que sería lo mejor para todos si yo protegiera a la señorita Rinaldi en su lugar, puesto que mi reputación me persigue y no sería bueno para un moroi de la realeza tener a una guardiana conocida por haber dejada a su cargo y haber huido de la academia dos veces." Me estaba volviendo loca tratar esta situación con tanto respeto pero era lo que tenía que hacer para poder convencer a esta vieja bruja.
"La verdad me dejas sin palabras, pero si la señorita Rinaldi esta de acuerdo no veo porque no." Claro que estaría de acuerdo, a la reina le convenía tenerme fuera del camino, todos sabemos el porque, mi falta de respeto ante todo lo que no me parecía justo era un factor importante para que ella accediera.
"De hecho aquí traigo un papel en donde ella da su consentimiento." Le entregue la hoja que Mia escribió esta mañana, ella la leyó rápidamente sin darle una segunda mirada.
"Bueno guardiana Hathaway todo listo. ¿Algo más?"
"Si. ¿Sería posible informarle de esto a la princesa Dragomir en unos días?"
"No se porque me pides esto y la verdad no quiero saberlo. Puedo darte solo un día, la princesa será informada mañana en la noche cuando su nuevo guardián sea seleccionado." Asentí y me despedí cordialmente, salí del edificio y mientras caminaba a mi habitación donde Mia me esperaba para saber las noticias choque con Adrian.
"Pequeña Dhampir." Dijo y beso mi mejilla, eso no me lo esperaba, hasta que recordé que yo supuestamente estaba con Adrian, mierda.
"Adrian debemos hablar." Dije sin dar mas vueltas, en este momento me quería sacar todos los problemas de encima y estar tranquila entre mis sabanas. Mis palabras alarmaron a Adrian y pude ver en sus ojos que el sabia exactamente que le diría.
"No debes decirlo Rose, entiendo."
"¿Aun podemos ser amigos?" El pareció pensarlo.
"Claro pequeña dhampir, se que no puedes estar mucho tiempo lejos de mi hermoso rostro." Respondió, volviendo a su arrogancia habitual, reí ante su respuesta.
"Adiós Adrian, nos vemos por ahí." Después de escuchar su saludo seguí caminando hasta mi cuarto, una vez allí Mia no estaba por ningún lado. "¿Mia?"
"Aquí estoy." Dijo saliendo del baño, con su cabello mojado. "Lo siento fui a buscar rápidamente unas ropas a mi cuarto y decidí bañarme aquí por si llegabas."
"Esta bien." Dije sonriendo.
"¿Cómo ha ido todo?" La puerta de mi cuarto se abrió como si alguien le hubiera dado una patada, Mia y yo saltamos de susto, cuando vimos a una furiosa Lissa abrirse paso hacia nosotras, con quien mas que sus dos perros falderos por detrás, Christian y Dimitri, quienes tenían una mirada neutra.
"Creo que ha ido bien." Susurró Mia en mi oído.
"¿Tu crees?" Le dije sin que mi mirada se apartara de Lissa, alerta ante cualquier cosa, Lissa estaba que ardía de furia y sabia que su magia sería difícil de controlar si ella decidía usarla.
"Ya cállense ustedes dos." Cerré mis ojos para controlarme y para no absorber mas de su oscuridad. "¿Cómo pudiste? ¿Quién crees que eres para renunciar a ser la guardiana de la princesa de una de las familias reales? Y encima de todo convertirte en la guardiana de esta."
"¿Disculpa?" Respondió Mia tomando un paso al frente, pero tome su mano y la hice retroceder.
"No estoy hablando contigo." Dijo Lissa esparciendo veneno.
"Es verdad, estas hablando conmigo y te agradecería que 1 golpearas la puerta, 2 no hables así de mi amiga y 3 ¿Cómo lo supiste?" En eso Adrian entro corriendo, claro que había sido el, cuando lo crucé debía estar yendo a ver a su tía abuela.
"Prima cálmate, tu aura... debes controlarte."
"No quiero hacerlo, estoy harta de controlarme. Por esta vez seré egoísta." Dijo Lissa.
"¿Egoísta por esta vez? No estarás hablando en serio."
"Claro que hablo en serio ¿A caso TU me llamas egoísta?" Dijo fríamente.
"Si, si lo hago." Respondí.
"¿Tu me dices egoísta a mi? Tu que me abandonaste, me ocultaste que estabas enamorada de Dimitri, le dijiste a Christian que se alejará de mi y lo único que haces es criticar cada mínima parte de mi vida." Ahora creo que yo estaba mas furiosa que ella y ya no me importaba quienes estaban presentes, esta vez no lo controlaría, no podía hacerlo y no iba a dejarme pisotear de esta manera, ni siquiera por Lissa.
"Si, yo. Yo la que te saco de uno de los lugares mas custodiados para mantenerte a salvo, yo la que salvo tu culo de Victor, yo la que oculto todos sus sentimientos por el simple hecho de protegerte, yo la que tuvo que ir a mil de esas estúpidas fiestas solo porque me obligabas, yo la que te quiso contar mil veces cuan miserable era y dejaba de lado, mi propia felicidad, para escuchar tus estúpidos problemas de inseguridad, yo que sostuve tu mano cuando tu depresión de vida perfecta tomaba tu cuerpo, yo la que toma tu oscuridad sin importar cuanto me afecte porque TU eres tan egoísta que practicas tu magia sin medida, yo la que volvió para protegerte y lucho de Rusia solo por hacerte feliz, yo la que aun con el corazón roto porque pensaba que el amor de mi vida estaba muerto te salvo de una psicópata moroi y escucho tus problemas de infidelidad." Para cuando termine no veía las caras de nadie en la habitación solo oscuridad, me sentí caer al suelo y escuchar un "Váyanse de aquí, no quiero volver a verte cerca de mi guardiana. Adrian llama a un medico."
Cuando desperté trate de abrir mis ojos pero rápidamente los cerré ante una luz blanca que me cegaba. "Apaguen esa luz." Dije, mi garganta se sentía rasposa y dolorida. Cuando la luz se volvió tenue abrí mis ojos y pude ver que estaba en la habitación de una enfermería, observe mi alrededor, pude ver que tenía suero, y que Adrian y Mia se encontraban allí conmigo, ellos se acercaron, Adrian se sentó en una silla junto a mi y Mia sobre la cama. "Agua." Una vez que bebí pase a preguntar "¿Qué sucedió?
"Te desmayaste. La falta de alimentación y la oscuridad que absorbiste lo provocaron." Dijo Adrian.
"Ni bien te pongas bien nos iremos de la corte." Dijo Mia con determinación, la mire confundida. "Estoy harta de ver como todos aquí te lastiman y no lo permitiré, tu y yo nos iremos y empezaremos de cero."
"¿Y tu padre? Recuerda que no tenemos dinero." Le respondí.
"Mi padre estará bien, y tengo algo de dinero ahorrado, alcanzara para ambas por un tiempo y conseguiremos un trabajo, no tengo todo el plan completo pero iremos viendo sobre la marcha." Lo pensé un momento y creo que tenía razón, si quería ser feliz debía dejar la corte, alejarme de aquellos que rompieron mi corazón y quebraron mi espíritu. "¿Qué dices?"
"Hagámoslo." Dije totalmente segura.
"Si me permiten... me gustaría acompañarlas." Ambas volteamos a ver a Adrian sorprendidas cuando hablo, nos habíamos olvidado que estaba allí. Intercambiamos una mirada con Mia.
"Claro que puedes venir. Esto va a ser divertido." Dijo Mia. "Libre de penas." Sonreí ante sus palabras.
"Libre de penas." Repetí. Adrian miro a Mia con ojos divertidos.
"Nosotros tres vamos a vivir a pleno. Y tu y yo" Dijo haciendo una seña entre el y mi amiga con la mano. "Vamos a traer a la vieja Rose Hathaway."
"A la vieja no... A la única y verdadera pero mejorada Rose Hathaway." Le dijo Mia.
"Dalo por hecho." Respondí muy segura. Basta de lagrimas, basta de sentir pena de mi misma, era momento de divertirme y tenía dos personas que estaban dispuestas a acompañarme en esto, de todas formas solo se vive una vez ¿Verdad?
