Es corta… muy corta, espero que os guste, aunque tal vez es un poco brusca.. yo intenté que fuese cómica.. no se si lo he conseguido… porfis decidme q os parece!!

GRACIAS X LEER!!

- ¡Me estas aplastando! –le dije en un tono cansino al tiempo que me acomodaba bajo su cuerpo en un vano intento de que no me aprisionara contra el colchón. Pero él hizo caso omiso y besándome el cuello siguió azaroso en su afán de hacerme suya.
Debí poner una cara de verdadero sufrimiento porque paró de repente y me susurró con cara de incredulidad, aunque tiernamente:
- ¿pero te duele?- ¡lo que me faltaba!
- nooo… - empleé el tono de sarcasmo tan habitual en mi - ¿quieres que te meta un palo de escoba por el culo y me cuentas que tal? – mis palabras no le ofendieron. Comenzó a reírse a carcajada limpia y se apoyó un poco más en mi. Eso me hizo resoplar. Me estaba volviendo a aplastar. – ¡pero no te pares ahora tío! Ya que hemos empezado vamos a terminar… - yo también reía, no estaba siendo perfecto pero si divertido. Estaba segura de que jamás lo olvidaría. Tras unos instantes de risas volvimos a nuestra afanosa tarea, que como era nuestra primera vez fue más bien corta.

Terminamos exhaustos y cuando se estaba quitando de encima de mí me preguntó:
- bueno ¿Qué? – acto seguido los dos comenzamos a reírnos a mandíbula batiente. Y una lágrima saltó de mis ojos.
- ¿pero tan mal lo he hecho? – preguntó cómicamente al tiempo que me quitaba la lágrima del pómulo. Y volvieron a estallar las carcajadas.
- vale ya sé que no ha sido perfecto; pero reírnos nos hemos reído un rato… ¿somos o no somos originales? – pasó un brazo sobre mi cabeza hasta llegar a mi hombro, el cual me acarició con ternura y satisfacción.
- no quiero ni llegar a pensar lo que habría pasado si te llego a hacer caso con lo de la nata… - reprimí un suspiro de suficiencia y lo besé antes de que pudiera reprocharme nada. – Pero a esto se aprende practicando – le dije para quitarle hierro al asunto.

Y repentinamente me tocó una teta, me gustó el contacto de su mano con mi piel, y me agradó especialmente cuando la estrechó con delicadeza entre sus dedos. Pero me quise hacer la difícil y le pregunte, tan súbitamente como él me había tocado:
- ¿qué haces?- mi tono sonó entre extraño y divertido, el sonrió y me dijo:
- cómo decía Oliver Wood a volar se aprende volando…- una sonrisa radiante y pícara se dibujo en su cara llena de pecas. Supe en ese momento que siempre había sido mío, sólo mío.

Cicu

Weno y q os a parecido... es etraña lo se..