Total Drama Island, Action y The Musical, no me pertenecen, sino a sus respectivos creadores y a Teletoon.
Drabble.
Tarde
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Debí haberme dado cuenta antes…
Duncan&Courtney
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Rayos de luna bañaban aquel lugar, deslizándose mágicamente por ambos cuerpos. Sus pieles intensas brillaban cual oro y sus sonrisas se vislumbraban entre la oscuridad. Sus palabras se perdían en el viento, y se podía ver con facilidad el amor que había entre ellos.
Courtney recargó su cabeza en el hombro de su amado, mientras alzaba la vista al cielo. Millones de estrellas lo adornaban, y la esplendorosa luna llena, yacía imponente en medio a aquel oscuro manto. Sintió cosquillas cuando el aliento de Justin chocó con su cuello.
- ¿Qué miras preciosa?
- Nada, tan sólo pensaba que…
Se detuvo un instante y volvió la vista a esos intensos ojos azules, que contrastaban a la perfección con su piel bronceada. Justin no sólo era bello por fuera, también lo era por dentro, y fue algo que ella pudo descubrir. Las manos de él se perdieron en su castaño cabello, mientras una brillante sonrisa escapaba de sus labios.
- Dime Court…
Sus ojos cobre se cerraron un instante, mientras aspiraba el aroma nocturno, y aquel delicioso perfume que despedía el cuerpo de Justin.
No podría ya ser más feliz.
- Te amo
Soltó de repente y claro, porque era la verdad. Courtney se había enamorado de él, de su amable y respetuoso trato, de su amabilidad y confianza, de su compañía, de su voz, de su sonrisa… todo en él era simplemente perfecto.
- Yo también te amo
Sus ojos, reflejos vivos del agua del mar, no mintieron. Él también la amaba.
Se fundieron en un dulce y pasional beso, que culminara en una cálida sonrisa y un fuerte abrazo. Su declaración de amor estaba completa. Justin se puso de pie y extendió una mano a Courtney, quien la tomó sin dudar.
Sólo cuando caminaba de camino a casa, aún sin salir del parque, pudo escuchar el nombre que clamaba su corazón.
- Duncan… -
Mientras que en otra parte, no muy lejos de ahí, una cristalina y amarga lágrima se deslizaba por una blanca mejilla. Sus ojos aguamarina contemplaron todo el espectáculo, mientras, sin poder evitarlo, se lastimó demasiado.
Y entonces descubrió que en verdad la amaba.
Y que la había perdido.
