Nota del Autor: ¡Hola! ¿Cómo están? Bueno… Hace un tiempo que llevo en FF, pero éste es mi primer Fic de Teen Wolf, una serie que me llamó mucho la atención desde hace un tiempo y bueno, me decidí en hacer un Fic sobre la serie n.n Espero lo disfruten, el capítulo fue bastante corto a como lo quería, pero prometo que el próximo será mucho más largo, con más acción y… ¡Scisaac! :3

En fin, Teen Wolf no me pertenece, excepto el nuevo personaje que va a aparecer más adelante y muchas otras cosas más. ¡Disfruten!

Noche Sin Fin

Su vida era un desastre, tan simple como eso. ¿Cómo poder explicar esto de una manera fácil de entender? Solo pongámoslo de ésta manera: A corta edad su madre había fallecido, su hermano murió sirviendo al país en la guerra, en la escuela los matones iban tras él de entrada a salida, su padre lo mataba a golpes, no tenía amigos, trabajaba día y noche solo para ganar dinero que le llevaría a su padre. Eso, y muchas otras cosas más. La vida de Isaac sin dudas era un infierno. Bueno, "era", porque parecía que todo había cambiado de un día para el otro. Y vaya que ha cambiado.

Todo cambió a partir de una noche oscura…

Eran finales del segundo semestre, eso significaba vacaciones de verano, un gran tiempo para descansar y un enorme alivio. Pero para Isaac, significaba una pesadilla.

Tenía buenas notas, tan buenas como para ingresar al cuadro de honor, pero para su padre eso no era suficiente. Para Isaac, era cuestión de vida o muerte sacarse un A+ en el examen final de química, de lo contrario, tendría que lidiar con los ataques de violencia del Sr. Lahey hacia él, que cada día se volvían más constantes, más violentos, más dolorosos.

Todavía le dolían algunas heridas de la semana pasada, eso fue porque una noche había llegado 2 minutos tardes a casa del trabajo, su padre había enloquecido y lo acusaba de "estar de parranda", en vez de preparar la cena. Isaac recordaba con lujo de detalle cada patada que le había proporcionado, cada objeto que le había arrojado, cada insulto que le había gritado. Habían pasado más de dos horas y el Sr. Lahey no paraba de abusar de él, por lo que la cosa no terminaba ahí. Lo peor de los ataques de su padre no eran los golpes, ni los objetos que le arrojaba, no, eso era lo de menos. Lo peor que su padre le hacía era encerrarlo en el freezer, con candado y cadena, hasta que el sol saliera por completo al día siguiente. "Los niños como tú no merecen libertad", le decía constantemente el Sr. Lahey a Isaac.

El pobre Isaac recordaba que aquel día fue uno de los peores en toda su vida, si eso le ocurría por llegar tarde a casa del trabajo por 2 míseros minutos, no se quería ni imaginar qué sería de él si no sacaba la mejor nota de la clase.

En el momento en el que el profesor Harris le había dado el resultado de su examen, un B+, Isaac sentía que todo su mundo se venía abajo. Estaba devastado por dentro, sentía la urgente necesidad de salir corriendo de la escuela y esconderse en los más remotos confines de la tierra, donde su padre no pudiera encontrarlo, pero solo se limitó a preguntarle al profesor qué es lo que había salido mal en el examen. El Sr. Harris no entendía qué es lo que puso tan nervioso a su alumno, después de todo, Isaac obtuvo la calificación más alta de ese examen, y es uno de los que tienen mejor promedio en su clase. Isaac no protestó, y salió del salón de clases, nervioso, asustado como el demonio.

Comenzó a dar vueltas por toda la escuela, ¿qué iba a hacer ahora si su padre se entera? No quería tener que mostrarle su calificación, que seguramente el Sr. Lahey vería como "algo patético de parte del inútil de su hijo", y tener que soportar con el infierno que le esperaba.

Tenía la esperanza de no encontrar a su padre en casa. Tenía el deseo de que estuviera fuera, bebiendo en algún lado, y que no aparezca por un buen rato.

Para sorpresa y gran alivio del joven Isaac, cuando llegó a su hogar luego de las horas escolares, su padre no se encontraba ahí. Lo único que hizo el chico cuando se dio cuenta de que el Sr. Lahey no estaba en casa fue en arrodillarse y soltar un gran suspiro. Solo esperaba que tardara más en regresar para pensar en algo con que pudiera tranquilizar a su padre de la muy segura golpiza que lo esperaba.

Sin embargo, ya eran más de las 22:00 P.M. y su padre no había regresado, esto ya comenzó a preocupar a Isaac, pero por otro lado, lo aliviaba. Podría comer su cena sin tener que ponerse nervioso por la mirada acosadora de su padre justo en frente de él mientras la cena se llevaba a cabo.

Ya habían pasado las 00:00 A.M. y no había señales del Sr. Lahey. Isaac se había quedado dormido en su cuarto, estaba en un profundo sueño. Un profundo y pacífico sueño, algo que no había experimentado en un largo tiempo.

De repente, alguien llama a la puerta, lo cual despierta a Isaac al instante, temiendo que era su padre el que estaba golpeando. Cuando baja las escaleras, se encontraba frente a frente con la puerta de entrada a la casa, temiendo lo peor. Es ahí cuando se arriesgó a preguntar quién era…

-¿Pa-Papá? – Sentía cómo su corazón latía desesperadamente.

-Eh… No, policía – Una voz desconocida contesta del otro lado. Isaac dudó por un par de segundos, hasta que abrió la puerta, y ahí, en su porche, se encontraba un oficial de policía, detrás de él su camioneta del departamento de policía – Buenas noches, ¿eres tú Isaac Lahey?

-Eh… Sí, soy yo – Isaac contestó, todavía con la pregunta de qué es lo que hacía un policía en su casa – Disculpe, pero… ¿Quién es usted?

-Yo soy Sheriff Stilinski, del departamento de policía de Beacon Hills. Me temo que debo darte malas noticias, Isaac…

-¿Qué…? – Las palabras no podían salir de la boca de Isaac, no sabía por qué - ¿Qué pasó? ¿H-Hay algo mal, Sheriff?

-Es tu padre, Isaac – Los ojos del joven se abrieron como platos – Lo encontraron muerto hace un par de horas en medio de un complejo de edificios abandonados. Creen que ha sido asesinado.

Nada… Nada… Nada… Eso fue lo que pasó por la mente de Isaac en el momento en el que el Sheriff le había dado la noticia, nada. Sentía un frío terrorífico recorrer su cuerpo, quería decir algo, pero no podía lograr siquiera el abrir la boca. Fue en ese momento en el cual todo se tornó oscuro por un momento.

A partir de ese momento, algunos recuerdos se tornaron borrosos para Isaac. Lo único que recuerda de esa noche, luego de la llegada del Sheriff Stilinski, fue el haber ido al departamento de policía, hacer unas declaraciones y, finalmente, reconocer el cuerpo de su padre. Luego de eso, no recuerda más nada de aquella noche.

Luego de un tiempo tras la muerte del Sr. Lahey, los matones de la escuela dejaron de molestarlo, quizás por lástima, nadie sabe; Había dejado todos los trabajos que hacía de manera obligatoria por su padre; todavía era un chico que no tenía amigos, pero eso no le importaba mucho, ¿o quizás sí? Es decir, ser un adolescente solitario ya era algo normal en el, no era una persona muy sociable y eso no le molestaba, pero… A veces, sentía la necesidad de tener, al menos, alguien que le haga compañía, alguien que hable con él, alguien que le recuerde que es un ser humano con sentimientos, y que la soledad a veces lo mata. Solo le gustaría tener un amigo. Eso era todo lo que pedía. No era mucho pedir, ¿verdad?

Esa era la pregunta que rondaba por su cabeza, hasta que despertó de la nada en su habitación, con una hamburguesa a medio comer en la mano izquierda, y la televisión encendida en frente de él. Eran las 17:45 P.M., ¿cómo pudo dormirse tan temprano? La noche anterior había dormido bastante bien… Pero, esperen un momento. Se levanta del sillón del living, y se da cuenta de que se había dormido sobre sus apuntes de literatura. ¡Ahora recordaba todo! Estaba trabajando en unos ejercicios que le habían dado en clases hace un par de días, pero su estómago lo interrumpió y fue por una hamburguesa y… Bueno, ya saben, se quedó dormido en el sillón.

Las clases habían empezado hace una semana, hasta ahora, las cosas iban bastante bien, no es que haya sucedido demasiado. Decidió abandonar el equipo de lacrosse porque había entrado el año pasado solo por su padre, a demás, odiaba el lacrosse con toda su alma, así que dejar el equipo fue algo más que relajante, se sintió bien de hecho.

Ya que no era tan tarde, decidió tomar su cámara e ir al bosque a sacar unas cuántas fotografías. Le encantaba ir al bosque cerca del anochecer, ya que se sacaban muy buenas fotos, algo que hace mucho tiempo no disfrutaba por el Sr. Lahey. Ahora que ya no estaba más, Isaac retomó su más grande pasión y se aventuró en bosque.

La noche se aproximaba, pero eso no le importó mucho a Isaac, estaba feliz con el solo hecho de sacar unas buenas fotografías. Amaba eso. A demás, Isaac es sin lugar a dudas un muy buen fotógrafo. Aún recuerda aquella ocasión en la que una señora de su vecindario le pidió hace mucho tomar unas fotografías en el cumpleaños de su nieta más pequeña, fue divertido. Aún recuerda cuando la pequeña Lucy posó junto con sus amigos para que Isaac les tome una fotografía, aunque notó que un hombre vestido de negro estaba detrás de los niños, a unos metros de distancia, mirándolos, pero eso no le molestó y… No, un segundo, ¿un hombre vestido de negro? ¡Isaac no recuerda a ningún hombre vestido de negro en esa fiesta! Fue así que volvió a la normalidad, y aún se encontraba en el bosque, pero… ¡¿YA SE HIZO D ENOCHE?!

¡Era imposible! ¿Las 21:32 P.M.? No estuvo en ese lugar por más de una hora. Esto era preocupante. Decidió tomar todas sus cosas y salir de ahí lo más antes posible. Fue así como comenzó su camino de regreso a casa, por un lado, estaba calmado, ya que nunca se metía en lo más profundo del bosque, siempre cerca de su hogar; por otro lado, estaba preocupado, ¿Cómo es que en sus recuerdos haya aparecido un hombre vestido de negro, que ni siquiera estuvo en la fiesta ese día? Y no era posible que haya olvidado algo de ese día, Isaac tenía una muy buena memoria, podía recordar hasta el más mínimo detalle de cada día que pasa en su vida, y no era posible que haya olvidado a un hombre de negro en el cumpleaños de Lucy. Eso fue raro, por esa razón decidió apresurar el paso y llegar a su casa lo más antes posible.

Un minuto, algo extraño está pasando.

Se supone que ya debió de haber llegado, pero aún estaba en el bosque. Era algo muy extraño, conocía el bosque de Beacon Hills como la palma de su mano, pero ésta vez se sintió perdido. Se apresuró más en llegar a casa que los nervios invadieron su mente. Esto no debe estar pasando, no puede estar pasando. ¿Qué está pasando?

Se detuvo un momento cuando escuchó ruidos de pisadas, pero esas pisadas eran uniformes. ¿Será un animal? No… No puede ser… Mira su relos, son las 21:45 P.M., ¿en serio? Pareciera que han pasado horas y horas. Ésta noche pareciera no tener fin… "¿Qué está pasando? ¿Cómo demonios se hizo tan tarde en tan poco tiempo? ¿Por qué no puedo salir de éste lugar? Me siento perdido… ¡¿DÓNDE ESTOY?!" Esas eran las preguntas que resonaban a cada minuto en su cabeza. Estaba muy alterado.

Escuchó un gruñido detrás de él, como el gruñido de un… Un… ¿Monstruo? No sabía lo que era, y no estaba por darse la vuelta para averiguarlo, estaba tan asustado que no podía ni siquiera moverse. ¿Qué iba a hacer ahora?

Poco a poco fue inclinando su mirada hacia atrás, después de todo, parecía que todo estaba en su cabeza, así que… ¿Qué podría pasar?

Pero cuando se dio la vuelta, se arrepintió totalmente al ver eso que estaba detrás de él…

Era un monstruo. ¡UN MONSTRUO! Estaba en cuatro patas, sus uñas parecían garras, su piel era en su totalidad negra, escamosa, no tenía nada de pelo, sus ojos eran rojos, rojos que daban una expresión de odio y rencor. Isaac no podía creer lo que estaba viendo frente a él, no podía ser un sueño, era muy real como para ser un sueño. Estaba paralizado del miedo, sus ojos estaban tan abiertos como platos, no podría cerrarlos por más que quisiera. Estaba tan asustado que deseaba que fuera un sueño.

Intentó retroceder, pero se tropieza con una rama y cae al sueño, cara a cara con la bestia. No podía correr, no podía moverse, no podía gritar, no podía suplicar por su vida. No podía hacer nada. Lo único que pasaba por su cabeza ahora era en que esa bestia iba a desaparecer en algún momento. Tenía que irse en algún momento, ¿verdad? Pero no, pasaron algunos minutos, algunos minutos que parecían horas, y la bestia seguía ahí, mirando a un aterrorizado Isaac a los ojos.

En un intento, la bestia se acera al asustado chico. Poco a poco, se acerca a él, se acerca cada vez más, y más, y más… Hasta que están más cerca, y el monstruo le da un olfato, un profundo olfato. De a poco, la bestia abre su boca, y muestra sus centenares de dientes, dientes tan filosos que podrían masticar hasta un elefante.

-Psíquico… - Esa fue la bestia la que habló. Isaac no podía creer que el monstruo que estaba frente a él le habló – Tu carne va a ser un gran manjar…

Éste era su fin, esa cosa que estaba frente a él, con garras y enormes colmillos, piel escamosa, ojos diabólicos; esa cosa que le estaba hablando ahora, iba a comérselo. Y no hay nada que pueda hacer al respecto… ¿Moriría igual que su padre?

Esos eran sus pensamientos, hasta que escuchó a la bestia gritar de dolor, un grito tan fuerte que llegó a aturdir a Isaac, y lo asustó más de la cuenta. Toma el valor suficiente como para ver más de cerca y… ¿Una espada? Algo así como una espada había atravesado al monstruo en la espalda, si es que puede ser llamada espalda…

La espada comienza a flotar, y se va directamente a unos árboles de distancia. Es ahí cuando Isaac se percata de que hay alguien escondido entre los árboles. Hecha una mirada más de lejos y… Puede llegar a ver una silueta, una silueta alta, en una rama de uno de los árboles. Puede verla más claramente a la luz de la luna… Parece la silueta de un hombre alto, que está cubierto por completo. Tiene una capucha puesta en su cabeza, una máscara en su rostro, un saco largo y botas de combate. Pero lo que más le llamó su atención eran los ojos, esos ojos marrones con un tono rojizo en ellos. Una mirada fría y calculadora.

El hombre misterioso se lanza al aire, y la bestia en ese instante hace lo mismo, como queriendo pelear con el hombre enmascarado. Cuando se acercan lo suficiente, el enmascarado le propina una patada en la mandíbula al monstruo, y éste sale volando al otro lado del lugar donde Isaac de encontraba.

-¡Quédate ahí! No te levantes – Esas fueron las palabras del hombre misterioso para prevenir algún accidente. Isaac solo mueve su cabeza para asentar.

El enmascarado saca su espada de la nada y va por el monstruo, quien se recupera rápidamente. Éste se levanta y trata de usar sus garras para lastimar al misterioso, pero esto se las ingenia para protegerse y devolver cada ataque con su espada. Isaac todavía no podía creer que esto no era un sueño, era bastante irreal como para serlo, esa bestia y el enmascarado peleaban tan parejos. Pero en un instante, la bestia golpea al misterioso chico con su cola y éste sale volando solo unos metros hasta chocar con su brazo derecho y su hombro un árbol, su espada se encontraba en el suelo, cerca de donde Isaac estaba tirado, aún shockeado por tantas cosas que pasan en tan poco tiempo.

La bestia estaba preparada para atacar de nuevo, pero con un solo chasquido de dedos, el enmascarado le proporciona un ataque de… Relámpagos, relámpagos que caen del cielo parecen estar friendo al monstruo, y éste grita de un dolor colosal. Muy bien, eso si que debió haber sido un sueño.

-¡Oye! – Isaac fija su mirada en el misterioso chico, quien parece estar llamándolo a él – Dame mi espada, está justo detrás de ti.

Isaac se voltea y tiene la espada en frente de él, sin dudar, levanta la espada del piso, y se la arroja al enmascarado, quien la toma con sus manos sin problemas.

La bestia aún está viva, y quiere continuar con la pelea, pero antes de siquiera acercarse al chico encapuchado, éste con un solo movimiento de su espada lo detiene, y el monstruo queda inmóvil por un rato. Isaac no estaba tan seguro de lo que acaba de pasar, este asunto duró por un minuto, más o menos. Hasta que sale humo… Humo sale de la bestia, y ésta se va desmoronando de a poco. La espada del chico desaparece también, como si de un montón de polvo se tratase.

El monstruo desaparece por completo, y la espada del chico también. Éste toma su camino hacia Isaac, pero éste ya se había levantado. Tiene un montón de preguntas en su cabeza que necesitan una urgente respuesta.

-Um… Esto… Muchas gracias por… Salvarme – No hay respuesta en particular de parte del enmascarado, solo silencio – Disculpa, pero… ¿Quién eres tú?

El chico encapuchado se detiene. Una ventisca fría y acogedora los envuelve a los dos. El enmascarado toma un gran suspiro.

-"Quién soy yo", preguntas. Bueno, hay muchas respuestas para esa pregunta. A los simples ojos de los humanos, soy solo un chico adolescente, común y corriente. Pero a ojos de otras personas, soy algo diferente – Es ahí cuando comienza a caminar, acercándose a un confundido Isaac – Yo soy aquel que equilibra el mundo de los humanos con el mundo paranormal. Soy aquel que acepta a la oscuridad como su más grande aliado, y al silencio como su amigo. Soy aquella persona que baila el baile de la batalla honorablemente, y si debo derramar sangre enemiga para cumplir mi objetivo, lo haré. Soy aquel que abraza a las sombras y se oculta, protege y destruye. Yo, mi amigo, soy aquel que con un chasquido, detiene el tiempo real y destruye lo que debería ser irreal al ojo humano. Yo soy, o al menos, en algún momento fui – Ahí es cuando se detiene, y está frente a frente al pálido y alto chico que aún mira confundido – Un ejecutor de sombras… - Se quita la máscara, la capucha, y deja ver mejor su rostro. Parece un chico joven, de la misma edad de Isaac, quizás unos 15 años, y cabello largo, hasta la nuca. Extiende su mano para saludar, al menos eso parece – Pero puedes llamarme Alex.

Nota del Autor: Bueno, ese fue el prólogo de la historia xD Como ya dije, prometo que el próximo capítulo será mucho más largo, así que, bueno. Muchas gracias por haber leído éste intento de Fic, ¡Saludos! Y no olviden dejar un Review para decirme qué tal lo hice ¡Hasta la vista!