Hola!
Bienvenidos a esta nueva historia, les cuento que será algo diferente de lo que han visto en mis demás fics, esta vez será narrada en tercera persona e involucro un tema un tanto misterioso, sí, así como lo leen, tengo planeado que esta historia sea paranormal, por tanto estará llena de sucesos extraños que le ocurrirán a nuestros protagonistas y que desatarán una serie de incidentes tanto sentimentales como... psicológicos? o.O XD. Será una historia algo nostálgica, pero tendrá momentos de romance, un poquitito de humor... en fin estará llena de esas características, que los que me conocen saben que no puedo dejar.
En fin, espero que sea de su agrado, y que de aquí en más pueda contar con la compañía de ustedes en cada capítulo.
¡Disfrútenlo!
Te puedo escuchar
I Nostalgia
El arrullo del viento mecía las grandes ramas de los árboles, provocando que algunas hojas se desprendieran, y cayeran con suavidad al suelo, creando un contraste de hermosos colores cálidos, que la brisa se encargaba de acentuar. El aire arremolinaba las pequeñas hojas, concibiendo un mosaico inigualable de colores y movimiento.
Era otoño; una estación que traía con ella recuerdos nostálgicos e inolvidables, acerca de un ser querido que se marchó hace mucho tiempo. Prácticamente eran nulos los momentos que Akane compartió al lado de su madre.
Cada día la recordaba, añorando el poder sentirla, dedicarle el tiempo que no pudo compartir en su compañía. Había sido una situación dolorosa, un hecho que marcaría su vida, una herida abierta que el tiempo jamás podría cerrar. Habría sido su confidente, la persona con la que deseaba compartir su dicha y su desventura, sus logros y fracasos, pero sobretodo su amor, el cual había guardado por más de 16 años, pero que el destino no le permitió brindárselo, ya que había decidido arrebatarle de las manos, a la persona a quien más habría amado .
Akane no solía deprimirse con facilidad, si algo la caracterizaba era su fuerza interior. Contaba con un carácter fuerte, pero dulce a la vez, guardaba un corazón de oro, siempre estaba dispuesta a tender su mano a quien lo necesitara. No obstante, aquella época la volvía vulnerable, podía sentir que en cualquier momento se derrumbaría, dejando de lado cualquier motivo que la impulsara a continuar.
Llevó su mano hacía la fotografía de su madre; era idéntica a ella, tenía los mismos ojos que sus hijas habían heredado, la misma tez blanca cuan fina seda y los rosados labios semejantes a los de un pétalo de Sakura. Pero lo que denotaba el parecido entre Akane y su madre, era la tonalidad de su cabello; ambas disfrutaban de un hermoso color azulado, poco común. Ese era el rasgo que solo ella compartía con su madre.
Despacio deslizó sus dedos por la silueta de su mamá, observándola con profunda devoción, grabando en su memoria cada facción de su rostro. Esa era la manera que encontraba de sentirse a su lado, de poder compartir un momento con ella, aunque fuera solo en una fotografía. Contempló durante largo rato la imagen, trayendo a su mente el único recuerdo que tenía sobre su madre.
Flash back:
Aquella mañana se había levantado muy temprano, salió de casa y se dirigió hacia un jardín, que en ese entonces se encontraba a unas aceras de su hogar, recogió el clavel más grande que encontró y contenta volvió a casa, corrió lo mas rápido que pudo ya que lo que más deseaba era ver la reacción de su madre. Pero por desgracia, el impulso de su cuerpo fue más fuerte que ella y terminó haciéndola caer al suelo, se levantó con sus ojos llenos de lágrimas, observando tristemente como el pequeño tallo del clavel se había roto. Deprimida buscó refugio al lado de un gran arbusto, se sentó allí sin dejar de mirar la planta, hasta que oyó la voz de su madre.
— ¿Akane? ¡Akane! Ven acá, ¿Qué haces ahí?
Caminó hacia su mamá con tristeza, y cuando estuvo frente a ella, su madre se arrodilló y sacudió tiernamente su vestido.
—Mira nada más como te ensuciaste, ¿Por qué?
—Es para ti… La corté para ti…—sollozó entregándole el pequeño clavel mientras la abrazaba, llorando desmesuradamente.
— ¿Estabas cortando esto?, que flor más linda, los claveles son mis preferidos, está preciosa. — la regocijó su madre.
Aquellas palabras habían hecho que su tristeza de desvaneciera, y que se sintiera de nuevo alegre, observó la pequeña planta en la mano de su madre, y se alegró aún más al ver que no estaba tan mal como ella lo creía.
—Gracias, Akane… eres un niña muy linda. —Dijo sonriendo.
Fin Flashback
A pesar de ser muy niña, recordaba perfectamente aquella escena. Más aún la sonrisa serena de su madre. Su simple recuerdo le daba las fuerzas necesarias para seguir luchando, para nunca rendirse, sin importar la gravedad de las situaciones. Esa sonrisa era la que recordaba, cada vez que se sentía triste.
Llevó el portarretratos hasta su pecho y lo abrazó con fuerza, inmediatamente sus ojos se humedecieron y derramaron tibias gotas por sus mejillas. El dolor que sentía era punzante, atravesaba cada centímetro de su cuerpo, haciéndola sentir impotente. Jamás le había dolido tanto la ausencia de su madre, como en aquel instante.
Su letargo fue interrumpido por el sonido del teléfono, con cuidado colocó el portarretratos en su lugar y se levantó rápidamente para contestarlo.
— ¿Hola?
— ¿Akane, eres tú?
—Así es, ¡Hola Yuka!—Saludó.
—Hola Akane, quería preguntarte si querías venir con nosotras, iremos a visitar a una famosa adivina, podrás preguntar lo que quieras, será muy divertido, ¿te animas?
—Yuka lo siento, pero hoy no me siento muy bien… creo que será en una próxima ocasión. —respondió.
—Oh Akane, ¡Anda! Si vienes con nosotras seguro te sentirás mejor.
—Está bien… ¿Dónde nos vemos?
—En el camino de la escuela, junto al desagüe, ¿de acuerdo?
—Sí, perfecto allí nos veremos.
A decir verdad no deseaba salir, sin embargo, quería distraerse un poco, ya que últimamente se sentía bastante afligida, y lo que menos deseaba era preocupar a su familia.
—Kasumi, saldré por un momento, no tardaré.
—Está bien Akane, y ya que vas de salida, ¿podrías hacerme un favor?
—Claro que sí, ¿de qué se trata?
— ¿Podrías llevarle este libro al Doctor Tofú?, creo que me dio el equivocado y necesito devolvérselo.
—No hay problema—concedió, mientras tendía su mano para tomarlo, — nos vemos más tarde.
Calzó sus zapatos y se dirigió hacia el lugar donde debía encontrarse con sus amigas, sus pasos eran lentos y su mirada se detuvo en distintos puntos; observaba perpleja y con extraña atención a su alrededor, como si pudiera grabarse los detalles de cada objeto que se encontrara en ese lugar.
—Si tan sólo mi madre estuviera aquí…—suspiró, —Podría estar con ella en este instante…
Caminó sumida en sus pensamientos, preguntándose el motivo por el que su padre jamás mencionaba algo acerca de aquella muerte. Sabía que la situación era bastante dolorosa para todos en su familia, pero ella tenía el derecho a enterarse del por qué sucedió tan dolorosa pérdida.
Tomó el libro que llevaba en una de sus manos y lo observó con interés, se trataba de un ejemplar con bastantes años de antigüedad, ya que sus hojas tenían un aspecto amarillento y su portada estaba gastada.
Desvió su mirada hacía la solitaria calle, esperando ver las siluetas de sus amigas, al no encontrarse con nadie, decidió sentarse, colocando el viejo libro en su regazo. Desde donde se hallaba, podía observar los últimos destellos de sol que se alzaban detrás de unas oscuras nubes, contrastando el cielo de distintos matices rojizos, característicos de la hora del crepúsculo. Se deleitó con aquella hermosa visión que le ofrecía el horizonte, olvidando momentáneamente su tristeza.
Observó de nuevo el libro, mientras lo hojeaba con lentitud, como sólo necesitaba distraerse, no prestó atención al tema principal del libro, el cual estaba escrito en la portada del mismo, con letras en fina caligrafía. Siguió hojeando, esperando que le ayudara a distraerse, hasta que un título en letras grandes llamó su atención: "Cómo invocar un espíritu". Leyó y releyó aquellas letras como si se tratara de un anuncio espectacular. —Esto debe ser una broma…—susurró leyendo con escepticismo aquellas palabras.
Siguió observando con atención el título del capítulo, pensando en lo extraño del contenido, ¿De verdad a Tofu le interesaban tales temas? Si sus sospechas eran ciertas, al noble doctor siempre le habían interesado los asuntos sobre magia y ocultismo, después de todo su profesión lo obligaba a poseer un conocimiento amplio sobre posibles enfermedades que pudieran llegar a presentarse, y eso incluía a las personas que aseguraban estar poseídos por alguna criatura del más allá.
Sus ojos se perdían cada vez más en la estrafalaria lectura mientras la oscuridad se intensificaba, pronto las luces de los grandes faros se encendieron provocándole un respingo. Al parecer el encontrarse leyendo justamente ese libro, no resultaba una muy buena combinación con la noche y la soledad; no obstante, continuó el recorrido con sus pupilas en el viejo ejemplar, deteniéndose a observar la simbología que contenía, los enigmáticos retratos que daban vida a lo aterrorizante, y varias oraciones escritas en algún idioma extraño.
— ¡Akane!—Exclamó Yuka, mientras su interlocutora permanecía en su asiento palideciendo por el sobresalto.
— ¡Oh, Yuka, qué susto me diste!
—Lo siento, Akane, ¿Qué es lo que traes ahí?—Consultó viendo con interés el libro que descansaba sobre su regazo.
—No es nada, sólo un libro viejo que debo entregar, ¿En dónde está Sayuri? ¿No venía contigo?
—Sí, no debe tardar, se quedó hablando con Daisuke. —Comentó con alegría.
— ¿Con Daisuke? No me digas que…
— ¡Sí, están saliendo! Admito que al principio no me pareció lo correcto, ya sabes cómo es de pervertido, pero todo ha ido bien entre ellos. Creí que Ranma te lo había dicho.
—No…no he hablado con él hoy. Me alegro mucho por Sayuri, espero que Daisuke sepa tratarla.
— ¿Hablando sobre mí?—Irrumpió sonriente, Sayuri. —Si sabe tratarme, es tan romántico…
—Hola, Sayuri, se te ve contenta. —Saludó la peli-azul.
— ¡Lo estoy! Y bueno chicas, iremos a consultar a la adivina ¿No es así? Muero por preguntarle sobre mi futuro amoroso con Daisuke. —Comentó con aire soñador.
—Oh sí, pero antes… ¿Podrían acompañarme al consultorio del doctor Tofu? Necesito entregarle esto. —Expliqué señalando el libro.
— ¡Claro, no hay problema!—Concedió la castaña, aún esbozando una sonrisa que parecía nunca desvanecerse.
Continuaron caminando, hablando sobre trivialidades, mientras varias carcajadas abarrotaban las desoladas calles. Entre tanto Akane luchaba por mantener la conversación y parecer interesada en ella, después de todo quería evitar a toda costa que alguien se diera cuenta del estado de tristeza por el que estaba pasando.
Llegaron al consultorio del doctor Tofú y estando allí, Akane les pidió a sus amigas que la esperaran afuera mientras ella hacía la entrega del libro que tanta atención le había llamado.
—Doctor Tofú. —Lo llamó desde fuera de la sala de consultas ya que había un paciente al que estaba revisando.
—Ah, Akane, eres tú, ¿Se te ofrece algo?—Consultó con amabilidad.
—Sí, es que Kasumi me pidió que le entregara un libro que usted le prestó.
—Está bien, Akane, justo a tu derecha hay una estantería, déjalo ahí por favor.
—Está bien. —Respondió la peli-azul al tiempo que con su mirada buscaba el lugar que le habían indicado.
Se acercó al estante y corrió algunos libros, de modo que pareciera que hubieran insertado uno más allí, los reordenó rápidamente cuidando que el doctor no saliera de su despacho, de lo contrario descubriría que ella planeaba quedarse con el misterioso ejemplar. Sintió algo de remordimiento ya que no acostumbraba a tomar las cosas de esa manera, sin embargo se dio ánimos mentalmente y pensó que al tener semejante colección de libros, era imposible que se acordara de alguno en particular. Después de estar lo suficientemente segura de la posición en la que había dejado todo, salió de allí para despedirse del doctor.
—Gracias, doctor, espero que nos visite pronto, ya debo irme.
—Claro que sí, y… ehh… Akane… envíamele mis saludos a Kasumi. —Decía mientras salía de la habitación en donde atendía al paciente.
—Lo haré, doctor. —Sonreí. —Hasta luego.
—Cuídate mucho, Akane.
Salieron de allí, encaminándose hacia el aposento de la famosa adivina. Entre charlas y sonrisas lograban aplacar por lo menos una parte de ese inmenso vacío que Akane aún llevaba en su corazón.
Finalmente estaban allí, el lugar se encontraba abarrotado de gente, por lo que tuvieron que formarse en una larga fila. La entrada del lugar estaba completamente en penumbras, tan sólo se podía apreciar un sutil velo que la cubría.
—Chicas, creo que… regresaré a casa, es tarde y no pienso quedarme aquí toda la noche para que una adivina me diga que me dará gripe mañana por estar aquí.
—Pero Akane, si apenas llegamos, ¡no puedes irte ahora, lo mejor está por comenzar!—Exclamaba Sayuri intentando contagiar a su interlocutora de optimismo.
—Es verdad, Akane, ¡mira la fila se mueve! Dentro de poco estaremos allí, ya verás. —Secundó Yuka a su mejor amiga.
Akane suspiró resignada, viendo con algo de molestia las personas que estaban adelante suyo, deseaba que se evaporaran para salir de ese embrollo de una buena vez.
Luego de un rato de escuchar comentarios de nerviosismo y suspenso por parte de sus amigas, finalmente tenían a escasos centímetros la tan anhelada entrada que las llevaría a ver a la famosa adivina. Sayuri y Yuka se adentraron en primer lugar, mientras Akane se quedaba a esperar su turno.
Un rato después, Akane entró por aquella puerta en penumbras, mientras observaba cuidadosamente el misterioso recinto, varios velones de enorme tamaño se encontraban puestos a ambos costados del corredor, en las paredes podía visualizarse algunos símbolos muy parecidos a los del libro. No se podía ver con claridad el suelo, la oscuridad apenas era disipada por las pequeñas llamas de los velones del pasillo, y este a su vez conducía hacia el tenebroso lugar de la adivina, el cual lucía el mismo aspecto aterrador que su entorno.
Akane caminaba totalmente absorta y atemorizada por los pasillos del lugar, cada paso que daba simplemente la aterraba, pero también la llenaba de una embargable curiosidad que le pedía explorar más, estudiar cada rincón de la espeluznante habitación, hasta lograr descubrir qué misterios resguardaba tan insólito lugar.
Continuó caminando, esta vez con el corazón en la mano, el miedo se respiraba a cada paso, el frío comenzaba a aparecer y una poderosa sensación la recorrió por todo el cuerpo. Poco a poco se fue acercando hasta una enorme mesa, en la que se podía apreciar varios objetos, entre ellos un cráneo, una bola de cristal, algunos tabacos, tazas de té, y cartas del tarot.
La sombra que cubría el rostro de la adivina fue desapareciendo en cuanto se acercó, pudo apreciar el rostro de la chica que usaba un andrajoso turbante color azul sobre su cabeza, una pequeña joya en su frente y unos ojos negros impenetrables.
Tragó en seco aún no muy segura de haber entrado al sitio correcto, se acercó hacia el asiento que se encontraba justo frente a la adivina y la observó esperando lo que dijera algo.
—Buenas noches. —Saludó la mujer con voz trémula.
—Buenas noches…—Respondió Akane, aún observando los inquietantes objetos que se encontraba en la mesa.
— ¿Cuál es la pregunta que quieres hacerme?—Inquirió estudiando las facciones de Akane.
Meditó un poco antes de contestar, después de todo ella sólo había venido a acompañar a sus amigas, no tenía algo concreto qué preguntar, así que optó por algo general; su futuro.
—Pues… yo… quiero saber qué me depara el futuro. —Dijo atemorizada por la seria mirada que le estaba dirigiendo la extraña mujer.
—Está bien. —Concedió removiendo las cartas.
Consiguió formar tres bajas y de cada una extrajo una, las colocó enfrente de las demás y poco a poco fue volteándolas para así dar su veredicto. Se estremeció un poco y luego sólo se quedó en silencio, con sus ojos fijos en las cartas observándolas con el terror vivo en sus ojos.
—Esto… esto no puede ser… —Murmuraba incrédula.
— ¿Qué es lo que sucede?—Preguntó Akane alarmada por la reacción que las cartas habían desencadenado en ella.
—Niña… tú…
Continuará…
Notas finales:
Bien, antes que nada quiero mencionar algo importante: El flash back fue tomado del capítulo 160 del animé, doblado en español latino, los diálogos que allí ven son las réplicas de lo que los personajes allí mencionan.
Dejando en claro esto... ¿Qué les pareció? espero que les haya gustado y que si así es, pasen a comentar, es gratis y no quita mucho tiempo
Un besote enorme, hasta la próxima!
