Harry Potter no me pertenece.
Capítulo I
La habitación se encontraba iluminada e inundada del aroma sutil de las lilas. Recostada en los suaves cojines de su cama, Hermione miraba la carta que, la profesora McGonagall, le acababa de enviar. Parecía no importarle nada de los que estaba escrito en ella, ni siquiera el hecho de que su time- turner le había sido devuelto. Pero hubo una frase que si llamó su atención "buena suerte 'mía' espero que aprendas mucho" Sonaba como si ella emprendería un viaje, pero el único que sus padres planeaban hacer era visitar a sus abuelos, y no creía aprender mucho de ellos.
Sin molestarse más en la carta se colocó el time-turner y caminó hacia su balcón, pronto el perfume de las lilas llenó sus pensamientos, sin pensarlo, bajó las escaleras que conducían a su pequeño jardín secreto, así lo llamaba pues solo desde su cuarto se podía acceder a él. Al instante el aroma de las violetas se entremezcló con el de las lilas y la brisa tocó su rostro como una suave caricia de amor. Seguía avanzando sin importarle nada más que el viento que jugaba con su vestido, y la sensación de sus pies descalzos sobre la suave hierba que cubría el suelo, como un manto color esmeralda. De pronto, se detuvo, y como recordando algo, abrió sus ojos. Pensó en Harry y en como le gustaría encontrar la forma de devolverle el brillo a sus ojos esmeraldas. Quitarle la sombra de la culpa que ennegrecía su corazón más sabía que era imposible, pues Sirius estaba muerto. Las lágrimas invadieron su rostro, inconscientemente, se llevó las manos al pecho,inmediatamente un brillo la rodeó, y todo a su alrededor empezó a girar. Estaba asustada, no sabía que pasaba solo podía escuchar una voz que le deseaba buena suerte y decía que todo iba a estar bien, después todo se calmó, medio tambaleante se levantó y arregló su vestido, levantó su cabeza y se encontró frente a ¿pero cómo podía ser?
Bienvenida a Hogwarts de 1972 -un más joven Albus Dumbledore la saludó, mientras le indicaba que se sentara- si mal no recuerdo te llamas Hermione Granger ¿o me equivoco.?
Como si alguien hubiera encendido una luz miró, a su alrededor y reconoció que estaba en la oficina del director de Hogwarts pero ¿cómo? era la pregunta y ¿por qué? Levantó la vista y analizó a la persona que tenía enfrente, sí, era Dumbledore, pero parecía como si fuera años más joven. Un momento había dicho ¡1972!
Bueno creo que tendremos que empezar por el principio -le dijo- Se preguntará porqué estás aquí. La verdad, ni yo mismo estoy seguro solo sé que mi yo del futuro me envió una carta diciendo que llegaría. Su carta o mi carta decía que esta aquí para cumplir una misión que solo alguien como usted podría llevar a cabo. ¡Ah! Y Creo que esto le pertenece -le dijo dándole una llave y una vieja capa- Es la llave de su cuenta en Gringotts señorita.
Pero debe haberse equivocado -le respondió Hermione después de examinarla detenidamente- mi apellido es Granger no Belmondo.
No esperaba que en el pasado se llamaría igual señorita, de hecho su nombre completo será Hermione Atena Belmondo. Sus padres murieron el verano pasado cuando usted solo contaba con diez años, dejándola al cuidado de un viejo amigo de la familia cuyo nombre es Albus Dumbledore. Su madre era irlandesa y su padre francés, Hermia y Marcel Belmondo, ambos grandes magos. En esta bolsa encontrará algunas fotos y recuerdos de su infancia. Como puede ver señorita Belmondo, alguien se tomó el tiempo de arreglar su vida. Mañana irá a buscar sus libros, ropas y demás utensilios que necesitará para iniciar su primer año en Hogwarts.
-Todo suena muy bien profesor pero hay algo que no concuerda, usted dijo que yo iniciaría mi primer año en Hogwarts, pero dentro de unos meses cumpliré dieciséis no once, y como me puede ver es imposible que solo tenga diez años-
Usted es la que tiene que verse en un espejo y pronto -dijo señalándole uno y entregándole una carta- esto le explicará mejor las cosas.
Hermione abrió el sobre con manos temblorosas, sacando la carta comenzó a leerla
Querida Hermione:
Espero que hallas llegado a tu destino con bien. Ojalá comprendas nuestras maneras y el inusual medio por el cual fuiste llevada al pasado. Algunos miembros de la orden pensamos que serías la persona correcta para emprender ese viaje y llevar a cabo una misión que tendrás que descubrir sola. Así es Hermione, me temo que no podemos decirte cuál es, sólo puedo decir que por medio de un muy poderoso hechizo pudimos enviarte, así como, convertirte en una niña de diez años pronta a cumplir sus once años al final del verano. No sabemos con exactitud si llegarás ahí al final o a mediados del verano, sólo esperamos que llegues antes que el curso empiece. Espero que sigas siendo mi alumna más brillante y que encuentres amigos en forma de animales y enemigos. Confiando que sepas usar la capa que ya debe de estar en tus manos y deseando elijas lo mejor para todos cuando llegue el momento, me despido.
Buena Suerte Mía
Minerva McGonagoll.
Sus ojos se encontraban anegados de lágrimas al terminar, por milésima vez, de leer la carta. Secó sus lágrimas con sus manos y se dirigió al espejo. Sus ojos se abrieron en una expresión de asombro. Una niña de cabellos color castaño, largos, con suaves ondas, se reflejaba en él. Miró su cuerpo de formas infantiles enfundadas en un vestido demasiado grande para su edad. Era verdad. Tenía diez años otra vez y estaba en el pasado. Con un gesto de resignación se volvió hacia el profesor y le dijo
-creo que me espera un tiempo muy interesante ¿sabe cuando podré regresar?-
Me temo que no sé la respuesta a su pregunta señorita Belmondo -le extendió la mano y continuó- Creo que tendrás que ir a Diagon Alley a buscar tus cosas. No debe tardar -dijo examinando su reloj- ¡Ah! Hagrid me empezaba a preguntar dónde estarías. Hermione necesita ir de compras.
Un no muy cambiado Hagrid le sonreía desde la puerta invitándola a que lo siguiera. El corazón de Hermione se alegró al ver a su querido amigo. Juntos Viajaron a Diagon Alley vía chimenea. Pronto se encontró rodeada de gente. Hagrid la llevó al banco y su sorpresa fue mayor al ver que estaba llena de dinero. Era una gran fortuna para ella sola. Ahora sabía lo que Harry había sentido. Sus ojos se volvieron a nublar con el recuerdo de sus amigos. Rápidamente sacó esos recuerdos de su mente. Y como la primera vez se fascinó con el entorno lleno de magia y fantasía. Después de Gringotts fueron a la tienda de Madam Malkin, donde adquirió sus uniformes y algunas otras cosas que le faltaban, la siguiente parada fue Flourish y blotts. Por último fueron al boticario a comprar sus ingredientes. Y al igual que en el futuro haría con Harry, Hagrid le compró un presente un hermoso búho tan blanco como la nieve, se parecía mucho a Hedwig, lo llamó Eros.
Debes estar un poco confundida ¿no Hermione? -le preguntó Hagrid- Al tiempo, me refiero, creo que tu cumpleaños esta cerca, sino mal recuerdo Dumbledore dijo que era el 29 de agosto, Pues, es dentro de tres días sino lo sabías. Hoy es 26. Pasarás los últimos días aquí. Dumbledore dijo que tú podrías llegar sola a la estación el primero de septiembre ¿o me equivoco?
Hermione asintió y sonriendo le dio a Hagrid un abrazo. Él la llevó al caldero chorreante donde almorzaron; y más tarde la llevó a su habitación, Hagrid regresó a Howgarts dejando a Hermione sola en su habitación.
Al fin tuvo tiempo de analizar su situación. Hagrid le había dicho que era 26 de agosto, y estaba en el año 1972. Toda su vida había sido reconstruida por alguien, hasta la fecha de su cumpleaños era otra ¿Quién pudo haber sido?; ¿Quién podía ser tan poderoso para atreverse a jugar con el tiempo? No se le ocurría nadie.
Volvió a pensar en la fecha, 26 de agosto de 1972 ¡Por los dioses! Gritó en silencio al recordar a los padres de Harry, los merodeadores, ellos estarían en la escuela ¡claro! Por eso la profesora McGonagall le había dicho que esperaba que ella encontrara amigos en forma de animales y enemigos ¡Dios Mío! El profesor Snape también estaría en Hogwarts ¿cómo se suponía iba a actuar entre estas personas? Se recostó en su cama y empezó a llorar. Pensó en sus padres ¿qué sería de ellos¿qué pasaría si nunca regresara a su tiempo? Pensó en Harry y Ron. ¿Por qué la habían elegido a ella? Esto no era justo. Se fue calmando poco a poco y entre un torbellino de pensamientos y recuerdos, se quedó dormida.
