Originalmente iba a escribir sobre Patamon o la escena con el silbato (desde el punto de vista de los digimon antes de que llegaran los humanos y/o tras la reunión) pero no me convenció el resultado y la siguiente escena en mi lista era con Meiko.
PD: Si llevé bien el tiempo en Kokuhaku de inicio a fin pasan como dos meses.
...
El recuerdo de la batalla de hace unos días todavía le hacía temblar y pensar en su digimon le daba ganas de llorar. Tras tantas semanas sin tener noticias su breve reencuentro la volvió testigo de como sus nuevos amigos perdían a sus digimon mientras que ella no pudo hacer nada, donde su único intento por ayudar terminó causándoles más problemas.
Ya no podía negar cuan cansada estaba de la situación. Tampoco el miedo de volver a arruinar el plan de los otros que le hizo rechazar la propuesta de Takeru de ir con ellos al Digimundo, un lugar al que nunca había ido a diferencia de ellos.
"Es lo mejor si no estoy involucrada. Todos serán más felices de esa manera... yo podré ser feliz"
Se dijo una y otra vez volviéndose esas palabras lo único que le permitían seguir avanzando con su día. Sin embargo no era suficiente para sacarla de su estado de aturdimiento, mismo que le hizo dejar caer un vaso de jugo que llevaba. Durante un segundo se quedó mirando los fragmentos de vidrio antes de agacharse a recogerlos cortándose un dedo.
Era solo una gota de sangre, una herida menor que llevó su mente a revivir el pasado donde vivía una niña valiente. Una que a pesar de compartir el mismo nombre y apariencia al escuchar un ruido se adentró entre los arboles encontrándose con una criatura desconocida que conocía su nombre. Una niña que abrazó a su digimon antes de saber que serían compañeros.
Todavía incapaz de levantarse para curar su dedo Meiko recordó vividamente aquella otra ocasión donde se cortó y la principal diferencia entre ambas ocasiones. La niña valiente se había cortado para impedir que Meicoomon se lastimara y fue capaz de sonreír afirmando que era una niña fuerte, la Meiko actual no podía ni siquiera recordar que era lo estaba haciendo con los jugos.
"Antes...yo..."
Imaginarse a esa niña valiente en su misma situación le daba la impresión de que no estaría perdiendo el tiempo como ella, hubiera tomado la propuesta que le hicieron de inmediato y seguiría luchando por rescatar a su compañera. Casi podía verla quejándose de que estuviera todavía en la casa pretendiendo que los años que pasaron juntos nunca existieron.
Ya no podía volver a esa niña valiente, ni siquiera recordaba a dónde se había ido mientras crecía pero... era a ella a quien necesitaban.
Secándose las lágrimas con el antebrazo salió de la casa corriendo dejando todavía los trozos de vidrio en el piso. Eso no era importante, lo importante era llegar al punto donde el resto estaba reunido en su intento de ir al Digimundo. Takeru dijo que la esperarían pero no sabía durante cuanto tiempo lo harían. Ni siquiera, en su repentino afán, estaba segura de que hora era.
Pero había sido tarde. Con la respiración agitada se sintió derrumbar cuando al llegar no encontró rastro de los otros. Había desperdiciado su ultima oportunidad para recuperar a Meicoomon.
