Lost Canvas y Saint Seiya son de Shiori Teshirogi Y Masami Kurumada.
Es una continuación de Obsesión, gracias a AnnAndre92 por hacer que me tiente y escriba la continuación de esa historia xD. Espero dejarles boquiabiertos con lo que pasa en este cap xD.
Lecturas previas para este fic:
Mio.
Obsesión.
La verdad.
El chico entro apresurado a la casa, lo había visto… Ese hombre que le había criado y dado cariño en un principio de su vida y luego lo había vuelto un prisionero estaba en uno de los pueblos cercanos. No quería, no quería volver al infierno.
-¿Qué hare?-miro un momento una repisa llena de diversas sustancias. Su amigo solía jugar con la alquimia decía que era un pasatiempo entretenido. No Vivian en la casa de él, vivían más al norte, lejos del lugar donde ese hombre le buscaría. Se acercó a la repisa y tomo uno de los frasquitos, sabía que esa sustancia en altas dosis era veneno.- No quiero volver… No quiero ser encerrado de nuevo…-quito el tapón y acercó el frasco a sus labios. Antes de hacerlo se arrepintió y miro sobre la mesa, no podía irse sin dejar una nota. Dejo el frasco y comenzó a escribir una carta. Su última voluntad y despedida hacia el único amigo que tenía.
Camus:
Ante todo te pediré que no juzgues mi decisión, he visto a tu padre en uno de los pueblos. No soportare el encierro una vez más, no podré soportarlo ahora que me has ayudado a conocer la libertad. Estoy eternamente agradecido por lo que hiciste por mí y como te has arriesgado todo este tiempo por ayudarme a vivir la libertad .Muchas gracias, por haber sido mi luz en los momentos más oscuros de mi vida. Gracias, por todo lo que has hecho por mí.
Solo quiero pedirte un único favor, lleva mi cuerpo a Grecia. Mi alma ya será libre, por lo tanto que tu padre se quede con mis restos y haga con ellos los que se le venga en gana. Que sepa que esta decisión la tomó solamente para librarme de él. Que sepa que me tiene y a la vez no. Que sienta lo que yo sentía cuando salíamos, pero no me dejaba ser libre.
Gracias, nuevamente, por todo lo que has hecho por mi… Incluso cuando atraviese el valle de la muerte. Tendré presente lo mucho que me has hecho feliz en estos últimos meses de vida. Gracias por haberme liberado de esa jaula y haberme dejado volar… Gracias por ser mi fiel guardián durante esa libertad… Gracias amigo mío.
Milo.
El chico llevo el frasco una vez más a sus labios y bebió un trago amargo de la sustancia. En eso llego Camus, quien le vio realizando esa acción… Por un momento el joven vampiro se quedó petrificado para luego reaccionar veloz y provocarle el vómito al chico. El joven vomito el veneno que había ingerido y cayo de rodillas comenzando a llorar por la angustia y el miedo.
-¿QUÉ DEMONIOS HACES?-pregunto completamente alarmado el joven vampiro- ¿Por qué hiciste eso?-tomo el rostro del joven y le miro a los ojos- Milo… eres mi único amigo… ¿Por qué diablos hiciste eso?
-Vi a tu padre… en uno de los pueblos cercanos a tu casa…-informo, mientras se acurrucaba en el pecho de su mejor amigo- no quiero… no quiero ser su prisionero nuevamente…
-Entonces, me asegurare que eso no pase…-le informo el otro mientras le acariciaba el cabello.
-Tú mismo me dijiste que no eres tan fuerte como él…-comento Milo, quien ya comenzaba a imaginarse de nuevo encerrado en esa mansión.- no podrás hacer nada…
-Soy muy listo Milo…-el chico sonrió- si podremos hacer algo… algo que mi padre no esperara…
-¿Qué?-Milo le miro a los ojos.
-Quisiste matarte…-El otro amplio su sonrisa- le haremos creer a mi padre que así lo hiciste… Solo necesitare un poco de tu sangre y que te quedes aquí escondido…
-¿Qué harás?-el otro le miro preocupado, era solo un adolescente de 18 años y su amigo bueno… Camus era un vampiro de 389 años que parecía de 21.- Puede hacerte daño…
-No lo hará… no te preocupes-informo mientras levantaba una de las mangas de la chaqueta de Milo- necesitare un litro de tu sangre… Tal vez dos… exageradamente…
-¿Para qué tanta?
-Confía en mí… Yo sé lo que hago.-Y si lo sabía.
Cuatro días después, Mansión de Degel, Norte de Grecia
Camus se acercó con una pala y una bolsa a una estatua con un Angel. Sin duda el lugar perfecto para armar la treta. Cabo un poso poco profundo, saco de la bolsa de piel prendas de Milo y otra bolsa más pequeña. De la bolsa pequeña, extrajo dos botellas de vino y el cabello de Milo. Le había cortado el cabello a su amigo y sujeto todo con una liga. Tiro primero el cabello, tomo las prendas y las baño en la sangre que contenían las botellas. Una vez estas estuvieran empapadas con la sangre las volvió a meter en la bolsa y las arrojo en el pozo. Acomodo todo y luego arrojo la tierra con sumo cuidado… Todo era cuestión de tiempo. Tendría que correr con mayor velocidad que nunca antes en su vida. Su padre no tardaría en acercarse a su morada y tendría que tener bien armada la mentira que le diría e interpretar a la perfección su papel.
Tres días después, Casa de Camus, Oslo, Noruega.
Como bien había pensado, su padre apareció en su morada y mordió el anzuelo como lo había esperado. Le costó fingir su llanto, tenía que mentalizarse que realmente Milo se había muerto… Todo fuera por liberar a su único amigo de la locura obsesiva de su padre. Para su felicidad infinita, su padre se creyó la mentira y fue a verificar sus palabras a Grecia.
Dos semanas después, en una casa en el bosque.
-¿Milo?-el chico no tardó en aparecer- engañe a mi padre, todo indica que volvió a Grecia y cree que estás muerto…-informo, aun sentía el aroma de la sangre de su mejor amigo, provenir del corte en su brazo.- ¿Listo para irnos?
-¿A dónde iremos?
-Bien lejos de mi padre y de Europa….
Jinán, China, un año después.
Milo estaba sentado frente a la mesita, hacia un año que habían llegado a China y vivían ahí cómodamente. Sirvió un poco de té a Camus y sus invitados. No era bueno a la hora de escribir, pero si a la hora de hablar el idioma.
Era libre se había escapado de las manos de su carcelero, pero en cierta forma lo extrañaba. A fin de cuentas, ese vampiro había sido todo para él por años… A pesar que fuera libre, lo extrañaba a su manera. Solo no se comunicaba con él por una razón, por miedo a que le encerrara y lo volviera a tener cautivo.
Una vez los invitados se hubieran retirado, Camus y Milo se quedaron solos en la elegante casa que el primero había comprado. El vampiro se dio cuenta que algo andaba dando vueltas por la cabeza del joven heleno, por lo tanto con cuidado fue tanteando el terreno hasta que pregunto:
-¿Quieres ver a mi padre?-el chico le miro sorprendido y luego desvió la mirada- debo decir, que él fue más padre contigo, de lo que fue conmigo.
-Perdona Camus…
-No pidas perdón, Milo…-El joven cerro los ojos y luego se sirvió un poco de té.- Entiendo lo que te pasa, no puedes arrancar a alguien de tu vida tan fácilmente… Menos si ese alguien es importante para ti…
-Si sabe que estoy vivo se enfurecerá…
-Puede que haya madurado.-informo Camus, antes de llevarse la tacita a los labios.- Cualquier cosa… escaparemos. Ya lo hemos hecho antes…
-No entiendo aun como te tomas todo tan tranquilo y fríamente.
-Ya lo dijiste, lo tomo todo fríamente…-el vampiro le miro y sonrió- eso es lo que me diferencia en la actualidad con mi padre… Si gustas escribirle, me aseguraré que reciba la carta…
-¿Cómo?
-Tengo mis métodos Milo y para asegurarnos, dejaremos que la postilla diga que salió de China…
-¿QUÉ?-El heleno le miro aterrado- ¿Te volviste loco?
-No, Milo, piensa un poco… Mi padre jamás creería que le mandaríamos una carta con el sello del país en que estamos.-El heleno lo pensó un poco y asintió- y mucho menos creería que estamos en China, pensara que le estoy tomando el pelo.-el otro soltó una risita.- escribe lo que quieras... Yo le haré llegar la carta.
-Está bien…-Milo asintió, se levantó y se dirigió a su cuarto para escribir la carta.
Continuara.
