La creación del Mundo:

Desesperado, el pobre Espíritu Camaleón corrió a ocultarse en donde pudiera. Gracias a él, la gente creada por su señor el todopoderoso Uchulongu estaba condenada a convertirse en mortales. ¿Por qué? ¿Por qué tuvo que distraerse en el camino? Todo había sido tan rápido.

—Moktobok, tu misión es simple — dijo la deidad. — Ve hacia mi pueblo, los Zulús y dales la noticia que su Creador ha decidido darles la vida eterna. Dales la noticia Moktobok; ese es el mandato del Creador.

Y así lo hizo, pero su torpeza lo hizo distraerse con los alrededores de las tierras de su Amo y pronto éste decidió cambiar de parecer. Esta vez tomando por mensajero a un Espíritu Lagarto, decidió que los hombres serían mortales y no había vuelta atrás. Siendo su torpeza un gran impedimento no pudo llegar a tiempo y los Zulús fueron mortales igual que el resto de las tribus humanas creadas por los otros Dioses. No temía en lo absoluto en lo que le diría su Amo, pero el hecho era que Moktobok no podía dar la cara ahora. Desesperado decidió esconderse en la Nada; aquel espacio infinito que los otros Creadores de los diferentes Pueblos de la Humanidad y otros pueblos que se irían extinguiendo con los años, decidieron no tocar. Era un espacio infinito y hermoso, el único lugar en donde la vergüenza de Moktobok parecería pequeña.

No supo cuánto tiempo estuvo vagando solo y en silencio, tal vez fueron días o miles de años. Para alguien tan humillado por sus recuerdos, una pequeñez de Mortales como lo era el tiempo no importaba tanto. Fue entonces cuando se dio cuenta que no era el único Espíritu solitario vagando en la nada.

Se dice que cuando Moktobok la encontró a ella, primero dio un grito de terror al ver al gigantesco animal fijar su mirada en él: era una gran vaca lechera, cuya presencia imponía no sólo por su gran tamaño sino por la tristeza en su mirada.

—¿Te asusté? — Preguntó ella hablando directamente al alma, pues así se comunicaban los Espíritus. Era un lenguaje mucho más allá que cualquier Mortal podría aspirar. — Lamento si mi presencia te incomoda pequeño de sangre fría, es sólo que me has despertado de mi siesta.

—Lamento haberlo hecho — dijo Moktobok ya aliviado por el tono amable y amistoso de la Vaca. — Es tan infinito el espacio en el que nos encontramos que no esperaba encontrarme con nadie, es todo.

—Entiendo — dijo la Vaca riendo por lo bajo. — En serio que encontrarnos el uno al otro era una probabilidad en un millón, pero no me sorprende tampoco. El tiempo no existe para Seres como nosotros.

Moktobok sabía de lo que ella hablaba, ya que fue por algo similar porque terminó en la Nada. La gran Vaca se movió amablemente al Camaleón ofreciéndole una de sus ubres.

—¿Deseas leche, Camaleón?

El Espíritu miró sorprendido a la Vaca. ¿Le estaba ofreciendo de su leche? Adivinando lo que pensaba el pequeño, la Vaca sonrió:

—No te extrañes de mi gesto pequeño amigo. Desde que fui creada por el Supremo, mi único deber y júbilo ha sido de ofrecer de mi leche a aquel junto al que fui hecha. Un Gigante llamado Ymir, que se alimentaba de mi leche y a cambió forjó a los Dioses Humanos del Norte.

—¿El Gigante que asesinaron y que a partir de su cadáver formaron el continente de los Hombres y Mujeres rubios? — Dijo el Camaleón sorprendido. Si eso era cierto esa Vaca no fue creado por una Deidad de segundo plano como él sino fue una creación directa del Supremo; aquel del que irradiaba el poder de la Vida misma y que ésta era forjada según lo que decidieran las Deidades secundarias, como el Amo y Creador de Moktobok, Uchulongu.

—Mi nombre es Voluspa — dijo la Vaca agachando su cabeza. — Y el ofrecer mi leche es mi mayor júbilo, pues me hace sentirme útil. He estado tan sola desde que Ymir fue asesinado por los mismísimos Dioses que él creó.

—Por eso la tristeza en tu mirada — dijo Moktobok. — Soledad.

—Así como tú sientes culpa, pequeño. Dime ¿cómo te llamas y cuál es tu historia?

Moktobok entonces pasó a relatarle a Voluspa su gran equivocación y cómo con toda razón los Zulús odiarían a su gente por el resto de la eternidad. La Vaca no lo reprendió, sino con maternal cariño lo abrazó y dejó que su soledad escapara en forma de pequeñas lágrimas, lágrimas que cayeron en lo infinito de la Nada creando un gran mar sobre el cual la vida podría ser originada, pero no sin el empuje adecuado.

Pero no importaba en aquel momento, todo lo que importaba ahora era que gracias al vínculo de Amistad creado entre la Vaca y el Camaleón, su soledad desapareció sin dejar rastro. A partir de aquella vez, se hicieron mutua compañía.

...

Ixchel y Noj no podían más, por mucho que Quétzalcoatl el Príncipe de los Nahuales les repitiera que su rol en el universo era el guiar y proteger a los seres humanos, ambos sentían en el fondo de sus almas de Espíritus que estaban destinados a mucho más. Noj era un Nahual tipo Abeja o Ajmaq; mientras que Ixchel era una Nahual tipo Kawaq o Tortuga. Ambos decidieron apartarse del camino designado por Quétzalcoatl y perderse en la Nada. No sabían por qué, pero sentían que la mano del destino los guiaba a aquel paraje infinito.

Sólo se tenían el uno al otro, una Amistad nacida de ese deseo de hacer más que lo que fue escrito por los Dioses, y al igual que Moktobok, no supieron cuánto tiempo fue el que estuvieron vagando sin oficio ni beneficio. El hecho es que finalmente llegaron al final de su búsqueda, sin saber qué era lo que buscaban, al hallar una gran masa de agua sobre la cual crear la Vida. Ellos juntos no tenían el poder suficiente para darle forma a ese mundo hecho a base de agua, pero sí podrían hacer algo para que no se viera tan desolada; así pues usando su cera de Abeja, Noj creó el primer pedazo de tierra sobre aquella masa; mientras que Ixchel usando su naturaleza de Tortuga, se hundió en las profundidades de aquel océano en medio de la Nada y crear las corrientes que definirían el mundo. Y ambos vieron que su obra era buena, una base de lo que sería de ahí en adelante.

Atraídos por la actividad, Voluspa y Moktobok descendieron.

—¿Qué es lo que hacen aquí? — Preguntó Moktobok a los extraños.

Noj lo miró indiferente, Moktobok era pequeño pero para Noj era un gigante. Aun así no había ningún ápice de miedo en la mirada de Noj. De hecho se miraba tranquilo.

—¿Es tuya toda esta agua?

—Sí y no — dijo Moktobok. — Cayó de mí cuando lloré en los hombros de Voluspa pero no le di ningún uso, no como ustedes por lo visto.

—Le hemos dado una dirección y un propósito a esta agua — dijo Ixchel emergiendo de las aguas. — Pero no podemos darle una forma a menos que unamos fuerzas. Todos nosotros hemos acabado aquí por alguna razón, no importa cuál. Lo único que a mí me importa es que estamos aquí y si nos unimos podemos hacer algo bello a partir de todo esto.

—La Magia de la Amistad creará Vida de la Nada — se rio Voluspa. — Me agrada como piensas. Mi nombre es Voluspa...

—Ixchel.

—Noj.

—Moktobok.

No había necesidad de más presentaciones. Usando su leche, Voluspa salpicó el cielo de estrellas, estrellas brillantes que iluminarían la noche. Sin embargo cuando intentaron darle forma al mundo, no pudieron. Todavía necesitarían más ayuda, y tenían el presentimiento que ésta les llegaría pronto.

Efectivamente, por al extraño grupo se unieron otros solitarios seres que venían a aquel paraje en busca de paz mental y la oportunidad de iniciar algo nuevo:

Un extraño ser como ser humano únicamente el torso, pero sus piernas y cabeza eran como las de un gigantesco toro. Minotauro, al ser vencido por Perseo, decidió vagar en la Nada en busca de un nuevo comienzo; y justo a mitad de su travesía, se topó con otro Ser perdido que buscaba un alivio a su soledad: Slipnir, el caballo de Odín, Dios Nórdico; que se quedó sin un amo a quién servir luego que los Dioses del Norte se eliminaran los unos a los otros en un conflicto extraño.

—¿También estás solo? — Quiso saber Slipnir al ver al Minotauro.

—Poseidón me creó para vengarse de un Mortal y luego me desechó como basura ahora que fui derrotado por el maldito de Perseo — gruñó de mal humor el Minotauro. — Así que sí: estoy solo. ¿Qué hay de ti? ¿También te desecharon cuando ya no fuiste necesario?

Slipnir negó tristemente.

—No amigo mío, yo simplemente ya no tengo a quién servir ahora que las guerras entre semejantes los exterminaron a todos, mucho me temo que pronto los Mortales creados por nuestros antiguos Amos igualmente sufrirán ese destino.

Minotauro suspiró.

—Me dan algo de lástima esos pequeños Seres, sus similitudes los separan más que lo que los unen. — Luego movió la cabeza pensando en todos los Mortales creados por todos los Seres de la Creación bajo el mando del Supremo. — Hijos de diferentes padres pero al final todos Humanos. Sus necesidades son similares pero al no ser hijos de uno mismo, las cosas están así entre ellos. Si tan solo tuviéramos el poder necesario, podríamos crear algo nuevo; unos seres que no se eliminen los unos a los otros ya que sus diferencias los unirían, no los separarían entre sí.

—Se darían mutuamente lo que no necesitan; se repartirían el Mundo según lo que cada Especie requiera. Un pensamiento muy hermoso.

Ninguno se dio cuenta que mientras hablaban, seguían su camino a través de la Nada y que conforme se acercaban al otro grupo, su conversación era oída y estudiada. Finalmente los cuatro Seres perdidos se presentaron ante ellos y les propusieron unirse a su proyecto de Creación.

Slipnir estuvo de acuerdo y emocionado corrió con sus poderosas patas por todo el mundo a fin que el impacto diera forma a los continentes creando montañas, valles y lagos. Minotauro pensó y repensó hasta que finalmente contribuyó al Mundo con un regalo que se trajo de las tierras que visitó mientras vagaba: semillas de toda clase para que las plantas crecieran. Y para finalizar, entre los cinco Seres: Moktobok, Voluspa, Ixchel, Noj, Slipnir y Minotauro combinaron su poder y un gran y hermoso Mundo por fin tenía una forma esférica, como todos los Mundos debían de tener. Estaban a media tarea cuando se unió el último de los Seres que contribuiría con aquella obra: una Familiar Búho, un ser que comenzó con un animal más pero al ser usado por un Druida Celta como su puerta entre mundos para comunicarse con los Aradia, la Doncella de la Luna, se transformó en un Ser de Creación. Al igual que Slipnir, la razón por la que vagaba por la Nada era porque se quedó sin amo al morir éste repentinamente. Debido a su origen como Mortal, su poder era pequeño y no podía contribuir gran cosa con la obra; pero los demás le aseguraron que no era necesario, que bastaba con que hiciera lo que pudiera. Sin embargo la Búho, llamada Serena, no se contentó con eso y regaló a los futuros Pueblos que habitasen en aquel mundo los conocimientos de Magia de su antiguo dueño.

Agradecidos por el gesto, dieron la obra por concluida. Ahora sólo faltaban sus habitantes.

Siguiendo la ideología de Slipnir y Minotauro, decidieron que aquellos pueblos no tendrían guerra entre ellos jamás, por lo que tomaron medidas y los crearon diferentes los unos de los otros. Slipnir creó criaturas semejantes a él, equinos; equinos de diferentes colores y pequeños y lindos, no grandes y amenazadores como los que usaban los Dioses del Norte, los Asgard. Al ver todo el conocimiento Druídico que Serena trajo con ella, no supo qué tipo de regalo darle a su gente; si la conexión con la naturaleza, la capacidad de influir en el clima o bien, la magia en sí misma. Finalmente, tomó la decisión de darles las tres a la vez; pero separando a las Especies en tres; unos dominarían las fuerzas de la naturaleza y serían los encargados de alimentar a su gente, los ponis terrestres. Los otros manejarían las nubes y el clima, asegurando una buena cosecha de los ponis terrestres y compartirían los frutos de la tierra los unos con otros; para darles más facilidad con estas habilidades, les dio alas creando así a los ponis pegaso. Los últimos, los unicornios, se les dio la Magia en sí misma para que protegieran a su pueblo de todo mal y llamaran a los astros de Voluspa para brindarle al mundo el día y la noche. Todos trabajarían juntos y aunque fuesen diferentes tribus, trabajarían como una. El nacimiento de la poderosa raza Poni.

El camino que tomó Ixchel fue mucho más extraño. No hizo seres a su imagen y semejanza, sino que les dio una forma dracónica como era Quetzalcoátl. Dragones serían ellos y al igual que Slipnir, dividió entre tres los dones de Serena: al primer grupo le brindó la poderosa conexión de la naturaleza para que pudieran extraer de ésta los minerales que su pueblo usaría para consumir o para construir hermosas viviendas, dragones tipo terrenal. A los segundos los brindó de temibles alas con las cuales manejarían las corrientes cálidas o frías, siendo éstos los dragones aéreos y que se encargarían de traer las estaciones, sería luego problema de cada Pueblo cómo recibir a las estaciones. Por último creó a poderosos dragones alargados con pequeñas patas sólo al frente, los tipo serpiente, ellos se encargarían de usar su magia para hacer que la tierra expulsara su fuerza a través de los volcanes.

Serena pensó que estas dos razas tenían demasiado poder, pero no le importó gran cosa. Le dio a su gente la capacidad de volar y correr a la vez, dándoles grandes velocidades tanto en tierra como en el aire; los grifos. Ellos no tendrían división alguna entre especies y su deber en el mundo sería arrear tanto animales aéreos como terrestres para que migraran de acuerdo a las estaciones.

Noj, fiel a su naturaleza de abeja, formó seres parecidos a los ponis de Slipnir, pero que recordaban a la vez a insectos. Organizándolos como colmena, él les dio a todos la magia y la capacidad de volar por los cielos; pero a bajas alturas, y también una extraña magia de las emociones, que les permitía manipularlas a voluntad; incluso subsistir a base de éstas. Con un ambiente de paz y armonía a esta gente le bastaría vivir tranquilos sin molestar a otros; pero también les dio la capacidad de cambiar de forma para poder perderse entre las multitudes en caso pronto se vieran alejados de su colmena. Ese fue el nacimiento de los Changelling y su deber en el mundo sería tomar todos los sentimientos de negatividad y desecharlos pues también les dio la capacidad de absorber por completo una emoción.

Voluspa creó dos razas diferentes, aunque siempre semejantes a ella. Ambas con una conexión muy poderosa con la madre tierra, los búfalos y las vacas. Por su parte las vacas convivían pacíficamente entre cualquier pueblo y con su poder oculto, se alimentaban de las plantas de la tierra y la convertían en deliciosa leche de la cual podía sacarse diversos productos para todas las razas, alimenticios y recuperadores, lo que le permitía a éstas tener mayor fortaleza en momentos de necesidad. Por otro los búfalos, que corrían por la tierra creando temblores que la ayudaban a liberar su fuerza interna sin dañar a otros. Una perfecta combinación en su humilde opinión.

Finalmente Moktobok, él no quería crear una raza reptiliana pues aún estaba traumado con el odio de los Zulús a éstos, así que tomó la idea de Slipnir e hizo una nueve raza equina, independiente del pueblo poni. Tomando la forma de las Cebras mortales, éstas tenían una poderosa conexión con la naturaleza y tenían la facilidad de hacer que ésta creara sus frutos; no vegetales como con los ponis, sino grandes selvas y bosques, además de un infinito conocimiento de cómo usar las plantas salvajes para pociones más salvajes; consagrando su raza como curanderos.

Finalmente el mundo estaba listo y los Espíritus de la Creación dieron por terminada su obra; o al menos eso pensaron. Dejaron que cada pueblo se desarrollara e interactuara por su cuenta por algún tiempo para luego regresar y contemplar el fruto de sus trabajos. Era el caos, por todas partes las diferentes razas creaban conflictos entre sí; eran pequeños y sólo afectaban a unas cuantas aldeas pero así comenzaron los humanos. Preocupados por lo que ocurriría, los Espíritus hicieron un consenso.

—La idea de todo esto era evitar intervenir como lo hacen los Creadores en el mundo Humano — Se quejó Moktobok. — ¿Qué se supone que hagamos? Por cómo se ve, terminarán igual que la Raza Humana.

—Tenemos que hacerlos unirse — razonó Slipnir. — Un enemigo común que los haga reconciliarse de una buena vez, pero no demasiado maligno sino…

—Travieso, como un hombre que se niega a ser niño — dijo Ixchel encantada con la idea. — Un sujeto molesto, pero poderoso a la vez.

—Y en caso aquello no funcione, algo más fuerte para disuadirlos de luchar entre ellos — añadió Noj. — Un guardián que se asegure de hacerle pasar un mal rato si se atreven a romper la armonía.

Pensaron, eran buenas ideas pero no tenían cómo realizarlas. Pero una vez más la suerte les sonrió, parecía que al Supremo le agradaba lo que estaban logrando en aquel mundo y mandó a otro grupo errante a estos espíritus de Creación. Eran un grupo de seres malditos, fríos como el hielo y que vagaban en el mundo humano en busca de almas humanas a las cuales robarles el corazón dejando este frío como ellos. Pero hartos de esa vida de oscuridad y maldad, buscaban un nuevo hogar y un nuevo inicio. ¿El nombre de estos seres? Windigos.

El grupo de Windigos habló con los Creadores y aceptaron convertirse en sus guardianes, pues esto era justo lo que buscaban: un comienzo menos macabro. Sólo uno de ellos solicitó hacer algo más, pues decía que la responsabilidad del orden no le agradaba, que era aburrido y que él necesitaba divertirse. Algo más.

—¿Si te doy la fuerza para hacer lo que quieras en el mundo, estarías feliz? — Dijo Serena mirando fijamente a este Windigo.

—Depende — dijo él. — ¿Cuál es el truco?

—Que quiero que te limites a ser molesto, no mortal; molesto. Tus poderes sólo han de ser usados para crear desorden, confusión, malestar; pero jamás desencadenar la guerra o el odio entre la gente. Puedes molestar, JAMÁS, hacer el mal.

El ser lo pensó un poco y sonrió.

—¿Y mi rol sería?

—El que nuestra gente tenga un enemigo común — respondió desganadamente Minotauro. — Si quieres el papel de ser detestado por todos, adelante, Windigo. Toma la oferta de Serena.

El ser claro que aceptó; y una vez ella le dio el poder que necesitaba, rio como un demente y tornó su forma en algo extraño: cabeza de cabra, cola de serpiente, ala de murciélago y otra de pegaso. Los otros tenían una gotita en la sien.

—¿Qué se supone que significa eso? Cualquiera diría que nos emborrachamos y creamos algo entre todos — dijo Ixchel.

—Di lo que quieras, pero para mí no es divertido si tiene sentido — rio la extraña quimera.

Los demás rodaron los ojos, pero sonrieron a la vez. Este sujeto era justo lo que necesitaban para su mundo; pero para asegurarse que no hiciera nada malo, reiniciaron su mente entre todos. Ahora él existía desde siempre en ese mundo y todo lo que quería era hacer el caos. No gobernar, no destruir a las razas; únicamente llevarlas al límite. ¿Su nombre? Discord…

Voluspa entonces sopló sobre todos ellos.

—No queremos crear otras Deidades, así que me he tomado la libertad de hacerlos mortales — explicó ella. — El tiempo no pasará a través de ustedes pero aun así todavía pueden morir. Algo a tomar en cuenta pero no hay por qué preocuparse, son espíritus poderosos y los pueblos los respetarán y amarán.

Nadie dijo nada más y estuvieron listos para poblar el mundo.

—Pero antes de liberar a estos seres, tenemos que darles a todos un líder — razonó Serena.

Estuvieron de acuerdo y bajaron al Mundo; acordando mágicamente que esa sería su primera y última intervención con el mundo de los Mortales, luego todo estaría a cargo de los Windigos y Discord.

Se aparecieron en medio de un campo vacío tras decirle en sueños a su gente que tendrían una visita de sus Creadores. Pronto una gran congregación de todas las razas se reunió frente a aquel campo y Slipnir tomó la palabra con una voz que sonaba natural a sus compañeros pero atemorizaba a los pobres mortales:

—ATENCIÓN A TODOS LOS SERES VIVIENTES, TENEMOS UN ANUNCIO QUE HACERLES…

Todos se encogieron del miedo ante el tono serio y temible del Caballo de dos Cabezas.

—NO ESTAMOS CONTENTOS CON USTEDES — dijo seriamente Ixchel. —LES DIMOS EL MUNDO PARA QUE CONVIVIERAN EN PAZ Y ARMONÍA. SÓLO PAZ Y ARMONÍA.

—PERO SE HAN PERDIDO LUCHANDO ENTRE USTEDES, COO SI NO FUERAN HERMANOS DESDE EL PRINCIPIO — dijo Serena.

—NOS HEMOS VISTO OBLIGADOS A TOMAR MEDIDAS — retumbó la voz de Noj.

Voluspa les sonrió amorosamente.

—NO TEMAN MIS PEQUEÑOS, ESTO ES MÁS CULPA NUESTRA QUE SUYA, ASÍ QUE NO TOMAREMOS ACCIONES CONTRA USTEDES. SON NUESTROS HIJOS Y LOS AMAMOS, JAMÁS LES HARÍAMOS DAÑO.

La amable Vaca calmó algo los ánimos pero no demasiado. Entonces Moktobok se adelantó:

—¡EXIGIMOS A UN REPRESENTANTE DE CADA RAZA ACERCARSE AQUÍ!

El tono serio de Moktobok fue objeto de preocupación, de nuevo, y nadie se acercó. Slipnir bufó de impaciencia y resonó su casco:

—¡AHORA!

Slipnir era un caballo guerrero y su presencia imponía más que la de los otros, así que un joven poni unicornio se acercó tragando saliva. Era negro y su crin era roja al igual que sus ojos. Tenía algo de miedo, se notaba; pero aun así miró a su Creador a los ojos.

—¿NOMBRE? — Preguntó Slipnir.

El poni tragó saliva.

—Death Ride…

Slipnir miró fijamente a Death Ride y lo aplastó con su poderoso casco. Gritos de susto de todas partes, hasta que retiró su casco de donde lo había pisado. Si antes Slipnir parecía un gigante en comparación con Death Ride, ahora no. Death Ride había crecido tanto como él y su melena había cambiado. Ahora tenía una especie de fragmento del mismo amanecer en donde antes estaba su melena. También se sentía diferente, mucho más poderoso que antes. Slipnir susurró, de modo que sólo Death Ride lo pudiera escuchar:

—¿Qué me has hecho? — Preguntó Death Ride.

—Porque fuiste el primero en acercarte, te he dado diez veces tu poder de unicornio. Además tú serás inmortal al igual que tu compañera, ¿tienes compañera?

Death Ride bajó la cabeza.

—Su nombre es Lauren, Lauren Faust…

—Pues Lauren y tú son inmortales ahora, al igual que su descendencia, o en caso que no tengas aún, tu futura descendencia. Y sus parejas también lo serán. Death Ride, ¿cómo levanta tu gente el Sol y la Luna?

Tragó saliva.

—Bueno, nosotros… los unicornios cooperamos todos juntos y…

—Ya no más, a partir de ahora tú tienes toda la responsabilidad. Más te vale cumplirla porque…

Se tornó a sus pequeños ponis:

—¡PONIS! LES PRESENTO A DEATH RIDE, ¡SU NUEVO REY!

Los comentarios no se hicieron esperar pero pronto todos los ponis aclamaron a su nuevo monarca. Death Ride miró a su esposa entre el público, que sonreía con orgullo a su amado.

Animados, los representantes de las demás razas no se hicieron esperar y se abalanzaron contra los Creadores; pero esta vez ellos no serían tan considerados y pensaron bien las cosas.

De todos los dragones sólo uno se mostraba que no quería subir con los Espíritus, un pequeño dragón tipo serpiente, pues miraba aun respetuoso a su Creadora; por lo que Ixchel lo escogió para reinar sobre su gente, el nombre del dragón era Lumbre y él sería ahora el que mandara sobre todos los volcanes del mundo.

De los Grifos Serena exigió que éstos hicieran una prueba en que se evaluaría su velocidad, fuerza, mente y corazón. Finalmente escogió a un chico no muy inteligente pero de gran valentía, fortaleza y valor; dispuesto a sacrificarse por su gente sobre cualquier otra cosa. Elrig.

Voluspa evaluó sólo la sabiduría, por lo que escogió a un búfalo no muy viejo pero tampoco muy joven; para que así fuera un líder robusto y maduro para su gente.

Moktobok quiso evaluar el conocimiento sobre los secretos de los bosques con sus cebras; así que a cada quien le hizo preparar la poción más poderosa que conocieran y recitar sus propiedades. El ganador fue un joven cebra macho que además se mostraba cordial y sociable; que además de tener lo que se necesitaba para las pociones tenía un gran don de gentes. Zekdar se llamaba y sólo él se encargaría de manejar los bosques y las selvas del mundo.

Finalmente Noj se guio por el deseo que su gente fuera feliz y buscó a la changelling más feliz que existiera en la colmena. La elegida fue Charibidis, una joven que sabía lo que era divertirse y haría cualquier cosa por su gente y ante todo, su familia. No tenía esposo pero sí un hijo al que no le conocía padre (no le importaba tampoco, para ella fue una noche de diversión que terminó en un bello regalo de los Espíritus). Ella controlaría el flujo de las emociones el mundo.

Los Espíritus finalizaron con dos advertencias, una para todos los pueblos y otra sólo para las recién nombradas Familias Reales:

—AQUELLOS QUE SE ATREVAN A HACERLE DAÑO A SUS COMPAÑEROS, SUFRAN NUESTRA IRA CON EL INVIERNO SIN FIN POR PARTE DE NUESTROS ENVIADOS. ¡VENGAN WINDIGOS!

Los seres invernales se hicieron presentes y liberaron una poderosa ventisca que todo el campo cubrió de nieve. La advertencia estaba hecha. Lo siguiente que escucharon sólo lo oyeron los Gobernantes:

—Como dijimos a los Windigos, no es nuestra intención crear nuevas Deidades, por lo que ustedes serán mortales aún. El tiempo no pasará a través de ustedes haciendo sus estragos pero aún podrán morir, así que cuidado. Si mueren ustedes, sus parejas morirán; y viceversa. Lo mismo se aplicará a sus descendientes o futuros descendientes. Si sus parejas mueren, eso significará su fin.

Todos comprendieron, claro. Todo debería ser paz y armonía a partir de aquel momento y así fue por mucho tiempo, pues uno de los nuevos Reyes al inferir que los Windigos eran mortales, no descansaría hasta encontrar la forma de acabar con ellos y así expandir su nuevo poder sin ningún estorbo por delante.

Death Ride, el poni se llenó de esperanza y aunque él no logró dar con la forma; sí lo hizo su hija única, la que tuvo cincuenta años después de su coronación. La llamó White Nightmare y la crio de forma que fuera una potra despiadada y cruel; para que una vez adulta se convirtiera en una despiadada guerrera, una asesina sin corazón. Más que una poni, fue una máquina de matar; y bajo su mando, el ejército poni llevó hasta casi a la extinción a las Vacas y Búfalos. Solamente les perdonaron la vida a unos niños que fueron llevados en calidad de esclavos al Imperio. Claro que antes estuvo a punto de asesinar cruelmente al temible Discord, haciendo que los Windigos se aterraran de la maldad pura en esa niña.

Ese fue el inicio de las guerras ponis, ordenadas por Death Ride y ejecutadas por su hija, ahora General de su Ejército de unicornios. Posteriormente, en plena guerra contra los Grifos, la General White Nightmare encontró a su alma gemela: un General Pegaso de nombre Dark Moon, mucho más cruel y retorcido que White Nightmare, él llegaba al punto de decapitar a sus oponentes usando sólo sus cascos, pero mucho menos poderoso. De la masacre de razas sólo se salvaron los Changelling debido a que eran un pueblo nómada, las Cebras debido a la lejanía de sus tierras; y los dragones debido al poder que manejaba esta raza. Pero la Reina Charibidis murió asesinada al igual que el Cacique Supremo Zekdar dejando sólo a dos niñas pequeñas al mando de sus respectivos pueblos, pues el hijo mayor de Charibidis murió también en cascos de los asesinos. Y a partir de aquel entonces tanto Zikmu, nueva Cacique Suprema de las Cebras y Chrysalis, nueva Reina Changelling profesaron gran odio a los ponis, especialmente a las hijas de los sanguinarios asesinos.

Quien detuvo a los monstruos fue el Rey Lumbre, usando de escudo viviente a sus hijas: una de un año y otra recién nacida, mitad unicornios y mitad pegasos; pequeñas llamadas Luna y Celestia.

Las últimas palabras de Lumbre a los asesinos fueron:

—Ni siquiera sabrán sus nombres…

Y bueno, he aquí un cuento en el que explico MI VERSIÓN del mundo de MLP en mi fic de "La aparición de los Antiguos Generales White Nightmare y Dark Moon" Más tarde haré un cap sobre las guerras poni, pero únicamente el punto de vista de los Creadores, éstas ya están demasiado referidas en el fic ya citado. Y ahora, explicando los personajes tengo para ustedes:

GUÍA RÁPIDA DE MITOLOGÍA:

Moktobok viene de la mitología Zulú. Ésta no la conozco y sólo encontré un parrafito en el cual me basé para crear a este ser. Su rol era efectivamente decirle a los hombres que serían inmortales pero le ocurre lo que conté en el fic. No investigué gran cosa, lo siento.

Voluspa es de la Mitología Escandinava, mi favorita personal, y su deber es alimentar al protogigante Ymir antes que éste creara a los que crearon el mundo. De ella no hay mención después de aquello, pero si alguien sí sabe que por favor me disculpe y me diga dónde puedo encontrar algo sobre ella porque en serio me interesa mucho el personaje.

Ixchel y Noj: me basé en la mitología de nahuales en México pero esos nombres son de espíritus menores en la mitología de mi país Guatemala; Ixchel como espíritu de las Aguas, la guardiana de un Pueblo Maya pero no sé cuál exactamente. Noj en cambio es un ser oscuro, su papel en el cuento popular es el de un demonio que te concede dinero, mucho dinero por siete años pero cuando se cumple el tiempo viene por tu familia y por ti.

Slipnir: caballo de Odín, hijo del Dios Loki y un caballo propiedad de un Gigante enemigo de Asgard. No entraré en detalles de su procreación (en serio no me gusta ese mito) pero el caballo de dos cabezas supone una gran ayuda para Asgard y sostiene a Odín a grandes velocidades. Es muy poderoso.

Minotauro: en ese me basé en el cuento del Rey Minos, quien le negó en sacrificio un toro a su Dios Poseidón, causando que él hiciera a la esposa de Minos enamorarse del toro y tener un hijo con él, el Minotauro. El monstruo es presentado como un ser come-hombres y maligno, pero decidí darle un toque más humano.

Serena: no sé de mitología Celta, pero sí de cómo celebran el culto (o la versión más moderna, la Wicca) así pues de mi libro de referencia tomé los datos para crear a Serena. Espero les haya agradado, trato de hacerla un ser más bien de tierno corazón y humilde.

Windigos: monstruos cuya referencia hay por todo el mundo con diferentes nombres; siempre van tras el corazón de los hombres haciéndolos fríos y sin emoción; o bien literalmente comiéndose su corazón.

Bueno, Chao; nos leemos!