PREFACIO

Era inevitable pensar en esto. Lo único que podía hacer era contenerme y gritar que mi mundo, se estaba cayendo en pedazos a mí alrededor. Y eran muy pocas cosas, que podía ser para resolver esto; cosas que dejarían todo inconcluso. Y viéndolo de tal manera, no tenía caso alguno, el siquiera intentarlo.

Me encontraba con los ojos cerrados y las manos en mis oídos, tratando no escuchar ningún sonido que proviniera de fuera de mi mente. Pero era en vano, aun podía escuchar a mis familiares y amigos, que me gritaban casi suplicando que fuera con ellos, que los eligiera a ellos y de esa manera la balanza se inclinaría a su favor. Miles de ideas cruzaban por mi mente, y me nublaban la visión de este tema. ¿Porque tenía que elegir? ¿No podía estar con ambas partes de mi vida? ¿No podían aprender a convivir?

Reí. El simple hecho de pensarlo a veces sonaba tonto. Porque unos eran Vulturi y los otros Cullen, eran casi como el agua y el aceite, al menos en algunos sentidos.

Al pasar de los minutos los gritos fueron cambiando, y en mi mente las ideas comenzaban a aclararse, vislumbrando por primera vez en todo este tiempo, una salida. Pero una puerta se abrió en mis pensamientos y fue cuando todo volvió a su lugar. No estaba considerando al elegir a mis familias. Creo que en realidad, jamás fue así. Sonaba egoísta. Pero así sonaba de vez en cuando la verdad.

Yo solo estaba considerando como principales en mi punto de elección a dos personas, eran dos personas a quienes quería y guardaba recuerdos de ellos, tanto en mi mente y corazón, los quería de diferente manera, pero no sabía con cuanta intensidad a cada uno, dejándome sin saber a quién quería más.

Había muchas preguntas en torno a esto; pero la principal nunca dejaría de ser: ¿Algún día llegaría a elegir?