No… Esta vez no sería la sobra de la cual todos pasan sobre ella, no sería el motivo de distracción para sus camaradas, no sería la que al final de todo lo único que sabe hacer es llorar, no… no más.
-No, nunca más - entre el estruendoso ruido de las batallas que se daban a su alrededor, escuchaba una voz que la llamaba, apenas y era audible para el estado en el que se encontraba. Estaba tendida en el suelo con la mirada perdida, la herida que tenía en su costado izquierdo era demasiado profunda, ni ella misma sabia de donde diablos había sacado fuerzas para apenas poder detener el sangrado – maldición – chasqueo la lengua al momento de apoyar su brazo derecho contra el rocoso suelo en un vago intento de levantarse – carajo, está resultando más difícil de lo que creí – temía que su herida volviese a sangrar. Con esfuerzo sobre humano se impulsó hacia adelante y por consecuencia, ponerse de pie, tambaleándose un poco pudo estabilizar su equilibrio.
– Sakura – aquella voz la llamaba nuevamente, pero seguía sonando tan lejana, casi irreal, tanto que empezaba a creer que era producto de su imaginación y todo por el desgraciado que inconscientemente le había dado con una gran piedra en la cabeza y ella como una tonta no había visto venir el ataque por parte de un camarada.
–Sakura… chan – sonrió levemente al fin poder reconocer de quien provenía esa voz. Esa voz con ese toque exagerado de preocupación y sorpresa, esa voz que siempre lograba darle ánimos para seguir, esa voz que siempre lograba penetrar en su ser y hacerla sentir algo cálido en su pecho. Busco con la mirada al dueño de aquella voz, encontrándose con unos ojos tan azules como el mar que en ese momento la miraban con fija preocupación. Volvió a sonreír, ese baka siempre se preocupaba por todo, por todos, menos por él.
Le sonrió a modo de que dejase de preocuparse y se concentrara en la batalla. Ese idiota tenía el corazón del tamaño del mundo, siempre dando lo mejor de sí, siempre haciendo esfuerzos mortales y todo para poder proteger a sus camaradas y amigos. Sin embargo a causa de ello siempre dejaba su bien estar al último, y ella era la que terminaba cuidando de él, cuidando de aquella sonrisa que la llenaba de una agradable calidez, cuidando de esa mirada tierna e inocente que poseía, porque ahora, para ella todo eso era importante, Sakura Haruno era la encargada de que eso jamás cambiara, no lo permitiría, no ahora que por fin había podido aclarar sus sentimientos y mira de otra manera a aquel chico.
–No te preocupes – hablo ella sin voz, moviendo los labios claramente para que el en la lejanía en la que se encontraba, lograra entender.
El joven, en la distancia miraba el estado en el que se encontraba la pelirrosa, y no era bueno (y el de él no era el mejor), se alarmo demasiado cuando la vio tendida en el suelo y como se para con extrema dificultad, pero aquella sonrisa que le dedico logró tranquilizarlo, solo un poco, en ella le decía que confiara en que ella iba a estar bien y no se preocupara tanto. Así que no muy convencido regreso a la batalla que antes estaba librando – ¨Sakura-chan… cuídate¨ – fue su último pensamiento antes de despegar su mirada de aquellos jades.
Del otro lado, una pelirrosa había tenido el tiempo suficiente para poder recobrar energías, así que echó un vistazo general del campo de batalla, había muchos ninjas heridos, algunos solo tenían raspones, otros estaban bastante críticos.
–Kuchiyose no Jutsu – al instante apareció ante ella su fiel compañera.
–Sakura-chan tu… – la babosa se encontraba sorprendida ya que lo último que vio antes de desaparecer fue a una ojijade muy cansada y algo moribunda, tanto que ella de había esfumado en un puf a causa de la falta de chakra .
–No hay tiempo para preguntas, Katsuyu necesito de tu ayuda, dispérsate y colócate en todos y cada uno de los heridos, así sea un raspón hazlo – hablaba decidida mientras se concentraba para reunir más chakra.
–Pero tu herida es profunda, además…–
–No hay de qué preocuparse, además ira cerrando conforme concentre mi chakra… confía en mi – le interrumpió con mirada decidida mientras hacia una mueca que pretendía ser una sonrisa.
–Hai – asintió levemente mientras se dispersaba en pequeñas babosas por todo el lugar – ¨Tsunade-sama, ojala estuviera viendo esto, Sakura-chan tiene una fuerza de voluntad increíble, estoy segura de que estarías orgullosa de tan excelente alumna¨ – pensaba mientras se colocaba sobre varios shinobi y comenzaba la curación.
–Muy bien, aún hay mucho trabajo que hacer tengo que dar lo mejor de mí, Tsunade-sama, por fin voy a poder utilizar todo mi poder – susurro mientras de su cuerpo salían disparadas ráfagas de chakra que giraban a su alrededor – espera a ver que puedo hacer Ino-cerda –.
Holaa!
Espero que les gustara este capítulo, este es de prueba para ver si es de su agrado y continuo con este fic, es una nueva historia (además de la primera) que tengo desde hacía tiempo en mi loca cabecilla xD espero todo tipo de respuestas sean negativas o positivas, todas son bienvenidas!
Bueno un besazo, y nos estamos leyendo
chaoo!
