Los personajes de este fic no me pertenecen (lamentablemente), y no escribo con fines lucrativos sólo es un hobbie.

Este fic es un AU y hay en él un personaje de mi creación…

Sin más que decir, los dejo con el fic

I'll Take Care Of You

Capítulo I: El comienzo de una gran aventura

El sol había hecho su aparición y podía apreciarse en todo su esplendor. Unos rubíes ojos miraban el horizonte maravillados con tan hermoso espectáculo del crepúsculo. El ser, dueño de esa hipnotizante mirada, se preguntaba cómo sería el mundo sin esa luz que se extendía por todo el ocaso.

- Maestra Genkai… ¿Se ha preguntado, alguna vez, qué sería de los seres humanos y del Ningenkai si se nos privara de la luz, del sol…? – preguntó inquisidoramente la hermosa muchacha – después de todo, con todas las cosas que han sucedido últimamente… me refiero a esas extrañas apariciones que, sin previo aviso han atacado el mundo humano y todo eso… -

- no comprendo a qué te refieres, Yukina – contestó la anciana.

- No lo sé… tengo un mal presentimiento… como si el mundo humano, tal como lo conocemos ahora, fuera a desaparecer – prosiguió la joven – Supongo que estoy preocupada por algo que no comprendo todavía –

- ¿Crees que alguien va a apoderarse del mundo, acaso? – inquirió Genkai.

- No… de hecho, siento como si alguien fuera a destruirlo –

- Creo que te preocupas de más. Por qué no preparamos algo para comer, recuerda que debe estar por llegar Kazuma y debes cambiar esa cara de preocupación, o el preocupado será él – comentó la anciana.

- Tienes razón, no creo que algo tan malo, como que el mundo sea destruido, vaya a suceder – Yukina respondió con una amplia sonrisa y un notable sonrojo. Siempre que alguien hablaba de Kazuma ella, simplemente, no podía evitar que se le subieran los colores.

Las dos mujeres hablaron un buen rato de asuntos triviales y luego se dispusieron a preparar el almuerzo.

Mientras cocinaban, Genkai no podía dejar de pensar en lo que Yukina le había referido tan solo unas horas antes. Si bien no había tantas probabilidades de que semejante acontecimiento fuera a suceder, no cabía duda de que Yukina era muy intuitiva con esta clase de cosas; además ella también tenía un ligero presentimiento de que algo malo estaba por suceder, y eso la mantenía hacía varias noches, desvelada. Su rostro no tardó en denotar su preocupación y cuando el Hada de hielo se dirigió a ella, quedó estupefacta ante la expresión de su acompañante.

- Maestra Genkai… - susurró Yukina. La aludida se percató de su propia expresión y la cambió por un rostro sereno y sonrió levemente.

- ¿Qué sucede, Yukina? –

- ¿Está bien, Maestra? ¿Le sucede algo? –

- No… Por qué lo preguntas? – la anciana trataba de inspirar tranquilidad a la joven, a pesar de su preocupación.

El semblante de la más chica cambió a una pequeña sonrisa y cara de alivio.

- Por nada… no me haga caso – se tranquilizó - ¿Cree que este platillo le agradará a Kazuma? – preguntó apenada.

- Por supuesto que sí, Yukina, Kazuma ama cualquier cosa que cocines, mucho más si sabe que es exclusivamente para él –

- Mhn… qué alivio – sonrió triunfante.

XOXOXOXOXOXOXOXOX

- Bueno, Kuwabara, nos vemos –

- Sí, Yusuke, hasta mañana… ¡¡¡Oh, cielos, ya estoy muy tarde!!! – clamó Kuwabara a todo lo que daban sus pulmones.

- Tarde para qué – Yusuke lo miró algo molesto tras aquel alarido.

- Hoy… voy a almorzar, en el templo de la Maestra Genkai, con mi amada Yukina. Y ya estoy tarde por tú culpa, Urameshi - inquirió el pelinaranja. Dio media vuelta y desapareció corriendo a toda velocidad, cual bestia endemoniada.

- Este bobo está loco – fueron las últimas palabras de Yusuke antes de partir en dirección contraria a la de su amigo.

XOXOXOXOXOXOXOXOXOX

- Genkai, crees que lo haya olvidado? – habló Yukina tratando de disimular su tristeza.

- Para nada, Yukina, sabes perfectamente que él no lo olvidaría. Estoy convencida de que debe haber un buen motivo para su retraso… ya no te preocupes, seguramente aparecerá de un momento a otro – la consoló la maestra. Y cual si fuera bruja, en menos de un abrir y cerrar de ojos, Kazuma yacía bajo el umbral de la puerta.

- Buen día, Kazuma… gracias por venir – sonrió la joven - …creí que lo habías olvidado – esto último lo dijo en un susurro apenas audible.

- Oh, no Yukina, jamás podría olvidarme de almorzar contigo. Sólo tuve un pequeño retraso, verás. En mi camino hacia aquí me encontré con el descerebrado de Urameshi, que comenzó a balbucear unas tonterías acerca de una nueva misión que Koenma nos asignó… eso es todo – respondió Kuwa.

- Ah… está bien, de todas formas no fue un atraso muy grande, fueron apenas unos minutos – contestó el Hada de hielo.

Luego de haber almorzado y conversado, se sentaron en el living a tomar algo de té y relajarse.

- Y dime, Kazuma, qué clase de misión les asignó Koenma esta vez – preguntó, inocentemente, Yukina.

- Oh… no sé muy bien de que se trata, ya te había dicho que Yusuke balbuceó tonterías. Pero aún así, pude distinguir algo como "Koenma nos espera mañana a las 9:00 a.m. en punto en su despacho"; por lo que creo que me enteraré mañana de qué trata este nuevo asunto – Kuwabara se explicaba pacientemente.

- Oh, ya veo – fueron las palabras de Yukina.

XOXOXOXOXOXOXOXOXOXOX

Las puertas del salón se abrieron, de par en par, dejando ver la silueta del tan bien fornido hombre que entraba en el mismo.

- ¿Qué te sucede?... Oh, cielos… luces desastroso –

- Estoy agotadísimo y jamás en mi vida me había aburrido tanto –

- Espero que esa queja no esté dirigida a mí –

- Ja… no, no es una queja. Sólo estoy aquí de pasada, vengo a avisarte que mañana no voy a hacer este ridículo patrullaje –

- ¿Acaso tienes algo mejor que hacer? –

- Siempre tengo algo mejor que hacer, Mukuro –

- Ah… y ¿qué es eso tan importante que debes hacer mañana? – preguntó la mujer mitad androide.

- Eso… no es de tu incumbencia. No metas tus narices donde nadie te llama – agregó el azabache con su usual sarcástica indiferencia.

- Está bien, Hiei, sólo asegúrate de terminar hoy con tu trabajo – repuso Mukuro.

- Hn… no me digas lo que tengo que hacer… sabes que detesto que lo hagas – respondió agresivamente el portador del Jagan.

- De cualquier forma, solo vine a informarte, para que no mandes a buscarme por todo el Makai o el Ningenkai cuando no me veas – el Jaganshi dio media vuelta y salió por las mismas puertas por las que había entrado.

XOXOXOXOXOXOXOXOXOXOXOX

- Yusuke, prometiste no volver a hacerlo –

- Lo sé, y lo lamento… es solo que… escucha, sabes bien que no lo haría si no fuera importante. Koenma no me ha llamado en cuánto, 5; 6 años? Estoy convencido de que es algo de vida o muerte – habló el moreno.

- Yusuke, solo quiero que pienses en tu familia, tienes una ¿sabes? Piensa, solo por esta vez en Niwa y en Nensai, piensa en mí, y en los gemelos que aún no nacen te lo suplico, Yusuke!!! No hagas esto – apenas susurró lo último.

- ¡¡¡Keiko, lo único que hago es pensar en ustedes y en su bienestar!!! Sólo quiero saber de qué se trata. Lo hago para protegerlos a ustedes –

- No, Yusuke, no nos uses como escudo para cumplir tus deseos – le inquirió su mujer.

- No los uso… solo… pienso que si alguien quiere sumir este mundo en obscuridad y odio no es lo que quiero para mi familia. Es porque quiero que sean felices y no tengan que luchar para sobrevivir, porque para eso es que estoy yo; yo peleo por su felicidad… nuestra felicidad… te amo Keiko y haré cualquier cosa para protegerlos…lo juro – Yusuke estaba al borde de las lágrimas, así que, abrazó a su esposa para disimular las cristalinas lágrimas que, amenazan con marcar un pequeño recorrido a través de sus mejillas.

Keiko suspiró vencida – Lo sé Yusuke, sé que nos amas y todo lo haces por nosotros… solo pienso que no soportaría perderte, y realmente quiero que los gemelos conozcan a su padre. Tengo miedo de que algo malo llegue a pasarte – la mujer ya había derramado una importante cantidad de lágrimas y ya no podía detener la, ahora, furiosa cascada que caía de sus ojos.

- Ey… no hay necesidad de lágrimas, no voy a ir solo; Kuwabara, Kurama y Hiei vienen también. ¿Lo ves? Todos vamos a cuidarnos las espaldas – agregó el Mazocu con su usual carisma e impecable sonrisa.

- Está bien Yusuke, tú ganas sólo asegúrate de tener cuidado y regresar con vida, por favor – decía Keiko al tiempo que secaba sus ojos con un pañuelo.

- Lo prometo, hermosa – terminó el detective.

XOXOXOXOXOXOXOXOXOX

- ¡Ya llegué! –

- … -

Era raro que no hubiera nadie en casa. "¿Qué otra cosa más importante podría estar haciendo ella, para no esperarlo en casa? ¿Habrá salido?... no, no lo creo. Quizás sólo este cansada y haya decidido dormir una siesta". Pensaba un hermoso hombre, con delicadas facciones y de profunda e hipnotizante mirada esmeralda.

Mientras se dirigía a la habitación y trataba de adivinar a dónde podría haber ido su amada esposa, alguien lo seguía en la obscuridad de las sombras. De pronto sintió alguien a sus espaldas y, antes de lograr girar sobre sus talones, alguien había saltado sobre él.

- Feliz Aniversario, Amor!!!!!!!! – gritó una mujer muy emocionada.

- Jajaja… Feliz Aniversario!! – el pelirrojo estaba muy contento - ¿Dónde estabas? Creí que habías salido – dejó salir él.

- Escondida a tus espaldas – contestó ella.

- ¿Ah sí?... te tengo una sorpresa, picarona –

- No puedo esperar, aunque… yo también te tengo una – escupió ella muy ansiosa.

- Está bien, yo primero… cierra los ojos… pero antes, necesito que salgas de encima mío, bebé – repuso él.

- Oops… lo siento, Kurama – se levantó y lo ayudó a levantarse también.

- Ahora sí… cierra los ojos, Botán –

Kurama sacó del bolsillo de su saco una cajita rectangular y una cuadrada un poco más grande. Abrió las dos cajas.

- Ya puedes abrir los ojos – Botán se quedó sin palabras (verdaderamente raro en ella), es que lo que vio la dejó sin habla.

- Es hermoso, Kurama –

- Me alegro mucho de que te guste – Kurama sacó de las cajas una gargantilla plateada; con un dije en forma de corazón (de esos que se abren y se les pude poner foto), una pulsera igual con pequeñas piedras y unos aretes que hacían juego. Adornó a su mujer con esas preciosas joyas y le sonrió muy tiernamente.

- Gracias, Kurama – él la besó; un beso dulce.

- ¿Y… dónde está mi sorpresa? – preguntó inquieto.

- Aquí – Botán llevó una mano de Kurama a su propio vientre.

Ahora era él quién había perdido la habilidad de articular palabra.

La miró emocionado. Sus ojos se aguaron y cristalinas lágrimas comenzaron su feroz y veloz recorrido por sus mejillas para caer y perderse entre el piso, tras haber abandonado su barbilla. Estaba atónito y el nudo en su garganta no le permitía pensar con claridad… "Vamos a ser padres, no puedo creerlo", "Voy a ser padre, esto, estoes… gracias… Inari".tras esos pensamientos, abrazó eufóricamente a la dueña de toda su felicidad.

- No puedo creerlo ¿Vamos a ser… p – aún no podía hablar completamente bien.

- Padres, Kurama… sí – amablemente terminó la frase por él.

- Dios!... no puedo creerlo… gracias Botán, soy más feliz que nunca –

- Kurama, no tienes que agradecerlo –

- Sí, sí tengo que agradecértelo – contestó muy convencido – vamos, vístete bonita, que vamos a cenar –

- ¿Me llevarás a cenar? –

- Te llevaré a donde quieras – Kurama no podía dejar de sonreír.

Se alistaron y fueron a cenar, Lugo vieron una romántica película para finalizar el festejo de tan dichoso día, su mejor Aniversario sin lugar a dudas.

7:30 A.m. y se podía escuchar el gorgojeo de los pájaros, el cantar de las cigarras. Era una hermosa mañana, prometía una espléndida tarde y una mágica noche. Pero algo obscuro y nefasto podía sentirse a través de ese día tan encantador.

- Toc, toc, toc… - se escucharon unos leves golpes en la ventana.

- … -

No hubo respuesta y el culpable de ese pequeño "alboroto", estaba comenzando a impacientarse. Volvió a tocar la ventana con otros tres toques, sólo que esta vez un poco bastante más ruidosos. Y seguía sin recibir respuestas. Parecía que no había nadie ahí dentro.

Ya estaba totalmente exasperado, al punto de querer golpear a alguien. "¡¿Quién demonios te crees para hacerme esperar aquí afuera?!... ¡Te vas al diablo!". Bajó a la acera y comenzó su retirada.

Caminó, apenas, 3 metros y corrió endemoniadamente (¡Qué ironía!) hacia la ventana, tomó con ambas manos los picaportes de la misma y los sacudió, produciendo, con su acto, un terrible escándalo.

- ¡¡¡Dios, Kurama, abre la maldita ventana y déjame entrar!!! – gritaba a todo pulmón.

Kurama despertó y se levantó escandalizado. Se dirigió a la ventana y descorrió la cortina para ver, quién era el culpable de semejante comparsa. Lamentó haberse despertado. Lo que vio le dio miedo. "Oh, cielos, está enfurecido… y mucho". Hiei mantenía su mirada fija en un Kurama, aún, adormilado; lo veía tan asesinamente que el Youko creyó que sería incinerado por un demonio demente.

Sonrió falsamente y abrió la ventana, fingiendo inocencia, al tiempo que se apartaba un poco para dejarlo entrar.

- Hasta que te dignas a abrir esa condenada ventana… si sabes que vas a dormir hasta que este maldito mundo desaparezca, Dios me oiga, al menos podrías tener la decencia de mantener la ventana abierta si sabes que vengo… Baka Kitsune - dijo Hiei de muy mala gana.

- Lo siento, Hiei, es que me acosté tarde – se disculpó el Zorro – y me olvidé por completo de la reunión, pero… era necesario semejante escándalo? – Kurama frunció el ceño como muestra de su desaprobación.

A Hiei le dio un tic en la ceja izquierda - ¿semejante escándalo? ¿Semejante escándalo, Kurama?... – Hiei apretó los dientes – A veces haces que te deteste tanto, Minamino –

Kurama retuvo el aliento "¿Minamino?... eso no está bien, realmente está molesto". Kurama sabía muy bien que cuando Hiei lo llamaba por algún nombre ningen, significaba que lo había hecho enfadar.

- ¿Cómo puede, esa mujer, seguir durmiendo después del escándalo que hice? –

- Ajá… reconoces que hiciste un escándalo –

Hiei lo ignoró totalmente - ¿Estará muerta, Kurama? – Hiei sonrió con sorna.

- Toca madera, Hiei – pronunció Kurama preocupado, al tiempo que tocaba su mesa de noche – no se juega con esas cosas – Hiei lo miró raro - eres un supersticioso, Shuuichi – agregó molestando a su amigo.

- ¿Sigues enojado por lo de la ventana? – cuestionó el Kitsune confundido.

- Sí, para tú información… Zorro imbécil –

Kurama dirigió sus ojos al reloj de su mesa de noche, afiló la mirada y fingió cara de enfado para comenzar a reprochar – Hiei, son las 7:55 A.m.… no tienes motivos para quejarte de cuánto duermo, viniste muy temprano – Kurama lo miró esperando una respuesta.

- Oh, sí… eso es porque siempre que tenemos que asistir temprano a algún sitio, pierdo una irrecuperable cantidad de tiempo tratando de que te alistes… si no durmieras como un oso, no tendría que venir tan temprano a despertarte – contestó Hiei con cara de, muy, pocos amigos – recuerda que a las 9:00 tenemos que estar donde el infantil de Koenma – repuso Hiei sentándose al borde de la cama – y… ¿Por qué coños sonríes tanto? –

- Acabo de recordar la velada de anoche – comentó el ojiverde con más cara de enamorado que nunca.

- ¿Velada?... Hiei puso cara de incredulidad – Oh, sí, cierto… ayer fue tu… ¿Aniversario? –

- Sí, Aniversario – sonrió más ampliamente - ¿Puedo contarte algo? Es que es muy importante para mi y quiero que seas el primero en saberlo… ya sabes, eres mi mejor amigo y –

No lo dejó terminar – Ya, suficiente de cursilerías, ve al grano, Youko – dijo revoleando los ojos.

- Está bien, no te enfades – Hiei suspiró – Tú me haces enfadar, maldito Kitsune – Kurama tomó aire.

- Hiei, voy a ser padre… estamos embarazados… es decir, está embarazada… ella –

- … -

- ¿Hiei? –

Hiei mantenía una cara de asombro. "Wow, va a tener un hijo". Se levantó de donde estaba y se dirigió a su mejo amigo – Sé que quizás no lo demuestre… pero, me alegro, de verdad… felicitaciones Kurama – dijo al fin Hiei y se adelantó a darle un buen abrazo a su mejor amigo, que fue recibido de muy buena gana por el pelirrojo, que devolvió el abrazo fervientemente. Hiei terminó el abrazo – Vamos, date prisa y alístate que vamos a llegar tarde y bien sabes que detesto la impuntualidad –

Kurama comenzó a alistarse y desde la puerta del baño se asomó – Hiei… -

- … -

- ¡¿Hiei?! –

- No es necesario que grites estoy a unos metros de ti – habló el medio Koorime, de mal humor.

- Lo siento, es que te llamé y como no contestaste creí que – otra vez volvió a cortar sus palabras.

- ¿Acaso es absolutamente necesario que te conteste? Habla de una buena vez… -

- Sí… ¿Sabías que en la entrada de la casa hay un pequeño botón ¡, al que los humanos llamamos "Timbre"? – Kurama medio sonrió.

- Muy gracioso… ¿Llamamos, Kurama? ¿Acaso vas a decirme que te calificas a ti mismo como un humano? Pues permíteme comunicarte, sólo por si no lo sabías, que no lo eres… Tú eres un Youko, un espíritu Kitsune… lamento decepcionarte – contestó sarcásticamente el Jaganshi.

- Sí, Hiei, me considero como uno… además eso no tiene importancia. Pero me gustaría saber por qué, aún entras por la ventana y no por la puerta, Hiei –

- Déjame ver… - fingiendo pensar - ¿Será porque no soy un baka ningen? –

- Hiei, eres caso perdido – Kurama volvió a lo suyo.

- Sí, lo sé – Hiei sonrió de medio lado – Ahora deja de decir tonterías y apresúrate –

- Ya estoy, ya estoy… uf… -

- Sabes que detesto que me bufes, así que no lo hagas – Hiei a veces podía ser muy… inmaduro. "Oh, Inari, dame fuerza" pensaba Kurama.

- ¿Hiei, realmente hay algo; por más mínimo que sea, que no te haga enfadar? –

- No, Jajaja… - Hiei había comenzado a reír con sadismo.

- 0.0 –

Bruscamente, Hiei dejó de reír – Deja de estarme mirando con esa cara de idiota. Te dije que te apresuraras!!! – Hiei cambió de humor de nueva cuenta. Kurama se asustó y se metió al baño para terminar de prepararse.

- Bueno, ya estoy listo –

- Al fin, baka –

- Hiei ¿Por qué la agresión? –

- Porque te lo mereces. ¿Sabes hace cuanto tiempo estoy aquí? Desde las 7:30 y ya son las 8:27, hace casi una hora que estoy aquí. ¿Puedes decirme por qué rayos tardas tanto en vestirte? –

- ¿8:27? Wow, vamos a llegar tarde –

- Apresúrate y larguémonos de aquí – Hiei saltó por la ventana.

- Esto es el colmo – el Youko se acercó a su durmiente esposa y besó su frente – Nos vemos mi amor – y se dirigió a la ventana - ¡¿Hiei, también tengo que saltar por la ventana?! –

- Sí, no me hagas subir a buscarte, porque te haré atravesarla!! – "Siempre tan sutil, Hiei".

Kurama hizo caso y llegó donde su amigo. Lo miró por unos segundos mientras caminaban. Sonrió.

- Te quiero, Hiei. Gracias por ser mi amigo y venir a despertarme y ser tan paciente conmigo… sé que no es fácil, y menos viniendo de ti, que tan poca paciencia tienes –

- Hn… no hagas que deje de serlo, Kurama. En este momento ya ni paciencia me queda, por tu culpa, pero… no hay problema… - sonrió – You're a pain in the ass – Era cierto que era muy molesto el hecho de tener que ir por él en cada misión, pero valía la pena; lo distraía del Makai y podía pasar un rato con él y sus otros amigos. Le agradaba poder decirse a sí mismo que "Tenía amigos".

Siguieron su camino hablando de la vida de cada uno, qué hacían y demás. Al fin habían llegado al bendito despacho de Koenma. Entraron, pero como de costumbre, Koenma ni aparecía.

- Mira Hiei, 8:58, pero qué puntualidad… -

- Silencio, Youko –

- Qué malhumorado – Kurama tomó asiento.

Afuera de la habitación se escuchaba a dos personas hablando demasiado fuerte.

- Oh, no… ahí llegaron los sopencos – Hiei se lamentaba de haber ido, ahora iba a encontrarse con el descerebrado de Yusuke, y su peor pesadilla; el inútil, el enfermo, el cara arrollada por un camión, EL DEFORME… el KUWABOBO… y cómo lo detestaba.

Las puertas se abrieron dejando entrar a dos hombres; uno moreno con ojos color avellana, con mucho carisma y un excelente sentido del humor (por mucho que a Hiei le costara admitirlo), y el otro más alto que el primero cabello naranja, grande de cuerpo, y feo con "F" de Foca…

- Hola, Kurama – saludó Yusuke muy animado - ¡¡¡¡¡Hiei!!!!! – "Ahí viene" pensó el Jaganshi.

- Hn –

- Siempre me dije que eras muy locuaz – Yusuke se acercaba más que contento a su amigo.

- Realmente sabes lo que significa "locuaz", o sólo lo dijiste porque se lo escuchaste decir alguna vez a Kurama – Hiei era el mejor para burlarse de las personas.

- Jajaja… siempre tan gracioso, Hiei… venga acá un abrazo – Yusuke aplastó a Hiei contra la silla en la que el último permanecía sentado. Hiei se liberó del abrazo de su amigo y se levantó.

- Qué pesado eres, Yusuke – dijo Hiei de mala gana.

- Encima de que te recibo con un abrazo porque te extra… - Yusuke no terminó su frase.

- Y ahora qué rayos te sucede – le preguntó Hiei.

- Hiei… me parece a mí… o… estás más alto… - reflexionó Yusuke.

En efecto, Hiei estaba a la estatura de Kurama, dado que había recibido un entrenamiento especial de Mukuro, para que aumentara su altura. Según Mukuro, era una desventaja en la batalla, el hecho de ser bajo de estatura. Kurama ya sabía de esto, por esa razón no se inmutó con el comentario de Yusuke.

- Hola, chicos, hace mucho que no veía sus rostros, y… estoy muy contento de verlos a todos – Koenma recién entraba en el salón, para dar inicio a la reunión.

To Be Continued…

Bueno, eso es todo por ahora. La semana que viene voy a actualizar, dejen reviews please… Sean buenos conmigo es mi primer fic…

A los que leen... desde ya mil gracias…

En-Satsu-Rengoku-Shou