Aquí estoy con mi primer fic. Sed indulgentes por favor. Bueno ya sabéis eso de que los personajes pertenecen a JK Rowling y a WB y que es sin ánimo de lucro. ¡¡Dejad Reviews!!
Capítulo 1: La prima Frances
La estación de Vuelatrén de Belfast estaba en un viejo polígono industrial, ya abandonado. Era un edificio de ladrillo rojo, con techo muy alto de uralita. Pero el aspecto exterior no evidenciaba la hirviente actividad que trascurría en su interior. Los magos lo habían habilitado para convertirlo en una confortable estación. El vuelatrén era una mezcla entre avión y tren. Había sido diseñado por un mago descendente de muggles que conocía ampliamente ambos mundos. Había cogido un diseño de un tren de alta velocidad y de un avión. El resultado había sido algo parecido al "concorde" pero sin alas y sin motores visibles. Solo tenía un pequeño agujero en el lomo (como las ballenas) por donde periódicamente salía humo. Y lo había creado debido a la necesidad de un transporte mágico para cubrir largas distancias. Nunca había estado allí hasta entonces. Papá era Auror, una profesión demasiado problemática en aquellos tiempos que corrían. Aquel verano cuando volví del colegio, papá estaba mucho más taciturno que de costumbre, no hacía más que estar en su escritorio mandando lechuzas, leyendo "El duende verde" que era un periódico similar a "El profeta". Mamá también estaba muy preocupada. Un día papá me cogió y me sentó sobre sus piernas como cuando era una niña.
- Hay que ver lo rápido que me estás haciendo viejo, hija.
- Tú nunca serás viejo, papá.
- Verás… las cosas no van bien… con lo de Voldemort sabes…
- Sí, me imagino que tendrás mucho trabajo.
- Más que eso nena. Soy un hombre querido y odiado a partes iguales… no quiero que ningún mortífago te haga daño.
- Que venga, que venga.
- Nena, no sabes lo que dices… Así que mamá y yo decidimos que no era mala idea que pasases el verano con la tía Molly y el tío Arthur en Ottery St. Catchpoole. También estarán los amigos de Ronald y de Ginevra así que la casa será mucho más divertida que estar aquí tú sola.
Entendía las razones de papá. Así que no protesté e hice mis maletas. No me hacía gracia en absoluto meterme en la boca del lobo. En Irlanda las cosas estaban relativamente calmadas… pero en Inglaterra… decían que era horrible. Aunque pronto estaba a punto de descubrir que las habladurías siempre exageran la realidad. Lo que sí sabía a ciencia cierta era que no quería estar con mis primos. Cuando era una niña habíamos ido a pasar unos días con los tíos. Yo admito que era un poco mandona y Ginny, para conseguir lo que quería, lloraba. Y como siempre lloraba los gemelos y Ronald no hacían más que gastarme bromas demasiado pesadas. Anunciaron la megafonía la salida del Vuelatrén número 56 con destino a Londres. Mamá me apuró y fuimos corriendo hacia el andén desde el que salía. Papá y ella me abrazaron con fuerza. Yo me subí al tren y me senté en mi asiento. El viaje hasta Londres duraba una media hora. Todo el rato fui escuchando música. Me encantaban los inventos muggles. Cuando llegué a Londres distinguí la amable cara del tío Arthur. Estaba algo más viejo de lo que lo recordaba. Nos abrazamos los dos con fuerza.
- ¡Qué guapa estás sobrina! Molly está deseando verte
Arthur cogió mi equipaje y salimos de la estación de vuelatrén. Había ido en su coche nuevo. Cuando llegamos a "La Madriguera" la tía Molly salió corriendo de la casa limpiándose en su delantal. Me tomó por los hombros y me abrazó con fuerza. No vi a mis primos hasta la hora de la cena. Al parecer se habían pasado todo el día bañándose en un lago cercano. Suspiré. Si quería ganarme a mis primos iba a necesitar mucho tiempo.
- ¿Y cuánto te vas a quedar, Fran?
- No se, papá no me dijo nada, pero en fin… creo que volveré a mi colegio en Septiembre.
- Ya verás lo bien que lo vas a pasar. Esto es muy sano
- Además Hermione y Harry vendrán pronto ¿no Molly?
- ¿Quiénes son?
- Nuestros amigos- dijo Ronald con tono borde y destacando ese "nuestros"
Los primeros días, Ron y Ginny ni siquiera miraban para mí. Tuve que descubrir una terrible noticia para que se acercasen a mí. Estaba desayunando mientras la tía Molly trajinaba en la cocina. Vi a un hombre de color vestido con una túnica de color escarlata aparecerse en la puerta. Llamó a la puerta. La tía Molly fue presta a abrir.
- ¡¡Kingsley!!- dijo ella.
Kingsley Sacklebott, auror. Papá me había hablado de él, eran viejos amigos. Kingsley entró en la cocina y se sentó. Tenía gesto grave.
- Buenos días señorita Prewett. Molly os traigo muy malas noticias.
- ¿Qué ha pasado?
- Han atacado a Rod.
- ¿Qué?- dije me puse rápidamente en pie.
Tranquila, Frances, están bien. Aunque hemos fingido su muerte y les hemos enviado lejos. Su destino es secreto. Hasta que todo esto no acabe no podrás volver a ver a tus padres.
- Pero…
- Es por su seguridad.
Aquella tarde estaba en mi habitación, tumbada en la cama, abrazando uno de mis peluches y llorando. Kingsley me había traído todas mis pertenencias que se habían quedado en casa. Mamá las había metido en un baúl antes de irse. Me sentía tremendamente sola. El único consuelo que tenía estando en La Madriguera era el cariño de la tía Molly y saber que en Septiembre estaría de vuelta en mi colegio… pero ahora… qué sería de mí. De repente Ginny abrió la puerta. Se sentó a mi lado en la cama y me abrazó.
- Lo siento Frances, lo siento mucho…- dijo con voz queda.
Sacklebott nos había advertido que los únicos que íbamos a saber la verdad éramos Molly y yo. No se por qué comencé a llorar más fuerte. Quizás fuese la rabia que me hacía sentirme impotente. Ronald también entró y me cogió de la mano. Y a partir de entonces mis primos ya no me hicieron más de menos.
