Nada

Por Akiko

Disclaimer: Harry Potter y todos sus personajes son propiedad de J.K.Rowling.

Advertencias: Pese a que ya estoy leyendo el sexto libro, no se agregarán detalles en este fanfic. Ah, si... Es Slash.

Nota: Esta historia tiene una temporalidad circular. Es decir, inicia desde una parte desarrollada (aunque supongo que eso ya lo notarán).

Prologo.

No tenía nada para darle...

Ni promesas, ni amistad, ni respeto...

... mucho menos amor...

No había nada.

... pero...

Pronto hubo algo...

¿ese algo era real?

No.

No era nada.

Un tirón en el pecho le detuvo de repente y sintió la incomoda manera en que esa sensación se transportó con violencia hasta su estómago provocándole una dolorosa convulsión que le hizo caer de rodillas y vomitar.

La sensación del líquido pastoso que emanaba de su boca le incomodó.

El ácido le quemó la garganta, sin embargo le pareció que el liquido tenía un peculiar sabor, así que se obligó a abrir los ojos y ajustarse los lentes, notando el temblor de su mano antes de poner real atención a la masa de desechos que rechazaba su cuerpo.

Una gota de sudor resbaló por su helada piel y ajustó la vista hacia ese liquido oloroso que identificó al instante como sangre.

¿Estaba vomitando sangre?

Eso no debería ser normal, aun para un mago.

Pero no pudo analizarlo antes de sentir otro doloroso temblor que le hizo inclinarse de manera dolorosa para seguir vomitando.

No paraba.

Fue hasta un momento en que sintió que su estómago estuvo lo suficientemente satisfecho como para dejarle descansar y se acomodó en el mugroso suelo para abrazar su abdomen adolorido y esperar con paciencia a que su mareo inicial terminara.

Entonces que pudo mirar un poco el lugar.

¿Dónde estaba?

Harry hizo un lento repaso de las cosas que había hecho antes de ir a la cama ese día... En ninguna de ellas realizó algo fuera de lo normal, no al menos algo que provocase que estuviese en un sitio completamente desconocido como ese.

A menos que...

El moreno arrugó un poco la frente al recordar un hecho en particular y se incorporó con prudencia para recorrer el sitio.

Aun se sentía débil, y, a medida que avanzaba con torpes pasos, tenía la seguridad de que podría caer en algún momento, otra vez. Sin embargo estaba seguro de que no sería buena idea volver a caer sobre el suelo.

Le dolían ambas rodillas debido al peso de su cuerpo y tenía esa horrible sensación de vómito sangriento en la boca.

En esos momentos habría agradecido tener un poco de agua para deshacerse de ese sabor metálico que le resultaba tan desagradable.

El muchacho fue lo suficientemente prudente como para olvidarse de eso y continuó avanzando por algo que parecía ser un pasillo.

Avanzó por unos minutos en lo que le pareció ser el centro de una cámara de torturas...

No. Eso en verdad era una cámara de torturas.

Bastaba con ver la estructura de los horribles objetos que estaban dispuestos en el sitio. Sin embargo Harry se horrorizó al comprobar que había cuerpos colgando de alguna cadena. Cuerpos apilados y ensangrentados.

Harry se llevó una mano a la boca y sintió nuevos deseos de vomitar. Movió su cuerpo con violencia para evitar la espantosa visión cuando algo aun más increíble le llenó por completo.

No.

Él no.

Harry corrió hasta una esquina del lugar y nuevamente le fallaron las rodillas, así que cayó de manera dolorosa junto a ese cuerpo en particular, a quien sostuvo con delicadeza para colocarlo en su regazo.

. - ¿Malfoy? – susurró Harry apartando el cabello rubio de la cara sucia. Notando, ya de paso, que estaba más largo de lo que podía recordar - ¿Malfoy?

Sin respuesta.

Harry apartó un poco la túnica desgarrada en busca de heridas.

No había nada.

Sin embargo un hilo de sangre le confirmó que no estaba buscando en el sitio correcto y terminó por descubrir el abdomen en donde se podía ver manar el vital líquido.

Harry maldijo y buscó su varita con desesperación.

¡No estaba!

¿Qué demonios estaba pasando?

. - ¡No te atrevas a morir, imbecil! – gruñó el moreno sintiendo la frialdad en esa piel.

¿Y si... ya era tarde?

Harry sintió que el corazón se le detenía y se tuvo que morder el labio inferior para causarse dolor y mantenerse alerta.

Había jurado que no dejaría que nadie muriera frente a él otra vez.

¡No otra vez!

Aun cuando fuera Malfoy, no podía permitirlo.

Harry hurgó entre la ropa del rubio hasta dar con su varita y la sostuvo con ese molesto temblor que lo había acompañado desde que comenzó a vomitar.

No tuvo tiempo de pensar en algún hechizo adecuado, cuando un golpe mágico lo arrojó contra una pared, demasiado lejos de la maldita varita.

Aturdido se incorporó y se acomodó los lentes para enfocar al agresor.

Nuevamente tuvo que reprimir las ganas de vomitar.

. - Veo que has despertado, Potter... – siseó el mago agresor con una sonrisa malvada y avanzó hasta donde estaba tendido Malfoy, solo para patear su cuerpo en un costado – Finalmente...

. - ¿Quién...?

. - ¿No me reconoces? – preguntó el hombre enarcando una ceja y soltó una risotada – Debe ser por culpa de este asqueroso traidor – musitó pisando la cara del rubio - ¿Al menos recuerdas lo que te hizo? – otra carcajada – Que patético resultas ahora...

Harry palideció.

. - ¿Voldemort? – preguntó e inmediatamente tocó la cicatriz en su frente.

No dolía.

¿Por qué?

Frente a él había un hombre con rasgos ridículamente humanos y conocidos, pero no era como lo recordaba.

. - Has realizado un lazo más poderoso que el de nosotros – dijo el hombre viendo esa reacción y sonrió – No perdamos tiempo, Potter... He esperado mucho tiempo para matarte...

Harry sintió un nuevo tirón en el estómago y evadió con éxito el hechizo lanzado en cu contra. El movimiento le permitió estar cerca del rubio y tuvo la poderosa necesidad de preguntarse la razón por la que quería estar ahí.

Algo muy raro estaba pasando y no podría entenderlo hasta que se pusiera a salvo.

¿Pero cómo ponerse a salvo en esas circunstancias?

Harry tomó el cuerpo de Malfoy y tuvo la ingenua idea de huir.

Mala idea.

Un doloroso hechizo le golpeó la espalda, quemándole la piel de forma insoportable y arrancándole un terrible grito.

Cayó encima de Malfoy y tuvo la inexplicable necesidad de acunarlo contra su pecho para que nada de ese hechizo rebotara a él, hasta que sintió ese nuevo vuelco que le hizo vomitar sangre otra vez, manchando parte del cuello del rubio y ese platinado cabello.

. - Maldición... – masculló Harry.