5.32 a.m. Ya era hora de levantarse. Apagó el despertador y llevo sus pasos al baño. Después de una ducha rápida, un poco de crema para peinar y algo de rubor y lápiz labial, fue a la cocina. Su café como siempre la esperaba. Le dedicó unos 5 minutos, antes de cubrirse con una túnica ceñida azul marino y salir.

Hacía frío, y no le importaba. El frío la hacía sentir viva. Por eso iba caminando al ministerio, en vez de aparecerse o usar la red flu. Este era su quinto año trabajando allí, obviamente era auror, y trabajaba en el departamento de misterios, aunque su trabajo no era igual al de Harry o al de Ron, ella en vez de ir a buscar a los criminales por los sitios más recónditos de la tierra, los analizaba y desentrañaba los misterios ocultos en estos hombres y mujeres corruptos.

Hermione era buena en su trabajo, incluso podría decirse que era la mejor. Estaba a cargo del departamento de Psicología y Psicopatología criminalística nível 2 y se rumoreaba que pronto sería ascendida al primer nível. Y era lógico. Una hermosa mujer, sumamente inteligente y además experta en las artes oscuras, no podía ser una simple psicóloga auror. No obstante, había algo inusual en Hermione, una habilidad increíble para leer a las personas e incluso en algunos casos obligarlas a decir lo que se negaban a confesar. Si a todo esto le agregamos el hecho del fallecimiento de sus padres a temprana edad y su filosofía de vida que ubica lo profesional en la cima de su pirámide entenderemos como esta chica de sólo 25 años había llegado tan lejos.

Hermione llegó al ministerio y mientras caminaba por los oscuros pasillos un memorandum volador cayó sobre su hombro.

"El jefe solicita verla Señorita Granger. Vaya a su despacho inmediatamente"

Giró sobre si misma y se dirigió a la tercer puerta contando desde la derecha.

-Señor Vandervilt, ¿me llamó?

-Si señorita Granger, necesito hablar con usted de algo realmente importante- el hombre sentado detrás de un fino escritorio de roble la miró, lucía preocupado- ha llegado un nuevo criminal y necesitamos que usted nos ayude, todos los especialistas que hasta ahora se han encontrado con él, no han podido sacarle nada. Maneja a la perfección la dialéctica y miente como el mismo diablo Granger, no presenta sentimientos de culpa, ni de afectividad hacia nada o nadie, no tiene ni alucinaciones ni manifestaciones psicóticas, y posee un alto poder de manipulación

-Pero Señor Vandervilt, según estas afirmaciones podríamos estar hablando de un perverso, nada extraño, teniendo en cuenta otros casos que hemos tenido…

-Lo sé, pero todos los especialistas que lo han entrevistado han terminado en el sector 7…

Hermione empalideció, al sector 7 iban los aurores que necesitaban recuperarse después de algún interrogatorio por haber sufrido alguna alteración en su psiquis y en su aura mágica. En toda la historia del ministerio sólo 6 personas habían estado allí, y eran los mismos 6 que habían interrogado a Lord Voldemort.

-Es algo grave entonces Señor, lo que no entiendo es porque me llama a mí, cuando soy una simple especialista de nível 2…

-Seré honesto con usted Señorita Granger – el hombre se inclino sobre su silla- este hombre que tenemos aquí no es precisamente un criminal, no ha matado a nadie según tenemos entendido, aunque déjeme decirle que pienso lo contrario, porque dudo mucho que alguien que tenga la marca tenebrosa marcada en su antebrazo este libre de sangre. El problema aquí es que es una persona reconocida, proviene de uno de los linajes mágicos más conocidos de Inglaterra y el maldito se encargo bien de limpiarse las manos, lo tenemos acá únicamente por su pasado como ex mortífago y como en estos días estamos reabriendo muchas causas para aclarar algunos temas le mandamos esa excusa para que se presente…

-Señor esto implica que este hombre esta libre.

Es un hombre libre, es por eso que esta en todo su derecho de declinar esta proposición de trabajo, es muy peligroso, no sabemos si puede llegar a hacerle algo, tomaremos todas las precauciones necesarias, pero quiero ser franco con usted Señorita Granger, no me gustaría ser aquel que la lleve al matadero…¿Quiere que le de unos días para que piense…?

- No será necesario Señor Vanderbilt. Me encantan los desafíos, hemos tenido otros casos complicados en el pasado. Este hombre es uno más. No será diferente al resto. Confié en mí.

Será muy bien recompensada Señorita Granger.- se levanto de su asiento y abrió la puerta -Ahora sígame el sujeto esta abajo haciendo unas pruebas de rutina, puede empezar hoy mismo si quiere.

-Desde luego. – le dedicó una de sus más frías sonrisas y caminó detrás de él. Un nuevo reto. Realmente le gustaba su trabajo. En especial los casos difíciles y contradictorios, esos que nadie podía resolver.

Caminaron hasta el ascensor. Piso número 27. Varios empleados miraban a la castaña y al funcionario, extrañados. Se sabía que el hombre no realizaba visitas a ese piso, y por otro lado la mujer no tenía el cargo suficiente para estar allí.

Ese piso parecía más una prisión que un lugar ministerial, pasillos oscuros con múltiples puertas que encerraban ex mortifagos principalmente, pero también violadores, asesinos, encantadores de muggles, hipnóticos, entre otros. Los cuartos albergaban a los que se encontraban prisioneros en proceso de rehabilitación. No obstante a donde ellos se dirigían era un lugar completamente diferente. Si bien se mantenían los colores oscuros, la habitación de interrogatorios era muy lujosa. Muebles de madera tallada antiguos, cortinados de terciopelo negro cubriendo un par de ventanales que daban a un hermoso lago, arañas de cristales, y una pequeña biblioteca de contenido diverso.

El elevador se detuvo bruscamente.

-Llegamos Señorita Granger. Por favor tenga cuidado, aquí tiene una copia del expediente. El lugar de las entrevistas como sabe esta cerrado completamente y sólo ustedes dos se encontrarán allí, quitamos a los guardas y los dispositivos de cámara Gesell para que el sujeto no desconfié de nosotros. Tome. –le extendió una pequeña bolita plateada.- guárdela. Si se presenta algún problema explótela, protegerá únicamente su aura mágica y por lo tanto a usted. Mucha suerte.

-Gracias Señor Vandervilt. Le repito que no hay nada de que preocuparse.

-Confío en sus habilidades Señorita Granger.


Hermione respiró profundamente. Se acomodó la ropa. Y abrió la puerta con serenidad.

-Miggs puedes retirarte, yo estoy a cargo ahora….- indico la castaña mientras miraba con atención el expediente.

-Pero Señorita…- inquirió el hombre – usted no puede estar aquí…

-Claro que sí ahora retírese de una buena vez…- la castaña le dedico una mirada de soslayo al hombre que se encontraba junto a la ventana, alto, de complexión atlética pero muy delgada, cabello rubio, la posición en la que estaba parado, juraría que era…

-Nos volvemos a encontrar, Hermione. – dijo arrastrando las palabras, mientras una conmocionada castaña dejaba caer todos los papeles que antes ocupaban un lugar en sus manos.

Señor Malfoy, soy Hermione Granger y voy a ser la que realice las entrevistas con usted para determinar….

-Jajaja- esa risa fría, de mentira, todavía hacia mella en aquella mujer indestructible- entiendo que mi presencia te ponga nerviosa pero es ¿para tanto Granger? – se sentó en una de las sillas colocando sus manos entrelazadas sobre la mesa- Y el papelito de "no te conozco ni se quien sos" no te queda para nada bien. Ambos sabemos lo intimamente que nos conocemos Granger…

-Este es un asunto profesional Malfoy. Llegó hago mi trabajo tu contestas mis preguntas y si dios quiere el próximo mes estarás encerrado en Azcaban, y todo será gracias a mí. – le sonrió- una cosa más tus comentarios mordaces y estúpidos ya no funcionan. Entiendo que no puedas olvidar el hecho de que hayamos tenido sexo, pero no tenemos 17 años, crecé.

-Ah bueno ¿Qué paso Granger? Te dejo sola por un par de años y me vienes con contestaciones como esas. – encendió un cigarrillo y aspiró suavemente- vos y yo sabemos que tu papelito de superada, es sólo eso, un papelito.

Buscame Malfoy, bucame. No me vas a encontrar- la muchacha abrió una de sus carpetas- Bien comencemos ¿si?- sugirió con falsa dulzura- Ya te han hecho varias pruebas de rutina y en todas ellas has tenido resultados normales, que no muestran ningún indicio de que seas un asesino. Pero como sabemos las pruebas se equivocan.- lo miró a los ojos- Empecemos por el principio Malfoy… tu familia tu entorno…

-Vamos, qué quieres que te diga que no sepas. ¿O me vas a decir que no te acuerdas de esa historia triste del padre atormentado por la guerra que golpeaba a su esposa y obligaba a su hijo a seguir sus pasos?

Todo los conocimientos que tengo acerca de tu persona, son irrelevantes, corresponden a otro tiempo y lugar. Ahora soy una funcionaria del ministerio. ¿Puedes acatarte a responder mis preguntas o no?

Tranquila Granger. Por supuesto. Como ya te dije mi padre desde que tengo memoria siguió los pasos del señor oscuro, y esto hacía que fuera un poco diferente a los otros padres, o al menos a los de las otras casas de Hogwarts. Si, es cierto que golpeaba a mi madre, cuando de noche se levantaba atemorizado por esas pesadillas errantes y muchas veces me golpeo a mi o me culpo por sus debilidades.- apagó el cigarrillo observando como la joven casi ni le prestaba atención.- Si no quieres escucharme Granger puedes decirlo…

-Te estoy escuchando Malfoy, o necesitas que tenga mis ojos encima tuyo para que así creas que te escucho.

Me gustaría que tengas otra cosa encima de mí en realidad, pero por ahora me conformo con tus ojos. – se levanto de su silla y se acerco a la castaña por detrás- tu sabes que vas a caer.- musitó sobre su oído acariciando la nuca de la joven con su aliento.- otra vez. Es sólo una cuestión de tiempo. No importa que ahora puedas sostenerme la mirada o contestarme de esa manera. Ni siquiera importa lo fría que esta tu piel ahora.- susurró mientras pasaba una de sus manos por el cuello de la chica deslizándola hasta el principio de su escote. Vas a caer, Granger.- la joven se removió de su asiento.

-No me hagas reír Malfoy.- la muchacha corrió su silla y se levanto, encontrándose frente a frente con el rubio.- acá la única persona que cae, eres tú.- dijo cerca de la boca del rubio- cada vez que me miras, cada vez que me tocas…- acarició el rostro del joven, delineo sus labios con un dedo, para luego agarrarse del cabello rubio de su nuca.- cada vez que vuelves Malfoy, caes.

Puede ser Hermione, pero al menos yo tengo control sobre mi mismo.

-¿Que te hace pensar eso? – dijo recogiendo la carpeta de la mesa y mirándolo indignada.

Por toda respuesta el joven sonrió de medio lado.


Queridas lectoras: Aca tengo un nuevo fic que espero que les guste y mucho. Va a ser mucho mejor que "A traves del olvido" y la relación entre ambos personajes va a ser mucho más complicada y apasionada. El fic contará con flashbacks y recuerdos de ellos en su epoca de Hogwarts para que entiendan varios de los diálogos que tienen en el presente, y con muchos otros elementos inesperados.

Un saludo a todas. (por favor dejen algun review :P son muy importantes para ver como sigo con la historia y si les gusto o no)

Anne Rose Malfoy