Hola,
Sé que dije que quería subir esta historia hace tiempo pero por mi corto tiempo libre apenas pude hacerlo. Espero que la historia sea de su agrado.
††
- ¿Estas despierto?
- Déjame…
Me senté en la cama junto a él, quien estaba cubierto con las sabanas hasta la cabeza apenas y podía ver algunos mechones de su cobrizo cabello asomándose sobre la tela.
Mire la habitación por unos instantes hasta que mis ojos se tropezaron con un libro un tanto grueso de color rojo. Sin pensarlo dos veces me puse de pie y avance hacia el escritorio donde se encontraba.
Mire la portada con atención admirando el titulo, lo abrí y camine de regreso hacia la cama.
- No me dijiste que estabas trabajando en otro libro.
Mientras miraba el libro el hizo a un lado las sabanas y me miro adormilado.
- No creí que importara…
Su mano rodeo mi muñeca y con un tirón me hizo perder el equilibrio y caer sobre él, dejando el libro caer al suelo.
- ¡Edward!
- Tengo hambre.
Sin decir mas sus manos sujetaron el borde de mi camisa y con un elegante movimiento mi camisa termino en el suelo junto al libro rojo. Sentí una de sus frías manos sujetando mi cadera y la otra apoyada contra el centro de mi espalda acercándome a él.
- Espera… Edward, ¿Podrías al menos decir por favor?
Ignorando completamente mis palabras sus labios se torcieron en una mueca de fastidio.
- Odio cuando llevas pantalón.
- Edward…
Sus intensos ojos verdes dejaron de ver mi pecho solo para mirarme a través de sus pestañas con una sonrisa torcida.
- Por favor.
La burla en sus palabras eran bastante obvio y molesta golpe su duro pecho desnudo.
Sus labios se separaron un poco más y esta vez pude ver sus afilados colmillos, lentamente inclino su rostro y unos segundos después pude sentir sus labios sobre mi piel, seguido pronto por dos punzadas de dolor.
Mis manos se aferraron a sus hombros desnudos mientras lentamente el dolor se tornaba en placer y antes de que pudiera darme cuenta mi espalda estaba contra el colchón y su cuerpo sobre el mío.
Sus caderas comenzaron a moverse contra las mías y su mano derecha se deslizo hacia el frente de mi pantalón desabrochándolo de un rápido movimiento para después subir hacia mi pecho. Sus largos dedos hicieron a un lado mi sostén y comenzaron a acariciarme, pronto suaves gemidos en forma de su nombre comenzaron a escapar de mis labios.
Sus labios se alejaron de mi cuello y poco después sentí su lengua contra las pequeñas heridas. Cuando sus ojos se enfocaron en los míos no pude evitar notar las manchas de sangre en sus labios.
Sus ojos verdes lucían aun más oscuros por el deseo y su recién saciada hambre.
Estaba tan concentrada en sus cautivadores ojos que todo lo demás dejo de importarme y entonces mi cuerpo se tenso cuando sentí sus dedos deslizarse bajo mi ropa interior.
- Eres tan cálida.
Sentí uno de sus largos dedos deslizarse en mi interior y sin poderlo evitar mi espalda se arqueo hacia él.
Su mano izquierda se deslizo por mi costado hasta llegar al borde de mi pantalón y comenzó a bajarlo llevando consigo mi ropa interior y entonces otro de sus dedos se deslizo en mi interior.
- Edward…
Sus labios se presionaron contra los míos y mis manos se enredaron en su sedoso cabello.
Sentí el liguero sabor metálico en sus labios mezclado con el dulce sabor de sus labios que tan bien conocía ya. Sus labios trazaron un camino de besos por mi mandíbula.
Sentía que mi cuerpo iba a explotar aun cuando su cuerpo era tan frio como el hielo no parecía ayudar, su fría piel solo hacia mas intensa las sensaciones que experimentaba mi cuerpo.
- Y pensar que hace poco creía que jamás tendría el placer de probarte o sentirte de esta forma…
Mordí mi labio inferior intentando en vano callar los sonidos que escapaban de mi garganta. Incremento el ritmo de sus dedos y sentía como me acercaba cada vez mas a mi limite.
- Pero ahora eres simplemente mía.
Un gruñido frustrado escapo de mis labios cuando su mano se alejo de mi cuerpo. Sonriendo apoyo su frente contra la mía.
- Luces increíblemente tentadora cuando te molestas.
- Tu…
No fui capaz de decir nada mas, sus caderas se movieron contra las mías y el estaba en mi interior. Pronto marco el ritmo y sus caricias se tornaron rudas.
No me tomo por sorpresa la forma en que me tocaba o besaba, era simplemente él. Simplemente sensual, agresivo, adictivo, extrañamente tierno y sin duda era la forma en que amaba que él fuera.
En poco tiempo el mundo dejo de existir, estaba tocando el cielo y nada podía compararse a ello pero aun cuando había alcanzado la más grande dicha él no dejo de mover sus caderas y pronto un nuevo orgasmo envolvía mi cuerpo.
No sabía cuánto tiempo estuvimos así. Sus labios besaron mi cuello con dulzura y yo apoye mi cabeza contra su hombro.
- Odio cuando actúas así
- No es cierto.
Bese sus labios brevemente y luego tome las sabanas para cubrí mi cuerpo desnudo.
- Sabes no tenias por que romper mi sostén.
- Bueno si dejaras de usarlo quizá lo haría.
Me incline hacia el suelo y tome el libro rojo que yacía tirado junto a mi camisa para después recargar mi espalda contra la cabecera de la cama.
- No tienes que leerlo ahora.
Intento quitarme el libro pero yo estire los brazos alejándolo de sus manos o al menos lo intente. Sus ojos verdes me miraron con interés y una mueca triste se dibujo en su rostro.
- En serio prefieres leer un estúpido libro a estar con tu novio. Me lastimas, en serio.
- Tú te alimentas de mí y juegas con mi cuerpo, creo que si quiero leer un estúpido libro que tú escribiste por cierto, tengo derecho de hacerlo.
Un gruñido escapo de sus labios y sin decir nada se acostó sobre su costado dándome la espalda envolviéndose en las sabanas, ocultándose una vez mas de la molesta y tenue luz del sol.
Encendí la lámpara del mueble junto a la cama al ver que el sol estaba a casi nada de desaparecer y dar paso a la noche. Sabía bien que una vez que comenzara a leer, lo leería hasta el final por mucho que Edward detestara la idea.
La fría piel de su espalda rozaba mi pierna desnuda, sonriendo le quite la almohada que está utilizando y la coloque en mi espalda acomodándome en una posición mas cómoda para leer. El comenzó a gruñir molesto por lo que acababa de hacer sin embargo no dijo nada solo se dio la vuelta y apoyo su rostro contra mi vientre. Sus labios se movieron suavemente contra mi piel como si murmurara algo y luego sentí sus colmillos arañando ligueramente mi piel causándome cosquillas.
Sonriendo ignore lo que hacía y abrí el libro en la primera pagina admirando el titulo impreso ahí y el nombre unos renglones mas abajo.
Pase la página encontrándome con una simple dedicatoria que me hizo sonreír, sabía que si reía eso solo lo "molestaría" más.
"Para ella, la dueña de la dulce melodía que envuelve mi existencia"
Pase la pagina y comencé a leer. Sabía qué nunca lo admitiría ante otros pero sin duda era alguien romántico por eso odia que leyera sus libros frente a él, le avergonzaba.
Sin embargo sus libros eran demasiado populares como para ignorar la existencia de estos después de todo era una idea simplemente brillante, un verdadero vampiro escribiendo historias sobre vampiros ¿Quién lo habría imaginado?
††
"¿Acaso esta locura era lo que llaman amor o era acaso una simple obsesión? Casi trescientos años y jamás había sentido algo así. Sus ojos atormentaban mis días y sus labios mis noches.
Día tras día la observaba caminar por los pasillos, en el comedor hablando con idiotas que pretendían ser sus amigos y mi locura se volvía aun más devastadora, porque a pesar de que estaba a solo unos pasos de mi no era capaz de acercarme y ella no se atrevía a mirarme. Sabía que ocupaba su mente y le intrigaba pero se sentía quizá ¿intimidada? No lo sé, ni siquiera entendía lo que yo mismo sentía…"
Sus frías manos recorrieron mis costados y su cabeza se asomo bajo las sabanas, podía sentir sus ojos fijos en mi, mirándome como si quisiera ver mi alma.
Sus labios se presionaron en el espacio entre mis senos mientras sus dedos se deslizaban hacia el libro y lo alejaba de mí lentamente.
- ¡No!… Voy en la mejor parte.
- Podrás terminarlo de leerlo luego tenemos que salir.
Dejo el libro en mueble junto a la cama mientras yo lo miraba haciendo un puchero.
- Son casi las 10 debes comer algo además que clase de novio seria si no te invitara a otros lugares además de mi habitación.
Se hizo a un lado y se estiro como un gato, un segundo después estaba de pie junto al armario en ropa interior. Me senté en la cama cubriéndome con las sabanas.
- ¿Adonde iremos esta noche?
Tire de una de las sabana y me puse de pie avanzando hacia él.
- Escuche que el idiota de Mike Newton tendría una fiesta quizá debamos ir después de todo las vacaciones ya casi terminan y nuestra rutina es un desastre, no has dormido casi nada y yo me la paso durmiendo hasta que apareces en mi puerta. Si hoy es nuestra última noche siguiendo ese patrón será mejor que saquemos provecho de esto.
Apoye mi rostro en el lado derecho de su espalda y envolví mi brazo izquierdo en su cintura. Su piel era tan suave que no importaba su temperatura. Observe como se contraía los músculos en su espalda mientras él seguía buscando ropa en el armario.
- ¿Tienes mucha hambre? Podemos detenernos en un restaurante antes de ir a la fiesta.
- No demasiada podemos ir luego, ¿Alice y los demás irán?
- Por ella es que vamos, ya sabes como es. ¿Qué te parece esto?
Me puse de puntillas para mirar sobre su hombro y mire atentamente el corto vestido gris que sostenía para mí.
- ¿En serio quieres que use vestido? Me congelare.
Inclino su rostro para mirarme con una sonrisa torcida en sus labios.
- Bueno siempre te puedo ayudar a entrar en calor, además creo que se te vería muy bien.
Mire el vestido presionando mi cuerpo más al suyo. En realidad no deseaba usar vestido, ni ir a la fiesta y sabia que seguramente el sentía lo mismo pero su malévola hermana menor seguramente nos atormentaría si no asistíamos a esa tonta fiesta.
- Me sentiría mas cómoda con un pantalón y una de tus camisas además ¿En serio quieres que lleve un vestido a la casa de Mike Newton?
Gruñendo dejo el vestido y abrió uno de los cajones de donde saco una camisa negra de mangas largas de algodón, con cuatro botones al frente en la parte superior y la acerco a su hombro entregándomela.
Bese su hombro y me di media vuelta para arrojar la camisa a la cama.
- Me iré a dar un baño, si quieres acompañarme eres bienvenido.
Riendo el movió su cabeza de un lado a otro.
- Si lo hiciera terminaríamos de nuevo en este ciclo vicioso que hemos tenido durante las vacaciones y entonces ¿cuándo terminaría?
Rindo avance hacia el baño.
- Si pudiera elegir… Nunca.
Mire una última vez a Edward y luego entre al baño dejando la puerta emparejada.
††
Sonriendo le quite a Edward sus Ray-Ban negro y bese sus labios de manera breve. Sus mano se colocaron en mi cintura alzando un poco la tela de mi chamara negra y su camisa mientras nuestros cuerpos se movían al ritmo de la música.
- ¿Quieres algo de beber?
- No en realidad, aun sigo algo "feliz" por el último trago además si no te conociera creía que me quieres embriagar.
- Bueno quizá así sea, quizá quiero aprovecharme de ti.
- Creo que eso ya lo hiciste.
Sus dedos acarician mi mejilla con suavidad mientras sus labios se torcían en la sonrisa que tanto amaba.
- Creo que deberíamos irnos, en el camino puedo ordenar algo de comida, podemos ver algunas películas y sobre todo pasar este tiempo junto antes de que tus padres regresen.
Deje caer hacia atrás mi cabeza suspirando.
- Extrañare quedarme contigo.
Sentí sus labios contra mi garganta, dejando unos cuantos besos.
-Siempre puedes decirles a tus padres que te mudas conmigo.
Lo mire sonriendo y pase mi mano por su sedoso cabello.
- Si lo hiciera seguramente intentarían matarte.
Sus dedos rozaron mis labios lentamente y después descendieron por mi cuello.
- Estoy casi seguro que saben que tenemos relaciones así que la única cosa que los detiene de efectuar su plan es que no quieren verte sufrir.
Sus labios se presionaron contra los míos con dulzura haciéndome olvidar donde estábamos. Vagamente escuchaba la canción "Sober" de Pink mientras mi cuerpo se movía al ritmo que el marcaba.
Sus dientes mordieron mi labio inferior con suavidad y entonces el gruño rompiendo el beso. Algo decepcionada lo mire, apoyo su frente contra la mía mientras mantenía los ojos cerrados y su rostro lucia tenso.
- ¿Te encuentras bien?
No tuvo que responder cuando abrió sus ojos para mirarme Mike apareció junto a nosotros sonriendo como un tonto.
- ¡Bella! Preciosa cuando me dijeron que estabas aquí creí que me querían engañar.
Fingiendo una sonrisa gire mi rostro hacia él. Su cabello rubio estaba despeinado y sus ojos azules brillaban, seguramente por el alcohol que había ingerido.
- Si bueno Alice creyó que sería divertido.
- ¿Así que viniste con Alice Cullen?
Me mordí el labio para evitar reírme en su cara pero entonces Edward intervino, rompiendo de una vez ese inusual silencio en el que se había sumergido.
- Lamento romperte el corazón Newton pero no, vino conmigo su novio ¿recuerdas? Y si nos disculpas tenemos que irnos.
Mike alzo sus brazos en un intento de calmar a Edward.
- Tranquilo Cullen, solo quería pedirle a Bella si bailaba conmigo.
Rodando los ojos Edward se alejo un paso de mí dejando su brazo derecho alrededor de mi cintura.
- Aun si yo no estuviera aquí dudo mucho que quisiera bailar así que adiós.
Comenzó a caminar pasando de largo a Mike que lo miraba molesto. Su mano recorrió mi cintura cuando avanzo hasta que dejo de tocar mi piel, mantuvo su mano extendida hacia mí y sin dudarlo tome su mano riendo.
- Adiós Mike.
Sin mirar atrás me acerque más a él justo a tiempo para escuchar como soltaba una maldición. Tuve que morderme el labio para no reírme, el odiaba a Mike desde el minuto en que lo conoció y el que intentara coquetear conmigo cada vez que podía no ayudaba a nada en que le agradara.
Caminamos entre las personas hasta que logramos encontrar a Alice y los demás sentados en el jardín conversando.
Alice se puso de pie al instante y me atrapo en un abrazo.
- ¿Creí que no vendrían?
Edward suspiro y miro a Alice.
- Llevamos aquí al menos dos horas y lo sabes, ustedes apenas llegaron. Solo venimos a despedirnos.
Me soltó haciendo un puchero.
- No se pueden ir, es muy temprano y hace tiempo que no paso tiempo con Bella, todo el tiempo la tienes encerrada en tu habitación cuando va a visitarnos.
Emmett comenzó a reírse asiéndome sentir aun mas avergonzada.
- En eso Alice tiene razón Eddie y apuesto que no se pasan todo el tiempo jugando videojuegos o viendo películas.
Emmett me miro moviendo las cejas de arriba abajo haciendo reír a Jasper y a Rosalie.
- ¿Acaso quieres consejos o qué? Porque como he dicho antes Emmett nuestra vida sexual no es de tu incumbencia, Ahora si no les molesta Bella y yo tenemos que irnos.
Jasper se paso una mano por el cabello y miro a Edward sonriendo.
- Vamos Edward no tienes que tomarlo a pecho sabes cómo es Emmett, quédense un poco mas.
- Bella no ha comido y en realidad no quiero que sus padres se molesten por qué no la cuido como debería.
- Probablemente les molestaría más el que duermas con su hija.
Rosalie golpeo la nuca de Emmett, probablemente queriendo evitar que muriera de la vergüenza.
- Gracias Rose.
- Cuando quieras.
Envolví mis brazos alrededor de Edward y el paso su brazo por mi cintura, aumentando el agarre cuando noto como Tyler y Sam, unos chicos de la escuela, pasaban cerca de nosotros.
Sonriendo mire a Alice sentarse junto a Jasper.
Nos despedimos y dando media vuelta nos dirigimos a la salida. Varias chicas saludaban a Edward de manera coqueta intentado que él las mira aunque fuera por un segundo, pero él nunca lo hizo.
No podía culparlas en realidad el era simplemente perfecto. Apuesto, talentoso, rico y un millón de cosas mas.
Aun no podía cree lo afortunada que fui al conocerlo 5 meses atrás. A pesar de lo aterrada que estaba al principio jamás creí que una simple conferencia de padres y maestros podría cambiar tanto las cosas.
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Espero que les haya gustado prometo actualizarla el siguiente viernes. Cuidense.
Atte.: PsycheDearLs.
