Hola, soy Liz-cam con nueva historia!
Debo agradecer tanto apoyo por parte de ustedes, tenía la duda de si debía publicarla o no, pero espero le den una buena bienvenida al fic, que gracias a sus buenas críticas está aquí su primer cap. No me esperé tantas respuestas al One-shot piloto de nombre "Pretendiendo". Debo decir que me sorprendió, así que en respuesta a todos adelanté un poquito su publicación, por una semana. Perdón si hay errores, la revisé antes de subirla pero probablemente encuentren alguno por ahí.
La historia se centra en Sasuke Uchiha (personaje de Masashi Kishimoto, como todos sabemos, al igual que varios más que aparecerán por aquí). Él va a tener que aprender muchas cosas jeje! Buenas y malas, debe trabajar duro para lograr su objetivo, pues ser un agente de servicio personal no es nada fácil :)
Acompañen a Sasuke en sus aventuras xD Y veamos como pierde la cabeza por cierta pelirrosa.
SOMBRA, LÁPIZ Y LABIAL
El trabajo de un agente.
Abrió sus ojos luego de escuchar el despertador, no había dormido bien a causa de su reciente mudanza, aún no se hacía a la idea de que un familiar lo hubiera encontrado después de tanto tiempo, de todo el momento en que se creyó completamente solo.
Se dio un baño con agua fría para tratar de despertar por completo y después de cambiarse se fue sin desayunar a la escuela. Sasuke Uchiha era un joven huérfano de padre y madre, que había sido encontrado por su tutor y tío Obito Uchiha hacía aproximadamente un mes atrás en la prefectura de Hyogo, donde vivió por casi 17 años en un orfanato Los padres de Sasuke habían muerto cuando era un bebé debido al terremoto de Kobe en el 95, y el hermano de él no podía hacerse cargo, ya que hacía varios años que estaba desaparecido. Su hermano Itachi era un guardaespaldas capacitado y entrenado, pero un caso logró que desapareciera del mapa sin dejar rastro y Sasuke creía que había sido secuestrado.
Hoy era sábado pero ya se había acostumbrado a no encontrar a Obito todas las mañanas, a excepción del domingo. Siempre trabajaba, era dueño de los principales hoteles de la ciudad. Igual no lo necesitaba, tampoco le hablaba mucho. Sasuke había crecido sin ningún tipo de amistad, era antisocial y débil en comparación a los típicos chicos abusadores, nadie jamás pretendió ser su amigo.
Pidió un taxi hasta la agencia de guardaespaldas del amigo de Obito, Hatake Kakashi, donde una vez trabajó su hermano. Caminó con total tranquilidad, no tenía mucha prisa. Había estado insistiéndole a Kakashi las últimas semanas para que le permitiera trabajar para él, pues había visto que tenía como empleados a adolescentes que parecían verdaderas máquinas de pelea, y su principal objetivo era ese precisamente, ser fuerte para poder encontrar a ese único hermano que no conocía.
Llegó hasta el elevador y presionó el botón del último piso, el 22. Caminó por el pasillo y detuvo su marcha frente al escritorio de una persona que hablaba por teléfono. Era una mujer joven, la edad de Kakashi cuando mucho, tenía el cabello violeta. Sus ojos eran color marrón, con linda sonrisa, era una de las pocas personas con las cuales el pelinegro se sentía en confianza en tan poco tiempo.
—Gracias a usted —dijo la chica, era la secretaria de Kakashi. Miró al joven frente a ella una vez que colgó— Déjame adivinar, ¿quieres ver a Kakashi-san?
—Y rápido —agregó. La mujer le sacó la lengua por grosero.
—Sí, le avisaré que ya has llegado. —Respondió, al parecer Kakashi ya sabía que iría a molestarlo de nuevo. Cogió el teléfono y segundos después lo dejó entrar.
—Hmp —el chico entró sin anunciarse y de inmediato pudo ver al peliplata sentado en su silla habitual.
El hombre miró al pelinegro de inmediato y sonrió un poco. Kakashi era un tipo extraño, tenía el cabello blanco grisáceo, la piel blanca, ojos negros y una máscara dejando en el anonimato su rostro, ni siquiera Obito la conocía. Lo invitó a sentarse y así lo hizo.
—¿Y ahora qué quieres mocoso?
—Creo que ya lo sabes, quiero ser un agente—dijo sin vacilar, Kakashi simplemente sonrió.
—Lo siento Sasuke, pero no durarías ni 10 segundos protegiendo a un cliente, jamás has llevado un entrenamiento. El trabajo de un agente es complicado —el hombre miró los delgados brazos del Uchiha, era un niño aún. El orfanato no permitía entrenamiento físico riguroso y eso lo había frenado.
—Necesito encontrar a Itachi, ¿por qué no quieres ayudarme? —preguntó sin la intención de esconder su enfado.
—Porque es peligroso, tienes 17 años y…
—Naruto también los tiene y trabaja para ti —lo retaba.
—Naruto no tiene a nadie, más que a Karin, ambos son menores, y se te olvida que él fue entrenado desde pequeño. Tú en cambio estás con Obito ahora, no me perdonaría que te convirtiera en el blanco de los asesinos —Uchiha apretó lo puños. —Te dejaré utilizar nuestro gimnasio si lo deseas —con una última mirada de rencor el pelinegro salió dando un portazo.
Claro, era débil, un sin fuerza. ¡Ah!, tenía tantas ganas de golpear a alguien en ese momento, a cualquiera. La secretaria vio salir a Sasuke y por la cara que traía no quiso ni preguntarle cómo le había ido. El día de su llegada a Tokio, cuando le contaron sobre Itachi… ese momento había sido suficiente para querer conocerlo pero ninguno de los dos fue sincero con la verdad.
Flashback
—¡Hemos llegado!, Sasuke, saluda a tu nuevo hogar —Obito parecía dar saltos. Sasuke se limitó a observar el lugar, era realmente lujoso y muy grande—. ¡Foto del recuerdo!
Era una cámara instantánea… una monstruosidad. ¿Por qué tenía algo así?
El joven prestó atención a un punto en especial. Una guitarra descansaba elegantemente sobre la pared. La Gibson Harley Davidson color negro parecía llamarlo, era realmente preciosa. Tanto Obito como Kakashi notaron el brote de interés por el instrumento de lujo.
—Fue edición limitada, hay sólo unas cuantas en el mundo. Es tuya si la quieres —dijo su ahora descubierto familiar.
—No, debe ser cara.
—Eso es lo de menos, de igual forma es un regalo de tu hermano —Sasuke, quien había estado observando la acústica, giró de nuevo su cabeza con sorpresa, ¿tenía un hermano?
—¿Mi hermano?
—Debiste esperar un poco Obito —Kakashi parecía regañarlo—. Itachi es tu hermano, él no se encuentra aquí por el momento.
—Él la compró para ti, quería entregártela el día en que regresaras. Itachi es como un cantante frustrado, cuando era un niño solía decir que tendría su propia banda o algo así —tomó la guitarra desde su sitio y se la dio a Sasuke.
—¿Dónde está él ahora?
—Trabajando —Kakashi se aproximó a la puerta de salida— Itachi es un agente de protección privada, yo soy su jefe, en este momento se encuentra fuera del país pero en cuanto lo termine regresará para verte. Debo irme.
Final flashback
Enterarse después mientras lo murmuraban, o más bien gritaban no fue una buena manera. Golpeó la pared con frustración.
—¡Oye!, te vas a romper un hueso sin haces eso —un rubio le sonreía con cara de estúpido, según Sasuke. Lo fulminó con la mirada— ¿Adónde vas?
—Que te importa —lo pasó de lado y caminó hasta llegar al área del gimnasio, con algo de ejercicio esperaba que dejaran de decirle brazos de espárrago, como en el orfanato.
—Así que piensas hacer ejercicio, —el chico rubio ya estaba a su lado. Sasuke lo miraba con la tentativa de meterle wasabi por el trasero, ¡era desesperante!— Como no estás acostumbrado, los primeros días te dolerán partes que ni sabes que tienes. ¡Pero si cuentas con tu entrenador personal puede que tengas unos como estos en una semana! —el joven mostraba sus crecidos músculos, no exagerados. —Puedo enseñarte por la cómoda cantidad de 6200 yenes la hora.
—Piérdete Naruto —el ojiazul insistió.
—Vamos Sasuke, tú eres rico y yo necesito saciar mis necesidades —es decir Ramen— ¿qué dices? —la tarde sería larga.
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El domingo había llegado. El hombre de cabellera grisácea le dio un sorbo a su café mientras esperaba sin prisa a su nueva cliente, el nombre de esa persona era Hatake Kakashi, dueño de la agencia de guardaespaldas más importante del país por la eficacia de sus empleados. Era la primera vez que se dignaba a llegar temprano por alguien, pero se justificaba, se trataba de la misma Tsunade Senju. La mujer era muy influyente en el mundo de la medicina y esa misma capacitación hacía que todos la respetaran.
Había pedido que se vieran personalmente y ahí estaba, tomando una buena taza de café en un pequeño local al aire libre en la ciudad de Tokio. Tenía la foto de Sasuke el primer día que llegó, Obito se la había dado. Lo que hacía en esos momentos era rayar la imagen de Sasuke con un plumón negro, le agregaba cabello largo. Segundos después su único ojo libre quedó sorprendido.
—Vaya, vaya, el chico tiene potencial para ser la próxima Miss Japón —. Justo cuando terminaba de pedir un bocadillo una mujer rubia de pecho grande y algo mayor apareció tras de él.
—Hatake Kakashi, ¿me equivoco? —el hombre se levantó y encaró a la mujer de rostro serio.
—No, se trata de mí lady Tsunade —besó su mano con educación y le ofreció una silla para sentarse. No pasaron ni cinco segundos cuando la rubia se aproximó a hablar.
—Iré directo al grano Kakashi, necesito a tu persona más calificada para que esté a mi servicio, la mejor —el entusiasmo de la médico dejó a Kakashi sin palabras por un momento, el asunto debía ser realmente serio.
—Tengo a uno de mis hombres libres dentro de unos días, uno de los mejores, pero tendría que esperar un poco para…
—Necesito a una mujer —dijo sin dejarlo hablar. Querría decirle que sí, pero una mujer no era exactamente lo que tenía en mente.
—No tengo a ninguna de mis empleadas libre por ahora, la última ha sido asignada como guardaespaldas recientemente, me temo que no puedo ayudarla —respondió con tranquilidad. Sus trabajadores se especializaban en un objetivo, no se aceptaban trabajos de cuidados rutinarios, para atender a los clientes debía haber una razón de por medio, Tsunade se la daba pero el problema radicaba en la falta de personal femenino.
—Si no es una mujer, entonces no tengo nada que hacer aquí —quiso levantarse pero la voz precipitada del hombre la detuvieron.
—Sé de una persona que podría cuidar de su sobrina, es sólo que… —el peliplata no respondió por unos segundos, era una idea bastante… extraña y estúpida, pero él había pedido una oportunidad, además no podía darse el lujo de perder a una clienta tan valiosa como Tsunade Senju.
—¿Qué? —odiaba que la hicieran esperar.
—No es mujer. —Y le extendió la foto.
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—Sasuke, ¿qué es lo que quieres para desayunar? —Obito y él se habían levantado temprano el domingo para desayunar juntos, era su día de la semana.
—Déjalo, yo lo hago —durante todos los años que pasó en el orfanato había aprendido a cocinar gracias a la señora que hacía la comida, la única persona que consideró lo más cercano a una familia.
—Sasuke, necesitamos hablar. Sé que hemos pasado muy poco tiempo juntos, y me gustaría ser un buen tío, pero me ha surgido trabajo en el extranjero, sería sólo por un tiempo, unos meses nada más —explicó. El joven siguió cocinando sin detenerse.
—¿Te vas a ir? Buen viaje —Obito puso los ojos en blanco, pero que emotivo era este chico.
—¡Ni creas que te quedarás solo!, Kakashi estará al cuidado de ti mientras no esté. Seguirás yendo a la escuela sin falta —suspiró—. Mi vuelo sale mañana lunes, surgió algo urgente y debo irme. Puedo cancelarlo ¿sabes?, si no quieres que me vaya, me quedaré.
—No te preocupes por mí, voy a estar bien —le sirvió el desayuno en un plato.
Así fue como Sasuke quedó al cuidado de Kakashi, el cual no despegó la vista del joven Uchiha durante el tiempo que duraron en el aeropuerto llegado el lunes por la tarde para despedir a Obito, incluyendo su regreso a la Agencia de guardaespaldas.
—Sasuke, necesito hablar contigo. Pasa a mi oficina por favor —los dos entraron— Uzuki, ¿podrías traerme el caso de Tsunade Senju?
—Enseguida —se escuchó del otro lado de la línea, y al poco tiempo la mujer de ojos marrones estuvo presente con unos papeles en mano. Los entregó y se retiró.
Sasuke se limitaba a observar al hombre de la máscara mientras este parecía ojear el contenido de esos papeles, luego de un corto tiempo en el que el pelinegro creía que no hablaría, lo hizo. Kakashi lucía tranquilo, pensaba que ese trabajo era especialmente hecho para Sasuke, él era el más capacitado para hacerlo, o eso quería creer.
—¿Conoces a Tsunade Senju?
—Sólo sé que es una médico muy reconocida en Tokio y parte del mundo, ha ganado premios internacionales de medicina por sus investigaciones —dijo, Kakashi asintió. Al parecer Sasuke era un cerebrito.
—Así es, y ella es la persona que solicita un guardaespaldas con urgencia, el caso es acoso.
—¿Estás diciendo que me darás ese trabajo a mí? —Kakashi sonrió dentro de su máscara. El acoso era bastante común, ¿por qué debía de ser él?, había más personas que podían hacerse cargo en un caso tan simple como eso—. Su sobrina Haruno Sakura es asechada por un hombre, un estudiante de su escuela, así que ella se ha tenido que ver forzada a inscribir a su sobrina en una escuela de jovencitas —explicó—. Es una excelente oportunidad Sasuke, Tsunade es muy influyente y si realizas con éxito tu trabajo puede que salgas beneficiado, serás una persona bastante solicitada y valiosa. Es un trabajo sencillo, empieza con eso primero. Ah, y no le digas a Obito.
—Cuenta conmigo —respondió sin titubear, si debía empezar por casos sencillos como ese, entonces poco a poco iría mejorando y así encontraría a Itachi. —¿Cuál es la situación exactamente?
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—Mierda, ¿en qué diablos me he metido? ¡Maldito consumista pornográfico!
Le había tendido una trampa, ya se le hacía raro que le diera un trabajo, podía apostar que ninguno de sus empleados había accedido a hacer algo tan ridículo y finalmente ahí estaba él, su último recurso. Genial, ahora tenía una razón más para odiar esa maldita ciudad a la que lo habían llevado ese par de locos.
Quería regresar al orfanato, prefería mil veces soportar las burlas de todos a seguir en Tokio. Pero por otro lado estaba Itachi, no podía simplemente marcharse y abandonarlo, tenía que hacer algo para encontrarlo. No había dormido bien pensando en qué podía hacer al respecto, y ahora miraba su rostro en el espejo del baño, como creyendo que ese otro yo le daría la respuesta.
"Cambio de opinión", eso es lo que le había dicho a Kakashi antes de salir como alma que lleva el diablo de su oficina.
—Puedo simplemente no aceptar pero… si quiero obtener más oportunidades tengo que hacerme más fuerte, todo para encontrar a Itachi.
Suspiró resignado y se vistió para ir a la escuela pues el martes había llegado sin falta. Fuera del edificio lo esperaba el chofer. Se subió con desgana y miró sin interés el paisaje que le ofrecía la ciudad esa mañana, nada nuevo por supuesto. El auto se detuvo en el semáforo en rojo, del otro lado de la calle parecían vender vestidos, lucían relucientes en los escaparates, si aceptaba, ¿tendría que ponerse uno de esos? La imagen fue obstruida por la llegada de otro auto a la espera del cambio de luces, la persona que iba detrás también tenía el vidrio abajo, se trataba de una chica, ella lo miró.
Tenía el cabello rosa y sus ojos de un color verde muy atrayente, Sasuke ya se sentía envuelto en ellos. Había algo en esos ojos, tristeza, dolor. De ellos brotaron lágrimas, ¿qué le pasaría para hacerla llorar así? El vidrio se fue cerrando, probablemente para que no la viera más en ese estado. El auto avanzó de nuevo, los dos tomaron rumbos diferentes.
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—¿Por qué estás llorando?
Fue lo primero que Haku le dijo al verla llegar a la escuela, la chica de cabello rosa había estado tratando de ocultar sus ojos ahora rojos a causa del llanto pero no había podido hacerlo del todo. Su amiga se le acercó y la tomó de la barbilla.
—Sakura, ¿sigues así por ese idiota?, si ha vuelto a asustarte debes decírnoslo, lo que pasó fue muy grave y no debes tomarlo a la ligera. Estoy segura de que tu tía Tsunade se está haciendo cargo de ello —la chica de cabello castaño y ojos cafés puso una mano en su hombro.
—Ese es el problema, mi tía desea cambiarme de escuela, hoy en mi último día de clases aquí. Mañana comienzo en Konoha.
—¿Konoha?, ¿la escuela de chicas? —la pelirrosa asintió con nuevas lágrimas brotando al oír el nombre de su nueva escuela de la boca de sus amigos.
—¿Sólo por eso lloras?, no es como si no nos volvieras a ver, los fines de semana suelen dejarlas salir de esos terrenos para visitar a sus familias. Lo sé porque una vecina asiste a esa escuela —. Haku le sonrió para tranquilizarla— No hagas escándalo por cosas tan simples como esa.
—Haku —Sakura se limpió las lágrimas para después abrazar a sus dos mejores amigos.— Los voy a extrañar mucho.
Luego de unos minutos el joven de ojos marrón se separó de ellas para atender asuntos de la biblioteca escolar.
—Haku siempre dice cosas para hacerte sentir bien —comentaba la castaña mientras las dos observaban a su amigo alejarse mientras les daba la espalda— Si no fuera gay diría que le gustas.
—¿Por qué dices esas cosas? —se ruborizó.
—Vamos Sakura, no soy tonta, te gusta Haku desde la primaria —la pelirrosa no sabía qué contestar, eso era verdad pero había pasado mucho tiempo desde entonces—. Quizás sea bisexual.
—¡Ya deja de hablar en voz alta! —le tapó la boca, ser escuchadas fuera de su salón no era precisamente bueno— a Haku puede gustarle quien quiera, Tenten. No importa si es chico o una chica. Además, a mí ya no me gusta, eso fue cuando éramos niños…
Tenten sonrió, no estaba completamente segura si seguía sintiendo algo por su mejor amigo pero eso no importaba mucho ahora, Sakura sufriría los primeros días al verse separada de ellos, era su deber como amiga hacerla sentir mejor.
—Ya, entiendo. Te prometo que cuidaré que nadie lastime a Haku en tu ausencia, aunque creo que él puede solo, pero aun así te lo prometo. Puedes irte tranquila amiga —se sonrieron en complicidad. — Si te enamoras de alguien por allá me harás sentir feliz.
—Se te olvida que es una escuela femenil.
—Sí, pero podría haber maestros buenos. A no ser que prefieras las feromonas femeninas. —Sakura le dio un empujón— De tanto que defiendes la preferencia sexual de los demás, no me sorprendería que te gustaran las chicas.
—¡Tenten!, ya deja de hablar así…
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—Escuché que Kakashi te ofreció trabajo —susurró el rubio. Naruto y él estaban en el mismo grupo. Sasuke había llegado dos horas atrás, ahora tomaban la clase de historia Universal. El pelinegro lo miró interrogante— Él me lo dijo, vivimos juntos. Mi papá era su maestro, pero antes de morir le pidió a Kakashi que se hiciera cargo de mí y Karin. No hablemos de mi vida, no sé exactamente que te pidió, dime ¿qué piensas hacer?
—Naruto, sígueme —se levantó de su asiento en plena clase.
—¿Eh? —el rubio fue detrás de él.
—¿Pero qué creen que hacen?, regresen a sus asientos. ¡Uchiha, Uzumaki!
Naruto corría por el pasillo siguiendo a Sasuke que daba pasos agigantados, parecía tener mucha prisa. Naruto pensaba que probablemente tenía indigestión, ¿para qué lo quería a él entonces? Prefirió no imaginarlo.
—¡¿Adónde vamos?! El sensei se ve muy enojado Sasuke, ¡no seas cabrón y dime! —vio como el pelinegro sacaba su celular y marcaba un número.
—Kakashi, lo haré. Dime, ¿adónde debo ir primero?
Este capítulo lo definiría como la explicación. ¿por qué Sasuke debe hacerlo? Bueno, este es el cap de respuesta. Tiene que cuidar a la sobrina de Tsunade Senju, una adolescente que lucha por hacer conciencia en las personas para que dejen de discriminar y manifestar su descontento hacia la homosexualidad. Así que este fic tomará un poco de ese tema.
Si se dieron cuenta, Sasuke no es el típico hombre con súper cuerpo atlético, así todo sexy (de eso me encargo después, n_n), deberá trabajar para ello, además sería raro que una chica tuviera musculatura, a menos que fuera una muy esmerada atleta. Pero volviendo al punto, el Uchiha cambiará con el paso del tiempo. Si eso pasa, ¿podrían descubrirlo? :S
En ocasiones habrá momentos en que la narración será propiamente de Sasuke, de esa manera entienden mejor los sentimientos del personaje :)
El próximo cap se tratará en parte de su CAMBIO DE APARIENCIA, con ayuda de Naruto y alguien más :D Así que será divertido xD
Muchas gracias, opinen, critiquen, agradecería mucho contar con ustedes. Cuídense.
