La biblioteca no es tan silenciosa.

Hermione entró a la biblioteca silenciosamente como acostumbraba, necesitaba un libro de Pociones para la tarea que debia ser entregado en un mes. Así era Hermione Granger, perfeccionista y siempre puntual.

-Sección 66.- se recordó a si misma.

Avanzó hacia su destino pero notó que el libro faltaba.

-Seguramente está en alguna parte aqui cerca.- intentó animarse.

Hermione buscó torpemente pero para su mala suerte el libro no estaba ahí.

-Iré a ver en el otro librero...-Hermione giró rapidamente chocando contra la persona que menos deseaba toparse.

-Sangre Sucia ¡fijate por donde caminas!- El rubio hizo un gesto de disgusto y una mirada de desprecio.

-Escucha, Malfoy, estoy cansada de que me insultes, iba a pedirte una disculpa pero creo que tu me debes una a , ¡me debes una cientas!-Hermione llevó sus manos a la cintura regañando a Malfoy como si fuera su madre.

-¿Sabes quien soy? Soy un Malfoy y como tal merezco respeto así que arrepiénte y pídeme una disculpa de una buena vez Granger.-

Draco Malfoy, era insportotablemente vanidoso, manipulador y frío, al menos así pensaba Hermione. Para el resto de las chicas, Draco era el inalcanzable e insportotablemente guapo de Slytherin.

-Oh, un Malfoy comprendo,¿Quieres que me arrodille también?- Dijo con sarcasmo.

-Si no estaría mal.- Draco sonrió burlonamente cubriéndose el rostro con un libro de piel bastante ancho y en mal estado.

Hermione en el momento que vio el libro supo que libro era, tenía que ser...

"POCIONES POR ENRIQUETTA KOBBS".

-Eh, Malfoy el libro que tienes en la mano..-Empezó Hermione pero fue interrumpida por Malfoy.

-Vine aqui para dejarlo en su lugar pero alguien chocó contra mi y comenzó a irritarme.-

Hermione ingoró el insulto de Draco y puso la cara más amable que podía poner en ese momento.

-Malfoy, me pregutnaba si podrías darme el libro porfavor.-

-Así que lo necesitas eh Granger.-

-Así es.-

-Comprendo, entonces me lo quedaré un poco más de tiempo.-

La sonrisa de Malfoy se ensanchó al ver como Hermione se ponía roja de desesperación.

-¡Sabes que lo necesito Malfoy! Dámelo de una buena vez.-

-No lo creo...A no ser que te arrodilles y me pidas mis merecidas disculpas.

-Jamás.-

-Entonces olvídate de emm..."POCIONES POR ENRIQUETTA KOBBS".-

-Tengo un mes, Malfoy.-

-Tienes un mes entonces para disculparte.-

-Niño de papi,¡Te voy a...- Pero Draco ya se había dado la media vuelta.

Hermione dio un salto de frustración y su cabello ondulado se meció en el aire. ¿Por qué habría tenido que ser tan grosera con Draco? Tal vez, el chico intentaba darle una lección.¡Hermione jamás se arrodilalría ante nadie y mucho menos ante Malfoy! Pero Hermione no encontró otra solución.