- ¡No quiero saber nada de ti! – le dice con ira.
- Pues arráncate la cara "hermanito". – le dice Tom mientras le lanza un cojín desde el mueble en que esta.
Simone baja las escaleras tras escuchar el desorden y los gritos de los gemelos.
- ¡Ya! Dejen de pelear, detesto cuando hacen esto, ya no son uno niños para que sigan con berrinches. No soporto más esta situación, todo el tiempo pasan peleando, gritándose insultándose, en vez de amarse y aprovechar cada minuto juntos mientras están de vacaciones.
- Él es el que empieza Mamá. –señala al chico de rastas.
- ¿Yo?
- ¡Sí!, eres un idiota, siempre tienes que estar husmeando en mis cosas, si están guardadas es para que nadie las toque. –le escupe en a la cara.
Se levanta muy enojado y se va hacia la cocina, donde su Madre había ido.
- Bill, esto no puede seguir así, gritos todo el día, eso no es vida, voy hablar con tu Padre.
-¿Para qué? – le dice mientras agarra un vaso con agua.
La pelea y los gritos lo habían dejado sediento.
- Le diré que los lleve a la casa de playa que tiene.
Bill escupe toda el agua que tenía en la Boca, mojándose su camiseta.
- ¿Casa de playa?, ¡No! Mamá, eso es muy aburrido y peor solo con Tom y mi Padre.
- esa es la única solución, y no me digas más, la decisión ya la tomé, solo tengo que hablar con tu Padre, ve y dile a tu hermano y arreglen sus maletas, voy a tener paz una semana.
"Una Semana", pero es mucho tiempo, -piensa el pelinegro-
Sale de la cocina y ve a su hermano echado en el mueble.
- Mueve tu horrible trasero "hermanito", Mamá te llama.
Tom se levanta de su cómoda estancia, no le dice nada a su hermano, es mas ni lo mira a la cara solo se dirige a la cocina, pensando en lo que le dirá su Madre.
Mientras Bill se dirige a su habitación para arreglar su maleta, no tuvo valor de decirle a su hermano lo de la "Semana en la casa de playa", no quiere escuchar sus reproches ya no más.
Escucha que tiran la puerta de al lado, sabe que es su hermano, y está enojado, ¡no le importa! él también lo está, por tener que "compartir una semana con su hermano y en una isla desierta"
Y pensar que lo había deseado muchas veces, y las tantas veces que lo había mencionado en las entrevistas, pero no se esperaba que lo llevaran así, estando enojados.
Tira sus cosas a una maleta, está muy enojado con su Madre, por la decisión que tomó, sin el consentimiento de ellos, trata de relajarse un poco, cierra los ojos y piensa en cómo zafarse de eso, en ese momento suena el teléfono,- "es un mensaje de Tania" –
- Tom, cambio de planes, mañana por la mañana en mi casa, mis Padres van a salir de la ciudad, así podremos estar juntos todo el día y parte de la noche…
Muchos Besos Tania
-Maldita sea- piensa mientras se jala las rastas. Una señal de desesperación.
Había esperado tanto tiempo para estar a solas con esa chica, y ahora no va poder ser, todo por la pelea que ha tenido con su hermano, y la ridícula decisión que tomó su Madre.
Su Madre los llama a cenar y aunque no quieran tienen que ir, esa sería la última noche que estarían en casa con ella, por lo menos en una semana.
Nadia habló en la mesa, la tención aumentaba cada vez que se escuchaba el resonar del tenedor sobre el plato.
- ¿Van a seguir así?, -les pregunta Simone, con preocupación-.
Ninguno de los gemelos contestó, prefirieron contener sus palabras, ya no había más que decir.
Cada uno se levanto y dejo el plato en el lavador, no tenían ganas de hacer la limpieza, hasta en eso se parecían.
Cada uno les da las buenas noches a su Madre y su Padrastro, éste había decidido quedar al margen de la decisión de su Madre.
Se miran con odio y cada uno entra a su habitación dando un portazo en ella.
Su Padre llega a Traerlos, la mañana siguiente, los gemelos tienen una cara de pocos amigos, siguen enemistados, ahora más que antes, al saber que los llevarían a una isla desierta donde solo ellos estarán y alguna que otra palmera de coco.
Se despiden de su Madre con un beso cada uno, y ella les da la bendición, con dolor en su alma los deja ir, pero ella piensa que es lo mejor, así arreglan sus diferencias.
Saludan a su Padre y entran en el automóvil, ven que su casa se va alejando, ya no hay vuelta atrás, Tom solo piensa en lo bien que lo podría estar pasando con Tania.
Ve a su hermano ahogado en un mar de pensamientos, lo escucha suspirar y le hace pensar que él esta alegre con que vayan a esa casa de playa.
- Que me ves idiota.- le dice al notar los ojos de su hermano en la piel-.
- Miro la ventana imbécil, no a ti- Arque a una ceja.
- Tú tienes una de ese lado.
- Que insoportable eres, ¿lo sabías? –le dice picándole.
- Ahora soy yo el insoportable-
Empiezan a darse de manos, a golpearse y morderse.
- ¡Ya! – Les pide su Padre desde el volante-, No son unos niños compórtense como hombres, ya tienen 18 años.
Con la respiración agitada tratan de calmarse, pero Bill siente algo caliente bajar desde su nariz a su boca.
- Mierda Tom, me has roto la nariz.
- Eso te pasa por Idiota, con migo nunca vas a poder.
Pero al ver como la sangre emana de su nariz se preocupa y le da el pañuelo que lleva en el bolsillo.
- Ten para que te limpies.-
- No, no quiero nada de ti-
Toma un toallita que lleva en su neceser y se la pasa por la nariz, tratando de no herirse más.
- Lo siento-, musita Tom.
Bill solo lo ve de reojo, todo va mal, y sabe que va terminar mal, pero ya verá se las desquitará de la manera más sencilla pero dolorosa.
- Bueno chicos ya llegamos, bajen sus cosas y tengan su pasaje.
Los gemelos se ven con cara de no entender nada, atónitos con lo que les dice su Padre.
- Espera un momento, ¿Tu no iras con nosotros?-le dice el pelinegro.
- Claro que no, ¿su Madre no les dijo?, tengo trabajo toda la semana yo solo les compré los boletos, ustedes solos pueden llegar ya saben donde es, además la isla no está totalmente desierta la gente ha llegado y ha construido sus casas.
Ahora quiero ver que suban a la avioneta, no sea que se me escapen.
Malhumorados, caminan hacia la pequeña avioneta, donde un hombre les espera para poder colocar sus maletas dentro.
Bill se sienta a la par de su hermano, no hay otra manera, la aeronave es muy pequeña.
- ¿van al carnaval?, -les pregunta el piloto.
Se quedan mirando, por sus mentes pasan muchas cosas.
- claro que si- contesta Tom muy alegre.
- Dicen que este año va ser mejor que él anterior, si es que la tribu que hay ahí no sale hacer de las suyas.
Se quedan pensando unos momentos, esperando que todo saliera bien y se pudieran divertir cada quien por su lado, claro está.
Aterrizan sin ningún problema, a pesar del mal clima que les hace, miran a su alrededor y lo único que logran diferenciar a lo lejos es agua y una gran montaña.
- ¡Wow! esto es lo que yo llamo paraíso. –dijo el de rastas burlándose.
- Y de aquí, ¿A dónde vamos?.
- Pues a la casa de Papá-
- Ok, Ok… y se puede saber para donde, por que yo miro palmeras y mas palmera en todo esto.
- ¡ah! – Pues no se vente vamos por aquí, -le dice el mayor agarrándolo de la mano.
Buscan la playa, están casi en medio de la dichosa isla, la casa de su Padre tiene que estar ahí, han pasado solo dos años desde la última vez que fueron," no creo que algo haya cambiado aquí" o por lo menos eso esperan.
Después de caminar más de media hora encuentran la playa, y el agua cristalina con el color turquesa, ese que no se iba de sus mentes.
- Maldita sea Tom, me duelen mis pies las maletas pesan mucho y siento mi piel descascararse por sol penetrante.
Se tira en la blanca arena y se estira, suspira profundamente, relajando su cuerpo de ese viaje tan largo.
Por otro lado Tom se quitó la ropa y estaba bañando así como Dios lo trajo al mundo, no soportaba el calor y se dejo llevar por las olas del mar.
Bill pensaba que su hermano era muy rural, y esperaba que nadie más llegara al lado de esa isla si no verían las joyas Kaulitz de parte de Tom.
- Por Dios Tom, ponte algo, no quiero tener malos recuerdos.
- Si no quieres, no mires nadie te obliga, ven a refrescarte un poco ¿sí?.
- ¡Claro que no!, mi bañador esta hasta el fondo en mi maleta, y yo no bañare desnudo, nunca… que tal si alguien viene…
Su hermano se ríe mientras mete la cabeza al agua, mojándose las rastas que le caen por la espalda.
Sale del agua y va goteando, se para enfrente de su hermano y le moja la cara, Bill abre los ojos y lo primero que ve son las joyas Kaulitz, abre los ojos como platos, no puede creer que su hermano sea tan… despistado, él no quiere ver eso.
- Que mala vista tengo-. Le dice mientras se levanta de su cómoda siesta-. Eres un idiota lo sabes, me dejas traumado con esa cosa.
- No me digas que te sorprende que ¿sea así?, porque tú me conoces más que a nadie, además no tengo nada que ocultar, si por mi fuera anduviera desnudo en todos lados.
-Claro para ti la palabra pudor no existe, Ya me voy de aquí,
Tomó su ropa pero solo se coloco el bóxer y los pantalones, era tanta calor que parecía infierno, se dejo el torso descubierto quería el aire fresco de la playa.
Caminaron por media hora más alrededor de la playa, pero no encontraron nada y ya estaba oscureciendo.
Decidieron por esa noche quedarse a dormir en la intemperie, aunque Bill estaba chillando por los zancudos que se acercaban a él para cenar, Tom solo se reía al verle la cara.
- ¿Por qué te comportas tan mal conmigo Tom?
- ¿Yo? No, tú eres el que ha cambiado conmigo, me recuerdo que nos duchábamos juntos, dormíamos juntos, todo lo hacíamos juntos, y ahora no quieres hacer nada conmigo, solo te alejas mas y mas de mi.
- Es que nada es igual-. Le dice el pelinegro sincerándose.- hemos cambiado, no somos los mismos.
- Yo me siento el mismo, soy Tom, Tomi como siempre me llamas, para mí todo es igual, eres mi hermano menor, quiero compartir muchas cosas contigo pero tú, no quieres nada conmigo.
- Hemos crecido Tom, - le dice cabizbajo-, no quiere verlo a los ojos
- Bueno en eso tienes razón, hemos crecido, por lo menos a mi me ha crecido mucho-. Ríe por el mal chiste.
Se calla al ver la mirada triste de su hermano, tal parece que la broma no le causo nada de gracia.
- Los siento – le dice Tom.
Tratando de abrazarlo, pero éste se aleja de él. – como tú quieras, te dejo descansar, duerme yo vigilo.
Se queda dormido encima de sus maletas, no es cómodo pero está cansado, mientras su hermano ve la fogata improvisada que hizo, ya no hay leña, y piensa en ir a buscar más.
Se aleja dejando a su hermano sumido en un profundo sueño, a lo lejos ve luces, parece que están cerca de alguna casa, escucha murmurar gente pero no es lo que cree.
