Después de entrar en la tumba...

Ella ingreso en la tumba, dentro de la oscuridad, escuchando la silente respiración de alguien mas allí; vio una luz al final de las escaleras. No sentía miedo, frío, ni ninguna otra sensación.

Repentinamente escucho una voz, una hermosa voz masculina viniendo de la oscuridad a un lado de ella. La voz la rodeaba suave y lentamente. Ella se desmayo cuando sintió un escalofrió detrás suyo. Cuando volvió en si en la oscuridad mas profunda se pregunto "¿Donde estoy?" Se dio cuenta de que estaba tendida en una cama, en un cuarto.

Gradualmente sus ojos se fueron acostumbrando a la ausencia de luz; y poco a poco empezó a distinguir las diferentes cosas a su alrededor, y lo reconoció como su cuarto en la casa del lago.

De repente se dio cuenta de que el Fantasma había estado sentado a su lado todo el tiempo, en la única silla de la recamara. Se sorprendió sobremanera de verlo ahí; y empezó a recordar el episodio en Perros— Girec y le pregunto— ¿Que estoy haciendo aquí?

—Te desmayaste en la cripta. ¿O talvez habrías preferido que te dejara allí?—dijo en un tono sarcástico...mas sin embargo parecía cansado.

— Bien, ahora que sabemos que estas bien, me retiro. ¿Debes tener hambre? ¿Quieres algo en especial para la cena?—

Ya había dejado la puerta atrás cuando ella empezó a pensar en sus últimas palabras.

—¿Para la cena?— el se dio la vuelta y la miro desde el umbral de la puerta —Has estado aquí por dos días desde que dejaste la Casa de la Opera.

Estuvo sola con sus pensamientos por un rato hasta que el regreso con algunas viandas y una copa de vino en una bandeja de plata.

—Por favor, come algo!— dijo en un tono reconciliador.

Aunque estaba asustada le pregunto— ¿Por qué me has traído aquí?—

El poso su mirada en ella, suspiro y luego dijo— Este es tu hogar también. Y como no habías vuelto en si, no pudiste ver que la puerta ha estado abierta todo el tiempo...

—Cuando hayas terminado de cenar, eres libre de irte, conoces el camino de regreso.

Eso era cierto, había estado tan ocupada preocupándose que no se dio cuenta deque en verdad estaba abierta. No podía entender su actitud; todo este tiempo ella pensó que el estaba obsesionadamente enamorado de ella, pero y ahora?

Permanecieron en silencio por un rato, cuando el hablo rompiendo sus pensamientos y el silencio— Creo que es mejor si te dejo sola—

Ella estuvo apunto de dejarlo ir, pero sin pensar que estaba haciendo , lo llamo— No, no te...— y cuando se dio cuenta de lo que había dicho, se corrigió a si misma— Hummm!...Quiero decir...no necesariamente tienes que irte— no entendía porque estaba haciendo eso.

El se detuvo a medio levantarse y lentamente se sentó otra vez. Y el silencio se hizo otra vez, y de nuevo el lo rompió— ¿Quisieras hablar?— dijo tiernamente. El sintió mas que ver el conflicto en su alma y trato de ayudarla— A mi me gustaría— añadió suavemente y empezó comentando— No voy a negar que tu pretendiente, "el Vizconde", si... se que es tu pretendiente...me hace perder la paciencia...¿Sabes lo que siento por ti?— el le soltó de pronto, pero no espero la respuesta y continuo— Mi único deseo es tu felicidad. Y no puedo ignorar el hecho de que, el se enamoro de ti después de que cantaras en la gala. Eso no me parece, porque si en verdad te ama, si asi fuera; ¿ porque te dejo sola cuando tu padre murió,¿ porque no te ayudo...o te consoló? O mejor aun, ¿por qué no pidió tu mano en matrimonio entonces?— el dijo todo esto calmadamente, pero cada vez que pausaba para tomar un respiro, parecía decirlo como en reproche.

Ella no contesto, así que el continuo tan calmadamente como si estuvieran comentando el clima— Estoy interesado en continuar con las lecciones. Todo permanecerá como antes, especialmente la disciplina. Tomaras las clases diariamente a la misma hora. Si el quiere verte, tendrá que encontrar tiempo en ese horario.

El no había perdido de vista la bandeja en todo el tiempo que permaneció allí, así que dijo— Es mejor que comas antes de que la cena se enfrié.

Ella no podía rehusar sus argumentos, pero también no podía negar el hecho de que le había dicho todo eso para ganar la partida. Ella se sentía tan confundida e intranquila.

—Bien, te dejo, quiero lo mejor para ti, todavía soy tu Ángel de Música y tu tutor también, así que, por favor confía en mi!— dijo Erik al momento levanto y salio.

Ella estuvo perdida por un rato, pensando sobre todo lo que Erik le había dicho, y finalmente se pregunto a si misma –¿Que siento verdaderamente por Raoul, Vizconde de Chagny... y…por Erik, El Fantasma de la Opera?...Esta pregunta era en verdad difícil, muy difícil. Confiaba en Raoul, lo conocía desde niños, ¿que tan diferente podía ser desde esos tiempos? También confiaba en Erik, nunca la lastimaría, aunque…ella no sabia nada acerca de su pasado; era verdad que el iría muy lejos por causa suya y ella no podía imaginarse un limite para el, un ligero temblor recorrió su cuerpo... y Raoul, ¿a que tanto se atrevería por ella? Sabia también que Raoul podía llegar a ser en verdad violento. Ambos no eran muy diferentes entre si. ¿Quién era Raoul sino una especie de Erik con algunos complejos de educación? No eran tan diferentes; bueno, ya pensando en ello…conocía algunas cosas de ellos pero nunca había tenido la necesidad de compararlos. Ambos podían actuar como caballeros y ser extremadamente celosos. ¿Que eran? Uno, un rico noble y el otro un genio desconocido…un aristócrata y un fantasma…¿como podría ella…conseguir una tregua entre ambos?...

La verdad era…que estaba perdida y confundida, tanto que no noto como el tiempo voló hasta cuando el fantasma regreso un par de horas mas tarde.

Observo la bandeja intacta y preocupado dijo- No probaste la comida!- Se sentó en la cama a un lado de ella y tomo sus manos entre las suyas y tiernamente le dijo- ¿Estas bien?- Ella no contesto y de repente sin saber como empezó a llorar en su hombro.