Capítulo 1

Un hombre se encontraba apoyado en la baranda de un barco, mientras veía el horizonte se encontraba sumido en sus pensamientos, preguntándose por qué razón habían solicitado su presencia, él nunca había tenido problemas de confianza, pero sabía que su hermana y su cuñado estaban más capacitados para la susodicha misión que le tenían preparado -En fin... ya estoy aquí, lo mejor que puedo hacer es aprovechar la situación, después de todo hace tiempo que no veo a mi amigo- se dijo a sí mismo.

-Pasajeros, en unos minutos llegaremos a nuestro destino, les recomendamos que estén preparados junto con su equipaje- les dijo el capitán del barco, el cual se dirigía a gran velocidad gracias al viento a favor que tenían.

Una vez fuera del barco vio que había una persona que llevaba un cartel con su nombre, supuso que lo habían enviado para recogerlo, así que luego de una rápida presentación se subió al carruaje del hombre y emprendieron rumbo a su destino -¿Sabes por qué tu señor me pidió que viniera?-

-Lo lamento, sólo me han dicho que viniera a buscarlo lo más rápido posible, cualquier duda que tenga deberá preguntárselo a mi señor- le respondió el hombre.

-Supuse que diría eso, pero había que intentarlo- dijo con una sonrisa forzada. Mientras recorrían la ciudad pasaron por diversos lugares, tiendas de ropa, comestibles y una de sus preferidas: la tienda de armas, "ya que estoy aquí podría ver si mi viejo maestro se encuentra en la capital"- pensó. A medida que avanzaban se podía notar que iban entrando a la zona de la alta sociedad, las casas estaban eran mas lujosas y mejor construidas y se podía ver que los lugareños iban vestidos con ropas elegantes y finas, a diferencia que los que se encontraban en el puerto.

-Hemos llegado- dijo el sujeto.

Al bajar del carruaje pudo contemplar la inmensa estructura que se encontraba delante de él -El palacio real, tan ostentoso como siempre- dijo en broma, mientras se dirigía vio como unas chicas pasaron cerca suyo y le dedicaron un par de miradas él sólo les sonrió mientras le guiñaba el ojo, las chicas respondieron con murmullos y risitas.

-Yo tendría cuidado si fuera tú, son las hijas de un general y si llegase a enterarse que pusiste un ojo o, Agni no lo permita, las manos encima te enviaría directo al calabozo- le dijo una mujer.

-¿Dónde estaría la diversión sin un poco de riesgo?- le respondió él -Es bueno verte Mai, el embarazo te sienta de maravillas-

-Curioso no me siento maravillosa, sino con el estómago hinchado, tengo hambre a cada rato y suelo perder el control de mis emociones por cualquier tontería- dijo ella con esa indiferencia que la caracterizaba.

-Pequeños gajes de la maternidad ¿Dónde está tu marido, acaso es demasiado importante para recibirme?-

-Se encuentra en su despacho, a diferencia de tí él no tiene tiempo para divertirse u holgazanear. Dirigir una nación es trabajo de tiempo completo y muy estresante-

-¿Es por eso que en todos los retratos de los anteriores señores del fuego ninguno está sonriendo?- dijo antes de entrar al palacio.

-Buen punto- respondió riendo y luego se percató de lo que acababa de hacer -Malditas hormonas, ahora hacen que me ría también-


Un hombre de cabellos largos y cicatriz en el rostro, estaba sentado en una mesa revisando documentos y firmando unos papeles que parecían importantes, se encontraba pensativo hasta que el golpe de la puerta lo devolvió a la realidad -Adelante-

-Buenos días chispitas ¿O debo decir señor Chispitas?- dijo el sujeto de coleta y ojos azules.

-¡Sokka! Me alegra que ya estés aquí, ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos- respondió y se levantó de su asiento para recibir a su invitado -¿Cómo están los demás?-

-Aang está ocupado intentando reconciliar a las naciones Katara lo acompaña y ayuda con las sanadoras a atender los heridos. Lo último que supe de Toph es que abrió una escuela de aprendizaje para maestros tierra, y que cuando tenga suficientes aprendices formarán un escuadrón de peleadores para ayudar con la seguridad-

-Vaya, es increíble. Lamento que haya pasado tiempo desde la última vez que el grupo se reuniera-

-Tres años son demasiados, parece que tu trabajo como señor del fuego también te mantiene muy ocupado-

-No te mentiré, es algo muy complicado, en especial cuando tuve que devolverle las colonias conquistadas a la gente del reino Tierra. Muchos ciudadanos de la Nación del fuego nacieron y se criaron allí-

-Pues ahora saben qué se siente el que invadan tu hogar y debas dejarlo... Lo siento, malos recuerdos- se excusó.

-Está bien, arreglar los desastres que dejaron 100 años de guerra no es cosa de un día-

-Sólo esperemos que no nos tome otros 100 años hacerlo-

-Esperemos. Cambiando de tema, supongo que te preguntarás por qué te hice venir hasta aquí-

-¿Quieres decir que no me invitaste sólo porque extrañabas el placer de mi companía? Eso duele- bromeó él.

-Que simpático, tengo un problema y necesito tu ayuda-

-¿De qué se trata? ¿Problemas con rebeldes, piratas fuera de control tal vez?-

-Puedo manejar ese tipo de cosas, pero ésto es algo que escapa de mis manos-

-¿Cuál es el problema?-

-Azula...- respondió Zuko, y la sonrisa de Sokka desapareció en un instante, quien sabía de sobra que cuando se trataba de esa persona siempre había problemas.


Sokka y el señor del fuego estaban en el jardín del palacio bebiendo té y comiendo bocadillos mientras discutían acerca de la situación -Déjame ver si entendí ¿Quieres que te ayude a reconciliarte con la loca de tu hermana?-

-Así es, es algo que debo hacer, es la única familia que me queda además de mi tío y él se encuentra en Ba-Sing-se-

-Y da la casualidad que también serviría para tu imagen política, sé que no todos tus súbditos te siguen fielmente, una gran parte eran leales a tu padre y a tu hermana pero si logras que Azula una fuerzas contigo es algo que haría ganarte el apoyo y respeto de toda la población-

-No había pensado en ello, supongo que sería un beneficio inesperado- respondió su amigo.

-Mira, Azula está internada en una institución mental. Si los doctores no pudieron hacer nada con ella ¿Por qué crees que yo sí?-

-Necesito a alguien inteligente y capaz, alguien que sepa jugar su juego de mentiras y manipulaciones. Eres un gran estratega y también uno de los mejores espadachines que conozco-

-¿Y qué hay de Aang? Él es el experto en diplomacía y reconciliaciones-

-Aang está ocupado con sus deberes de Avatar, además no creo que pueda con esto, es demasiado...-

-¿Ingenuo? ¿Despistado?- dijo terminando la oración.

-Iba a decir "inocente" pero supongo que también sirve-

-No lo sé...- respondió él teniendo dudas.

-Vamos, considéralo un favor de amigos, si logras tener éxito tal vez el trabajo de reconciliar a las cuatro naciones nos lleve menos tiempo del pensado-

Sokka meditó durante unos instantes y luego hizo un gesto de resignación -De acuerdo, tengo interés adónde llegará esto- y se levantó de la mesa para ir a sus aposentos -Ah, casi lo olvido- y de su bolsa sacó una pluma, un tintero y un pedazo de papel, escribió algo en él y se lo entregó a Zuko.

-¿Qué es esto?-

-Los honorarios por mis servicios- respondió Sokka.

-Son muchos ceros, es casi el triple que lo que le pagué al hombre combustión- dijo sorprendido al ver el pedazo de papel.

-Tengo entendido que hace poco tus ingenieros encontraron una mina de plata mientras hacían unas construcciones, eso quiere decir que puedes pagarme sin problemas-

-¿Qué pasó con lo de "favor entre amigos"?-

-Ningún amigo me pediría algo como ésto-

-De acuerdo, te pagaré lo que me pidas, un 20% ahora para que puedas con tus gastos y el resto cuando termines-

-Sólo espero sobrevivir para disfrutar del pago- respondió el chico de ojos azules.

El señor del fuego sonrió -Echaba de menos tu sentido del humor-


HOlAAA! Primer cap de esta historia si bien soy fan de los ZUTARA decidí hacer esta historia alterna en la que Sokka fuera el personaje principal, espero que la disfruten.