Un pequeño proyecto que tenía desde hace unos meses, no tenía nada que hacer, así que dije, "POR QUE NO?"
Me puse a escribir como desquiciada. Aunque es cosa seria, espero les guste. Es una pequeña forma de demostrar, que no importa en que circunstancias, el amor siempre triunfara.


Este fic esta ambientado en Argentina, en una época un tanto oscura. El golpe de estado en 1976.

"Los amigos del barrio pueden desaparecer,
los cantores de radio pueden desaparecer.
Los que están en los diarios pueden desaparecer,

LA PERSONA QUE AMAS PUEDE DESAPARECER,

Los que están en el aire
pueden desaparecer en el aire.
Los que están en la calle
pueden desaparecer en la calle.
Los amigos del barrio pueden desaparecer,
pero los dinosaurios van a desaparecer. "

"Los dinosaurios" - Charly Garcia

~Una época marcada por el dolor de perder a seres queridos por luchar por una causa justa.
A veces el amor es una debilidad, pero en momentos así, es lo único que nos motiva para luchar con pura pasión~

Esto va por la memoria, la verdad y la justicia. Por los desaparecidos, por la madres que los siguen buscando hasta el día de hoy.


"Un día para no olvidar"

19 de marzo de 1976, 09:00 de la mañana.

El rubio se había levantado temprano como todos los días, tenía que ir a la facultad a cursar una de las materias en las que peor le iba, pero no le quedaba de otra si es que quería recibirse de una vez por todas. Escucho el ruido del agua de la pava hirviendo. Unas tostadas, y un poco de dulce de leche lo esperaban en la mesa, por dios, su madre si que era una genia. Aun teniendo que irse a trabajar temprano tenía el suficiente tiempo como para dejarle el desayuno.

Prendió la television para ver como iba a estar el clima, pero algo lo sorprende. Estaban dando cadena nacional. "Jodiendo de tan temprano" Piensa para sus adentros, pero... esa no era Isabelita, la presidente, era un grupo de hombres con ropa militar.

"Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las . Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones."

No lograba entender nada del todo, pero algo en su interior le indicaba que estaba todo mal. Su cuerpo temblaba lentamente, un tic en su ojo, que creía había superado, volvió a aparecer en ese instante. Vuelve a prestar atención al televisor.

"Articulo 1: El que públicamente por cualquier medio, incitare a la violencia colectiva y / o alterare el orden público, será reprimido por sola incitación, con reclusión hasta diez años o muerte.
Articulo 2: El que alterare en cualquier forma contra los medios de transporte, de comunicación, usinas, instalaciones de gas o agua corriente u otros servicios públicos, será reprimido con reclusión por tiempo determinado o muerte...
Articulo 5:...el personal militar de las fuerzas de seguridad y de las fuerzas policiales hará uso de las armas en caso de que la persona incurra en alguno de los delitos previstos de dos a cuatro precedentes...
Articulo 7: Créanse en todo el territorio del país los Consejos de Guerra Especiales Estables...que juntamente con los Consejos de Guerra Permanente para el Personal Subalterno de las Tres Fuerzas Armadas, conocerán en el juzgamiento de los delitos que prevé la presente ley.
Articulo 10: La presente ley será aplicable a toda persona mayor de dieciséis años."

En ese momento deseó que todo fuera solo un sueño, un horrible sueño. ¿Penas de muerte por todo eso? ¿Toda persona mayor de 16 años? Es decir, el tenía 17, era aun, aunque no lo quisiese admitir, un niño. Aun shockeado, tomo el teléfono, marco el numero de la única persona que podría darle una respuesta en ese momento.

-Cr-Craig...Ngh... Que es-esta pasando?! Jesús! No entiendo nada! Prendí la tele y vi la cadena nacional! Que pasó?!- Sus temblores estaban descontrolados, sus tics verbales habían vuelto, no los tenía desde hace aproximadamente 4 años, pero el miedo los estaba trayendo de vuelta.

-Tweek?- Se escucho desde el otro lado de la linea, una voz profunda, levemente nasal. Craig Tucker, su mejor amigo, vigilante en la policía, su rango era de los mas bajos, pero al menos estaba en la fuerza, debería saber al menos algo.

-Por favor! GAH! Necesito saber que mierda esta pasando!- Suplico mientras se jalaba de los cabellos.

-Lo siento Tweek, pero entiendo esto igual o menos que tu, lo único que se es que aquí está el clima muy convulsionado. Al parecer los militares tomaron el gobierno, pero no entiendo bien por que, o por cuanto tiempo... Nos dieron ordenes de salir a las calles a controlar las cosas, yo estoy en la comisaría, ya salió un grupo a reprimir a algunas personas que salieron a protestar.- El rubio nunca había escuchado así la voz de su amigo, de verdad se oía temblorosa, no encajaba con su actitud fría, pero en una situación así, quien no estaría preocupado?

-Podes venir a mi casa?- Pregunto con lagrimas en sus ojos, totalmente aterrado.

-Ni bien logre escaparme estoy allá. Te corto porque me está llamando mi jefe-

-Chau...- Colgó el teléfono. ¿Que hacer? Era mortalmente ateo, pero no sabía a que mas recurrir. Unió sus manos mirando hacia arriba, como pidiendo piedad a dios, cosa que no ayudaría de mucho.

-Padre nuestro que estas en el cielo- Sus piernas temblaban fuertemente, a su mente venían imágenes de posibles finales para su persona... El formaba parte de una agrupación política... Y si eso lo metía en problemas? Y si estaba poniendo su vida en riesgo? Pequeñas lagrimas se formaban en sus ojos, intentaba no oir sus pensamientos elevando la voz de sus plegarias. -...santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo...- Un grito desgarrador se oyó desde afuera, se negaba rotundamente a observar, pero lamentablemente se imaginaba lo que pasaba. El sonido de muchos disparos y mas gritos confirmo sus temibles sospechas. -...danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofen- De nuevo los disparos... -...nos ofenden, y no nos dejes caer en la tentación, libranos del mal... Amén.- Ya su llanto desatado, sus mejillas húmedas.

Guardo silencio sentado sobre la mesa esperando a que Craig o su mamá, el que llegara primero, viniera para poder contenerlo.


-Puedes creer lo que esta pasando?- Preguntaba un castaño, su acento era notablemente francés.

-Increíble...- La respuesta de un rubio que se hallaba sentado en un colchón que estaba tirado en el suelo. Ambos vivían en un departamento muy humilde en la zona del conurbano bonaerense. Para ser mas específicos, en Quilmes. La televisión se encontraba prendida, la observaban en verdad sorprendidos, de un día para otro estaban en un gran peligro. ¿Como no estarlo? Los dos, tanto Gregory, como Christophe, dos extranjeros, eran parte de la militancia radical. Es decir, la parte que militaba a la fuerza, andaban en todas las protestas violentas.

"Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales."

-Perfecto, un nuevo reto... cuanto te apuesto a que no te revelaras ni me dejaras revelarme ante esto...- Dijo el francés, Christophe, o como le gustaba hacerse llamar, Mole.

-No seas pendejo, Chris... Esto es serio, no estamos militando contra los de la derecha, estos son del ejercito, no les temblara la mano a la hora de matarnos.- Respondió el ingles, Gregory, la voz de la razón.

-Si que eres marica... Si nos organizáramos con el resto de seguro podríamos hacer algo... lo que hacen estos hijos de puta es demasiado injusto.- Reprochó el castaño mientras se levantaba para sacar la pava del fuego.

-No quiero que te arriesgues...- Hablo en rubio con un tono de voz triste.

-Soy un hombre, Greg, no un pendejo que necesita que le digan que si y que no hacer- Le molestaba que ese chico se comportara de manera protectora con el.

-No estoy dispuesto a perderte.-

Christophe lo comprendió todo, lentamente se acerco a donde estaba el mas alto sentado y se acomodo suavemente sobre sus piernas -Si estas conmigo no le tengo miedo a nada...- Acorto la distancia entre sus rostros, un tierno y casto beso cayo las palabras del rubio.


Un joven chico, tan solo 16 años, su madre acababa de ser fríamente asesinada por un hijo de puta, parte de la policía. Aun no se había desprendido del cuerpo, sus lagrimas no paraban de brotar. Todo a su alrededor era la calle en silencio, las casas estaban cerradas, la gente aterrada no se atrevía a salir ni para ayudar al pequeño. El toque de queda ya había sido declarado y al estar oscureciendo, sus posibilidades de sobrevivir al menos una noche mas eran casi nulas. Apretó los ojos con todas sus fuerzas al oir pasos aproximándose, sus manos apretaron las de su madre, si moría, moriría junto a ella, la mujer que lo vio crecer.

-Es de noche... sabes lo que significa?- Una grave y extraña voz, lo habían encontrado.

Lo dudó por un segundo, pero no pudo evitarlo, alzó la mirada y se encontró con un civil, es decir, no era de la policía, no era un milico (forma de llamar a los militares). Todo en su apariencia era extraño, su piel era extremadamente blanca, su cabello azabache como la mismísima noche, pero lo mas llamativo eran sus ojos, su color era un rojo intenso, parecían brazas ardiendo.

-Responde! Tu madre sabe que estas afuera?- Lamentaría haber dicho eso.

Ni bien lo oyó, niño rubio se lanzo a llorar con todas sus fuerzas, lo que descolocó por completo al pelinegro.

-Que pasa?- Pregunto intentando calmarlo, o al menos que deje de gritar para que no los encontraran los vigilantes, si lo hacían, estaban perdidos. Ambos eran mayores de 16 años, ambos podían ser eliminados.

-Mi madre...- Dijo mirando a la mujer rubia que se hallaba recostada en el suelo, el oji-rojo lo miro sorprendido y apenado. Puso una sonrisa triste.

-Como te llamas, niño?-

-Phillip, pero algunos me dicen Pip... porque me odian- Respondió sin poder sostenerle la mirada al chico de negro.-

-Bueno Pip, soy Damien- Dicho esto dió media vuelta y comenzó a caminar.

El rubio observo como el joven se alejaba lentamente.

-Te vas a quedar ahí?- Pregunto sonriendo el pelinegro, su sonrisa era muy hermosa.

...Tenía que seguirlo? -No se quien eres...-

-Es necesario que lo sepas?... después de todo, yo tampoco tengo a nadie, hay que sobrevivir... tengo unos amigos, también militan, su departamento esta bajo tierra, nadie nos encontrara allí, pero tendremos que caminar mucho.- Dijo mientras seguía avanzando a paso calmado.

-Esta bien... muchas gracias.- Miró a su madre por ultima vez, la beso en la frente y se adelanto para seguir al chico.


Ambos habían dormido hasta demasiado tarde, eran las 19 horas, todo por haber ido a esa estúpida fiesta que duró hasta las 7 de la mañana.

El pelirrojo abrió los ojos lentamente, sonrió al ver a su amado novio dormido a su lado. Había sido muy difícil afrontar a la sociedad para poder vivir su amor, pero al fin lo habían logrado, y hace dos meses vivían juntos.

El, un estudiante en la facultad de derechos, y su pelinegro era policía, ambos eran muy muy felices.

-Stan...- Sacudió a su pareja intentando despertarlo. -Mira la hora! Ya dormimos demasiado!- Cuando se percató de la hora se sorprendió, no creyó que fuese tan tarde, pero el reloj no se equivocaba.

-Stan!- Volvió a llamar, pero algo interrumpió la calma. Se escucho un gran estruendo, había polvo por todos lado, entonces recién el pelinegro se despertó sobresaltado.

-Kyle!- Ambos saltaron de la cama y corrieron hasta la cocina, el techo había sido prácticamente volado. Pusieron una bomba de algún tipo.

-Que mierdas paso aquí?- Se preguntaron a unisono, asustados. Miraron por un agujero que se había formado en la pared. Afuera, una batalla campal se desataba, de un lado policías, muchos policías disparando hacia el otro lado, donde un grupo de jóvenes respondía a los ataques de los oficiales con bombas molotov, con piedras, o lo que tuviesen a mano.

Ambos se quedaron estáticos por unos segundos ante la chocante imagen. Tenían que escapar, otra bomba podría dar contra la casa en cualquier momento. Se vistieron mas rápido de lo que canta un gayo, Stan tomó su arma, y salieron a la calle por la puerta trasera.

-Que paso?- Preguntaba asustado Kyle. El pelinegro solo atinó a tomarle de la mano. No sabía que decirle.


Bueno, espero les haya gustado el primer capitulo de mi nuevo fic... es algo raro, pero lo venía pensando desde hace tiempo. Esta inspirado en el golpe de estado de 1976 en la República Argentina, mi país.

Creo que lo que quiero plantear con esto es que no importa lo que este pasando a tu alrededor, el amor siempre triunfa, o al menos lucha para triunfar.

Va a tener muchos fragmentos de canciones, discursos, o cosas que tengan que ver con esa época así que espero les guste la historia y no les aburra, o algo por el estilo.

Gracias por tomarse la molestia de leer esta mierda xD Me encantaría saber si quieren que la continúe o no... o que opinan.

BESOS::: LAS AMO!