Un día al final del verano, Paisley fue a casa de Lexi. A Paisley le gustaba mucho estar con su mejor amiga, así había sido desde que eran pequeñas, aunque Lexi siempre la gritara.
La señora Reed le abrió la puerta y le dijo Lexi estaba en su habitaión. Cuando Paisley entró en la habitación, encontró a Lexi haciendo una maleta.
‒ Hola, Lexi. ¿Para qué haces la maleta? ‒ dijo Paisley con una amplia sonrisa como siempre.
‒ ¿Tú qué crees? Es para el nuevo curso en Z-Tech. Paisley, se acaba el verano, hay que volver a los estudios. ¿No sabes ver lo obvio?
‒ Vale, entonces espero verte ahí cuando vaya a trabajar.
‒ ¿Y tú? ¿Seguirás en el equipo de animadoras en Webster?
‒ Sí. Desde que te fuiste a Z-Tech me ha gustado ser la capitana de las animadoras. Espero ser elegida de nuevo este curso.
‒ A saber qué cosas hará como capitana una cabezahueca como tú.
‒ Pues… Hacemos acrobacias muy buenas.
‒ ¿Segura? ¿Con una estúpida como tú al mando?
Paisley quedó callada un momento.
‒ Lexi… ¿Por qué siempre me dices esas cosas? Ya sabes, que soy estúpida y eso.
‒ ¡Para que espabiles! A ver si aprendes a usar la cabeza. ¿Sabes qué vergüenza me ha dado siempre estar contigo? Durante todos estos años he sido demasiado buena siguiendo a tu lado. ¿Acaso habrías conseguido ser popular si yo no te hubiera metido en el equipo de animadoras? Y yo siempre soportando sus estupideces.
‒ Vaya. Pues siento que te avergüenzes de mi ‒ unas pequeñas lágrimas empezaron a brotar de los ojos de Paisley ‒ ¿Pero crees que a mi no me avergüenza ser también tu amiga? ¿No crees que yo también he sido demasiado buena contigo?
‒ ¿Qué quieres decir?
‒ Que a mí me avergüenza que solo pienses en ti misma y siempre seas tan mala con la gente. Y por eso yo he sido una buena amigo quedándome a tu lada, porque nadie más quiere estar contigo. Por eso, durante todos estos años he tenido que fingir ser una rubia tonta para que tú te sientas mejor contigo misma. Y he estado a tu lado para poder frenar un poco tus malos actos.
Lexi se quedó sorprendida.
‒ Espera… Entonces… ¿Has fingido ser una rubia tonta?
‒ Por supuesto. Porque entre las dos, tú eres la tonta, Lexi. Tonta por no saber valorarme. Porque yo desde siempre he estado a tu lado para que tengas alguien a tu lado para que te apoye ‒ decía Paisley entre lágrimas ‒ Estoy harta de aguantar a alguien que no tiene corazón. Alguien que no tiene sentimientos. Alguien que solamente piensa en sí misma. Siempre pensaba que algún día acabarías diciendo que tú me valoras a mí, pero veo que estoy muy equivocoda.
‒ Paisley, yo… A mí por supuesto que me gusta estar contigo, e ir juntas de compras, ir al spa… Eres mi mejor amiga desde que héramos pequeñas, y no quiero perderte.
‒ Pues es posible que me pierdas. Porque no quiero seguir a tu lado si sigues así.
‒ ¿Qué? ¿No me digas que ahora vas a dejar de ser mi mejor amiga?
‒ Pues es posible. Porque si no me respetas, yo…
‒ Paisley, por favor. Yo… Te prometo que te respetaré a partir de ahora. Tienes razón, eres la única amiga que tengo. Sé que soy una borde y nadie más quiere estar conmigo. La gente solamente está a mi lado por ser popular. No quiero perder nuestra amistad.
‒ ¿Lo dices en serio? ¿O lo que quieres es no perder a tu esclava que te hace todos los recados?
‒ Paisley, no digas eso.
Lexi ahora estaba viendo lo importante que era Paisley para ella. No quería perder a la que había sido su mejor amiga desde hace tantos años.
‒ Paisley. De verdad que siento haberte tratado tan mal. Te prometo que cambiaré. Hasta seré más amable con los demás.
‒ Yo… Yo sé que en realidad no eres así, Lexi. Sé que en el fondo eres una buena persona, porque cuando éramos pequeñas eras la niña más dulce del mundo. Pero cuando empezaste a ser popular cambiaste por completo.
‒ Para ser popular te debes imponer sobre los demás.
‒ Esos son tonterías. Yo también soy popular y trato a todos de igual manera. Lexi, yo… No sé si fiarme de ti. Me has hecho cosas tan malas. Insultarme… Tratarme como a una sirvienta… Salir con mi novio a mis espaldas…
‒ ¿Qué? ¿Entonces sabías que estaba saliendo con él?
‒ Por supuesto que lo sabía. No soy estúpida, aunque tú lo hayas pensado todo este tiempo.
‒ Yo es que no entendía por qué te comportabas así, cuando éramos pequeñas no actuabas como una cabeza hueca. Eras una niña llena de imaginación.
‒ Y he usado esa imaginación para fingir ser tonta, y al comportarme así, finjo que la gente no me hace daño con sus comentarios.
‒ Paisley, y si sabías que estaba con tu novio, ¿por qué no cortaste con él hasta que Angus le atropelló con aquella silla con ruedas?
‒ Ese momento fue una buena excusa para romper con él. Yo no le amaba. Solamente estaba con él para… Para que la gente no se diera cuenta de que me gustaba otra persona.
‒ ¿Te gustaba otra persona? ¿Y por qué no estabas con esa persona?
‒ Porque… Porque… No. No puedo decírtelo. Mejor me marcho.
‒ No, Paisley ‒ Lexi agarró el brazo de Paisley cuando estaba dispuesta a marcharse ‒ Paisley, eres mi mejor amiga, y las mejores amigas no dben ocultarse nada. Tú ahora me estás contando muchas cosas que no sabía, y me alegro por ello. ¿Por qué no compartes más cosas conmigo para que te pueda ayudar?
‒ Si te sigo diciendo más cosas entonces sí que dejarías de ser mi mejor amiga ‒ decía Paisley llorando.
‒ No. Jamás dejaré de ser tu mejor amiga. Y te prometo que a partir de ahora cuidaré más de ti ‒ a Lexi también se le escapaba alguna lágrima ‒ Paisley, venga siéntate y charlemos tranquilas.
‒ Vale, ¿quieres saber quién me gustaba? ¿Quién ha sido la persona de la que he estado enamorada en secreto durante tantos años? ¡Pues eres tú!
Lexi se quedó de piedra. No sabía cómo reaccionar.
‒ ¿Y-Yo?
‒ Sí. Lexi, siempre me he llevado bien contigo porque nos gustan las mismas cosas. Eres la chica más hermosa que he conocido. Y siempre tuve esperanza de que algún día volvieras a ser como antes, una chica dulce.
‒ ¡Pues intentaré ser una chica tan dulce como lo eres tú! Te lo prometo.
‒ ¿Aunque sepas que me siento atraída por ti?
‒ Bueno… Eso… Yo no… No sé cómo reaccionar con esto, Paisley.
‒ Ya. Mejor me marcho.
Paisley echó a correr y salió de la habitación, y se fue de la casa de los Reed.
Lexi, tras recibir toda esa información, se tumbó en su cama, y comenzó a llorar. Ella vio que había metido la pata con su comportamiento durante los últimos años. No quería perder su amistad con Paisley. Desde siempre ellas habían estado juntas en la escuela primaria, en el instituto, también en Z-Tech, en sus cumpleaños, en Navidad, y en Halloween ambas iban a pedir caramelos juntas. En ese momento, llena de tristeza, Lexi sintió un dolor en el corazón que no había sentido nunca.
