Capítulo 1 - Reencuentro
Era una tarde calurosa en el poblado de Magnolia. Era pleno verano. Había pasado bastante tiempo ya sin caer alguna gota de lluvia.
En el Hospital de Magnolia, exactamente en la entrada de consulta externa, se hallaba una línea de taxis. Varios coches se agolpaban en un pequeño estacionamiento colindante esperando ser llamados. Y justo en la entrada habían estacionados 4 vehículos, esperando por su turno para coger una carrera.
De entre los vehículos ahí estacionados, cada uno de distintos colores con un aviso blanco de taxi, destacaba un sedan pequeño de color blanco, era un Mitsubishi Lancer Evolution X, del año. Tenía unos rines cromados que le daban una mayor exclusividad que ya de por si era marcada. Detrás del coche blanco estaban otros 3 más. Era el primero en salir.
Frente a los coches se encontraba un muchacho delgado, de aproximadamente 19 años, de cabellos púrpuras, vestido con una camisa azul y pantalones negros. Llevaba una libreta en sus manos y, al mismo tiempo, atendía a los posibles clientes para tomar los taxis.
Caminando desde la salida del hospital, un señor algo mayor, un doctor de aquel hospital, llego frente al muchacho con una maleta pequeña a cuestas. Al llegar al lado del chico, pidió una carrera.
-Buenas tardes, ¿sería tan amable de facilitarme un taxi hasta el aeropuerto de Hargeon?
-Enseguida... Oe, Natsu-nii, ¡te toca! -decía el chico llamando a donde había un grupo de chóferes reunidos.
De entre ellos salió un chico, de 23 años, cabello rosado y ataviado como el, pues era el uniforme de dicha línea de Taxi. Lo único diferente en él, era una bufanda a cuadros blanca alrededor de su cuello.
-Bien, ¿Y a donde voy Romeo? -decía él llegando a un lado del chico.
-Al Aeropuerto de Hargeon... ¿Cuanto será eso? -preguntaba el doctor.
-70 mil jewel... -decía Romeo.
-Oye, ¿No está un poquito caro? -decía mirando al chico de cabello rosado.
-Es que ese el precio para allá... Jiji -decía Natsu colocando sus brazos detrás de su nuca.
-Esta bien, voy un poquito apurado, te daré 100 mil si llegamos en menos de una hora como propina, ¿Vale? -decía el doctor.
Romeo se tenso y varias gotitas de sudor bajaban de su frente.
-¡Enseguida! -decía eufórico Natsu -Es el blanco que está de primero ¡llegaremos en poco tiempo allá! -señaló el Mitsubishi.
Natsu y el doctor subieron al auto. El pelirosa encendió la máquina de su preciado coche.
-Por favor, abrochese el cinturón... -le dijo al doctor.
-No estoy bien así... Gracias... -contesto él.
-Bueno, después no diga que no se lo dije... -susurró. El doctor iba a preguntar que había dicho pero no alcanzó a decirlo ya que Natsu salía quemando llantas de la parada de taxis y el doctor sentía como se presionaba a su asiento.
Más allá, Romeo veía salir el Evo X quemando llantas. Se llevó una mano a la frente mientras negaba con la cabeza. Un señor mayor se acercaba a él.
-Otra vez le pusieron límite de tiempo, ¿Eh, Romeo?
-Pues si, señor Makarov... Va al aeropuerto y le dijeron que si llegaba en menos de una hora le darían 100 mil jewels...
-Pobre... Espero que ese cliente tenga buen estómago... Jajaja... -decía el viejo. Enseguida llego otro cliente -atiende a la señora, fiscal...
-¡Hai! ¿Digame, a donde vamos?
En el aeropuerto de Hargeon, en la sala de espera se encontraba una chica de más o menos 26 años. De cabello largo, liso y blanco, además de unos hermosos ojos azules. La chica vestía un sencillo conjunto de camisa y mono de estilo deportivo de color rojo y zapatos deportivos blancos. De nombre, Mirajane Strauss.
La chica leía una revista mientras esperaba a que llegase un avión. Su querida hermana volvía después de haberse marchado por mucho tiempo. Se había marchado a otro país hace ya bastantes años, y hacia unas noches había llamado a su hermana para decirle que volvería con ella. Mira por supuesto acepto feliz de que, después de tantos años, volvería a ver a su pequeña hermana.
La chica dejaba la revista donde la había tomado, cuando notó a la muchacha que tanto esperaba mirar a todos lados perdida. Reconoció a Lisanna entre aquel bullicio de gente. Cuando la susodicha la reconoció, Mira levanto la mano para que se percatase de donde estaba.
Lisanna se acercó a Mira, y la misma la abrazó fuerte mientras varias lágrimas caían de su rostro. Lisanna sólo tenía el semblante triste.
-Han pasado tantos años... Te extrañe tanto hermanita... -decía Mira entre sollozos mientras se separaba del abrazo y detallaba a su hermana..
Lisanna estaba diferente, su cabello, en antaño corto, ahora le caía más allá de las nalgas, casi llegando a las rodillas. Estaba levemente peinado, pero conservaba su liso y brillo de siempre. Sus ojos azulinos se notaban extraños, como si hubiesen perdido la luz, y su mirada divagaba perdida por el lugar. Vestía con una camisa sencilla a rayas y pantalones cortos, además de unas deterioradas converse de color rojo.
-Lo sé... Lo siento por haberme ido... Mira-nee... -decía ella con la mirada ida.
-No hay nada que perdonar... Ya estás aquí que es lo que importa... Luego podrás contarme todo con calma... Vamos a casa, a tu casa... -sonrió Mira.
Ella sólo asintió desviando la mirada. Un aura deprimente irradiaba de ella. Mira supuso que sería el estres del viaje. Tomaron las maletas de Lisanna y se dirigieron a la salida.
Por la autopista se desplazaba velozmente el Mitsubishi blanco. Rápidamente adelantaba coches, se cambiaba de canal, era prácticamente como si bailara entre ellos. Iba a un promedio de 150 km/h.
Dentro del habitáculo, aquel doctor se sostenía de lo que podía. Iba en el asiento trasero y se movía de aquí para allá con cada sacudida del Evo X. Más de una vez sintió que iba a escupir el almuerzo.
-Siento que no podamos ir un poco más rápido, es que si aumento más allá de 160 km/h llamare la atención de la policía de caminos... -decía Natsu viéndolo por el espejo retrovisor. Llevaba unos lentes de sol deportivos puestos, los cuales usaba al manejar.
El doctor lo miraba con cara de estupefacción al escuchar que no podía ir más allá de esa velocidad ¡Si ya estaba muy por encima del límite!
Después de un poco más de 29 minutos, ya se asomaba Port Hargeon en el horizonte. Debía tomar la siguiente salida antes de llegar al centro para tomar la ruta al aeropuerto bordeando la ciudad. Luego de unos 10 minutos aproximados, estaban ingresando al aeropuerto. Justo al detenerse en la entrada de vuelos nacionales, Natsu tocó un pequeño cronómetro que se encontraba en la consola principal, deteniéndolo.
-39 minutos exactos... ¡Un nuevo record! -coreó alegre Natsu mientras se volteaba a ver al doctor -Llegamos en... Oe, ¿Se encuentra bien?
El doctor estaba en el asiento trasero acostado con un aura morada ensombreciendole la frente y los ojos en blanco. Con una mano se detuvo el impulso de vomitar en su boca.
Luego de darle los 100 mil jewels a Natsu, el doctor se bajó del coche bastante mareado. Camino unos pasos y luego cayó en medio de la acera con el estómago completamente desecho y vomitando, además de los ojos en espirales.
Natsu puso la primera y marchaba poco a poco. Bordeaba la acera del edificio de vuelos nacionales del aeropuerto. Estaba contando el dinero del día y estaba contento, con esa carrera había hecho bastante dinero ese día.
-¡Hoy comerás salmón, Happy! -decía el pelirosa mientras en su mente imaginaba a su leal compañero azul con los ojos llorosos de la emoción.
Había salido de la zona de vuelos nacionales y ahora pasaba por la de internacionales.
De una de las salidas de aquel edificio del terminal internacional, dos chicas caminaban fuera con varias maletas. El rápidamente se fijó cuando una de ellas le saco la mano pidiéndole el servicio. Natsu se detuvo y bajo la ventanilla.
-Diganme a donde las llevo... -decía Natsu desde el puesto de conductor.
Una de las chicas se acercó al coche y le habló por la ventana.
-Disculpe señor pero podría llevarnos a... ¿Natsu..? ¿Eres tú..?
El chico bajo sus lentes de sol y exclamó.
-¿Mira...? ¡Mira...! ¿Que haces acá...? ¡Sube! -decía el pelirosa.
-Oh pero que suerte tengo... Vengo a buscar a mi hermana y me topo contigo... Listo ya nos puedes llevar a mi casa, jijijiji... -reía Mirajane.
-No hay rollo, casualmente yo ya me iba a casa... Happy debe estar muriéndose de hambre... ¿Y quien es la chica que te acompaña? -Preguntaba curioso Natsu.
-Si ese pequeñin siempre de glotón... Y ella... ¿No la reconoces..?
Natsu miraba a la chica que en ningún momento se había percatado de la conversación de ellos... Miraba perdida el horizonte...
-¡Aaaaaaah! -la chica lo miró sonriente.. -No.. ¿Quien es..?
Mira casi se cae al suelo. Por un momento pensó que la había reconocido.
-Es Lisanna... ¿No te acuerdas de ella? -Le preguntó Mira.
Natsu quedo pensativo y luego chasqueo los dedos. Rápidamente se bajó del auto y se acercó a ellas.
-¡Lisanna! -saludo el sonriente.
La chica volteó a ver a Natsu. Al momento de reconocerlo sus ojos se abrieron ampliamente y se turbaron mientras brillaban entre lágrimas que amenazaban con caer estrepitosamente. Luego se tomo el antebrazo izquierdo con su mano derecha mientras desviaba la mirada.
-Lisa, es Natsu... El nos llevará -Lisanna abrió la puerta trasera y se metió rápidamente en el coche -a casa...
Mirajane miraba extrañada el comportamiento de su hermana para con el pelirosa. Realmente estaba diferente y lo notó desde el momento que la vio. Y ahora que veía a Natsu, el primer amor de su vida, lo esquivaba. Ella no era así. Algo estaba pasando y ella lo averiguaría.
-Realmente no se que le sucede... -decía Mira excusando a Lisanna.
-Nah no te preocupes... Debe estar cansada por el viaje... -el pelirosa tomo el control de la alarma del coche y tocó un botón. La maletera del Mitsubishi se abría -Metamos sus cosas y vamonos...
La chica asintió y ayudó a Natsu a recojer el equipaje de Lisanna. Una vez que todo estuvo acomodado en el coche, subieron al mismo y tomaron rumbo a Magnolia.
Durante el viaje Natsu y Mira hablaron de cosas triviales y sin sentido. El pelirosa de vez en cuando miraba por el retrovisor a ver a Lisanna, la cual venía distraída observando por la ventanilla mientras escuchaba música en sus auriculares.
Luego de un pequeño viaje animado, llegaron a la pequeña casa de Mira, la cual era una construcción clásica de dos plantas pintada en un lila claro. El acceso principal estaba bordeado por un porche techado. Un espléndido jardín rodeado de una cerca blanca recibía a los visitantes antes de llegar a la cálida casita.
Natsu se estacionó en frente de la casa. Tanto él como Mirajane bajaron del coche. Mira abrió la pequeña puerta de la cerca y luego continuó por el jardín, abrió la puerta y se devolvió a por las cosas de Lisanna.
Lisanna se bajó mientras Natsu bajaba las cosas del maletero. Pasó por un lado de Mira ante la mirada confundida de la misma, que la siguió hasta adentrarse en la casita. Mira suspiro y camino hasta donde se encontraba Natsu. El cual abría la puerta trasera.
-Lisanna ya.. ¿llegamos? -decía confundido al abrir la puerta y no ver a la peliblanca.
-Ya está adentro, Natsu... -decía ella cargando unos bolsos.
-Pero si que es rápida... -dijo él sonriendo.
Luego que la ayudó con las maletas de Lisanna hasta el porche, él se despidió.
-¿No quieres agua, jugo o algo? -preguntó Mira.
-No, gracias... No quiero incomodarlas... Se que no se han visto en mucho tiempo y quieren hablar... -decía él sonriente.
Cuando Natsu se volteaba para irse, Mira le llamo la atención.
-Tu también quieres hablar con ella... ¿Cierto..? Ven a verla en cuanto puedas...
El pelirosa se detuvo y su semblante se ensombreció. Luego sonrió ampliamente.
-¡Hasta luego Mira! -dijo él sonriendo y despidiéndose a lo lejos. La chica suspiro.
Mirajane lo observó hasta que se introdujo en el coche blanco y se marcho del lugar.
Más tarde ese día, Natsu llegaba al edificio donde vivía. Con el control remoto abrió la reja del edificio y entró. Se introdujo al sótano y estacionó su coche en su puesto de estacionamiento. Se bajó del coche, saco del asiento trasero unas bolsas con jugos, pan, leche, entre otros. Quito el aviso del techo y lo puso en el asiento trasero. Cerró el coche y se dirigió al ascensor.
Mientras subía el ascensor, recordó las palabras de Mirajane.
"Tu también quieres hablar con ella... ¿Cierto..? Ven a verla en cuanto puedas..."
Luego varias imágenes de recuerdos de su niñez junto a la menor de los Strauss vinieron a su mente. La conocía desde jardín de niños. Toda su vida escolar estuvo junto a ella. Siempre fueron muy unidos. Hacían las tareas juntos, llegaba y se marchaban juntos, compartían sus almuerzos... Más de una vez los otros decían que eran pareja, lo que sonrojaba fuerte a Lisanna y dejaba extrañado a Natsu.
Hasta que en preparatoria llego Lucy Heartfilia.
Ahí todo cambió. Habiendo caído en salones diferentes, Natsu y Lisanna seguían siendo amigos, pero él pasaba más tiempo con Lucy ya que ella estaba con él en su salón. La distancia cada vez más se acrecentaba entre él y Lisanna. Se veían y eso, pero Lucy llegó a ocupar más tiempo con él. El tiempo voló, ellos se graduaron y Lisanna se marchó de Magnolia. Luego de eso más nunca supo de Lisanna.
-Ahora vuelves.. Después que ha pasado tanto tiempo... -pensaba Natsu.
El pitido del ascensor indicando que llegaba a su piso, el décimo segundo, y se abría la puerta.
El pelirosa camino por el pasillo hasta dar con su apartamento, el 12-C. Introdujo las llaves y abrió la puerta. No supo en que momento una bola de pelo azul lo tumbó al suelo.
-¡Natsuuuuu!
-Oe, Happy... ¿Que te he dicho de saltar sobre mi al verme?
El pequeño gato azul que extrañamente siempre cargaba un pequeño bulto verde en su espalda, se levantaba y lo saludaba.
-Lo sé pero es que te extrañe tanto... Siento como si hubiesen pasado años sin verte.. -decía Happy con pequeñas gotas de lágrimas en sus ojos.
La cara de Lisanna apareció en su mente sonriendole.
-Natsu... Natsu... ¡Natsu! -grito Happy trayendole a la realidad.
-Oh, dime Happy...
-Te quedaste como bobo por un segundo... ¿Te pasa algo?
-No... Nada en lo absoluto... ¡Hoy comeremos salmón para cenar! ¿Esta bien? -decía él sonriendole al pequeño gato.
-¡Aye sir! -brinco feliz Happy. Luego corrió a la cocina con las bolsas que trajo Natsu.
-Estoy en casa, Lucy... - le decía Natsu a un retrato en la pared mirando a la chica en el. Un retrato en la pared donde se apreciaba a la chica rubia sobre la espalda de Natsu sonriendo muy feliz.
Fin del Capítulo 1 - Hola a todos! Este es mi primer fic Fairy Tail con el que me aventuro... Es un fic corto con algo de romance, drama y tragedia, unas que otras cosas, espero les guste y dejen muchos rewievs!
Nos vemos en próximos capítulos!
El Siguiente Capítulo Será: Dolor
