Bueno voy por el segundo intento, espero esta vez aver mejorado algo. gracias a todos los que me isieron ver mis equivocaciones, y a mis fieles lectoras, todo sirve para mejorar. muchas gracias a todos. Espero sus comentarios.

Capitulo 1

Una pequeña jovencita se encontraba sentada ala orilla de un bello lago, en el bosque, sus ojos, azul cielo llenos de lagrimas, arrodillada en el suelo, su rostro oculto entre sus pequeñas manos, levanto la vista lentamente, y busco en uno de sus bolsillos, hasta que saco una pequeña navaja, la observó con ansiedad, su mundo se detuvo por unos segundos, miles de cosas pasaron por su mente, ¿acaso estaba dispuesta a hacer lo que tenia pensado? ¿Será que alguien notara la falta de su presencia? ¿Alguien lloraría por ella?, cada pregunta que se hacia, solo generaban mas dolor en su alma, ya no tenia por que o quien vivir, se encontraba sola y perdida, en un mundo de crueldad y sin piedad. Solo tenia 16 años, era una chica talentosa, inteligente y con todo lo que una niña de esa edad pudiera pedir, padres amorosos, un novio que la quería con locura, y un apellido poderoso y con prestigio, pero una simple mañana de abril, todo se nublo, su vida se derrumbo en mil pedazos y ya nada tenia sentido.

Una semana antes…

Ese día salio antes del colegio, y decidió pasar por el trabajo de su joven novio de dieciocho años, el era una parte muy importante en su vida, su primer amor, con quien tenia en mente convertirse en mujer, y planeaba pasar el resto de su vida, pero a veces las cosas no salen como queremos. Estaba llegando a un pequeño taller con una bella sonrisa, llena de amor y alegría, sus ojos azules brillaban y su pelo del mismo color, suelto, hasta los hombros, bailaba al compás de la brisa con cada paso que daba, pero cuando lo vio, todo aquel brillo se esfumo de un segundo a otro, el estaba parado fuera, abrasando con fuerza y besando con pasión, a una jovencita rubia de la misma edad que el. Se sentía una tonta, jamás imagino que su amor la engañaría de esta manera, el lo era todo, pero se dio cuenta que ella no era todo para el. Sus brazos se aflojaron, dejando caer sus cuadernos, se agacho para levantarlos rápidamente y salio corriendo, el jamás se percato de su presencia y ella solo quería salir y sacar de su mente, esa asquerosa escena.

Llego a su casa, la maravillosa Corporación Capsula, de la cual ella seria dueña algún día, abrió la puerta, ignorando completamente a su madre, que salía de la cocina para recibirla, subió las escaleras y cundo llego a su cuarto, cerro fuertemente la puerta, apoyo su espalda en ella, dejándose caer al suelo lentamente. Su alma estaba marchita, su corazón destrozado, y la impotencia corría por sus venas, lagrimas comenzaron a brotar, y su llanto no fue mudo, sus puños cerrados, oprimían su pecho, como si le costara respirar, necesitaba desahogarse y sacar el dolor que sentía.

Su madre golpeo la puerta, ella sabia que algo estaba mal, y cuando la escucho llorar de esa manera, supo que no estaba equivocada, su niña la necesitaba.

-Bulma, hija, déjame entrar por favor.- dijo su madre en un tono muy preocupado.

No hubo respuesta a la petición, no quería hablar, no podía hacerlo, el nudo de su garganta no se lo permitiría, quería estar sola con su dolor. Se levanto del suelo y camino hacia su cama, se recostó en ella boca bajo, escondiendo su rostro en la almohada, para ocultar solo un poco el llanto.

Al ver que su hija no contestaba la Sra. Brief entro, y la vio tan vulnerable, como cuando era solo una pequeñita, se acercó a ella, la levanto dulcemente, para protegerla entre sus brazos, e intentar aliviar el dolor de su pequeña.

-Ya mi pequeña, no estas sola, mama esta para ti. Dime hija, ¿que es lo que sucedió?- su madre sabia como reconfortarla.

-mamá, el…el me engaño con otra, yo…yo, los vi.-Cada palabra que salía de su boca, expresaban el dolor que en ese momento la agobiaba, y su llanto aumentaba aun mas, escondiendo su rostro en el hombro de su madre, dejo salir cada lagrima, solo quería permanecer allí, en sus brazos, y dejar el sufrimiento fuera. Lloro sin descanso, hasta quedar completamente dormida.

Su madre la recostó en la cama, la besó en la frente, y susurro unas suaves palabras antes de irse. - mamá siempre estará aquí, para ti-

La mañana del día siguiente comenzaba a llegar , y en cuanto comenzó a sonar el despertador, le permitió a sus bellos ojos abrirse lentamente, para absorber la luz del sol, era una mañana hermosa, de esas donde todo era perfecto, el llanto ya no quería aflorar, y una bella sonrisa se dibujo en sus labios, era muy fuerte para su edad, y a pesar de lo triste de la situación, su orgullo era mas grande, y se juro a si misma, superar todo y ya no llorar por hombres, seguiría su vida como si nada, dejando esa historia detrás.

Se levanto con una gran energía en su cuerpo, estaba completamente renovada, las lágrimas aliviaron y limpiaron su corazón. Se alisto y fue a desayunar, llego a la cocina y encontró a su madre, se acercó a ella, le dio un tierno beso en la mejilla, para luego regalarle una sonrisa, todo estaba bien. Termino, salio para ir al colegio, el día estaba calido, pero una hermosa brisa acariciaba su rostro. Estaba llegando ala puerta, cuando su celular comenzó a sonar, era su madre.- Ha, hola hija, me olvide de decirte, tu padre y yo saldremos hoy a un viaje de negocios, pero Milk se quedara por si necesitas algo.

- Esta bien mama, que tengan buen viaje, los quiero.-Bulma estaba muy acostumbrada a los viajes de sus padres. Sabía manejarse muy bien sola, a pesar de su corta edad.

Los días siguieron con la misma rutina, casa y colegio, pero algo estaba mal, había pasado una semana del viaje de sus padres, no tuvo mas noticias de ellos desde que el barco zarpo de regreso.

Esa tarde Bulma se encontraba sentada en el jardín, contemplando las descuidadas rosa de su madre, su ausencia se notaba demasiado, y la preocupación de su hija no se disimulaba. La noche ya estaba comenzando a hacerse notar, cuando una mujer con lágrimas en los ojos se acercó a la joven, la tomo completamente por sorpresa y la abrazo con fuerza, era Milk, la ama de llaves.-Mi niña, lo siento, pero tus padres, ya no volverán, el barco se hundió.-Milk trato de ser directa, nada cambiaria, si trataba de no lastimar a la joven.

-No. No puede ser- Bulma se soltó del agarre de la mujer, se dirigió rápidamente ala cocina, busco entre los cajones, tomo algo en sus manos, que guardo en uno de sus bolsillos y salio corriendo, ya no importaba donde, ya no tenia donde ir, estaba completamente sola, ya nada importaba. Llego a orillas de un lago y decidió terminar con el sufrimiento de una vez y para siempre.

El filo de la pequeña navaja corto rápidamente, su fina y delicada piel, no sentía dolor alguno, era como si su alma se aliviara, al saber que todo terminaría por fin, gotas de sangre comenzaron a salir rápidamente, ella levanto su rostro, miro al cielo, como esperando una respuesta a una simple pregunta que jamás es respondida.-¿Por qué?-

Sus labios solo susurraban esa pregunta una y otra vez.

Pero de la nada una voz, grabe, la trajo nuevamente ala realidad y la izo sobresaltar bruscamente.- ¿Qué haces mujer?-

Se dio vuelta en busca de aquella voz, ubicando al dueño de la misma tras ella, para luego mirarlo con desprecio. Jamás en su corta vida tuvo el placer de admirar algo igual, sus ojos, eran tan negros como la noche, y completamente impenetrables y faltos de sentimiento alguno. Estaba de pie detrás de ella, mirándola de costado, un joven alrededor de los dieciocho años, su rostro, era perfecto, su pelo negro elevado raramente, y su pose, de brazos firmemente cruzados, inspiraban miedo y respeto, era una imagen de apreciar.

- No se quien eres, pero no tengo que estar dándote explicaciones. Vete, déjame sola.-Se sentía intimidada por la presencia del aquel intruso.

- Va, por mi haz lo que quieras, no eres mas que una débil he insignificante niñita.-dijo aquel muchacho, con una expresión completa de desinterés en su oscura mirada.

Se volteo para irse, pero ella no le permitiría, a un extraño, tratarla de esa manera, aun conservaba algo de su orgullo.- ¿Cómo te atreves a decirme eso?, tú no sabes nada de mí, no tienes derecho.-Estaba furiosa, el no la conocía, y no tenia por que opinar.

- No se quien eres, ni tampoco me importa, solo se que es de cobardes hacer lo que tu estas haciendo.-Fue frío, en cada palabra que salio de su boca.

-No entiendes nada.-no savia cuan grande era el dolor de su corazón, no savia cuanto necesitaba desaparecer. Se levanto y abalanzó hacia el, quería golpearlo, lastimarlo.

El rápidamente, tomo su brazo ensangrentado, antes de que llegara a su rostro, la miro fijamente a los ojos, los cuales, solo derramaban lágrimas sin parar.- ¿lo ves niña?, tomas el camino de los débiles- La soltó bruscamente, arrojándola al suelo, le lanzo un pañuelo blanco y se decidió a irse, sin antes voltear, para mirar de reojo a la joven.-enfrenta tus problemas, no hullas de ellos.-El joven solo desapareció, sin dejar rastro. Bulma estaba completamente desconcertada, tomo el pañuelo, y lo envolvió en su herida, cambiándolo rápidamente de blanco a rojo, ¿Quién era el?, era tan raro, su ropa era como una armadura de combate, de color azul, algo rota y maltratada, su rostro mostraba heridas viejas y nuevas, y su mirada, jamás olvidaría su mirada, tan fría, tan penetrante, pero ala vez tan bacía.

Los días comenzaron a pasar lenta y dolorosamente, pero en su mente solo resonaban las palabras de aquel joven, "enfrenta tus problemas, no hullas de ellos ".