Boogie Back "Lo que se esconde detrás de una sonrisa"
Capítulo Uno: "Melancolía"
Mi nombre es Bulma Brief, soy una mujer joven y hermosa, y el que dice lo contrario es porque no sabe apreciar a una dama cuando la ve. Soy una mujer, trabajadora, inteligente, luchadora, amiga, hija, madre, científica, esposa y que aparentemente tiene todo lo que necesita para ser feliz ... y la soya, pero para ser feliz, totalmente creo que la primera es pasar por cosas dolorosas, angustias, preocupaciones, frustraciones ... ¡En fin! Cosas que solo harán que la felicidad sea más anhelada y se disfrute de manera inigualable cuando llegue, incluso cuando la felicidad sea solo breves momentos.
Mi vida ha tenido mucha adrenalina desde que era una adolescente, desde el día en que decidí buscar las esferas del Dragón . Ese fue un paso decisivo en el resto de mi vida, porque me hizo animarme con eso, las benditas esferas encontraron una sonrisa en Son Goku. Aquel niño inocente, solitario y salvaje que le dio a mi vida más de lo que él se imagina. Aunque tú también hiciste cosas por él, el mundo nuevo que desconocía, una civilización de la que sí lo hizo, incluso no hubo nada que ver con los modales para hacerlo.
Creo que escrito estaba que nos encontráramos. Nunca imagine que gracias a él, incluso encontré mi marido, que me agradó por la misericordia y tal vez "estupidez" de Son, que murió con vida en ese entonces Vegeta, quien no fue más que cruel, despiadado, pero guapo villano . Pero las cosas han cambiado para mí y para él.
Poco queda de que la niña valiente y aguerrida, ahora las cosas se acerca el triple que en esos días. Quisiera recuperar esa vitalidad junto a mis amigos Krillin y Goku. No me ent ent ent re, no es od od mi vida real, pero a veces me siento prisionera de esta, especialmente cuando de ser una protagonista, él pasó a ser solo una persona que observa a lo lejos y que en ocasiones ni siquiera eso, solo soy una mujer simple, nerviosa, que espera ansiosa el regreso de su esposo y hijo después de una cruel batalla.
Hoy despertó con un sentimiento de melancolía, no sé bien a qué se debe. El sol brilla en el cielo con intensidad; Corrí la cortina del gran ventanal de mi habitación, para dejar entrar los rayos del sol, sintiendo el calor en mi rostro. Me estiro con fuerza, seguido de un gran bostezo, volteo a mirar la cama y muchas otras veces, está vacío. De seguro Vegeta se ha hecho varias horas para ir a entrenar.
No me molesta que lo haga, estoy acostumbrado a que eso ocurra, sino que lo hago por una esposa para un guerrero. Pero ... cada día que pasa, cada día en que se supera así mismo, en que su cuerpo se maltrata, en que se obsesiona con sobrepasar los límites ... yo ... simplemente me preocupo, me aprieta el corazón con cada poder sobrehumano que logra emitir de su ser, porque sé que pronto un enemigo igual o más fuerte que llega a desafiarlo. Si ha vencido el enemigo, mi esposo quedara herido, maltratado, con ganas de seguir superándose, no se puede volver a ir más rápido, no se puede volver a ir a ningún lado poderoso.
Pero si el enemigo puede superarlo en potencia y lo derrota, veré a un Vegeta herido en lo más profundo de su ego y eso, es peor que la muerte para él. Si el enemigo resulta ser más despiadado y lo mata ... yo no sé que sí lo es. De solo pensarlo, las lágrimas comienzan a asomarse, pero ¡No puedo! No puedo pedirle que se quede a mi lado y se olvide de luchar, porque él nació para eso, que me ama a mí solo en el secundario. Los Saiyajins solo aman luchar, algo que los convierte en héroes para la gente, pero yo vivo en carne propia, aunque el tiempo de mi amigo se haya quedado con ese uniforme de batalla, me haya asustado mucho.
Mis dolorosos pensamientos son interrumpidos de pronto, mi pequeño hijo golpea la puerta de la habitación y espero que le conteste la abre lentamente.
- Mamá ¿Vas a ir a desayunar? -Me puse Trunks, refregándome los ojos, seguido de un gran bostezo.
Lo contemplo por varios segundos en silencio, se ve tan lindo, recién despertado, como un niño normal, divertido, que busca la protección y el cariño de su mamá ... pero él, no es ni lo uno, ni lo otro.
Camino lentamente hacia él y lo estrecho con fuerza entre mis brazos.
- ¿Te ocurre algo, mamá? -Preguntó con preocupación, devolviéndo el abrazo.
Siento que quiero llorar en ese mismo instante, pero en vez de eso, dibujar una sonrisa en mis labios, esa que siempre es una Vegeta para darle tranquilidad cuando se marcha a cada batalla.
- No es nada. Mamá solo quería ser cariñosa contigo. -Le respondí, mientras acaricio sus alborotados cabellos.
Trunks, la mirada algo confundida, sus mejillas se tiñeron de un leve color rosa.
- ¿Vamos a desayunar juntos? -Me pregunto, aunque más sonó como una invitación.
Asentí.
- Pero primero ve un cambio de ropa y lavarte la cara, Trunks.
- Sí. -Respondió sin ánimos y caminó hasta la puerta arrastrando los pies.
- No tendrías tanto sueño si no te hubieses quedado atrás hasta tan tarde jugando videojuegos. -Le dije, cruzándome de brazos.
- Pero no hagas daño a nadie, hoy es domingo, puedes levantarme tarde. -Alcanzó a responderme Trunks, antes de perder su voz por el pasillo.
Trunks tenía razón, al final, una de las cosas normales de un niño de su edad que Trunks hace, es que juega videojuegos. Y lo mejor que puedo hacer, es no reclamarle por esto. Por lo menos así se muestra interés en otra cosa que no sean las batallas o la obsesión por el poder como su padre, pero finalmente lo lleva en la sangre. Que trunks entrene o que le emocionen las luchas, es algo que lo lleva en cada célula de su cuerpo y aunque me muestre resignada en esto, es algo que en el fondo me angustia también. Nadie quiere ver a un hijo lastimado, no importa cuán fuerte y capaz de serlo, para mí y tú siendo mi bebé.
No digo que no confió en las capacidades de mi esposo o de mi hijo, pero los miedos siempre me atormentaron.
Tomo una refrescante ducha para la realización de estos pensamientos que me acongojan, me miro y me encuentro con mi trunks en la cocina para desayunar. Su amiga Mai y los demás chicos que se hospedan en casa, están ahí también
- ¡Muy buenos días! -Saludan a coro.
Mai corre a la mesa un depositarme unas tostadas en mi plato con gran alegría.
Me preguntó si estaría viva el día en que esta pequeña niña y mi Trunks me den un nieto. Suspiro profundamente y apoyo la cabeza en mi mano derecha.
- ¿Le ocurre algo? -Me he preguntado Mai.
- No es nada, creo que estoy algo melancólica el día de hoy. -Le respondeí sonriente.
Trunks curva una ceja y yo algo detenidamente.
- ¿Estás triste por algo? ¿Discutiste con mi padre? -Preguntó algo angustiado.
- No, claro que no. -Dije dándole un sorbo a mi taza de café. Trunks sabe que a pesar del horrible carácter de su padre y de las pesadas que puede decirse, discutir con un diario al punto de herirnos, no es algo que nos caracterice.
De pronto, el café tiene contacto con mis pupilas gustativas y lo encuentro demasiado amargo.
- ¿Qué te ocurre? ¿Por qué haces esa mueca? -Preguntó Trunks.
- El café está muy amargo.
- ¡Qué raro! Vigile de cerca que el pusieron la cantidad de azúcar de siempre. -Aseguró Pilaf, quien mordía una tostada. Pues él y sus amigos me ayudaron a las sirvientas a preparar el desayuno y Pilaf sabe perfectamente como me gusta el café y lo supervisa a diario.
- Creo que por hoy bebía leche, no sé por qué, pero el café hoy me sabe demasiado amargo y no lo quiero. -Dije. Mai se encogió de hombros y me llamó la botella de leche fresca.
Como era domingo, después de desayunar caminé hacia mi taller. No me gusta trabajar, pero me gusta leer un poco, solo comencé a quedarme en el sofá de mi taller.
Desperté de golpe cuando Vegeta entró a la habitación y me habló.
- Te busca por todos lados, la próxima vez avísame que estarás aquí. -Dijo Vegeta, caminando hacia mí.
¿De verdad? ¡¿Tienes que avisarle a él ?! Pero si él nunca me avisó donde ira, al menos que tú me preguntes y yo conteste de forma cortante y áspera.
Suspirar.
- ¡No me hagas reír! Yo solo me dormí, no me fui a entrenar por varios meses fuera de casa. -Dije cruzándome de brazos.
Observé una Vegeta de pies a cabeza con disimulo, como de costumbre llevaba su traje sucio y roto, de seguro estuvo entrenando muy duro.
- ¡Déjame adivinar! ¿Quieres que arregle la cámara de gravedad, porque la rompiste otra vez? - Dijo.
- No entrene ahí hoy. -Respondió a secas.
- ¿No? -Fruncí el ceño, entonces Vegeta ni siquiera estuvo en casa y encima me regañó porque no le aviso en donde estoy- ¡¿Entonces qué es lo que quieres ?!
- Vine a decirte que decidí irme a entrenar con Whis otra vez.
Sentí una fuerte punzada en el corazón ¡No otra vez! ¿Y ahora por cuánto tiempo? ¡No quiero volver a marchar de mi lado otra vez! Pero en vez de decir todo eso que pensaba, las palabras mutaron en mi boca, diciendo:
- ¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez? ¿Hace 7 semanas desde que volviste? Es increíble, que no puedes estar más que eso en tu propia casa. -Dije cruzándome de brazos.
- Mañana vendrá ¿Qué le parece tomar el té? No es así?
- Sí. Mañana es el día. Así que supongo que aprovecharas de la vida con él mañana. -Dije ya con resignación.
- Obviamente. -Dijo Vegeta, girando sobre sus talones para salir de la habitación.
- ¡ESPERA! -Grite con desesperación. Vegeta se volteo a mirar con esa mirada dura y fría de siempre. No supe que decirle, yo me siento demasiado melancólica, si dejaba las palabras fluyeran terminaría cabreando a Vegeta con tanta cursilería. El detenido fue algo que me salió desde adentro, sin pensarlo.
- ¿Qué te ocurre? -Masculló Vegeta poniéndome algo ansioso al ver que yo no reaccionaba.
- Yo ... bueno, ya que mañana te vas ... ¿Podríamos ... al menos pasar una noche agradable tú y yo? -Dije finalmente.
Vegeta giró todo su cuerpo para examinarme detenidamente, su ceño no estaba fruncido, pero hizo una mueca con la boca, dándome un significado que eso era un sí.
Sonreí feliz por varios segundos, Vegeta salió de la habitación, pude notar una leve sonrisa en sus labios, aunque no duró mucho más de un segundo. Pero no me importa, con eso es suficiente para mí.
Cuando dejé de escuchar sus pasos alejándose por el pasillo, mis piernas comenzaron a temblar, una extraña sensación de frío y calor me recorrió el cuerpo, haciéndome estremecer y sudar. Quise caminar hasta la puerta, pero mi vista se nubló, la voz no me salió y caí de rodillas al suelo.
¿Tan mal me hace reprimir mis sentimientos? ¿Sera mejor que le diga a Vegeta ya Trunks lo que estoy sintiendo? No puedo seguir preguntándome nada más, los ojos se me cierran al mismo tiempo en que el resto de mi cuerpo cae al piso, perdiendo el conocimiento.
Boogie Back
Vistiéndome en el escaparate de mis sueños,
Entrando en una ilusión.
Me quedé allí, mirando fijamente esas estadísticas asombrosas...
