Bueno, Hola a todos! Primero me presentaré, soy Evianae y es la primera vez que me lanzo a esto de los fics!

Discclaimer: Yo no soy Jk, y no creais que me entusiasmaría mucho serlo, pero le he robado los personajes y pretendo hacer un porquitin lo que me de la gana con ellos:!

Sobre la historia, que deciros, que es un dramione, pero no es algo clasico (ya vereis porqué) asique lo amantes de este genero... me temo que no voy a poder satisfaceros.

Un beso, y gracias a todos!

I

Ella estaba muerta. Claro que lo estaba, y a mi, simplemente, no debería importarme lo más mínimo.

Impulso. Es lo único claro de todo esto. Todo comenzó con esa palabra y aún, hoy, sigo pensando en ella. ¿Por qué caí en el impulso? Ni si quiera forma parte de mi. Fue casualidad.

Una lechuza partió de Londres en una noche particularmente tormentosa, por casualidad. Se dirigía al sur de Francia, Niza, quizá. Es posible que Lyon, o incluso Cannes. No importa porque no llegó a su destino. La lechuza era inexperta, demasiado joven y demasiado arriesgada. Voló, algo desviada de su destino, de su supuesto destino y se cansó, demasiado pronto. El agua anegó su plumaje, la hizo más pesada. En aquel momento, fue casualidad que sobrevolara París. Donde yo estaba. Y estaba allí, por encanto.

Adoro París. Ahora más que nunca. El sol se escurre cada mañana desde la ventana y yo puedo molestarme en ignorarlo. París es la capital del mundo. Al menos para mi. La capital de Europa. Suficientemente alejado de la aristocracia, empapada en la clase alta. Bello, místico, mágico. Encantador. Un magnifico lugar para huir. Huir de la vergüenza, de la cobardía y crear un nuevo hombre que aprendería a vivir por si mismo. De acuerdo a mis principios más arraigados, pero alejado de todos ellos. Vivir siendo diferente, pero siendo el mismo. La decisión más difícil que había tomado jamás.

Me desperté temprano, acostumbrado a madrugar, no me costó demasiado. Había tenido un sueño denso. Donde la realidad y la fantasía se confunden.

Él, el Innombrable se alza de nuevo. Su sombra se extiende por todo Londres, se estira hasta Albania. Llega a París. Llega hasta mi. Me reclama. Pero el sueño cambia de repente. La sombra se queda en Reino Unido. Va al valle de Godric. Y tras un haz verde, Harry Potter, el pequeño, Harry desaparece. Por lo tanto, Él continúa existiendo. Y me reclama.

Me desperté empapado en sudor y con la angustiosa sensación de estar escuchando aún su voz en mis oídos. Caminé por el apartamento descalzo y poco a poco dejé de escuchar el siseo siniestro.

Estaba solo. Como siempre. O casi.

Una lechuza estaba posada en el alfeizar. Cubierta de agua, desplumada y sus ojillos negros brillaban de pura angustia.

En otro momento, ni me hubiera molestado. Mi apartamento es alto y las aves tienen la fea costumbre de hacer un alto en mi ventana. Pero en su pico brillaba un sobre blanco como la nieve. Y no tenía nada escrito, ni dirección, ni remitente. Nada. Sólo un sello de cera roja.

Fue casualidad que me detuviera para observarla, fue encanto lo que hizo que la lechuza me deslumbrara con su plumaje blanco y fue por impulso que rompiera el sello, leyera la misiva y me dejara caer pesadamente en una silla cercana.

"Hermione Granger ha muerto"

La letra con la que estaba escrita ese escabroso mensaje no tenía ninguna relación conmigo. Era desconocida. A simple vista, resultaba muy artificial, muy pura. Sin borrones ni acumulaciones de tinta en los puntos. Parecía artificial, inhumana.

¿Qué más me daba a mi lo que pusiera en aquella maldita carta¿Qué me importaba a mi quien había muerto? Pero me importaba. No sólo porque conocía a esa persona, ni porque había estudiado con ella. No sólo porque era harto extraño que esa carta no tuviera ni destinatario, ni remitente. Ni si quiera porque el escudo del sello fuera irreconocible. No había ninguna razón.

Sin embargo, algo me conmovió. Un recuerdo lejano, un rumor de mis tiempos de adolescente. Un pedazo de mi vida que sentía que me habían arrebatado. Fue un acto de puro egoísmo y una sensación infantil, yo nunca había tenido ese pedazo. Pero fue un impuso.

Me levanté, decidido y me acerqué aún descalzo a la chimenea. Cogí un puñado de polvos Flú y entonces dudé. ¿Adónde iba a ir¿De qué iba a servir? Ella estaba muerta y no formaba ni había formado parte de mi vida. Era el polo opuesto. Volví a la habitación y me vestí de forma escrupulosa. Túnica, zapatos, varita y me dispuse a salir a la calle. Pero la lechuza aún estaba allí, y el sobre blanco posado sobre la mesa.

Ahogué un gemido rabioso. ¡Nadie le quita nada a Draco Malfoy! Corrí a la chimenea y lancé los polvos Flú.

-¡A Londres!

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Cortito, el siguiente será algo mejor. Como es la primera vez que algo así, admitiré (es broma, lo admito siempre) cualquer cosa que me digais que pueda ayudar o ser criticado. Se sitúa tras DH, asique (en este no sale nada) si no lo habéis leido, hasta aquí, jjeje. Eso sí, no parto de una versión oficial, sólo lo sitúo en el tiempo (no vamos a encontrar a diversos personajes aparecidos, pero quizá sí a algunos que...) por tanto, los personajes se formaran según lo ocurrido en el pasado.

Un beso y gracias!