DISCLAIMER: Black Lagoon y sus personajes no me pertenecen.
ACLARACIÓN: Puede haber lenguaje adulto, bueno, es de Black Lagoon del anime que hablamos así que el ambiente es medio duro. No hay mundo de rosa.
NOTA: Espero que les guste, de ser así, dejen sus reviews, me motivan y me gusta leerlos a ustedes tambien.
Era muy simple llenarse los dedos con ese tubo del mal y aspirar...Y vaya que hacia daño cuando de vez en cuando se ponía a toser con voz ronca, pero que buen y adictivo daño era. Esas bocanadas de humo que simplemente la elevaban a la paz de a momentos. No es que quisiera tranquilidad, simplemente el caos de un arma mezclada con el adormecimiento breve de la nicotina era una de las mejores mezclas que la vida con el paso duro de los años, le enseñó. Sabía lo que era el bien y el mal, pero sin remordimientos ella se regocijaba en el lado oscuro de las cosas. El poder de jalar el gatillo y acabar con la existencia de una vida cerda jugando un poquito a ser Dios era un placer que nunca abandonaría para irse al lado claro y correcto que dictaba la sociedad. ¡Era Roanapur!, lugar libre de leyes, su paraíso personal, la ley del mas fuerte, donde cada persona debía contar si o si con alguna que otra pistola.
Si, las armas eran una adicción, como la nicotina. Poder, algunos ojos pidiendo clemencia mientras la bala acortaba sus quejas invadiendo cráneos al pasar.
Eran buenas adicciones, había otras, en cambio, que inclusive para Revy eran peligrosas.
Los hombres.
Quizás generalizar no estaba del todo bien. Habían hombres y hombres, de esos de una noche, o de esos de varias noches. La segunda descripción le molestaba totalmente. ¿Pero como se le llamaba a la adicción con un hombre que ni siquiera había entrado en su cama?, y eso necesitaba, que entre. El problema era que si luego de conocerlo debajo de las sábanas, no quisiera tenerlo un par de veces mas. Y la dependencia física o emocional, era otra adicción que detestaba. Porque no había nada mas lamentable que una mujer de armas tomar -literalmente- dependiendo de un simple hombre que no diferenciaba entre una bala de acero y una de plata, o los diferentes calibres. Bufó molesta, ser una mujer no se le daba nada bien, quizá si fuera hombre...Aunque no había gran diferencia, aún no teniendo algo colgando entre las piernas, podría tomarlo de la camisa y violarlo, así, sin más.
Hoy tocaba una nueva misión, y entre adicción viene y adicción va, sus tan preciados cigarros se habían terminado. Mas que terminado, perdido en el fondo del mar. Error de calculo cuando metió la pata hasta el fondo dejándose llevar por su mítica pasión sanguinaria y arruinó un encargo. Dutch la arrojó de la lancha al mar sin miramientos. "El agua calma a las fieras", comentó el de tez negra mientras sus otros dos compañeros a bordo reían intentando disimular. Nadie querría a una Rebecca enojada apuntando a sus bolas sin piedad con ambas armas. Y bufó molesta, una vez mas. Parecían días repetitivos desde aquel entonces en que esa rubia falsa monja traficante de armas le preguntó la duda de la discordia "¿Y, aún no te lo has llevado a la cama?" ¡Claro que no!
"Guaf", había respondido. Sinceramente, el ruido de una bala atravesandole el culo era una mejor respuesta, pero no quería volver al tema. El mas adictivo de sus problemas luego de todo lo relatado, allí estaba, otra vez intentando poner un manto de paz sobre las cosas. El barco carguero de armas evidentemente no iba a ceder y lo iba a llenar de plomo en solo cuestión de segundos, pero no, el morocho seguía fiel a sus ideales y por el megáfono, insistía en que abandonaran el barco pacíficamente. Sonrió, de ira, de impaciencia, el dedo indice en el gatillo repiqueteaba al son de unas pisadas nerviosas que recorrían toda la lancha del equipo Lagoon.
-Maldita seas Rock, ¡Apártate!- Gritó enfurecida y como una tromba, tomó rápidamente aquel aparato de comunicación en altavoces. -¡Escuchen, gilipollas!, ¡A como no muevan el trasero del lugar les hundiremos hasta los sesos bajo el mar! ¿¡Comprenden!?
-Re-Revy, ¡Detente!
Lo miró, el centrado del grupo, la niñita del océano, el moja pantalones del equipo. Recalculó una y mil veces, como ese ser tan contrario a ella podía motivarla a querer tenerlo sobre su colchón. Ridículo, absolutamente innecesario, un acto mas irracional que el de una matanza, de locos. Todo eso era para ella el desear a ese hombre. Si es que lo era, porque definitivamente en lo que a valentía se refería, no cumplía los requisitos de tal. O tal vez...Esos momentos en los que se desvirtuaba, en los que su mente desfiguraba su personalidad calma y negociaba moviendo los hilos de todos, buscando a la malnacida perra de Roberta. En esos momentos...Era parecido a su concepto de hombre.
Contradictorio, pero fijo que ese lado de Rock no le agradaba.
-¿Entonces que mierda busco?- Preguntó mordiendo su labio, en busca de tener un cigarrillo entre ellos a la vez que cargaba una de sus pistolas. -Soy su bala, si claro.
-¿De que hablas Revy?- Se sintió observada unos momentos. -Dutch aún no ha dicho que uses las armas.
-¿Es que eres estúpido?, ese barco en cualquier momento nos hunde como a un barquito de papel, Rock, querido ingenuo...
Se levantó, pues se había sentado a hacer su ritual de liberación: Cargar las armas. Puso una mano en su acentuada cintura y lo observó con un brillo de alegría intermitente, ese momento de regocijo justo antes de la caza. Una bazooka en sus manos estaba lista para ser la primer línea de ataque antes de trepar hasta el carguero y comprobar una vez mas de que color eran los intestinos de los humanos. Notó como el viejo empresarial se amedrentaba, pero a su vez, veía con cierta admiración como portaba las armas con poderío.
-Si tienes un megáfono, en vez de aunque sea una AK en tus manos, entonces déjame decirte que estás perdido desde un principio.
Lo notó pensar, mas no le importó en que. Era propio de nuestra pistolera dejar la última oración y marchar rumbo a caminos de pelea. Y se decepcionó una vez más. Creó un inmenso humo y confusión con el impacto de la Bazooka, luego, una vez suficientemente cerca la lancha, trepó al objetivo. Todos parecían querer mantener mas el control de la navegación sobre el barco, que atacar. "Ilusos". Y allí, una vez mas, entre visceras y gritos de rabia, o miedo en los pantalones, demostró quien era dos manos.
-Muy bien, Revy, y ahora tendremos un par de armas más para nosotros.- El rubio de casi igual calma que Rock, pero mas versátil, salió a cubierta en busca de un poco de eso que los humanos llamaban "sol". Para alguien siempre pendiente de la tecnología marítima, esa cosa brillante en el cielo a veces era poco frecuentada.
Pero estando casi siempre a bordo de una lancha, debía socializar con el tan conocido mar.
-Si Rock no hubiese insistido en jugar a las muñecas con esos inútiles, hubiésemos terminado antes y ahora estaríamos zarpando hacia unos muy buenos tragos.
-Revy, no todo es un arma.- El de camisa y pantalones de vestir se rascó la nuca.
No tenía agallas para llevarsela a la cama pero si para cuestionarla. Pensó, que si por lo menos la dominaba en ese ámbito, ella no se enojaría tan fácilmente. Pero allí estaba, a pesar de insinuaciones que se han hecho en esos últimos meses, nada había avanzado.
-Me lo dice un hombre con todas las letras, y con megáfono.- Lustró su arma derecha en el jean de sus cortos shorts.
Lo sabía, la cara de tensión en el rubio denotaba la tensión evidente en el aire. Suspiró, después de todo estaba lo suficientemente pensativa como para no querer discutir, al menos verbalmente.
-Vamos por esos tragos entonces, que el botín era mas grande de lo que creíamos.- El negro llevaba consigo unos maletines que abrió un tanto dejando relucir unos bonitos y nuevos dólares. Seguro truchos, pero no por eso mal logrados, lucían totalmente gastables.
-¡Si!, ¡Hoy la tarde y la noche será digna de un banquete!
-Un descanso...- Añadió el informático a los alaridos alegres de la pistolera.
-¡Pagaré prostitutos para mí!- Exclamó expresando todas sus frustraciones en un grito hacia el cielo que nadie entendería.
-Impropio de ti, Revy.- El de coleta miró intrigado pero divertido.
-Tal vez de mal gusto, incluso.- Soltó con sorna el mediador y se encaminó hacia adentro, dejando a todos con la boca casi abierta.
-¿Que...fue eso?- El de camisa hawaiana se acercó a la pistolera de manera sutil, ella aun con los brazos en el aire en señal de anterior victoria y petrificada, ladeo lentamente la cabeza para mirarlo.
-¿Y yo que mierda sé?, ha de estar con el periodo.- Bajó los brazos y caminó hacia adentro.
Le fue extraño, nunca pensó que expresar sus frustraciones verbalmente causaría tal infortunio en su problemática nueva adicción. Sonrió un poco, en definitiva ese era un buen material descubierto para molestar mas a su objetivo de frustración.
-¿A ver maldito, que ha sido eso?- Sonrió entrando a la nunca explorada habitación de Rock.
-¡Puedes tocar la puerta!- Exclamó saliendo semidesnudo del pequeño baño que acompañaba a su presentable camarote.
-¿Y?, ¿Me explicas o deberé sacarte la verdad a golpes?
-Siempre tan...Femenina...
La enfureció. Quizá era eso, no ser "femenina" lo que no generara la determinación en el morocho de tomarla en ese mismo instante, o en muchos antes donde hubo la oportunidad de hacerlo. Gruñó frustrada, y caminó a paso rápido hasta tirarse sentada en la cama rebotando en esta. Se cruzó de brazos, y entonces se soltó el cabello. Se revisó a si misma, la forma que adoptaba al sentarse, entonces sus siempre piernas abiertas se cruzaron sobre si.
Las armas, las armas no conformaban a la clásica versión de una mujer que tenía Rokuro. Se las quitó, dejándolas sobre la mesa de noche. Se sentía débil, sus amados pedazos de chatarra mortal no estaban al lado de su pecho, de su corazón. Respiró con calma, no es como si estuviera junto a alguien peligroso para tener que usarlas. Aun así, la definición de desnudez le sentaba bien cuando se sentia asi de desprotegida. Aun recordaba esa discusión en el local de comida, la policia acudio y Rock detuvo sus puños con fuerza, haciéndola retroceder. Quizás eso necesitaba, alguien que calme a su fiera interior sin necesitar un arma para acabar con su vida. Alguien con cojones de detener sus puños aun si eso costara una patada en los huevos. Lo miró atenta.
-¿Y así?, ¿Soy mas femenina, Rock?- Preguntó y apoyó ambos brazos como sostén en la cama una vez se echó hacia atrás para mirarlo.
¿Que estaba intentando?, no lo sabía ni ella, pero pudo deleitarse un poco ante la expresión atónita de su actual acompañante de cuarto, aunque claro, ella estaba siendo la intrusa en aquel incómodo momento.
-Puede ser.- Dudó el hombre. -Pero...Así no eres Revy.
-¿Y como es Rebecca?
-Rebecca...- Susurró el japonés y a ella no le quedó mas que ocultar el estremecimiento causado por la simple mención de su nombre. -Tu simple nombre lo dice, es potente, tiene una presencia...Aplastante.
-¡Que buen halago, camarada!, ¿A veces conquistas señoritas de tu calaña con frases como esas?- Irónica mantuvo su compostura sobre la cama.
-Incluso sin armas luces peligrosa, sobre mi cama.- Notó en sus ojos cierto destello hasta ahora desconocido. Dio un fuerte respiro mientras lo notó acercarse justo frente a ella.
-Pero...- Notó como tomó sus armas, primera vez que Rock lucía con ellas, primera vez que alguien aparte de aquel vendedor que se las entrego, tenia a su propia seguridad entre manos. Luego, sintió como fueron colocadas otra vez en el estuche situado por debajo de sus brazos. -Esta es la verdadera Revy.
-Supongo que si.- El morocho se había quedado inclinado centímetros sobre su rostro. Ella esperó unos minutos, con sus dedos estrujando las sabanas con expectación. Luego de una clara expresión de disgusto, habló. -Ni para esto eres hombre, ya veo.
Entonces se levantó de la cama, brindándole un fuerte cabezazo. El de razgos asiáticos gritó de dolor mientras se sobaba el punto golpeado y ella, simplemente se acercaba nuevamente tomándolo por el cuello y acercandolo hacia si.
-Rock, si quieres algo, solo tómalo, la puta vida no va a traerte lo que quieres de regalo en medio del mar.- Y así, furiosa, se alejó, olvidando la goma con la que ataba su cabello sobre la cama.
AUTORA: MigLi-Chan
¿Y que tal?, esta pareja la tenía muy, muy pendiente...Obviamente faltan más capítulos con mi amada Revy.
¿Revs?
Sayo~
