Hotel 5 estrellas, todo pagado.

Hermione estaba sentada en el camastro. El sol le daba agradablemente en todo el cuerpo y lo estaba disfrutando. Todo estaba perfecto, las vacaciones en Acapulco estaban yendo de maravilla… No, no importaba que fue sola, porque dos semanas antes termino con Ron, asi como tampoco importaba que acabaran de pegarle con una pelota en la cara. Oigan, esperen: eso si importaba. Abrió los ojos, buscando para asesinar con la mirada a quien quiera que hubiese lanzado esa pelota, pero no veía a nadie.

Oyó pasos en la arena detrás suyo y volteo.

– Hola, disculpa que te haya pegado, mi amigo no sabe lanzar muy bien y… ¿Granger? –exclamó un extrañado Draco Malfoy.

– ¿Malfoy? –La cara de Hermione debía ser un poema. Y no era para menos, tenía años de no ver a Malfoy y el hecho de que llegara pidiendo disculpas, precisamente a ella no era… pues, normal.

– El mismo. ¿Qué haces aquí? –pregunto extrañado. De todas las personas que había en el mundo, era la que menos esperaba ver. Más no es que no quisiera, menos cuando a la castaña le mostraba que el color azul le quedaba condenadamente bien.

– De vacaciones. ¿Qué haces tú aquí? –respondió, igualmente extrañada. Draco llevaba no más que un traje de baño holgado, todo blanco con diminutos puntos de color verde: típico de un Slytherin.

No es que se agradaran, pero ambos eran maduros: sabían comportarse como gente civilizada. Draco había comprendido, gracias a ella, que la sangre es solo un liquido rojo; y si bien era bueno tratar de conservarla pura, no había razón para tratar a Hermione como la trató. Entonces lo recordó, recordó esa promesa que años antes de había hecho a sí mismo: pedirle perdón por todas esas cosas que había hecho.

Era un orgulloso, si. Era un engreído, si. Era un presumido, si… pero fuera de todo eso: tenía ética, y aunque de niño fue un caprichoso grosero, quería cambiarlo.

Casi perder la vida, te hace reflexionar demasiado.

– Trabajo… bueno, acabo de terminar, pero vine por trabajo–contesto sonriendo. Después de preguntarle si era ella, Hermione se había parado, asi que Draco extendió la mano – creo que me da gusto haberte visto, que te vaya bien Hermione –le dijo con la mano todavía extendida. Hermione la tomo un poco extrañada, está bien que estaba sorprendida, pero no iba a ser maleducada.

– Igualmente –respondió tartamudeando. Draco soltó su mano, se agacho a tomar la pelota del suelo y se alejo corriendo. – Eso ha sido raro. –murmuro Hermione.


Je, je, je. Algo pequeño… pero puede que tenga continuación, no lo sé. Por si acaso, lo dejaré In-Progress. ¡Dejen Reviews! No hay otra manera de saber que les gusto, o si tienen dudas. Gracias por leer.

Besos, Pau.

PD. Me imagino a Draco en traje de baño, un poco bronceado: y me dan ganas de violarlo. Ja, ja, ja, ja. Mentira. :P