Disclaimer: Para no matar mi tradición, ésta es una traducción, de Mothers, así que todo el crédito va para la autora. Pueden encontrar el link del fic en inglés en mis favoritos.

N/T: Para este fic una adoraaable beta se dio el trabajo de revisar la traducción, así que agradezcanle a Okashi Minako (honestamente, te adoro :3) de que esto suene lindo:D

N/T: Voy a subir un capítulo diario de este fic, ya que el 10 de mayo es el día de la madre en Chile (no sé en otros paises :P), quiero que la publicación del último capítulo caiga en ese día. Es la única vez que pediré en este fic, pero me gustaría si se dieran el tiempo para dejar un review :) Espero que les guste :D

Madres
Autora: Winterlude

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Molly Weasley era una súper mamá.

Esto es lo que su madre le había dicho después de que ella había tenido a los gemelos.

"Cinco hijos... Tú eres más que una mamá, eres una súper mamá" le había dicho.

Pero Molly nunca había creído en eso.

Era difícil, el tener cinco hijos. Y cuando se habían convertido en seis, y luego siete, había sido incluso más difícil.

Había sido difícil el arreglárselas con una familia durante dos guerras.

La primera vez había sido terrible.

Embarazada con una guerra alrededor y con niños pequeños. Su esposo yendo a trabajar y enviando su Patronus cada hora para asegurarse de que todo estuviera bien. Ésa fue la época en la que Arthur había construido el reloj. No era algo para la risa, como sus hijos pensaban. Era algo serio. En ese periodo, Molly acostumbraba a lanzarle miradas al reloj casi cada minuto y mantuvo ese hábito durante toda su vida.

Sus hermanos le habían pedido a ella y su esposo que se unieran a la Orden, pero ella se había rehusado y le ordenó a Arthur que hiciera lo mismo.

Gideon se había enojado con ella.

"¿No entiendes, Molly, que tenemos que luchar? ¿No entiendes eso?" le había gritado.

"¿No entiendes, Gideon, que tengo una familia? ¿Que soy una madre? ¿Crees que no quiero luchar? ¿Crees que no quiero ver a Quien-Tú-Sabes destruido para siempre? ¿Crees que estoy feliz aquí, sabiendo que ustedes están allá afuera expuestos a quién sabe qué peligro? Pero tengo que quedarme aquí. Por mis hijos. Es la cosa más importante ahora" le había respondido ella, manteniendo bajo el tono de su voz, para que sus hijos en la habitación contigua no pudieran escucharla.

Cuando Gideon y Fabian murieron, ella lloró por un día. Luego, había dejado de pensar en ellos. Por sus hijos.

Porque sus hijos siempre habían sido más importantes que todo lo demás. Cada uno de ellos. Incluso amaba sus defectos. Los amaba incluso las ocasiones cuando una pequeña parte de ella quería golpear sus cabezas con un sartén. Amó a Bill incluso cuando él había decidido casarse con Fleur. Amaba a Charlie con sus excentricidades y su loco amor por los dragones. Amó a Percy cada día que había estado alejado de su familia. Amó a los gemelos incluso cuando los había descubierto haciendo una broma. Amó a Ron cuando desapareció después de la boda de Bill. Amó a Ginny incluso cuando la vio en la Sala Multipropósito durante la Batalla de Hogwarts.

Y durante todos los años después de esa batalla se había preguntado si había sido una buena idea unirse a la Orden la segunda vez. Se preguntaba por qué esa vez había decidido que había algo más importante que sus hijos.

Fred, muerto. Su familia devastada. Todo por su culpa.

Dos años después de la guerra, Bill había tenido una hija.

"Victoire significa victoria en francés. La nombramos así después de nuestra victoria sobre Voldemort" había dicho Bill con orgullo.

Molly, por supuesto, había llorado de felicidad. Y saltado. Y había sido feliz. Y había sostenido a Victoire en sus brazos tanto como Fleur se lo había permitido.

Pero entonces había pensado que Victoire nunca habría conocido a Fred. Que solamente habría sabido que una vez hubo dos tíos George, y probablemente habría sido muy difícil de creer.

Luego, un día, Molly había encontrado paz.

Pasó el día que Ginny tuvo su primer hijo.

Mientras todos estaban celebrando, ella se encontró a sí misma sola en su cocina con George.

"Algunas veces me pregunto si fue mi culpa. Quiero decir, fui yo la que decidió unirse a la Orden. Los expuse a todos ustedes a terribles riesgos. Fue... irresponsable, de mi parte. Si no hubiera hecho eso, Fred aún estaría vivo".

Para su asombro, George rió. Tantos años tras la muerte de Fred, reía casi tanto como solía hacerlo cuando su gemelo estaba vivo. Sin embargo él nunca, nunca reía refiriéndose a Fred. Nunca.

Pero él rió.

"¿Qué querías hacer, mamá? ¿Mantenernos aquí? ¿Cerrar las ventanas y las puertas? ¿Actuar como si nada estuviera pasando allá afuera?"

Molly miró a su hijo, sin saber qué responder.

"Habríamos luchado de cualquier manera, mamá. Con o sin tu consentimiento. Piensa en Ron, en Ginny. No querías que ellos lucharan, pero lo hicieron".

George la miró a los ojos.

"Mamá, no fue tu culpa. No fue la culpa de nadie. Fred era valiente. Durante la batalla él sabía que podía morir y aceptó el riesgo".

Molly no respondió.

"Hiciste un gran trabajo, mamá. Criaste a un héroe".

"Crié a siete héroes," dijo ella, con lágrimas en sus ojos.

George rió.

"Tú eres una heroína, mamá. No eres una simple mamá. Eres una... súper mamá. Sí, eso es lo que eres. Una súper mamá".

Y a diferencia de la primera vez que le habían dicho algo como eso, ella asintió.

Molly Weasley era una súper mamá.

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