Lance no quiere despertar.

Tiene el sueño más lindo y tranquilizante que su mente le ha dejado tener desde hace tanto tiempo que sólo quiere disfrutarlo un poco más.

La Academia lo deja siempre tan exhausto que apenas tiene tiempo de pensar en nada al tocar la cama –la cual es tan cómoda como acostarse en el suelo frío. Cuando pensó que entrar a un programa tan pensado sería la más maravillosa de las ideas de seguro estaba en una de sus tantas lagunas mentales que le hacían hacer o decir cosas que no tenían ni pies ni cabeza.

Pero eso ahora no importaba.

Él tenía ese sueño otra vez, donde una persona de oscuros cabellos le tiende una mano amiga y le hace disfrutar de los momentos que él mismo se reprime. La verdad no siente que tiene otra cosa mejor que hacer en ése sueño que solamente ceder ante la impaciente mano tendida frente a él, la cual promete, sin emitir ruido alguno, guiarlo a un lugar mejor, uno completamente desconocido.

En su mente se crean los más hermosos paisajes que jura no haber visto ni leído jamás. Puede ver un río tan cristalino que le devuelve su reflejo en un nítido recuerdo que seguro conservará al despertar. Y la paz lo ahoga.

No sabe cómo es que lo sabe, pero pronto despertará.

No quiere, no quiere que termine algo así tan pronto, pero ya es tiempo.

—Lance —dice entonces la voz—, ya es tiempo de despertar.

Frente a él, el Keith de todas las noches se vuelve más perceptible y se le hace un nudo en la garganta. Ése nudo en la garganta que jamás le deja responderle.

—Sólo utilizas el presente para seguir adelante y eso no está bien. Nadie te ha dicho que no puedes ver el pasado con cariño —un apretón de manos donde Lance siente que ya está llorando—. Despierta.

Él ya está obedeciendo. Y como cada mañana, está arrepentido.


El otro día estaba vagando por Internet cuando me topé con I Knew I Belonged to Her y junto a él, mis vídeos me recomendaban un montón de cosas Klance. Al principio se iba a tratar de un oneshot gracioso, pero la sonata me sonó tan melancólica que… el resto ya es historia.

No piensen mucho sobre esto, la narración es tan sosa como mis notas del celular me lo permitieron. Espero que esto esté hecho melancólico y no raro.