ESTOY CUMPLIENDO EL RETO DE "DEJA VOLAR TU IMAGINACIÓN" Y ESTO SE ME VINO A LA MENTE AUTOMÁTICAMENTE. ESPERO QUE LES GUSTE !

[NARUTO NO ME PERTENECE]


Era un sábado cualquiera en Konoha, Kushina había dejado su labor de kunoichi al poco tiempo de enterarse que estaba esperando un hijo del Cuarto Hokage, Namikaze Minato. Ella entró a la casa que compartía con Minato, acompañada de Kakashi, quien traía varias bolsas de compras.

-Muchas gracias, Kakashi-

-No hay de qué, Kushina-sama, usted cocina delicioso- Kakashi dejó las bolsas en la mesa y automáticamente empezó a guardar cada cosa en su lugar.

-No es necesario que guardes todo...- protestó Kushina.

-Kushina-sama, es mi deber cuidar de usted y del hijo de mi maestro. Las embarazadas no pueden hacer ningun tipo de esfuerzo-

La kunoichi no hizo más que sonreír.

-Gracias-

-No es nada-


Cuando Kakashi terminó de ordenar las frutas en un centro de mesa se despidió de Kushina y salió de ahí. Ni siquiera le había dado tiempo para preguntarle si se quería quedar a cenar.

Era verdad lo que había dicho el joven Kakashi, ella no tenía que hacer mucho esfuerzo, aunque llevaba pocos meses de embarazo, la panza ya estaba apareciendo y más de uno en la aldea se tomaba el atrevimiento de acercarse y felicitar a la feliz pareja por la dulce espera.

-Dónde está el chocolate que Minato me había regalado?- se preguntó. Al parecer el pequeño Naruto tenía ganas de que su madre le diera chocolate - Ahh en la mesa de luz !

En efecto, una caja en forma de corazón se encontraba en la mesa de luz de Kushina, quedaban más de la mitad de los chocolates, ambos comían uno antes de dormir, pero ese día, ella iba a atacar la caja sin piedad.

Para cuando Minato llegó de la oficina del Hokage, encontró a Kushina terminando la cena, se percibía un rico olor a puchero y a especias que al Cuarto lo enamoraba aún más.

-Kushina, huele muy bien- dijo el Relámpago Amarillo y abrazó a su mujer, quien le estaba dándo la espalda, él tocó su panza y acarició lentamente, ella se giró y miró a su esposo con una sonrisa- Mi amor, y los chocolates?-

-Se terminaron- dijo rápidamente.

-Se nota, tienes chocolate al rededor de la boca- él le dio un rápido beso y se relamió sus propios labios - Compraré más mañana-

-Es que últimamente ando antojada, discúlpame- ella se separó y se giró, siguió revolviendo la olla con el puchero casi listo.

-No tienes que disculparte Kushina, es algo normal - dijo él volviendo a abrazarla.

-Esta bien- sonrió otra vez - puedes poner la mesa? ya está listo!-


Minato sentía que le agarraban del brazo y lo movían de un lado al otro. Despertó sobresaltado y se sentó en la cama. No recordaba en qué momento se había quedado dormido, solo recordaba el delicioso puchero que había cenado. Pudo ver, entre penumbras, que eran las cuatro de la mañana, se alegró, iba a ser domingo.

Él miró al otro lado de la cama, Kushina le miraba fijamente, con una mirada que delataba arrepentimiento.

-Kushina, estás bien?- se acercó a la pelirroja y le acarició la mejilla.

-Perdón por despertarte, pero...- susurró cabisbaja

-Que pasa Kushina?- quitó la mano sobresaltado.

-Quiero comer sandía-

-Sandía a esta hora?-

-Si, estoy antojada- dijo ella mirándole a los ojos - iría yo a buscar una pero... sé que te hubieras enojado.

-Iré a buscar una en este momento-

-Minato...-

-Está bien, no te preocupes, volveré en un rato- él se incorporó, se puso sus sandalias, un buso y salió de la casa.

Kushina suspiró al escuchar la puerta de entrada, se incorporó y fue hacía la cocina, sabía que en la heladera había yogur helado con trozos de frutilla. Había que calmar a Naruto.

-Ehh? hoy vi dos vasos con yogur- dijo empezando a enojarse - Minato... aahh acá está- los cambios de humor la atacaban, ya le había costado una pelea con el Hokage, pero por manzanas acarameladas.

Empezó a comer el yogur lentamente, quería seguir despierta para cuando Minato llegase con esa enorme y dulce sandía.

Cuando ella terminó el segundo vasito de Yogur, esta vez con trozos de naranjas, el Cuarto apareció con una sandía, tal y cómo ella quería.

-Kushina? sigues despierta?-

-Si ! - dijo ella feliz.

Él dejó la pesada sandía en la mesa y cambió la cara apenas vio a su mujer otra vez con restos de yogur en la boca.

-Kushina, esos vasitos eran míos-

-Ayy ! - ella se tapó la boca y se le llenaron los ojos de lágrimas - Lo siento -

-No no llores ! - Minato se acercó rápidamente a ella y le limpió la boca con sus dedos, la besó y le secó las lágrimas.

-No tienes por qué llorar Kushina - dijo y le sonrió, esperando que ella, al verle a los ojos, esos ojos azules como el mar, dejara de llorar.

Y así fue.

-No estoy enojado contigo mi amor- le susurró y le dio un beso en la frente - Quieres sandía?-

Kushina asintió con la cabeza.

Más tarde ambos volvieron a la cama, Minato esperó a sentir que su amada pelirroja estaba dormida, suspiró y se giró y la abrazó nuevamente, tocando la panza de ella.

-Será así todo el embarazo?- susurró- despertar a la madrugada por antojos...

-Minato...- empezó a hablar y balbuceó algo que él no entendió - Gracias por todo -

Era la primera vez que Kushina hablaba dormida, le había dado un buen susto a Minato, no quería otra pelea por un simple comentario.

Ambos continuaron durmiendo con una sonrisa.


-JuHinamori