Bella – sentí un escalofrío bajar por mi hombro. Una gélida mano trataba de despertarme, aunque su suavidad no daba mucho resultado, seguía intentándolo – ¡Vamos, Bella! Tenemos muchas cosas que hacer, y sigues ahí, tratando de imitar que duermes. Porque aunque no lo creas, sé que intentas hacerte la dormida. Edward ya me advirtió de esto.

Edward es un bocón – solté un bufido. Me había delatado, y ya no tendría más remedio que levantarme.

Sabía que estabas despierta – sentí la risita nerviosa de Alice, y sonreí involuntariamente – si quieres ir a La Push sin que Edward nos descubra, procura levantarte rápido. En un par de minutos querrá comprobar si realmente íbamos a ver tu vestido, y es bastante difícil mentirle a mi mente…

Ya entendí, Alice – refunfuñé.

¿Y qué haces aún acostada, entonces?

Tiré las sábanas hacia atrás, y me estiré con un sonoro bostezo. Miré a Alice, y le sonreí. Su entusiasmo realmente llegaba a ser contagioso.

Aunque su cara de nerviosismo y ansiedad, me atemorizaban cada día más. Sabía que faltaban dos semanas para "aquel día tan importante y que no quería decir por su nombre", pero lo más probable es que ni siquiera me iba a dar cuenta cuando ya estaría frente al altar.

Junto a Charlie caminando por ese largo recorrido infernal, hasta llegar donde estaba el ¿cura? ¿Los vampiros se comprometían con curas?, bueno, supongamos que sí. Entonces, caminando con Charlie por aquel pasillo eterno, hasta llegar al "cura o lo que fuese", y ver la feliz cara de Edward, esperándome.

Solté un suspiro. Ya no me lo podía ni siquiera imaginar. ¿Algo hermoso se podía ver aún más hermoso?

¿Bella? ¿estás bien? – abrí los ojos, y vi la cara de Alice bastante cerca de la mía, como si tratara de examinarme.

Sí. Sólo…me distraje.

¿Te bañarás o no? Ya han pasado cinco minutos, y sigues ahí.

Lo siento, aquí voy…otra vez.

Ésta vez si me levanté. Busqué mis pantuflas con ayuda de mis pies, pero finalmente, Alice me las alcanzó. Me miró inquisidoramente, y traté de darle mi mejor sonrisa.

Ir a dejarle la invitación a Jacob, me tenía estúpidamente nerviosa. O más bien, estúpidamente mal.

Presentía que su reacción no iba a ser de las mejores, y más aún si Alice iba junto a mí. Lo más probable es que piense que lo está tratando de espiar, o algo así. Porque sus alucinaciones estaban cada vez más cerca de la locura. Aunque las mayorías eran cosas en contra de Edward para tratar de alejarlo de mí.

Abrí la puerta del baño, mientras cogía una toalla de un rincón de mi pieza. Alice se acercó a mí, y me detuvo colocando su mano en mi hombro.

Bella – me volteé lentamente, hasta lograr ver su rostro - ¿pasa algo? – negué con la cabeza - ¿segura?

Segura, Alice. No pasa nada.

¿Es por el p…Jacob?- la miré dudosa. Luego de unos segundos, asentí.

Presiento que me echará de su casa. Está claro que no querrá verme, y mucho menos si voy contigo.

Bella, no te preocupes. Jacob no está solo.

Si piensas que con la presencia de Billy no es capaz de echarme, lamento decirte que estás equivocada…

Jacob no está con Billy – la miré confundida – está con una chica. Con Leah Clearwater.