Declaración: ninguno de los personajes de este fics me pertenecen, son propiedad de J. K. Rowling.
Espero les guste la historia... que la disfruten...
Prologo
Era un joven de 19 años actualmente, el hombre más famoso desde que un mago oscuro había tratado de poner fin a su vida apenas siendo un bebe, quitándole a su paso lo más valioso que tenia sus padres, marcándolo como su igual, por una profecía que no había podido dejar pasar y haciéndola verdadera, por que los planes del mago oscuro no salieron como el esperaba atacándole a tan temprana edad.
Ahora siendo un joven y un año después de que la guerra final se llevase acabo y él venciese, se había alejado de todos y de todo, por que no quería la compasión del mundo mágico, después de todo actualmente no tenia a nadie, sus amigos, sus hermanos, aquellas personas que estaban con él incondicionalmente ya no estaban, Hermione, Ron, Ginny (su apreciada y amada) ya no estaban.
Miles de cartas le llegaban constantemente, y amenos que conociera el remitente las colocaba en una mesa situada cerca de la amplia ventana del pequeño apartamento en el cuál vivía, las demás simplemente las quemaba o tiraba al basurero, muchas de esas cartas eran del ministro, y a él ellos no le importaban, después de haber recibido la espalada en su quinto curso, había aprendido a tener aberración por ellos.
Aberración, extraña palabra que normalmente su tía Petunia utilizaba para con él, en el fondo agradecía haberse retirado de aquella casa, claro después de todo había sido un gran alivio después de vivir prácticamente encarcelado tanto tiempo, pero ahora el alivio era por que sabia que ellos estaban vivos, no hubiese podido tolerar que también ellos muriesen por su culpa, muggles simples muggles que nunca habian querido tenerle ahí, lo mejor que podía pasarles que nunca sufrieran las consecuencias de que Voldemort hubiese regresado, por eso, al cumplir sus 17 años se marcho.
Sabia que las personas que murieron en la guerra contra Voldemort lo habian hecho por que eligieron estar ahí, pero en el fondo no podía evitar que pensar algunas de ellas estuvieron ahí por él, para apoyarle, para defenderle, y esos eran sus amigos, su querida Hermione, que a pesar de que cuando la conoció le había parecido demasiada pesada, después de lo del troll se convirtieron en amigos inseparables. Ron su amigo del alma, su hermano, que compartió con él todo tanto buenos momentos como los malos, inclusive muchas veces los enojos hacia su amiga, y por último su inolvidable Ginny aquella jovencita que le había costado descubrir, a la que al principio simplemente consideraba la hermana de su mejor amigo, pero que en su sexto año le quito el sueño, y se fue colando poco a poco en su corazón, ahora cada uno de ellos estaban muertos, le habian dejado solo, y se preguntaba una y otra vez ¿Por qué si había terminado tan mal herido, no pudo morir¿Por qué no le dejaron seguir a aquellos que significaron todo por él¿Acaso lo más lógico no era que el también muriese¿Qué le hacia falta por sufrir que aún no se podía marchar de este mundo cruel?
Parecía una maldición constate, el no poder morir, desde pequeño se enfrento a la muerte constantemente, y parecía que siempre él salía airoso, mal herido si, inconsciente por días, semanas, o meses como había sido en su última estancia en la enfermería (aunque en la ultima no estuvo en la enfermería, sino en San Mungo) y todo gracias a Snape.
Si al profesor que le había corrompido sus seis años en Hogwarts, que desde que apareció en batalla se enfrentaba a todo mortifago que trataba de herirle, diciendo que su Señor lo quería para él, sin embargo sabía que también esa había sido la voluntad de Dumbledore¿Cómo tener la seguridad de que había sido fiel a la Orden? Simplemente tenía pruebas escritas, pensamientos de su ex director, y de él mimo, había sido probado con Veritaserum, y todo concordaba, él por decirlo de una manera era inocente.
Cuando la batalla pelea en que Voldemort fue vencido por él, Snape se apresuro a su lado, y se había mantenido peleando contra todo mortifago que se acercara para dañarle, pues él ya no tenia fuerzas para oponerse, simplemente no se podía levantar aunque no había perdido el conocimiento, le vio caer tres veces, ante sus enemigos y casi siempre cuando estaba seguro que moriría, no en las manos de quien más creyó, sino en manos de cualquier mortifago, un rayo proveniente de la varita de Snape lo impedía, como podía se levantaba y seguía luchando, era como si su propia vida dependiese de eso, como que para este no existiese otro motivo, como que guardara un tesoro, y eso era lo que le desconcertaba.
¿Por qué Snape tenía que protegerle con tanto ahínco, estaba seguro que la orden del Lord no llegaba más que a una simple y sencilla petición de mantenerle a salvo hasta el duelo con él¿Y si fuel Dumbledore quien le pidió protegerlo? Pero Dumbledore no estaba ahí, y la defensa de Snape había llegado a un límite mayor que a cualquier promesa, parecía que este se debía más que una simple petición, al deseo propio de mantenerle con vida.
En un momento después de vencer a otro mortifago Snape le tomo en sus brazos y desapareció, llevándole a San Mungo, y entregándole a un sanador, cayo, necesitando tanta atención como a quien cargaba.
Después de meses de inconciencia se le infamó del Juicio de Snape y su inocencia, pero nadie se explicaba por que había protegido con tanto ahínco a Harry, por que en los datos del Juicio se encontró con que Voldemort simplemente le dijo que le mantuviese con vida hasta llegar a él, pero en ningún momento le dijo que se le protegiera de posibles agresores. Dumbledore no había pedido nada con respecto a su protección ¿Quizás simplemente no dio a conocer esos detalles¿Quizás había información que no se rebelo?
Ahora después de un año en que se había mantenido lejos de todos, sabía que tenia que volver, así les había pedido a todos, y por primera vez respetaron sus deseos, sin embargo las lechuzas no habian parado de llegar, cada vez menos, pero siempre alguna.
Él había comprado un pequeño apartamento en el mundo muggle y le aplico el encantamiento Fidelio, siendo él mismo el guardián, de esa manera estaba seguro que nadie le encontraría, ni nadie le traicionaría, no podía deshacerse de la correspondencia, pero si de las personas.
Los periodistas del profeta le habian asediado durante su estancia de recuperación en San Mungo, y apenas salió en la puerta del Hospital no tuvo más remedio que desaparecer para escapar de ellos, se dirigió a Gringotts tomo una cantidad considerable y los cambio a dinero muggle, con el que había comprado un pequeño apartamento.
El apartamento en que vivía no era la gran cosa pero no por ello dejaba de ser acogedor, tenia una pequeña sala, todos las paredes del departamento eran color crema con rodapié chocolate, un precioso juego de sala muy cómodo color crema, el piso era de madera y realmente hacia una combinación perfecta con la juguetera que estaba colocada en frente del sofá en la que estaba un TV, un equipo de sonido, y un precioso teatro en casa.
A la derecha de la sala había una pequeña cocina bien equipada, un desayunador le separaba de la sala, era algo pequeño para unas cuatro personas, pero para el era excesivamente grande por lo que a pesar de estar viviendo casi un año ahí, nunca lo pudo utilizar, más de una vez lo intento, más no lo conseguía, no podía evitar pensar en lo bien que lo hubiese pasado si estuviese Ron, Hermione, y Ginny, los cuatro juntos realmente se hubiesen divertido.
A la izquierda estaba una pequeña puerta que conducía a un cuarto, el cuarto que por lo general se consideraría un refugio, en el que pasaba sus noches… noches de insomnio y terminaban en el sillón de la sala con el equipo de sonido a un volumen bajo para no molestar a los vecinos del edificio.
Al fondo de la sala había un balcón que daba a la calle, por la que entraba la luz de la luna en las noches y la luz del sol al oscurecer, en el habian muchas enredaderas que en las que en algunas ocasiones podían divisarse algunas flores extrañas, que alegraban el ambiente y lo llenaban con un agradable aroma.
Recordó como Lupin, y los que quedaban de la orden le habian instado a quedarse en Grimmauld Place, aseguraron era el lugar más seguro, sin embargo él sabia que ahora no había un lugar más seguro que su apartamento, nadie, a menos que él lo permitiese podía llegar hasta donde el estaba. Nadie le podía localizar, pues no solo el encantamiento Fidelio le protegía, sino otros hechizos y encantamientos que hacían el lugar inmarcable.
Sabia que el día siguiente sería un largo día, después de su año de refugio saldría al mundo mágico nuevamente, y no podía evitar pensar ¿Qué le esperaría?
Espero les haya gustado el comienzo de la historia... sino les gusta me cuentan, y si les intereza tambien... espero sus rr...
Qué tengan felíz día!
