Nota: Los personajes no me pertenecen, la historia tiene como único fin entretener.
Bueno, hola antes que nada. Les traigo una nueva historia. Decid publicar en Fanfiction algo sobre Ginny y Draco. No me pregunten qué motivos tuve, solo sé que lo quise xD
Bueno, en esta historia Draco no tiene que matar a Dumbledore por lo tanto él está vivió, por ahora, y Snape es el profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.
Espero les guste.
También pueden encontrar esta historia en Potterfics bajo el nombre de Bajo la lluvia. Acá tendrá otro título y cambiare algunas cosas. Un beso y saludos.
Capítulo I
Harry y los hermanos Weasley habían atravesado la barrera del andén nueve y diez. Esperaban alguna señal de la inconfundible Hermione. Una cabellera castaña y rizada. Alguien que agitara una mano en el aire en señal de que había aparecido y de que extrañaba verlos. Se sentaron en un asiento contra la pared y allí esperaron por mucho rato. Habían llegado temprano ese día, puesto que el señor Weasley había ido a trabajar. Su esposa, una mujer bajita y rechoncha, era de esas personas que no les gusta esperar y les aterra las llegadas tarde. Por eso los hizo levantar dos horas antes.
-Yo no sé porque mama se desespera-Comento Ron moviendo el pie con irritación.
-Sabes que siempre lo hace-Contesto Ginny.
Harry no decía nada, se acomodaba los anteojos que estaban un poco torcidos por el viaje. Si de algo había que agradecerle a la madre de Ron era que está siempre los levantaba temprano para darles un buen desayuno. Ella decía que era la comida más importante del día. Eso al muchacho le recordaba mucho la postura de tía Petunia cuando Dudley no iba a la escuela en verano. Lo alimentaba como si fuera el último momento de su vida y después debía asistir todos los días a clase de deportes extra para poder recuperar la forma. Oían voces lejanas, pero que reconocían. La de Neville forcejeando con su abuela y las de las gemelas Patil. La de Pansy Parkinson y las de Crabbe y Goyle. Ellos habían sido siempre sus rivales. Se odiaban desde primer curso, como la noche odia al día. Muchas veces acabaron castigados por culpa de ellos. Excepto la pelirroja que en ese momento jugaba con sus dedos. Nadie podía negar que sus habilidades en el Quidditch le impedían ser descubierta (misteriosamente siempre desaparecía con escapadas furtivas). Sus hermanos le enseñaron a ser precavida y llevar miles de sensores alertas.
-¿Creen que vendrá?
-¿Quién?-Pregunto Harry, aun moviendo sus anteojos.
-¡Hermione! ¿Quién más puede ser?
-¿Cómo vas a preguntar eso Ron?-Cuestiono una pelirroja a punto de ahogar una risotada-Es tu amiga, se supone que debes de saber que ella odia igual que mama llegar con impuntualidad.
-Bueno yo no la veo acá-Se defendió el muchacho-Así que no me digas que no la conozco.
Mientras Harry creaba un muro entre él y sus amigos y miraba al rededor, distinguió la figura de Draco Malfoy. Un chico alto, musculoso y rubio. Ojos grises y tez pálida. Cualquiera diría que es apuesto como su padre, pero los años han llegado al rostro del señor Malfoy con negatividad. Movía su carrito con impaciencia, cara de desprecio y repulsión hacia otro ser humano. Por suerte los ojos verdes de Harry se apartaron el momento que Malfoy llegaba hacia ellos.
-Vaya, pero miren quienes están-Murmuro con voz melodiosa.
Ninguno dijo nada, sus miradas cambiaron a un asesinato en masa.
-Hola Potter. Te veo igual de rajado que el año anterior-Sonrió con malicia y miro a Ron y Ginny-Bueno, veo que Hogwarts hace caridad. No le queda de otra. Sería poco probable que ustedes pudieran estudiar allí en cuanto a sus calificaciones.
-Cállate Malfoy-Murmuro colérico Ron.
-Lo que digas Weasley.
En ese momento, los ojos grises buscaron los marrones de la muchacha que estaba sentada al lado del pecoso.
-Hola pobretona.
Ginny respiro hondo y lo miro arqueando una ceja.
-¿Terminaste con tu discurso de bienvenida? El tren esta por ahí-Levanto una mano y señalo la locomotora que despedía humo sin idiotas de tus amigos ya subieron, creo que se están peleando por quien se sienta primero. Corre antes de que te quiten un lugar y tengas que mostrarles a todos el poco afecto que te tienen.
Ron ahogo una risa y Harry miro preocupado a Malfoy. Este se había puesto enfermo y tenía los ojos entrecerrados.
-Lava tu boca patosa, puede que mañana no tengas comida y debas de saborear la de ayer.
En ese momento Ron se levantó llevando una mano a su bolsillo pero Harry lo impidió rodeando su espalda con el brazo y susurrándole al oído.
-No le sigas el juego, recuerda que es lo único que tiene.
-Cierra la boca Potter.
-No le hables así a Harry-Malfoy suspiro sintiendo vergüenza por ella.
-Vaya Potter, veo que tienes novia.
En ese momento, la hermana de su amigo se había puesto de pie y miraba con sumo odio a Draco.
-Hola Harry, Ron, Ginny-Una muchacha de cabello rubio y ojos saltones se había acercado al grupito de chicos que estaba a punto de tirar a la serpiente a las vías y les sonrió con humor-Hola Malfoy.
-Genial, la chiflada-En ese momento Harry se acercó al bolsillo de su chaqueta y saco la varita. Fue seguido de Ron-Esta el grupo completo, podrían pensar en aparecer en los cromos de ranas. Tu familia tendría dinero extra Weasley.
Miro a Ron con sorna.
-Solo falta la sangre sucia y esta el quinteto de fracasados.
En ese momento, Hermione caminaba hacia ellos alterada y mirando hacia todos lados por si alguien se percataba de la escena.
-¡Bajen sus varitas! ¡Bájenlas!-Intento tocar la mano de Harry pero este se lo impidió. Levanto un poco más la muñeca haciendo contacto directo con el pecho de Malfoy.
-¡Basta!
-¿Porque no te vas Malfoy?, nadie quiere verte.
Ginny miro con seriedad al rubio. Titubeando y sonriendo aun secamente de lado, siguió con la marcha del carrito y se perdió entre la multitud de serpientes. Eso sorprendió a la pelirroja. Malfoy no le había dicho nada, ni quiso inmutarse por contestarle. Pero algo extraño sucedió. Algo en su mirada no la dejo tranquila.
