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¡Llegué yo!
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''Inicio de narración en primera persona''
¡Intolerable!
El enfado no tarda en apoderarse de mi sistema nervioso. Odio las injusticias. Ver como ese vulgar intento de chica linda y pelirroja ejerce junto a su, también grupito de bravuconas vulgares, un atentado de humillaciones hacia aquella morena de apariencia tímida e incapaz de ejecutar cualquier acto violento, me erizaba la piel de la espalda.
Quizás si las condenadas tuviesen razones validas para tales actos pero, desde hace unos minutos me acerqué lo suficiente como para enterarme de lo que sucedía. Absolutamente carecían de excusa.
A pesar de que albergaba la minúscula esperanza de que la pelirroja mereciese un mínimo de misericordia, este se fue a la basura al enterarme de que la ridícula intención del grupito era mantener a raya a una posible competencia, según lo que pude entender.
¿A que se refería? no lo comprendo del todo pero si tenia en claro que, a pesar de que es muy pronto esas huecas merecen un escarmiento.
Pero no a los golpes, seria muy injusto para ellas a pesar de que osaban atacar las cuatro contra una sola e indefensa chica. Lo mejor seria actuar de manera inteligente, aun que con ello contradiga a mis mas recónditos deseos de ejercer justicia por las malas.
Se me ocurre una idea. Puede sonar cómica y posiblemente infructuosa, pero, el chico alto y de gran peso que se encuentra engullendo con emoción una prominente tarta me ha brindado la inspiración necesaria para maquinar el mejor plan que jamas se debió haber inventado por el bien de obtener resultados favorables.
Rápido. Las acosadoras se alejan del lugar de la chica morena junto a su casillero forzosamente abierto y con cosas en su interior junto a otras en el suelo en desorden. Se mueven en dirección favorable hacia mi.
¡valla que suerte!
Mi risita maquiavélica sale a flote acompañando a mi fluidez al arrebatar y consecutivamente ubicar el antiguo manjar del confuso chico a mi lado en el suelo.
Dejando mi puesto inclinada sobre una columna me dirijo con indiferencia en dirección contraria a la del cuarteto, centrándome en la pelirroja que al parecer era la líder, y, al estar lo suficientemente cerca le hago enredar los pies en lo que se consideraría como la traba.
Lo que si me sorprendió fue ver, disimuladamente, como el plan había sido un éxito. Más que un éxito fue una hazaña. No solo mi objetivo tropezó y calló con su cara aterrizando en la tarta, si no que también las demás cayeron y sobre ella.
Era una pila humana de lo mas de cómica, con sus traseros expuestos por abusar de las minifaldas.
Luego de pasar mi asombro estallé de risa, iniciando la burla grupal de los cuales la mayoría se atrevió a tomar fotos y grabar videos. Una paliza a su ego gracias al azar del destino. En definitiva hasta la suerte sabia que lo merecían.
-cre-creo que se ha excedido ligeramente...- y a pesar de su aparente preocupación por la reacción o quizás el futuro de sus resientes victimarias, la tímida chica de largo y lacio cabello negro y ojos perlados no pudo contener una casi imperceptible pero grácil carcajada. Ya había recogido sus cosas y ahora solo llevaba una agenda y un gran libro.
-¿tu crees?- pregunto rascándome la nuca mientras sonrío nerviosa- era eso o darles una paliza por tratarte de la manera como lo hacían...- alzo mis hombros sin el menor remordimiento, o quizás si, quedaron en gran vergüenza.
Volteo en dirección a la escena protagonizada por el grupito y alcanzo a percibir como gritan histéricas hacia ellas mismas y hacia todos el que la rodeé, sin saber quien fue el que osó causarles tal bochorno.
Dejo escapar una pequeña carcajada justo en el momento en el que salían rápidamente del lugar ante la entretenida mirada de sus espectadores, quienes continuaron sus respectivas actividades sin alejar, a la que he bautizado, la cómica escena de su tema de conversación.
- Eto, le agradezco su gesto. A pesar de que no es el tipo de cosas con las que estoy de acuerdo, ha sido muy amable en preocuparse por mi a pesar de no conocerme- Giro de nuevo mi rostro en dirección a la morena para encontrarme con que estaba completamente inclinada en mi dirección.
-¿si te recibo el agradecimiento regresarías a tu postura normal?-si, ya conocía a las personas tradicionales como ella a las cuales por más que se le insista no desisten de sus costumbres. Pero eso no implica que dejará de parecerme simpática
Ella se endereza y me mira a los ojos para luego sonreírme levemente.
-Gusto en ser salvada por ti, soy Hyuga Hinata- su simpática expresión me contagia.
-jaja, pues mucho gusto para mi también, soy Tenten Ama- al inclinarnos levemente oculto mi intención de invertir mis nombres.
-¿Tu nombre es ama?- pregunta confusa y yo me carcajeo por su suspicacia.
-No, es Tenten. Pero a menudo los invierto para fastidiar a conservadores- trato de ser lo más sarcástica posible pero su rostro refleja su incomodidad.
-Bueno la verdad es que en mi clan es lo más importante- su rostro vuelve a brillar en simpatía mientras que lo inclina hacia un lado, con un tenue rubor en sus mejillas- ¿vas a dirección ahora?-sus ojos brillan en una tímida curiosidad. Me siento ligeramente expuesta.
-A-así es. Dime ¿acaso eres adivina?- mi expresión de ignorante incredibilidad se ven reflejada en la risa de Hinata. ¡valla que es observadora!
-Noo. Solo lo supongo por el folio que llevas en tus manos...y por cierto se te calló esta foto- se agacha y toma la impresión fotográfica de 4x5 cm que necesitaba para mi registro.
-¡Gracias! En realidad creí que adivinaste por que no llevo el broche dorado que llevas con el símbolo del escudo del instituto- digo mientras señalo instantáneamente con la foto el remolino con un pico en la parte inferior que yacía en su blusa blanca (este es el símbolo de konohagakure).
Ella confusa mira el brocha para luego sonreír sin llegar a la burla.
- En realidad este broche no es necesario, solo lo uso como decoración, fue un obsequio de...- sin terminar la oración se ruboriza completamente.
- Esta bien, si te avergüenza solo acompáñame al despacho de la directora. No necesitas explicarme nada, al menos no por el momento-digo esto mientras le sonrío con picardía, sabiendo que esto solo avivaría más su sonrojo.
¡¿Quién se lo habrá dado?! ¡Santo cielo, que curiosidad! mi mente no deja de maquinar historias alternativas mientras tomamos rumbo hacia el despacho de la directora Senju.
Los bellos de mi nuca se estremecen a causa de un frío que sube por mi columna. Alguien nos observa. Volteó y no veo a nadie sospechoso dentro de la pequeña cantidad de estudiantes.
Pero fugazmente pude ver algo, fue loco pero por unos instantes alcanzó a ver en alguna parte del fondo del pasillo lo que parecía ser los ojos de Hinata levemente más toscos de lo normal.
-¿sucede algo?- Creo que al girarme tan precipitadamente hacia ella y, la posible expresión de mi cara la haya afectado.
-Nada, solo fantaseo. A menos de que me ocultes que tienes un hermano perdido por el pasillo-
Ella se carcajea y yo hago un puchero al no enterarme de que le da risa.
-no, no tengo. Por lo menos no uno que yo conozca y sea directamente del mismo proceder que yo- Comenta con gravedad al parecer dándole más importancia de lo debido al tema.
Rápidamente intento cambiar de tema de conversación. Luego de que me acompañase a registrarme y a conocer mejor el instituto, no quería perder el buen ambiente que habíamos logrado.
Y es que, a pesar de que viví anteriormente junto a mis padres por muchos años de mi infancia en esta acogedora ciudad, también fueron muchos años los que viví alejada tras su separación. Tanto fue el tiempo que, ahora que hemos vuelto mi madre y yo para establecernos mejor junto a mi abuela, muchas cosas nos son desconocidas y otras apenas y las reconocemos. Quizás sea duro adaptarnos en un principio, pero mi madre me convence constantemente de que valdrá la pena al final, y, a pesar de que con frecuencia suelo darle la contraria, en estos casos le apoyo lo mejor que puedo.
Ya estamos aquí y no daremos marcha atras. contra todo pronóstico lograremos conseguir ser felices.
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''Fin de narración en primera persona''
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''todo el que quiera felicidad no debe buscar en los demás, si no buscarla por sí y en sí mismo. Por que solo nosotros decidimos si queremos ser felices''
