Salva mi corazón

Ichigo se encontraba sentado sobre su cama, reclinado en la cabecera intentando que un poco de la información del libro que tenía frente a sus narices quedara retenida en la pequeña parte de su cerebro que no se concentraba en intentar ignorar a la pequeña shinigami que estaba a su lado haciendo de nuevo ese montón de estúpidas preguntas atosigantes que al peli naranja le exasperaban de sobremanera.

-¡Hey Ichigo que te estoy hablando!- en tanto que junto a la oración un fuerte golpe se hizo sentir en el pobre shinigami sustituto quién fulminaba con la mirada a la pequeña morena desde el suelo.

-¡Joder enana!, ¡¿Es que no te puedes callar un puto minuto?! , ¡¿No ves que estoy intentando estudiar?!-gritó el chico poniéndose de pie inmediatamente para reñir con la chica quién lo miraba inconforme y con el seño fruncido.

-¡Ese no es mi problema descerebrado, llevo hablándote como diez minutos y tú idiota no me respondes!-protestó la pelinegra.

-¿Sólo fueron diez minutos?, ¡Demonios, a mi me pareció que fuera una hora entera!, y bueno,¿ que querías enana?, que no tengo tu tiempo.-

-¿Qué si has visto el nuevo peluche de Chappy que compré esta mañana? Era pequeño y esponjoso y…-

Ichigo abrió los ojos tanto como le era posible, en tanto que respiraba lenta y profundamente intentando no perder el control sobre la ira que se acumulaba en él.

-¡¿Por eso me has estado jodiendo todo este tiempo?! , ¡¿Por un puto peluche de ese maldito conejo?!-

-¡Óyeme estúpido, no te atrevas a insultar a Chappi!-un nuevo golpe en el abdomen advirtió a Ichigo que en tanto siguiera por ese camino estaba pisando terreno peligroso.

-¡No puedo creer que te importe tanto ese conejo del demonio!-

Entonces el joven Kurosaki pudo notar como una sonrisilla pícara se colaba a los labios de la menor de los Kuchiki, en tanto que lo miraba con suficiencia.

-¿Será que estás celoso…Kurosaki-kun?-

Y ese tonito que odiaba tanto, ¿Se darían cuenta los demás de quién era realmente Rukia Kuchiki algún día? Y por si fuera poco, ¿qué clase de pregunta era aquella? ¡Kurosaki Ichigo no se ponía celoso de nadie y mucho menos por esa enana!

-¡¿Qué estupideces estás diciendo Rukia!?, ¡Y deja de hablar así me encrespa los nervios!-



Apenas iba a responder la shinigami cuando una figura irrumpió en el cuarto del shinigami sustituto interrumpiendo la pelea.

-¡Renji!-exclamó Rukia al reconocer al recién llegado.

-¡¿Qué puñetas estás haciendo en mi cuarto?!-preguntó Ichigo molesto al ver como su pelea había sido abruptamente interrumpida.

-¡No vine por ti si es lo que crees!- respondió en el mismo tono que el joven Kurosaki había usado.

-¡¿Entonces sólo vienes a fastidiar?!-preguntó Ichigo esta vez sarcástico.

-En realidad vine a hablar con Rukia.-contestó el pelirrojo acercándose a su amiga.

-¿Qué pasa Renji?-preguntó la morena intrigada ante la seriedad de su amigo.

-Lo que pasa es que tu hermano desea hablar contigo.-

-¿Sobre qué?-la duda de la shinigami fue refirmada cuando enarcó la ceja con la mirada fija en el Abarai.

-Es sobre la Sociedad de Almas y tu estancia aquí.-

Ichigo sólo tragó saliva y se limitó a fruncir más el entrecejo, por alguna razón aquello no le parecía nada bien.

Creo que tendré que modificar un poco este primer capitulo pero antes quiero compartir con ustedes está historia que surgio de mí un día literalmente gris.