Los personajes de Ranma no me pertenecen, son obra de la sublime Rumiko Takahashi. Solo se los presté para hacer este fanfiction el cual es sin ánimo de lucro.

Sin más acá los dejo con esta historia, espero subir la perspectiva de Ranma en las próximas semanas (ya casi la tengo completa). Si no son muy asiduos con el LEMON se sugiero que se abstengan. Y si me pueden dejar sus comentarios se los agradecería.

AKANE PDV

Esa noche me decidí por un vestido que Nabiki me había regalado era un vestido strappless rojo suelto de la cadera y que me llegaba una pulgada arriba de la rodilla, un vestido liso con un cincho negro a la altura de la cintura, a mi parecer resaltaba lo necesario sin mostrar de más de lo deseado aunque me sentía un poco insegura ya que por ser un vestido strappless no podía usar brassiere, Nabiki siempre haciendo de las suyas y yo confiando en ella, sin embargo, el vestido me quedaba perfecto, lo complementé con unas argollas plateadas y pequeño collar que Kasumi me había regalado; me puse unas ligas negras para asegurar las medias que me quedaban a medio muslo, esa noche me quería sentir sexy, porque no iba a dejar que él dañara mi autoestima. Me puse el par de tacos negros, tomé mi bolso y mi abrigo y salí de mi habitación decidida a pasarla bien.

Mis amigas ya estaban esperándome en la pequeña sala de dormitorio universitario, estaban emocionadas porque habíamos acabado los exámenes finales del semestre de nuestro segundo año de la universidad por lo que decidimos porque íbamos a salir a festejar. Una vez listas nos encaminamos al taxi que nos estaba esperando; podría decirse que yo iba en presencia, pero mi mente estaba en lo que sucedió esa mañana con Shinnosuke, sentía que últimamente me estaba evitando, trataba de convencerme que eran ideas mías, pero algo dentro mi, pueden decir que era mi sexto sentido, me decía que no estaba equivocada.

Flashback

Estaba esperando a que Shinosuke saliera de sus últimos exámenes, últimamente nos llevábamos bien debido a que teníamos varias clases juntos y nos había permitido conocernos bastante desde que empezamos el semestre en la universidad. Habíamos empezado a salir varios meses atrás, y a mi parecer congeniábamos a mi parecer.

Cuando Shinnosuke me pidió que empezáramos a salir no lo pensé mucho ya que él era mi prototipo de hombre perfecto: un metro ochenta de estatura, ojos azules, facciones bien definidas, hombros anchos y cuerpo bien esculpido debido a los deportes que practicaba.

Escuché varias voces al fondo que me sacaron de mi mundo, varios alumnos habían terminado ya sus exámenes y buscaba a Shinnosuke entre ellos, cuando lo vi mi corazón empezó a palpitar rápidamente.

¡Shinnosuke! le llamé sintiendo como mis mejillas se coloraban y una sonrisa en mi rostro se dejó ver.

Akane, ¿qué tal estás? me respondió dándome una pequeña sonrisa - Se te ve bien, ¿necesitas algo?

Realmente odiaba que fuera tan cortante cuando estaban en lugares públicos, pero sabía que Shinnosuke era un poco tímido.

Bueno, quería saber si podíamos caminar juntos a los dormitorios, hay algo de lo que quiero hablarte le dije.

Akane, querida, hoy no creo que sea conveniente, tengo planes con mi abuelo. ¿Acaso no recuerdas que ya te lo había dicho? me respondió Shinnosuke con un tono en su voz que no me agradó porque me hacía sentir como una niña pequeña, mientras tanto que ponía un mechón de cabello suelto atrás de la oreja causando que me sonrojara.

Bueno, y ¿qué te parece que salgamos por la noche? Me han contado de una discoteca súper no tan lejos de la universidad le dije ilusionada.

En la noche ya había quedado con mis amigos que nos íbamos a reunir, pero haré todo lo posible para desocuparme rápido para pasar un rato contigo, querida me contestó con una sonrisa ladina mientras veía a sus amigos a lo lejos esperando por él.

Pero Shinnosuke, ya ha pasado más de una semana desde que pasamos una tarde juntos le respondí venciendo mi timidez y con los puños apretados, recordando la tarde tan íntima que habíamos tenido.

Lo sé Akane le respondió él Pero realmente estoy muy ocupado, perdóname, pero me están esperando, ¿te escribo más tarde? Mantén tu teléfono contigo. Ya me tengo que ir me dijo mientras alcanzaba a sus amigos.

Pero Shinnosuke... murmuré con los puños apretados y los ojos llorosos. Me se sentía frustrada, sentía que Shinnosuke no me tomaba en serio y yo estaba esperando que después de lo que habíamos pasado me pidiera que fuera su novia formalmente; sin embargo, algo dentro de mi me decía había utilizado para un fin, pero ya no dejaría que me utilizara nuevamente, sentía que mis mayores temores se estaban haciendo realidad.

De repente escuché una voz conocida que se dirigía a mí:

Boba me dijo el chico de cabellera azabache, llevaba su habitual trenza que le caía por la espalda. Recostado en la puerta de salida del instituto dejaba ver sus brazos hermosamente esculpidos con años de trabajo y esfuerzo en las artes marciales.

Le di una mirada furibunda que le hizo estremecerse por completo, pero estoy segura de que no me lo demostró para guardar las apariencias y mostrarse impasible ante mí.

Te he dicho varias veces que ese tipo no te conviene le dijo el azabache mientras caminaba hacia mí, mostrándose altanero, pero con un brillo en sus ojos azules que en ese momento no supe interpretar pero que me cautivó por un momentose detuvo al frente mío y me arregló nuevamente el mechón rebelde que minutos atrás Shinnosuke había arreglado para luego decirme – Pero eres tonta y terca.

Y dejándome ahí siguió su camino antes de que saliera de mi letargo debido a su forma de actuar; últimamente Ranma había tenido actitudes diferentes conmigo, aunque nos conocemos desde la preparatoria y, a nuestro modo, pero nos llevamos bien. Ranma siempre se preocupaba por mí, aun cuando entramos a la universidad y cada uno empezó a tomar caminos diferentes, pero siempre nos apoyábamos en esta etapa nueva de la vida; sin embargo, tuvieron una pelea cuando empecé a salir con Shinnosuke porque, según Ranma, él no era hombre suficiente para estar conmigo y desde ahí nos empezamos a distanciar.

Fin del Flashback

Nos subimos al taxi para ir a la discoteca, escuchando las voces de mis amigas a lo lejos no podía dejar de pensar en el último mensaje que recibí de Shinnosuke; desbloqueé el celular y volví a leerlo:

Akane, no podremos vernos esta noche. Surgió algo importante, mañana en la tarde nos vemos en el parque antes de que te vayas.

Estaba decidida a terminar la "relación" con él, ya no me traía tanta felicidad como pensé que lo haría. No podía creer que una vez más la dejaba esperando, soltando un suspiro bloqueé mi celular y decidí que esa noche no iba a dejar que Shinnosuke robara un minuto más de mis pensamientos, guardando mi celular en el bolso decidí dejarme llevar por la conversación que tenían mis amigas.

Todo el camino mis amigas se pasaron hablando de cómo se sentían de relajadas por haber terminado el semestre, yo comparto también sus pensamientos, pero el último mensaje que recibí de Shinnosuke me molestó tanto que no puedo evitar enojarme cada vez que lo recuerdo. La idea de salir a celebrar fue de Yuko, estábamos un poco ansiosas de conocer la nueva discoteca de la que todos hablaban RockWest, estoy decidida a pasarla bien esta noche y olvidarme, aunque sea por hoy, del susodicho.

El trayecto a la discoteca no fue tan largo, el taxi nos dejó enfrente, Asami y Sayuri se encontraron con sus novios en la entrada de la discoteca mientras que Yuko y yo íbamos en plan de solteras.

Cuando entramos al lugar nos acercamos a la mesa que habíamos reservado, pero Yuko me tomó de la mano y me llevó a la barra para pedir nuestro primer trago de la noche. Yuko se recostó sobre la barra y le pidió dos tragos y dos shots al bartender.

—¡Akane! Este es para ti — me gritó Yuko, debido a que la música estaba muy alta, dándome un shot de tequila en la mano — ¡Yo sé que estás enojada con Shinnosuke, pero hoy vamos a olvidarnos de él y vamos a disfrutar de la noche porque nos lo merecemos! — me dijo guiñándome un ojo y tomándose el tequila de un solo trago, imitándola yo también me tomé el tequila aún cuando no es mi bebida favorita pero estaba decidida a no dejar que mi noche se viera ofuscada por él.

Tomamos nuestros tragos y nos acercamos a la mesa con el resto de nuestros amigos y brindamos porque los exámenes llegaron a su fin.

Después de mi segundo trago de la noche el alcohol ya está empezando a hacer efecto en mi. Cuando de repente a Sayuri se le ocurre pedir una ronda de shots de vodka, y quien soy yo para rechazar la generosidad de mi amiga, brindamos nuevamente y nos bebimos el shot. Tomando la mano de Yuko la llevé a la pista de baile para poder ir a mover el cuerpo y dejar ir las penas.

Después de haber bailado por un rato Yuko me avisa que irá por un trago, y decidí ir con ella ya teníamos bastante tiempo bailando y mi cuerpo pedía un poco más de alcohol. Nos tomamos de la mano y fuimos caminando entre la multitud para poder llegar a la barra, cuando accidentalmente empujé a alguien que se encuentra de espaldas a mi causando que su bebida se derrame sobre su acompañante.

Me volteo rápidamente, soltando la mano de Yuko para pedirle disculpas esperando que no encuentre tan enojado, cuando el joven se voltea con la mirada furibunda, pero rápidamente cambia de expresión a una sorprendida. Yo no lo podía creer, Shinnosuke me había dejado hoy por salir con Horoku.

—Akane, esto no es lo que parece… — me dijo, la típica frase cliché que escuchas en cualquier película, donde sabes que todo es lo que parece. Mis expresiones cambiaron de vergüenza a asombro y luego a indignación, era increíble que mi supuesto próximo novio me haya dejado por la cualquiera de la universidad porque todos sabíamos de su reputación. Shinnosuke me tomó del brazo para llevarme a un lugar más tranquilo para hablar, y yo debido a mi asombro me dejé llevar.

Cuando llegamos a la azotea de la discoteca, me tomó de la mano y me vió a los ojos. Cuando vi sus ojos, estos reflejaban lo avergonzado que se encontraba por un momento me dejé llevar por esas lagunas azules que tanto me gustaban, escuchando los balbuceos que me decía:

—Akane, querida. Lo que acabas de ver no es lo que parece, te juro que ella es solo una amiga. Venir acá fue una decisión de último minuto, y estoy acá solamente porque mis amigos me obligaron. De saber que ibas a estar disponible, te hubiera escrito. Akane por favor respóndeme — me seguía diciendo, saliendo de mi estupefacción lo pude ver realmente, dándome cuenta de que solamente lo había idealizado por tanto tiempo que no me di cuenta de todos esos detalles que me decían que él a mi no me tomaba en serio. Me solté de su agarre bruscamente y le di una cachetada para poder soltar esta frustración que empezaba a sentir, alejándome de él unos pasos.

— Esto muere acá, Shinnosuke — le dije con determinación, me di la vuelta para regresar con mis amigas cuando de repente sentí que me agarró del brazo bruscamente jalándome hacia él

— No Akane, esto no muere acá — me dijo en tono amenazante, lo vi fijamente a los ojos no dejando intimidarme por él y pude ver el fuego que sus ojos tenían; los mismos que antes miraban con el supuesto amor que me tenían ahora amenazaban con retenerme a su lado, tomando mi brazo con más fuerza me acerco a él y me susurró al oído — Tú a mí no me dejas.

— Suéltame, me estás lastimando — le dije, mientras él apretaba más fuerte mi brazo cuando de repente sentí una presencia atrás mía y vi la cara de Shinnosuke llena de asombro mientras me soltaba el brazo.

— Te ha dicho que la sueltes — le dijo una voz conocida, cuando volteo a ver era la persona que menos esperaba encontrarme.

— Esto no te concierne, Saotome — le respondió Shinnosuke altaneramente, tratando nuevamente de tomarme de la mano y alejarme de Ranma.

Antes de que Shinnosuke pudiera agarrarme, Ranma me apartó y agarrándolo por el cuello de la camisa — Jamás vuelvas a acércate a ella, no responderé la próxima vez que quieras hacerle daño — le dijo en tono amenazante, golpeándolo en la entrepierna y lanzándolo lejos de mi. Jamás había visto a Ranma tan enfadado, no lograba entender la razón tan brutal de su comportamiento.

Ranma se encontraba colérico, sus ojos azules denotaban una chispa que nunca le había visto. Caminaba de un lado a otro tratando de calmar su estado de ánimo. Fue ahí cuando lo observé detenidamente, vestía una camisa negra que delineaba su espalda ancha, tenía las mangas dobladas a la mitad del antebrazo, lo complementaba con un pantalón jeans azul oscuro y zapatos de vestir negro, decir que me robó el aliento al contemplarlo es poco, se veía muy atractivo, esa fue la primera vez que vi a Ranma como hombre y no cómo el amigo siempre había sido para mi.

—Ranma… — le dije en un susurro mientras agarraba el brazo que Shinnosuke había tomado sintiendo un ligero dolor en el. Ranma se dio cuenta al momento que emití un leve quejido, se acercó rápidamente a mí y tomando mi mano me vio directamente con sus ojos turbados y preocupados, me acercó a él y me dio un abrazó. Pude sentir como mi rostro cambio de color, al momento que inhalé su colonia haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera. El que yo estuviera tan cerca de él, me hizo sentir segura; fue un momento de paz que no quería que terminara.

Apartándose un poco de mi me dijo con voz profunda — Nos vamos, Akane — mientras acomodaba suavemente un mechón de cabello suelto causando un sonrojo leve en mi rostro.

Sin soltarme la mano, dejamos la azotea y me dejé llevar a donde él quisiera porque sabía que junto a Ranma iba a estar segura.

Nos acercamos rápidamente a la mesa donde estaban mis amigas, hablándole rápidamente a Yuko para avisarle que me iría con Ranma tomé mi bolsa y caminé hacia donde el azabache me miraba. Me tomó de la mano lo que causó que me ruborizara, pero él no se dio cuenta ya que iba atrás de él mientras llegábamos a la salida de la discoteca, pasamos por nuestros abrigos y una vez afuera Ranma se volteó y me vio fijamente causando que me estremeciera por lo que se acercó a mí y me acomodó el abrigo asegurándose que estuviera bien cubierta.

Tomó mi rostro y acariciando mi mejilla con su dedo pude notar el ligero sonrojo que tenía. Me vio detenidamente y me dijo tímidamente mientras se rascaba la parte de atrás de su cabeza con nerviosismo, un gesto típico de él:

— Vamos a mi dormitorio, podemos pasar a comprar algo de comer y si quieres podemos ver unas películas o te puedo llevar a tu dormitorio para que descanses.

Mi corazón empezó a latir rápidamente, nunca me había sentido así con él. Tomé su mano y la apreté suavemente causando que él se sobresaltara un poco y le dije con una sonrisa en el rostro:

—Quisiera comer un okonomiyaki y las películas no suenan tan mal.

Viendo su expresión de asombro y la alegría que sus ojos denotaban supe que había sido la mejor decisión que pude haber tomado esa noche. Tomando un taxi nos dirigimos a un restaurante cercano a la universidad para comprar los okonomiyakis que yo había propuesto y luego nos dirigimos a su residencia, íbamos en silencio como siempre tímidos, pero era un silencio cómodo en el cual yo estaba disfrutando de su compañía.

Llegamos a su dormitorio tratando de hacer el menor ruido posible debido a que el ingreso de mujeres estaba completamente prohibido; cerrando la puerta se quitó su abrigo y se acercó a mí y me quito el abrigo que llevaba y los dejó en el perchero.

—Ponte cómoda — me dijo señalando el sillón que tenía en la sala para después dirigirse a la pequeña cocina para preparar la comida que habíamos comprado. Me sentía un poco cohibida debido a que en cualquier momento su compañero de cuarto podría entrar y verme ahí malinterpretando mi estadía en el dormitorio. Ranma volvió con dos platos con la comida y observándome.

—No te preocupes, Hiroshi no vendrá — mencionó mientras se sentaba a la par mía y extendía un plato hacía a mí — Decidió regresar con su familia una vez terminara los exámenes.

Sentándose a la par mía Ranma encendió la televisión y casualmente estaba pasando una película de miedo que decidimos ver Chakushin Ari, la cual es la versión japonesa de One Miss Call, aunque ya la había visto varias veces el suspenso de la película siempre hacía que me mantuviera tensa; de repente un teléfono empezó a soñar haciendo que me sobresaltara y ahogué un pequeño grito con mi mano y sin pensarlo tomé a Ranma por el brazo.

Él me vio disculpándose pues había sido su celular el que había sonado, se levantó rápidamente a contestar y por lo que pude escuchar eran sus amigos preguntándole donde estaba; terminó la llamada y se acercó nuevamente sentándose más cerca de mí tapándome con una manta y abrazándome por los hombros para tranquilizarme y acercándome a él.

Mi corazón latía rápida y fuertemente, estaba segura de que Ranma podía escucharlo. Nunca en mi vida me había sentido tan cómoda en los brazos de alguien más, sus brazos se amoldaban perfectamente a mi figura; después de un momento me alejé unos centímetros para poder verlo a los ojos y noté que él me veía con un brillo especial que me cautivó profundamente, acercando su rostro al mío me dio un casto beso en los labios mientras me apretaba contra su cuerpo.

Me dejé llevar por la sensación electrizante que Ranma ocasionó en mi y puse mis manos en su cuello mientras seguía los movimientos de su boca sobre la mía, acariciando mi labio inferior con su lengua pidió acceso a mi boca con lengua y yo se lo di.

El beso se volvió más exigente, solo nos separábamos cuando nos hacía falta el aire y regresábamos a la faena que nos interesaba, cuando logramos separarnos pude notar que yo me encontraba sentada encima de Ranma y que él se encontraba acariciando mis piernas con vehemencia; rápidamente lo solté del cuello y solamente pude sentir que sonrojo cubrió mi rostro.

—Perdóname Ranma… — le dije titubeante mientras trataba de levantarme, pero él me tomó por la cadera y me perdí en esas lagunas azules que me decían tanto en esos momentos pero que en ningún momento mostraron arrepentimiento.

—No te muevas Akane — me dijo con voz ronca viéndome fijamente con un ligero sonrojo que cubría su rostro — Esto para mi no ha sido un error, es algo que he estado esperando por mucho tiempo. Por favor, no te muevas. Yo te necesito cerca de mi, estos meses que hemos pasado sin hablar han sido muy monótonos y simples, no quiero que te vayas y no quiero dejarte ir.

Sin pensarlo dos veces acerqué mi rostro nuevamente a él y lo besé como si mi vida dependiera de ello, dentro de mi sentía la urgencia de tenerlo lo más cerca posible, durante el tiempo que estuve con Shinnosuke jamás me sentí así, mi cuerpo pedía a gritos que no dejara ir a Ranma.

Sus manos acariciaban mi espalda con devoción mientras que mis manos acariciaban su pecho, de un momento a otro mis dedos cobraron vida propia y empezaron a desabotonar la camisa de Ranma poco a poco, el poner mis manos directamente sobre su piel era una sensación indescriptible; Ranma empezó a besarme el cuello, mordía y lamía bajando lentamente pasando sus labios por cada centímetro de piel, deslizando su lengua por mi clavícula mientras yo curvaba un poco la espalda para darle más acceso a mi cuello.

—Ranma… — le dije en un suspiro, él me vio con sus ojos llenos de deseo y tratando de controlar su respiración me besó nuevamente mientras me rodeaba con sus brazos. Deteniéndose y tratando de obtener control sobre si mismo junto su frente con la mía sin soltarme; podía ver que estaba haciendo uso de todo su autocontrol antes de verme a los ojos, su respiración todavía estaba alterada.

—Debemos detenernos Akane – me dijo con voz ronca, sus ojos estaban oscurececidos, llenos de deseo mientras se empezaba a alejar de mí.

El estar en sus brazos se sentía correcto, se sentía como si yo perteneciera a él, a ese momento, a ese lugar. Deslicé mis manos sobre su pecho desnudo y lo abracé por el cuello pegándome a él lo más posible, jugando con su cabello con mis dedos.

—No quiero detenerme Ranma – le dije al oído mordiéndole el lóbulo de su oreja sintiendo cómo se estremecía su cuerpo debajo del mío mientras repartía besos a lo largo de su cuello haciendo que soltara un gruñido.

Tomando su boca con mis labios, introduje mi lengua en su boca demostrándole el deseo que sentía por él; de repente, sentí como Ranma me tomaba por las piernas para levantarme, instintivamente lo rodeé fuertemente mientras que él me agarraba de mi derrière para poder dirigirnos a su habitación.

La habitación se encontraba a oscuras, solo nos alumbraba la luz de la luna llena que estaba de testigo en esa noche de pasión. Mientras nos seguíamos besando le terminé de quitar la camisa a Ranma y él bajó la cremallera de mi vestido causando un pequeño sobresalto en mi, al notar esto Ranma me bajó poniéndome de pie a espaldas de su cama.

—Podemos detenernos si así lo quieres – me dijo tomando mi rostro entre sus manos y depositando un dulce beso en mis labios, mientras que yo tenía mi vestido agarrado con ambas manos sobre mi pecho.

Dicen que una amistad entre un hombre y una mujer es solamente una ilusión porque al final solamente existe una atracción y que nosotros los humanos tendemos a confundirlas. Sin embargo, puedo decirles que la amistad que Ranma y yo tenemos es verdadera y que está atracción que surgió entre nosotros es cosa del destino. Y pensar que tía Nodoka siempre nos decía que hacíamos una linda pareja, según ella Ranma y yo estábamos destinados a estar juntos, que no importaba el tiempo, el lugar o las circunstancias en que se diera ese momento iba a llegar y no lo íbamos a poder detener. ¡Cuánta verdad tenían sus palabras ahora!

En ese momento pude descifrar el brillo de los ojos de Ranma, era un brillo que denotaba un inmenso cariño y amor por mi. Tanto que él estaba dispuesto a esperar por mí el tiempo que fuera necesario, y darme mi espacio para que yo estuviera bien.

No se si fue que el alcohol todavía corría por mis venas, pero en ese momento decidí darle una oportunidad a este sentimiento que estaba naciendo mi; dejé caer mi vestido y me acerqué a él y me paré de puntillas para rodearle su cuello con mis manos le di un beso en la mejilla, viéndolo a los ojos noté cómo estos se convierteron en un azul oscuro al momento del contacto de nuestra piel.

—No deseó otra cosa más que estar acá contigo y en tus brazos, Ranma – le confesé sin dejarlo de ver. Ranma deslizó sus manos por mi cintura desnuda y dejándolas descansar en mi espalda baja me acercó a él desapareciendo espacio que quedaba entre nosotros.

—Me estás matando – soltó en un gruñido antes de atacar nuevamente mis labios para dejarme sin aliento. El beso de Ranma demostraba su necesidad y deseo que sentía por mí. Con unos movimientos torpes logre desabrocharle el cincho y su pantalón para quitárselos con algo de dificultad.

Tomándome por la espalda me recostó suavemente en su cama mientras él quedaba enfrente mío, contemplándome mientras mi rostro denotaba un sonrojo en las mejillas traté de taparme la cara con las manos.

—No te cubras Akane, eres perfecta – me dijo mientras descubría mi rostro, dejándome pequeños besos en mi rostro causando que me riera. Sintiéndome más cómoda en su presencia puse mis manos sobre sus hombros acercándome a su boca para robarle un beso, sin despegarse de mi Ranma se colocó encima de mí demandando mis labios.

Poco a poco sus labios fueron cubriendo mi cuello, robándome suspiros en todo el camino. Mis manos acariciaban su torso desnudo y su espalda, mientras que él me acariciaba las piernas con una mano mientras se sostenía con la otra.

Bajando lentamente por todo mi cuello Ranma besaba y mordía toda la piel a su paso; delineando mis hombros y clavícula bajó hasta mi torso lo cual hizo que me tensara inmediatamente; subiendo su mano acariciando mi piel llegó hasta me seno izquierdo jugando con mi pezón acariciándolo, mientras que con su boca besaba el otro pecho succionando y mordiendo causando que lo deseara aún más.

La sensación de los labios de Ranma sobre mi piel era desbordantes, cada vez que sentía su boca sobre mi cuerpo dejaba un camino pecaminoso que me pedía más de él. Mis manos recorrían la longitud de su espalda y sus brazos para tomar nuevamente su rostro y apoderarme de sus labios.

Me besó apasionadamente, se sostenía en un brazo para no dejarse caer por completo sobre mi mientras que con su mano libre jugaba con mis pezones para luego recorrer mi vientre hasta llegar al elástico de mi ropa interior y haciendo uso de sus habilidades me despojó de la ropa restante dejándome desnuda. Solté un suspiro en contra de sus labios mientras me acariciaba mi zona sur introduciendo dedos dentro de la calidez que guardaban mis muslos, presionando mi botón de placer solté un suspiro que llevaba su nombre, separando su rostro del mío me veía mientras que sus manos me llevaban por lugares que nunca antes había recorrido, lugares a los cuales daría lo que fuera porque me volviera a llevar, cada suspiro que salía de mi boca tenía su nombre grabado; Ranma empezó a besarme los pechos nuevamente mientras que sus dedos se movían diestramente dentro de mi, sus labios bajaban por mi cuerpo regalándome besos en mi vientre hasta llegar a la parte más íntima en mí.

Sin siquiera pensarlo me besó mi intimidad dándome el placer que jamás imaginé que mi cuerpo pudiera soportar, un calor se extendió por todo mi cuerpo e instintivamente mi espalda se arqueó al momento que mi cuerpo se liberó regalándome un orgasmo utópico.

Ranma se acostó a la par mía, regalándome una mirada llena de deseo y algo que yo pude interpretar como cariño me dio un pequeño beso con una sonrisa en los labios.

Recuperándome parcialmente del letargo en que me dejó me posicioné encima de él para devolverle el placer que me había regalado minutos atrás. Besando su cuello, deslicé mis manos por todo su pecho mientras que mis piernas lo rodeaban por la cadera aprisionándolo debajo de mí, juntando su intimidad con la mía la podía sentir palpitando en contra mía.

De un momento a otro Ranma me tomó por la cintura dejándome de espaldas en contra de la cama, con gruñido se despojó de su ropa interior y se posicionó en medio de mis piernas agarrando su virilidad la introdujo despacio dentro de mi, causando que soltara un gemido de placer en contra de su cuello; estábamos extasiados, bañados en una fina capa de sudor nos entregamos sin tapujos, rodeándolo con mis piernas para sentirlo más cerca nos empezamos a mover lentamente creando un vaivén que nos estaba llevando al éxtasis.

Ranma parecía no saciarse de mí, atacando mi cuello sin compasión alguna y dejando alguna que otra evidencia de la noche que compartimos. Lo sentía palpitante, dulce y profundo; los suaves movimientos se tornaron fuertes disolviendo mi raciocinio por completo me dejé llevar dejando que él tomara el control del acto tan sublime que estábamos realizando. Sus labios sobre mi piel eran adictivos, no podía casarme de ellos, me embriagaban cada vez que los posaba en mí, por donde quiera que pasaban dejaban un camino de fuego en mi piel.

Esa noche me entregué a él, no solamente en cuerpo porque desde que puso sus labios en mi supe yo me estaba engañando, que a quien amaba era él. Mi corazón también se lo entregué sin reservas, yo era toda de él y él era todo mío.

Agarrándolo con fuerza de la espalda sentí como mi cuerpo llegaba al delirio y me dejé elevar nuevamente por el camino del placer gimiendo su nombre; Ranma me abrazó con fuerza por mi cintura y me acompañó sin reservas, lo sentí agitado encima de mi ahogando un gemido con mi nombre en contra de mis labios.

Acostándose a la par mía me abrazó, besándome la cabeza; me sentí en paz. No eran necesarias las palabras para saber que él me amaba, que siempre había sido así. Sin más me dejé llevar por un sueño profundo, protegida en sus fuertes brazos con la esperanza que el día de mañana iba a ser mejor.


Una molesta luz estaba reflejada en mi rostro, no sé cuanto tiempo pasó para que pudiera despertarme, a lo lejos escucha que alguien tocaba la puerta insistentemente. Cuando abrí los ojos, vi el rostro apacible de Ranma quien me abrazaba fuertemente por la cintura.

Alguien seguía tocando insistentemente la puerta, despabilándome por completo pude escuchar bien las voces que venían del otro lado y por un momento sentí morir esto es algo que nunca me lo hubiera imaginado; si en algún momento de la noche de ayer yo pensé que nada iba a salir mal déjenme decirles que me retracto.

Quitando rápidamente el brazo de Ranma sobre mí, me levanté lo más rápido posible para empezar a buscar mi ropa, acción que despertó a Ranma quien no entendía que pasaba, pero los golpes en la puerta no cesaban y fue cuando se dio cuenta palideciendo porque sabía que esto se lo iban a tomar muy en serio.

—¡Mierda! Es mi madre…

NA: ¡Hola queridos lectores!

Sin embargo, espero que la lectura les haya gustado, si les gustó o no les gustó déjenme un comentario, lo apreciaría bastante en este intento de one-shot que salió muy largo y que le falta uno más.

Gracias por tomarse el tiempo de leerme.