Nota:
Con InuYasha y los demás nos referimos a: Kagome, Sango, Kohaku, Miroku, Shippo, Kirara (Myoga estaba escondido entre el pelaje de Kirara sin que nadie lo supiera, para variar…) y, claro está, Kaede también.
Para aclarar cualquier duda que surja, nos inventamos una especie de 'marca' que tienen todas aquellas parejas de cualquier youkai. La 'marca', por así llamarlo, significa que la mujer le pertenece al youkai respectivo (de alguna manera se diferencian). En caso de que la mujer sea una humana, no solo implica propiedad, sino que también les permiten permanecer en una edad apropiada a la de su marido, por ejemplo no va a estar un youkai 'hecho y derecho', por así decirlo, con una pasita como esposa, ni uno que esté todo viejito y cacreco con una jovencita de aspecto de quinceañera.
Por lo tanto, la mamá de InuYasha se ve como de unos 25 a 30 años, a pesar de que le quedan poquitos años para cumplir los 100 (si no nos creen, saquen cuentas).
Esto también se aplica a hanyous de cualquier tipo, por bonito (InuYasha) o feo (no es por ser rata, pero ahí está Jinenji) que sea (esto si se llegan a casar…).
Capítulo 1: La exigencia de Kikyo y el camino de visita
Al inicio de nuestra historia InuYasha y los demás están en la cabaña de Kaede-sama, recuperándose de la dura pero última batalla que tuvieron con Naraku, ya que este al fin había sido derrotado y destruido. Sesshoumaru también había prestado su "ayuda" en la batalla, ya que él también odiaba al demonio con todas sus fuerzas. Al finalizar la batalla, él se había dirigido hacia el palacio en el que vivían InuTaisho junto con Izayoi; pero no sin antes haber utilizado a Tenseiga para revivir a Kohaku, aunque por razones desconocidas para todos los presentes, dado que el chico no era de su agrado.
A pesar de que de todos estos acontecimientos ya había pasado casi una semana, a Kagome comenzaba a extrañarle el hecho de que Kikyo no apareciera por ninguna parte, aunque ello no le disgustaba para nada…
-Oiga Kaede-sama, ¿qué vamos a hacer ahora que la perla está completa y Naraku fue destruido? –preguntó ella, tomando entre sus dedos la joya que pendía de su cuello, algo satisfecha de haber podido al fin sacar esa duda de su mente.
-Pues está claro: tú cuidarás ahora de la perla, ahora ella es tu responsabilidad –dijo InuYasha antes de que la anciana Kaede pudiese abrir la boca para responder a la pregunta de la muchacha.
-De hecho, yo pensaba que lo mejor es que Kagome se llevara la perla consigo a su época y la cuidase allí, ya que corre menos peligro de ser atacada –intervino la anciana Kaede. Lo que no notó fue que ante la sola mención de que algo semejante pudiera pasarle a ella, no solo la mente de Kagome sino también la de los otros comenzó a imaginar una escena tan poco deseada como esa, logrando que un escalofrío recorriera el cuerpo de cada uno de ellos y creando una gran tensión- por un monstruo o algo así. Creo que eso sería lo mejor…
-Pero como se le ocurre decir algo así, Kaede-sama –gimió Shippo.
-¡Feh! Yo no permitiría que algo le pasara a Kagome. Es más, no me separaría de ella por nada de este mundo –volvió a decir InuYasha, cortando con su comentario la tensión que había en el ambiente.
-Pero más te vale que así sea, porque si va a ser como cuando viajábamos en busca de la perla, ¡mejor la cuido yo! –dijo Shippo altaneramente
-Ah, no te pases de listo enano- dijo Inuyasha dándole un golpe en la cabeza, dejando al kitsune pegado en el piso.
-¡¡Buaaaaaaaaaa!! -gritó el pequeño- Kagome, mira a Inuyasha.
-¡Inuyasha, no le pegues a Shippo!... ¡OSUWARI! – le dijo Kagome mirándolo fúrica.
-Ah, ¿Por qué haces eso, Kagome? – dijo el hanyou mientras se levantaba.
-No tienes porque golpear a Shippo. El es más pequeño que tu. "y de todas formas tiene razón"
-Feh, me voy- dijo dando media vuelta y saliendo de la cabaña, altivamente.
-Inuyasha, ¡BAKA! –soltó Kagome cuando él cruzó por la puerta.
-… -silencio, todos miraban la puerta atentamente (como si allí estuviera la cosa más interesante del planeta)…
-…… -más silencio, todos seguían mirando hacia la puerta… (Imagínense lo tontos que debían verse haciendo eso…)
-Oye, Kohaku ¿Podrías hacerme un favor? –preguntó Kaede, mirando al chico y rompiendo el silencio que los envolvía.
-Claro Kaede-obaasan ¿Qué quiere que haga? –le respondió el chico educadamente. Él también había estado mirando la conversación y la pelea que se había llevado a cabo hace solo unos instantes, aunque no había abierto la boca en ningún momento, como había estado actuando desde que Sesshoumaru lo volvió a la vida (todavía no estaba muy normal que digamos… el chiquillo era sumamente callado).
-Pues quería pedirte que me trajeras unas cuantas hierbas que me hacen falta… -dijo la anciana con una sonrisa en su rostro. Las 'cuantas hierbas' resultaron ser varios tipos de plantas medicinales, unas más para la cena y otro poco para algo que no quiso decir K: no vayan a pensar que es vagancia por parte de la vieja… Es sólo la edad.
Tras de que el encargo de Kaede resumía ya una gran cantidad de cosas, al ir saliendo, Kohaku oyó que alguien lo llamaba y se volvió.
-¿Sí?
-¿Podrías también traer algo de leña para la cena? Es que ya casi se ha acabado toda –dijo su hermana jovialmente.
-Sí, claro…
-Arigato, Kohaku.
Luego de esto, el chico salió rápidamente en dirección al bosque donde se encontraba el Goshimboku.
-Saben, creo que sería mejor ir a buscar a InuYasha. Talvez me excedí un poco al regañarlo. –Dijo Kagome al resto- Al fin y al cabo, no me gusta estar enfadada con él.
-Está bien, Kagome. Solo no te tardes mucho. –le dijo Shippou mientras ella salía de la cabaña.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- Con InuYasha, cuando salió de la cabaña…x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
-¿Por qué diablos me hizo eso? ¿Por qué siempre me tiene que decir 'Osuwari' cada vez que hago algo que, según ella, está mal? ¡FEH! ¡Yo no dije nada malo! ¡Tampoco hice nada malo! ¡Solamente le di a Shippou lo que se merecía! –y así se dirigió hasta uno de los árboles que estaban a orillas del bosque donde había pasado 50 años sellado. Todavía murmuraba y maldecía por lo bajo cuando la vió… Una serpiente cazadora de almas revoloteaba cerca de la base del árbol, como queriendo que la siguiera.
-Kikyo… -susurró muy quedito. Saltó del árbol y siguió a la serpiente, adentrándose en el bosque…
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Kagome había buscado a InuYasha por toda la aldea, sin éxito alguno. Entonces se le ocurrió algo…
-¡En el bosque! ¡Allí debe estar! –se dijo a sí misma, felicitándose a sí misma mentalmente por tan buena idea. Se dirigió hacia las orillas del bosque rápidamente, y al llegar…
Kagome pudo ver cómo InuYasha bajaba del árbol en el que se encontraba para seguir a la serpiente blanca que volaba alrededor del mismo (¡¡¡malditas serpientes del demonio!!!)
-Ya se había tardado en aparecer… -susurró la joven para sí- …Y él siempre va con ella…
La joven y hermosa miko deseaba irse con todas las fuerzas de su alma, pero sus piernas parecieron cobrar vida casi al instante, llevándola hacia el sitio en donde se encontraban Kikyo e InuYasha, a pesar de que no deseaba saber de qué estaban hablando… temía saberlo, aunque ya lo sospechaba.
Cuando al fin llegó al lugar (que curiosamente, y para variar, era frente al Goshimboku), encontró que estaba sucediendo lo que temía: Kikyo abrazaba a InuYasha fuertemente… K: ¡Me repugna esta cosa!, S: yo mejor no digo nada, pues sólo será un repertorio de insultos E InuYasha le correspondía con el mismo fervor KyS: ¡grandísimo idiota! ¡Ya sabía yo que aún no estrena el cerebro!!. En vista de que aún no podía hacer uso libre de sus piernas (¡¡¡¿por qué no obedecen cuando se les manda?!!!…Aunque en este caso tienen perdón :), se agazapó en unos matorrales y escuchó…
-¡Vamonos InuYasha! ¡Vamonos Ya! –Exclamó Kikyo momentos después- ¡¡Ya no hay nada que nos una a este mundo!!
Al oír esto, Kagome se sobrecogió y estuvo a punto de taparse los oídos: no quería oír la respuesta de InuYasha… Porque estaba completamente segura de su respuesta…
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Le sorprendió un poco el tono que Kikyo acababa de usar: lo que le dijo no fue una pregunta ni una petición, sino que fue una orden. 'Ya no hay nada que nos una a este mundo' Esas palabras resonaron en su mente: ¿Era realmente cierto que ya no tenía nada que hacer? ¿Qué ya nada lo detenía?... o…mejor dicho, ¿Qué ya nadie lo detenía?... Esa era la pregunta correcta… Pensó en sus padres, en cómo reaccionarían cuando supieran que su hijo había ido al infierno por una promesa K: por una estúpida, ridícula e ilógica promesa u.ú, en su hermano (pero sólo un pequeño momento, porque lo primero que le llegó a la mente fue: '¡¡¡¡¡¡Estúpido!!!!!!') y en sus amigos… pero en su mente solo apareció una imagen: Kagome. Fue ahí donde la duda lo asaltó por completo…
Flash Back
"-Oiga Kaede-sama, ¿qué vamos a hacer ahora que la perla está completa y Naraku fue destruido? –preguntó ella, tomando entre sus dedos la joya que pendía de su cuello, algo satisfecha de haber podido al fin sacar esa duda de su mente.
-Pues está claro: tú cuidarás ahora de la perla, ahora ella es tu responsabilidad –dijo InuYasha antes de que la anciana Kaede pudiese abrir la boca para responder a la pregunta de la muchacha.
-De hecho, yo pensaba que lo mejor es que Kagome se llevara la perla consigo a su época y la cuidase allí, ya que corre menos peligro de ser atacada –intervino la anciana Kaede. Lo que no notó fue que ante la sola mención de que algo semejante pudiera pasarle a ella, no solo la mente de Kagome sino también la de los otros comenzó a imaginar una escena tan poco deseada como esa, logrando que un escalofrío recorriera el cuerpo de cada uno de ellos y creando una gran tensión- por un monstruo o algo así. Creo que eso sería lo mejor…
-Pero como se le ocurre decir algo así, Kaede-sama –gimió Shippo.
-¡Feh! Yo no permitiría que algo le pasara a Kagome. Es más, no me separaría de ella por nada de este mundo –volvió a decir InuYasha, cortando con su comentario la tensión que había en el ambiente."
End Flash Back
¡¡Él le acababa de hacer una promesa a Kagome!! ¡¡¡No podía dejarla así nada más!!!...
-¡InuYasha! ¿Qué vas a responder? –Le preguntó entonces la persona que estaba entre sus brazos.
-Está bien… –murmuró. Un ademán de sonrisa empezó a aparecer en el rostro de Kikyo-…Pero necesito tiempo… –al ver que Kikyo abría la boca para protestar, agregó tras una pausa- …para poder despedirme de mis padres y de mis amigos… –la mirada de la miko de barro aún revelaba ira- …Por favor Kikyo…
-"No es de tus amigos de quien quieres despedirte…¡¡Es de ella!! KyS: ¡¡SÍííííí!! ¡¡De ella!! ¡¡de ella!! ¡¡LALALALALAALA!! ¡¡¿cómo te quedó el ojo, eh?!! ¡¡HAhahahahahahahahaha!!...Perdón, volviendo a la historia…"…Está bien… –cedió al fin Kikyo-…Te daré tres meses para hacerlo. Luego iré a buscarte.
-Gracias Kikyo –dijo el hanyou-. Nos veremos entonces.
Dicho esto, se encaminó rápidamente a la cabaña de Kaede y dejando a la miko completamente sola.
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Kagome quería irse, pero su cuerpo aun no le respondía: seguía obligándola a escuchar, a torturarse a si misma de esa forma tan cruel que solo nosotros mismos sabemos hacernos sufrir.
-Está bien… –murmuró InuYasha luego de una larga pausa.
-"Lo sabía…Él siempre hace todo lo que ella le pide…"… –Kagome estuvo seriamente tentada a gritarle '¡¡INUYASHA NO BAKA!! ¡¡OSUWARI!!' con todas sus fuerzas K: si yo hubiera sido ella, lo habría hecho con muchas ganas y con toda la razón… S: Y no uno, sino tipo la 1ra película, que él quedó en un agujero sin que se viera más que la mano que sostenía la sopa instantánea, pero el descubrimiento de que su cuerpo era suyo de nuevo le agradó más y se marchó de allí lenta y silenciosamente.
Cuando al fin salió del bosque, corrió a más no poder hasta llegar frente a la cabaña de Kaede-sama, donde se detuvo en seco. A pesar de las miradas de extrañeza que le dirigían los aldeanos, tomó aire profundamente, ordenando sus pensamientos y sacudiéndose el polvo y la tierra que tenía impregnados en su ropa y en sus rodillas. Antes de entrar a la cabaña, se puso lo más seria que pudo y, pensando en que decirles a sus amigos, entró.
-Oye Kagome, ¿Qué dijo el baka de InuYasha? –saltó Shippou sin darle tiempo de encontrar algo creíble que decirles.
-Pues…ehm…Yo…No lo encontré –dijo rápidamente, haciendo parecer poco creíbles sus propias palabras. Viendo esto reflejado en los rostros que tenía al frente, repitió calmadamente- No pude encontrar a InuYasha por ninguna parte…
-Entonces… ¿Por qué tardaste tanto en regresar? (¡¡Golpe Bajo!!) –le devolvió Sango con la misma rapidez (Gritos irónicos al fondo: ¡¡Viva Sango!! ¡¡VIVAN las ESTUPENDAS preguntas de Sango!!).
-Err…Yo…yo estaba…"¡¡Algo, algo!! ¡¡¡Por Kami!!! ¡¡Que se me ocurra algo!!...¡¡¡¡YA SÉ!!!!"…Es que yo me detuve a pensar cerca del bosque… –Kagome no se preguntaba si le creían o no; ya lo sabía (con los amigos que tiene…Cualquiera sabe que a veces se tragan cualquier cuento chino, pero nunca se debe estar tan confiado bueno, con Houjyou sí).
-Si no te molesta, Kagome ¿podrías decirnos qué estabas pensando para durar tanto? –Le preguntó Kaede-baba.
-Pues…que talvez usted tenía razón… –las miradas de duda no se hicieron esperar- Me refiero a que tenía razón respecto a lo que debería cuidar de la perla en mi casa, desde donde no corro peligro.
-¡Pero InuYasha dijo que él te protegería! –dijo Shippou quejumbrosamente.
-Pero he dependido casi siempre de él desde que llegué aquí, y no sería justo seguirlo haciendo… –se volvió a ver a la pared- …Sin mencionar que él tiene otros asuntos pendientes…"Seguramente ya se largó con Kikyo al infierno… ¡INUYASHA NO BAKA! ¡¿Por qué siempre me tiene que hacer esto?!"
-"Hmmm, esto me huele mal… K: Lógico, si se trata de Kikyo, siempre apesta Me pregunto qué pensará Sango de todo esto…"Bien, si esa es tu decisión, no somos nadie para intentar cambiarla –dijo Miroku solemnemente.
-¡¿Pero cómo dices eso Miroku?! –Shippou ya estaba al borde de las lágrimas con todo el asunto.
-Sí, su Excelencia ¿Por qué dice algo semejante? –Sango se volvió hacia Kagome, que seguía viendo a la pared como si esta tuviera algo muy interesante- Kagome, no tienes por qué hacer eso. Nosotros podemos protegerte, ¿Por qué tienes que irte? ¡No lo hagas Kagome! ¡¡Por favor!! –la voz de Sango sonaba algo temblorosa.
-¿Qué ustedes me protejan? ¿Qué por qué tengo que irme?... –Kagome ya no miraba la pared, pero su voz se dejaba escuchar débil y temblorosa, y sus ojos brillaban de una forma extraña. De pronto se volvió hacia ellos y, con mucha decisión, agregó- Yo tengo que irme… ¡Porque no sería justo! ¡No sería justo que ustedes arriesgaran su vida por mi culpa! ¡¡Por favor, entiéndanlo!! –Dijo Kagome con firmeza, logrando así que dejaran de insistir. Un 'Me iré por la noche' fue lo último que se oyó en la cabaña.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- 1/2 hora después de la llegada de Kagome x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
-Oigan… ¿Por qué están todos tan callados? –InuYasha los miraba con algo de incredulidad (es que siempre están en tal escándalo cuando él entra, que oírlos callados desde antes de entrar extrañaría a cualquiera), hasta que fijó su mirada en Kagome- Oye…Kagome… ¿Por qué…estás guardando tus cosas?
-La señorita Kagome ha decidido cuidar de la perla en su hogar –le contestó Miroku con una tranquilidad fingida, dado que la joven no se había molestado en detener su faena (pero eso era porque no deseaba ver a InuYasha ni en pintura).
-… ¿Y cuándo te irás?... –siguió InuYasha, luego de una larga pausa.
-Esta noche… –murmuró Kagome sin detenerse.
-Pero… Yo había venido a decirles que iríamos a casa de mis padres… –agregó InuYasha-…para que los conocieran…
La cara de Shippou se iluminó momentáneamente, pero luego se volvió hacia Kagome, al igual que los otros.
-Tú vendrás… ¿verdad Kagome? –Le preguntó InuYasha en voz baja.
-Pues no, no iré InuYasha –dijo Kagome deteniendo su labor y mirándolo fijamente.
-¡Pues si Kagome no va, yo tampoco! ¡No sería lo mismo sin ella!"¡Aunque yo si quería ir! InuYasha nunca nos llevó por cobarde… ¡InuYasha es un estúpido!" –Dijo Shippou, corriendo al lado de ella. Kirara soltó un 'miau' y fue a sentarse a la par de Shippou.
-Kagome, si no va Kirara, no podremos ir Miroku y yo… –Sango la miraba suplicante- Por favor…Ven con nosotros…
Al cabo de un rato de ojos que decían '¡Por Favor!', Kagome se cansó.
-Está bien. Iré –dijo secamente, como si de verdad no quisiera decirlo K: Porque ¿quién querría rechazar tal oportunidad, eh? - Pero eso no significa que no regresaré a mi casa.
-¡Grandioso! Partiremos mañana por la mañana, y si marchamos sin problemas, llegaremos ahí al anochecer –dijo InuYasha.
-Ya traje la leña, Aneue. Y aquí están las hierbas que me pidió, Kaede-obaasan. –Era Kohaku, quien había salido de allí poco antes que Kagome.
-Oye InuYasha ¿Irá Kohaku también? –le preguntó Sango a InuYasha, una vez que su hermano se sentó a su lado. Su mirada se iluminó con la respuesta que le dio este.
-Pues claro, Sango, y…
-Y yo me quedaré sin nadie que me ayude aquí en la aldea –le interrumpió Kaede.
-Si me hubieras dejado terminar habrías escuchado que iba a decir que tú también nos acompañarías, pero ya que insistes en quedarte… –dijo InuYasha enojado y encogiéndose de hombros.
-¡InuYasha! –Kagome lo miraba furibunda y abriendo la boca para sentarle.
-¡¡No Kagome!! ¡¡NO!! ¡¡Yo sólo estaba bromeando!! ¡¡En serio!! –InuYasha prácticamente temblaba de pies a cabeza con la imagen de Kagome envuelta por un aura de fuego.
-Kagome, será mejor que lo dejes en paz… –dijo tranquilamente la anciana que se hallaba allí presente.
-Además… ¡Será mejor dormir! –Dijo algo nervioso, pegando su espalda a la pared y cerrando fuertemente sus ojos- "¡Que le haga caso a Kaede, que le haga caso a Kaede! ¡Que no me lo diga, que no me lo diga! ¡¡Por favor, por favor!!"
La expresión de todos era de completa ironía.
-¡¡Vaya!! ¡Se nota que es 'muuuuy' valiente! –Dijo Shippou sarcásticamente (¡Qué inusual!).
El resto no hizo más que asentir con su cabeza, para luego hacer lo que InuYasha estaba fingiendo: dormir.
x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x- Al otro día por la mañana, en el camino x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x-x
InuYasha iba al frente del grupo, para poder guiarlos y para que no se quejaran de que iba maldiciendo por lo bajo la decisión de Kagome de ir a caballo para acompañar a la anciana Kaede. Miroku, Sango y Kohaku iban montados en Kirara, que iba volando lo suficientemente bajo como para no perder de vista a InuYasha; Shippou iba sobre el hombro de Miroku.
-¡Maldición! ¡¿Quién habrá tenido la maravillosa idea de prestarle un caballo a Kagome?! ¡¡¿¿Por qué ella decidió irse a caballo sin decirme nada??!! Para empezar… ¡¡¡¿¿¿Por qué diablos escogió ir a caballo si yo estoy aquí???!!! –InuYasha iba maldiciendo de esta forma desde que salieron de la aldea…
Flash Back
-¡¡Ya nos vamos!! ¡¡Apúrense!! –Gritaba InuYasha de buena gana- Oye Kagome… ¿Para qué traes ese caballo? Kaede ya tiene el suyo allá –dijo señalando a la anciana.
-Pues porque este caballo es para mí –dijo ella, como si que ella fuera a caballo todos los días (No nos pregunten desde cuando Kagome monta a caballo, solo sabe y punto)
-Pero yo siempre te llevo… –dijo él muy quedito- Además, ya te habías desecho de la carroza de acero, para qué te molestas en conseguirte algo más si siempre arruinas todo.
-¡Vaya! ¡Pero qué buena memoria tienes! Pero yo no le caí a mi bici encima, ni la retorcí, ni le estallé las llantas, ni le di con las SankonTessou, ni con el Kaze no Kizu, ni tampoco destruí medio jardín en el proceso… –le dijo Kagome con un sarcasmo que casi nunca usaba (InuYasha temía que le dijera los 'Osuwari' que no le dio esa vez)- Además… Tú no vas a estar disponible siempre, que yo sepa…
Dicho esto se fue a poner al lado de Kaede, dejando a un InuYasha desconcertado atrás.
End Flash Back
-¡¡Demonios!! –dijo antes de volver a fijar su mirada en el camino.
Más arriba, Sango volvía su cabeza hacia Miroku, o al menos eso pareció.
-Oye Shippou ¿InuYasha todavía sigue maldiciendo? –le preguntó al kitsune que iba cómodamente recostado en la espalda del houshi.
-Hmmm… Sí, todavía sigue maldiciendo. –respondió el pequeño saltando al hombro del monje y haciendo una pausa para escuchar al hanyou (Al fin y al cabo, es solo otra raza de canino, por lo tanto también tiene buen oído).
-Ha estado así desde que salimos. ¡Ahhhh! Debería comportarse. Sólo porque a Kagome se le ocurre ir a caballo para acompañar a Kaede-baba sin haberle dicho nada, tiene que ponerse así –dijo Sango dando un suspiro.
-Por cierto… Me pregunto por qué Kagome-sama decidió ir a caballo… –dijo Miroku, que hasta entonces solo había mirado a Kagome con extrañeza.
-Sí… La excusa de acompañar a Kaede-sama no es muy buena, pero no nos dijo nada que justifique su comportamiento, ni siquiera a mí.
-Comprendo que no quiera hablar de ello con nadie… –intervino Kohaku, viendo a Kagome fijamente y casi con lástima.
-¿Por qué dices eso Kohaku? –Preguntó Miroku, intrigado por el comentario del chico.
-Porque cuando estaba recogiendo las cosas que me pidió Kaede-obaasan, termine cerca del Goshimboku. Allí había una mujer muy parecida a Kagome-chan, sólo que tenía el traje de miko, el cabello más largo y se veía más pálida…como si estuviera muerta.
-Ki-Kikyo… ¡Con razón Kagome se veía así! –Dijo Sango mirando con furia al chico de cabello plateado y orejas de perro que viajaba debajo de ellos.
-Sí… ¡Pobrecita Kagome! No comprendo cómo es capaz de soportar a alguien tan baka como él –agregó Shippou, quien seguía encaramado en el hombro de Miroku.
-Será mejor que continúes Kohaku –dijo el houshi viendo que si no seguía el chiquillo con su historia, Sango iba a terminar lanzándole el Hiraikotsu a InuYasha K: Aunque con justa razón, S: una lluvia de piedras enviada desde esa altura también era buena idea.
-Está bien. Al rato de estar ahí, llegó InuYasha corriendo, luego la saludó pero ella en cambio se lanzó a sus brazos. Mientras ellos se estaban abrazando, pude ver que Kagome-chan los estaba viendo desde mi derecha, escondida entre un arbusto. Luego esa mujer, o lo que sea que sea, le dijo a InuYasha que se fueran ya no sé dónde porque ya nada los unía a este mundo. S: No es por nada pero resultó un poco chismoso el chico, ¿no? Después de un rato InuYasha le dijo que está bien, entonces Kagome-chan salió corriendo.
-Hmmm… Eso explica por qué Kagome-sama quería irse lo más pronto posible a su hogar… –dijo Miroku tomándose la barbilla, para luego volver a ver a Kohaku- Pero allí no acaba todo ¿Cierto?
-Es cierto, Kagome tardó mucho en llegar con nosotros… –dijo Shippou recordando lo que pasó el día anterior.
-Pero InuYasha llegó después de ella con mucho retraso… ¿Qué más pasó Kohaku? –Sango completó la idea del kitsune y se volvió a su hermano menor.
-Pues la mujer esa empezó a hacer algo raro, porque las serpientes que habían a su alrededor empezaron a volar en círculos K: Eso fue algo que no pusimos más arriba. Es que la cosa esta ya se estaba llevando a Inu al infierno, pero por dicha el zopenco terminó lo que estaba diciendo. También se nos ocurrió poner eso porque está siendo visto desde otro ángulo…mejor sigo, pero InuYasha le dijo que necesitaba tiempo para despedirse de sus amigos y de sus padres. Entonces ella le dijo que está bien, que le daba tres meses y luego lo buscaría. Después InuYasha se fue corriendo hacia la aldea y la mujer se le quedó viendo, luego dijo algo así como 'Todo es culpa de ella', la envolvieron esas serpientes raras y se fue volando. Luego terminé de recoger lo que me habían pedido y regresé.
-Oye Kohaku…Si tú realmente estabas ahí, tan cerca de ellos… ¿Cómo es que InuYasha no te olfateó? ¿Ni a Kagome? –Le preguntó Shippou luego de una pausa.
-Es cierto…Ahora que lo pienso bien, Shippou tiene razón… ¿Cómo no los olió a los dos?
-Es que yo ya tenía una buena parte de las hierbas de Kaede-obaasan, que por cierto tenían un olor muy fuerte, así que mi olor pasó desapercibido. Y Kagome-chan estaba escondida en un arbusto con muchas flores, así que tampoco la olió.
Luego de esta conversación, solo prestaron atención al camino. Cerca del mediodía se detuvieron en una aldea que estaba de camino para poder descansar un poco y comer algo. InuYasha solo se puso a maldecir otra vez y se fue a subir a un árbol hasta que el resto terminaran de comer. Fue allí donde Shippou, con algo de ayuda por parte de Miroku, le contó a Kaede-baba lo que había pasado la tarde anterior.
El siguiente tramo de camino fue en un completo silencio, hasta que, cerca del anochecer, InuYasha gritó:
-¡¡Ya estamos aquí!! –dijo dirigiéndose hacia sus acompañantes y deteniéndose cerca de un gran palacio.
-¡¡Waaauu!! –Dijeron todos al unísono (Lógico, InuYasha no)
-InuYasha… ¿esta casota… es de tus papás…? –acertó a decir Shippou entre las exclamaciones de admiración que daba.
-Sip, es de ellos –dijo InuYasha de lo más ufanado. Pero luego, ya más seriamente, agregó- Pero aquí también vive Sesshoumaru.
-Yo no veo qué tiene de malo –dijo Kagome mirándolo- Además, así podremos ver a chibi-Rin-chan otra vez…
InuYasha se guardó la réplica que un comentario así se merecía solo para sí, ya que Kagome 'parecía' no estar de muy buen humor desde el día anterior KyS: Y al grandísimo idiota que tenemos por protagonista nunca le va a dar el maní del porqué de que ella estuviera así!
-Oye InuYasha… ¿Y cuándo vamos a entrar? –le volvió a preguntar Shippou viendo aún el palacio.
-Ehh…pues… yo diría que… –empezó a decir él, pero…
-¡¡InuYasha-sama!! ¡InuYasha-sama!! ¡¡Qué bueno que ya llegó!! –gritó Myoga saltando hasta la nariz de este y empezando a picarlo.
-¡Myoga-jiji! ¡¿Qué estás haciendo aquí?! –le dijo mirando la palma de su mano.
-Pues vino a avisarnos que venías hacia acá –dijo una voz desde la puerta del palacio.
