Recuerdo bien el hermoso día soleado que hacia el día que entre al jardín, el cual había sido mi sueño desde que tenia sentido de la razón. También recuerdo el rostro de mi padre, tan preocupado como siempre. Habíamos discutido sobre este tema algunos meses atrás y solo pude hacerle acceder si le prometía estudiar derecho luego de graduarme como Seed; nuestra relación nunca había sido la mejor pero sabía que el me quería y yo a el:
-¿estas segura de esto Rinoa? -me preguntó con rostro demasiado pálido, se notaba que no había dormido en días por mi culpa. El siempre había sido demasiado sobre protector, al extremo de que mi niñez había sido rodeada de solo niñas y profesoras.
Suspiré.
-no te preocupes papá…es lo que deseo-sonreí. Mi padre siempre me había dado todo lo que deseaba, o al menos todo lo que el pensaba que yo necesitaba…de ahí mi apodo como "princesita".
-si cambias de opinión solo llámame-eso era lo primero que me había dicho cuando accedió. Hasta me quitó el móvil y me dio uno con funciones demasiado extrañas, como rastreo por satélite y cosas por el estilo.
-lo haré-nos abrazamos por varios minutos y un horrible sentimiento de nostalgia invadió mi cuerpo.
-nos vemos entonces-subió al carro y se fue dejándome sola en aquel inmenso lugar.
"todo va a estar bien" pensé
-¡permiso!-una vocecilla se oía desde lejos y también los quejidos de varias personas con las que se tropezaba aquella joven-¡lo siento! ¡Disculpe!-finalmente se detuvo ante mi.
Al mirarla con más detenimiento era toda una mujer, pero su altura y cara la hacían parecer más una niña con cabello castaño corto y ojos color azul mar:
-¡hola!-me saludó y tomo mi mano para agitarla de arriba hacia abajo enérgicamente-mi nombre es Selphie Tilmitt y soy la encargada de recibirte.
-hola-saludé tímidamente-soy Rinoa Heartilly…
-si…ya lo se-se acercó demasiado a mi con ojos examinadores- eres la hija del capitán calway ¿verdad?
Asentí
-ya veo-su sonrisa se torno amigable- el habló con el comandante y nos recomendó tu salud a nosotros…así que ahora pasaremos mucho tiempo juntas ¿no es genial?-empezó a saltar emocionada.
¿Mi padre me había recomendado que me cuidaran? Me abstuve de suspirar.
-Selphie-una voz gruesa y amigable son interrumpió-no asustes a la pobre principiante- era muy alto, con una cabellera castaña que caía por su espalda hasta su cintura atada en una cola de caballo y con ojos de color verdoso claros. Su rostro tenia ciertos rasgos femeninos, pero su porte de "cowboy" lo hacia ver bien-eres la nueva ¿no?-me miró y examinó al igual que Selphie, pero también examinaba mi cuerpo indecentemente-no estas mal-se inclino hacia mi para tomar mi mano y besarla. Me miró amistosamente-soy Irvine…a tus servicios.
Selphie rodó los ojos.
-¿Quién es el que la esta asustando ahora?-me miró sonriente y me atrajo del brazo-mejor nos vamos Rinoa-entrecerró los ojos mirando a Irvine-hay gente por aquí que no es de fiar.
Se me salió una pequeña risita e Irvine hizo una mueca de insatisfacción. Algo me decía que me iba a llevar muy bien con Selphie.
Caminamos hasta adentro y nos detuvimos en el pórtico. El lugar era inmenso, era todo un círculo con divisiones y en la mitad había gran panel donde se hallaba el ascensor. Todo era de colores claros a excepción de las plantas, que eran una bonita parte de la decoración. Todos los estudiantes llevaban puesto un uniforme azul oscuro que tantas veces había visto en las revistas y en televisión:
-¡wow!-fue todo lo que pude decir. En verdad estaba muy emocionada
Selphie me miró sonriente, me pregunté si en algún momento dejaba de hacerlo:
-¡lo se! Yo llevo aquí muchos años y aún así me sigue pareciendo enorme-ambas reímos pero fuimos interrumpidas por el sonido de mi estomago rugiendo. Sentí como se me subía la sangre al rostro y me ruborizaba.
Selphie rió con ganas
-parece que tienes hambre- Recordé que no había comido nada desde el desayuno y ya era más del medio día.
Solté una risita nerviosa.
-un poco…
-¡pues vamos a comer algo!
Selphie salió corriendo y tuve que seguirla para no perderla entre todos los estudiantes. Gracias a Dios que llevaba un vestido amarillo demasiado claro y así podía verla porque su estatura no ayudaba demasiado. Cuando por fin se detuvo casi choco contra ella y me tomo unos minutos recobrar el aliento:
-eres demasiado rápida para ser tan pequeña-dije entre largos respiros.
Ella rodó los ojos:
-pues es precisamente por eso…. ¿que tanto sabes de física?
-creo que no mas que tu.
Rió en voz alta.
-me agradas demasiado Rinoa… ¡ya eres hasta mi mejor amiga!
-¡¿Qué?!-jamás me había ganado la confianza de alguien tan rápido.
"supongo que ella también es mi nueva mejor amiga" pensé:
-¡¿te vas a quedar todo el día respirando o quieres comer algo?!-me preguntó con seriedad fingida-anda…vamos a comprar la comida.
Caminamos hasta la cafetería y nos sirvieron el almuerzo (que no se veía muy apetitoso en realidad, pero ya conocía la comida de los institutos, o por lo menos había escuchado de ella). Nos dirigimos a las mesas y note que Selphie estaba buscando a alguien; de repente salió corriendo de nuevo:
-¡sabia que te encontraría aquí!-la alcancé y noté la presencia de un hombre que tenia la boca llena de comida y que se notaba le costaba masticar. No distinguí si era alto o no pues estaba sentado, tenia el cabello dorado claro en forma de punta, sus ojos también eran azules, pero estos se veían mas claros que los de Selphie y en su rostro tenia un tatuaje en forma de flama, me pregunté si le habría dolido mucho.
-gr….gr….gr….-intentaba hablar pero su boca estaba demasiado llena.
-¡no quiero excusas Zell! ¡Faltaste a la misión de esta mañana!- "¿misión?" me pregunté ¿acaso ellos eran seeds? Eso explicaba el porque no usaban uniformes como el resto de los estudiantes. Entonces me di cuenta que el color de piel de Zell estaba cambiando a verde y de verde a morado.
-creo que se esta atorando-dije algo preocupada.
Zell empezó a golpearse el pecho con su puño y a tomar agua pero nada de eso parecía funcionar.
-¡Zell!-Selphie lo abrazó por detrás y oprimió su estomago con sus brazos; el pedazo de salchicha salió volando por el aire. Estaba fatigado y se lanzó a Selphie para abrazarla de la cintura.
-¡gracias Selph!-gritó, creí haber visto lagrimas pero creo que fue mi imaginación.
-¡aléjate de mi!-intentaba separarlo con sus manos-¡estas todo lleno de comida! ¡Vas a ensuciarme!
No pude evitar la risa, demasiado alta para mi gusto, pero inevitable. Ambos se quedaron mirándome atónitos y Selphie miro a Zell:
-¡te lo dije Zell! ¡Eres un payaso! -Zell se levantó y limpió las boronas de su ropa con sus manos, y luego me acerco una para que yo la estrechara:
-hola…soy Zell, el mejor del mundo en cuanto a pelea física se refiere-sonrió orgulloso. Respondí a si sonrisa y estreché su mano, algo pegajosa.
-Rinoa…un placer-sonreí con naturalidad.
Tomó mi bandeja de comida:
-déjame ayudarte-dejo la bandeja en la mesa y me brindo una silla.
-por cierto…a partir de ahora seré tu guardaespaldas personal.
-¡¿Qué?!
-te lo dije-dijo Selphie mirando al techo con los labios fruncidos.
-¿no confías en mi Rinoa?-preguntó Zell con decepción.
-no es eso…es solo que no creo necesitar un guardaespaldas-baje mi mirada con decepción, todos quedamos en silencio por unos segundos.
-mmmm-Zell se rascó la quijada y sus ojos brillaron con su sonrisa-¡entonces seremos amigos! Los amigos se cuidan ¿no? ¿Puedo ser tu amigo?
-oh…. ¿supongo que si?-pregunté. Sabía a donde quería llegar, quería ser mi guardaespaldas sin que yo lo supiera ¿por quien me pasaba? ¿Por una niña?
Golpeó la mesa.
-¡esta decidido! ¡Tú y yo somos amigos!-De repente Selphie le hecho encima la sopa que tenia en su bandeja.
Zell gritó y la miró con enojo:
-¡¿Qué crees que estas haciendo?!
-¡pues regresándote a la tierra!-dejó su bandeja en la mesa y se sentó también-por un momento sonaste como el comandante…
-¡¿Qué?! ¡Jamás! ¡No me compares con esa basura!
-¿a quien le dices basura Dincht?-aparecieron un hombre y una mujer, me costó algo reconocer que era una mujer pues tenia cierto porte masculino. El hombre era una montaña de músculos llenos de tatuajes y piel morena; la mujer tenía cabello plateado y ojos claros, uno tapado con un parche como de pirata.
-lo que me faltaba…el par de esclavos del comandante-Zell bostezó y desvió su mirada
-¡negativo!-habló la mujer con porte militar-¡nosotros somos los amigos del comandante Almasy!
-bla bla bla-cantó Selphie.
La mujer hizo un gesto de desaprobación.
-en tal caso…el comandante a mandado llamar por la nueva…desea conocerla-me miró como si mirara a la nada.
Zell golpeó la mesa de nuevo:
-¡sobre mi cadáver!
-¡si!-la apoyó Selphie-¡nosotros sabemos bien para que desea conocer a la nueva!
-es orden del subdirector también-todos quedaron en silencio ante sus palabras.
"debe ser muy importante el subdirector…me pregunto como será" me pregunté.
-esta bien-dijo Zell y me miró-Rinoa…sigue a estos dos…y grita si necesitas ayuda… ¡es verdad! ¡Tengo que buscar a Alíe! ¿Dónde estará esa mocosa?- Selphie se hecho a reír y yo me resigne a asentir.
-nos vemos luego-dije. Los otros dos personajes se fueron sin esperar a que les igualara en paso. Caminamos hasta el ascensor en silencio y al entrar me sentí algo intimidada por el grandulón:
-antes de ver al comandante-habló la mujer, como siempre-deberás saber como comportarte ante el…
-¿comportarme?-pregunté.
Asintió.
-trátalo de señor, no te atrevas a reír a menos que te lo permita y no hables si el no te da el permiso.
-oh…-me costó un poco entenderle pues hablaba como para ella misma.
-esta bien.
-negativo….si señor….
-oh….si señor…
Salimos del ascensor y nos encontramos ante tres grandes puertas, la de la mitad era la más grande, le seguía la de la derecha y finalmente la de la izquierda, a la que nos dirigimos. Ninguno de los dos tocó la puerta, simplemente entraron y nos encontramos con una gran oficina, toda llena de afiches de todo tipo y un gran escritorio donde había un hombre, el comandante, supuse.
Era alto, pude saberlo pues aunque el escritorio era inmenso, era apenas para el. Su cabello era dorado puro y sus ojos cristalinos con una cicatriz en medio de ellos. Me pareció muy apuesto. Me sonrió al verme, "que amables son todos por aquí" pensé:
-bienvenida Rinoa-se levantó del escritorio con una mirada orgullosa y una sonrisa amigable-es un placer tenerte por aquí…escuche que eres la hija del capitán de Galbadia ¿Por qué desearías venir a un lugar como estos?-su rostro se tornó serio.
-yo…-estaba congelada, no tenia ni idea de que responder ante eso. Era completamente ilógico que alguien que provenía de una ciudad enemiga quisiera unirse a ellos-yo siempre he deseado estar aquí señor…
-¡nononono!-movió sus brazos como desaprobación-nada de señor…dime Seifer…
-oh…lo siento se….Seifer…
Sonrió con una pizca de arrogancia.
-así esta mejor-se acercó a mi y pasó su brazo por mis hombros-ahora… ¿quieres ser una seed?
-si…es mi mayor sueño-me sentí feliz de sonar segura.
-es un sueño muy difícil de lograr ¿sabes? A mi personalmente me tomó mucho tiempo llegar a donde estoy ¿no es verdad viento, trueno?-miró a los dos personajes que me habían traído aquí, hasta entonces no me había dado cuenta de su presencia.
-¡positivo!-habló trueno.
Seifer soltó una fuerte carcajada y me miró cariñosamente:
-¿estas segura?
-si.
Siguió riendo.
-así se habla….tienes que ser decidida si quieres ser algo en la vida-miro el reloj-ahora…si me disculpas…tengo trabajo que hacer…
-esta bien…muchas gracias por su consejo señor…digo…Seifer.
Sonrió.
-¿Qué te parece si vamos a cenar juntos alguna vez?-su pregunta me dejo fría, pero el parecía de los que iba al grano.
-s…supongo que estaría bien-creo que me empezaba a ruborizar así que salí rápidamente de la oficina y caminé rápidamente hasta el ascensor. Pero este se abrió y un hombre salió de el.
Era alto, pero no mas que Seifer, de cabello castaño oscuro y ojos azules verdosos que combinaban perfectamente con su piel blanca como el marfil; tenía una cicatriz como la de Seifer pero en dirección contraria y me pareció que le lucia mucho más a el que a Seifer. Su cuerpo se veía musculoso, no tanto como viento, pero si bastante. No me miró, estaba leyendo un gran libro y entró a la oficina de la derecha dejándome sola y con la autoestima baja.
Suspiré y seguí mi camino. El ascensor tenía un olor agradable que no había percibido cuando estaba subiendo. Se detuvo en el segundo piso y recogió a una mujer con uniforme de seed, tenia cabello dorado intenso y sus ojos eran similares a los de Selphie: "¿Acaso soy la única que tiene ojos oscuros por aquí?"Me pregunté. La mujer estaba analizando algunos papeles de su plantilla y cuando me miró de reojo parecía sorprendida aunque no pronunció palabra
-¡Rinoa!-Selphie corría hacia mi con una gran carpeta-¿Qué ocurrió?
-hablé con el comandante…me preguntó algunas cosas y eso fue todo.
Selphie frunció los labios, pensativa:
-¿estas segura que fue todo?
-me invitó a cenar-dije apenada.
-¡lo sabia! ¡Sabia que se traía algo entre manos! Se lo reportaré al subdirector-miró la carpeta-¡ah! ¡Si! Mira…aquí esta tu horario de estudio y algunas reglas del jardín…yo debo ir a clases-me entregó la carpeta y camino en dirección contraria a mi sin despegarme la mirada y despidiéndose con la mano-ve a tu habitación…ya todas tus cosas están allí…
-pero…
-¡y ten cuidado con el comandante! ¡No es lo que parece!-entró a uno de los salones de clase con mucha prisa.
-pero…. ¿donde quedan las habitaciones?-suspiré y espere a que el ascensor llegar, de nuevo.
Aunque jamás había estado allí, por alguna razón me sentía cómoda, como en casa.
"Desde pequeña había estado acostumbrada a vivir en soledad, siempre había estado rodeada de gente, pero todo en Deling parecía tan superficial…..tan muerto….y yo siempre sonriendo para tener una imagen en el mundo… ahora de repente llegan todos esos personajes a mi vida y mi sonrisa por fin es real" me dije a mi misma y sonreí involuntariamente "quiero ser como ellos…eso es lo que deseo"
-¡ahhh!-una delgada voz me sacó de mis pensamientos-¡ayúdenme!
Una pequeña niña estaba montando una extraña patineta voladora, al parecer no podía controlarla y venia directo hacia mi. Yo me moví hacia un lado rápidamente para que no me atropellara pero la patineta iba directo a una pared y tuve que correr para intentar alcanzarla. Segundos antes de que la patineta chocara me lancé para agarrar a la niña. La patineta hizo un gran estruendo cuando chocó y todos se acercaron para ver que ocurría:
-¿estas bien?-pregunté.
-si pero….no me dejas respirar-me di cuenta que estaba encima de ella. En un movimiento torpe me levanté y ella quedó sentada en el suelo.
Era demasiado pequeña como para estar en un lugar como esos, pero me sorprendió cuanto se parecía al hombre que había visto en el tercer piso; tenia un largo cabello negro como el mío pero más brillante y su piel era pálida como la de aquel hombre pero con un pequeño rubor en sus mejillas, también tenia su mismo color de ojos y las facciones de su cara se parecían a las de el pero las de ella eran mas tiernas y femeninas. Se levantó y limpió el hermoso vestido color azul que llegaba hasta sus rodillas:
-tengo que aprender a manejar esa cosa-dijo como para si misma.
-¿segura que estas bien?-volví a preguntar.
-¿acaso me veo mal?-preguntó curiosa.
-no pero…pudiste haberte hecho mucho daño…no deberías intentarlo de nuevo.
Bufó.
-no eres nadie para venirme a decir que hacer-sus ojos me miraron fríamente pero luego sonrió amistosamente- gracias por salvar mi vida…te debo una-rió con ternura.
-¡Alíe!-gritó Zell mientras llegaba corriendo-¿Por qué siempre haces eso? ¡Tu padre me va a matar cuando se entere!
-pero nadie le va a contar-lo miró con ojos caprichosos y luego me miró a mi con cierta desconfianza-¿verdad?
Mire a Zell y noté que me suplicaba con sus ojos:
-supongo que no….
-¡bien!-Zell pegó un brinco y se agachó a la altura de Alíe para chocar las manos.
-pero ¿Qué hay de todos los estudiantes que lo vieron?-pregunté
-no hay que preocuparse por eso-dijo Zell en tono tranquilo- ningún alumno habla con el subdirector.
Miré a Alíe sorprendida:
-¡¿eres la hija del subdirector?!-ahora entendía el parecido y porque aquel hombre había entrado a la una de las oficinas del tercer piso.
-así es…y por lo que veo tu eres nueva-me miró con expresión aburrida que me enojó un poco.
-ella es Rinoa-dijo Zell-es la hija del capitán de Galbadia.
Ella me miró detenidamente unos segundos y luego a la patineta destrozada:
-ah……será mejor que recojamos eso o papa se va a dar cuenta.
-¿darme cuenta de que?-una melodiosa, definida y fuerte voz sonó detrás de nosotros, era aquel hombre, el que me había ignorado; y veía acompañado de la mujer que me había sacado del ascensor tan abruptamente. Zell y Alíe se pusieron pálidos, me sorprendió que Alíe pudiera estarlo aún mas, aunque lo único que cambió fue la perdida de su rubor.
-¡papi!-Alíe corrió a abrazarlo y este la levantó en sus brazos.
-hola mi pequeña… ¿Qué a ocurrido aquí?-miró a Zell con desinterés y luego a la patineta destrozada.
-eh…pues…lo que paso fue que…-Zell se rascaba la cabeza buscando una excusa.
-fue culpa mía-interrumpí. Aquel hombre me miró y me congelé al instante. Su mirada era fría y penetrante aunque por un momento pude ver un brillo extraño en sus ojos, como de tristeza-q….quería aprender a manejar una de esas, pero parece que no lo hago bien-reí nerviosa pero el pareció no encontrarle gracia a lo que le decía.
-alguien pudo salir lastimado Rinoa-pronunció con dureza. "¿Cómo sabe mi nombre?" me pregunté. Miró a Alíe-¿estas bien?
Alíe me miraba con los ojos como platos. Le costó segundos poder reaccionar y mirar a su padre:
-s….si-bostezó y le jaló de la chaqueta-papi…-le susurro algo al oído y este le respondió con una mirada que no supe entender.
-Squall-hablo la mujer de cabellos dorados "¿así se llama?" me pregunté, y por alguna razón me pareció el nombre mas maravilloso que hubiera escuchado nunca-es mejor que nos vayamos…
-gracias por cuidar de Alíe, Zell…. -me pareció ver una sonrisa pero en eso me miró como si mirara a la nada -y tu…ten cuidado con lo que haces…puedes lastimar a alguien.
- no te preocupes-dijo Zell-….cuidaré de Rinoa…
-confió en ti-y los tres se retiraron. Alíe se despidió con la mano y nos mostro una gran sonrisa.
-¡nos vemos Alíe!-se despidió Zell. Mi miro sorprendido-gracias Rinoa…no sabes de lo que me salvaste…un poco mas y en estos momentos mi cabeza no estaría pegada a mi cuerpo-rió con fuerza-¿Qué harás ahora?
-debo ir a mi habitación-respondí-pero no se donde quedan….
-¡no hay problema!-me dijo, con sonrisa triunfante-¡yo te guio!
Nos dirigimos a las habitaciones y en eso me dio un pequeño recorrido por el jardín, preste mucha atención pues no quería perderme aunque fuera una nueva, me avergonzaría mucho:
-¿Cuál es tu número de habitación?-me preguntó.
-pues…-revise rápidamente la carpeta que me había dado Selphie-la 501.
-a ver….-caminamos unas cuantas puertas mas- ¡es esta!
-si…gracias por acompañarme.
-no es nada….gracias a ti por salvarme el pellejo-ambos reímos-bueno…ya debo irme…esto de ser un seed es agotador-suspiro de forma graciosa.
-¿eres un seed?-pregunté con curiosidad.
-si ¿no te lo había contado?-negué con la cabeza-pues veras…Selphie y yo somos seeds… ¿De casualidad conoces a Irvine?
-si.
-el también es seed….y la mujer que iba con Squall, Quistis, también lo es…nosotros somos los capitanes del jardín junto con viento, trueno, Shu y Nida, todos desarrollamos un distinto papel en este lugar.
-¿y cual es el tuyo?
-me encargo de organizar las misiones, es decir, soy un estratega junto con Shu…y también soy la mano derecha del subdirector-rió orgulloso.
-oh…. ¿y cual es el papel de Selphie?
-ella se encarga de la parte técnica y mecánica…es una chica sucia-ambos reímos-bueno…ahora si me voy…nos vemos luego.
-adiós-me despedí y entré a mi nueva habitación.
