La sombra del pasado


Kuroko Tetsuya es una sombra invisible, silenciosa e indiferente y el principal jugador fantasma del Vorpal Swords, un grupo conformado por la famosa generación de los milagros y Kagami Taiga. Un equipo creado para vencer a los llamados Jabberwock, jugadores célebres de Estados Unidos, conocidos por ser arrogantes, altos, fuertes y fornidos. Con un estilo callejero excepcional y brusco terminan humillando a sus rivales tratando de romperlos hasta que estos se sientan miserables.


El pequeño peli celeste desde hace mucho tiempo se acostumbró a que lo ignoren, a ser un fantasma que pasa desapercibido al lado de las personas sin ser notado. Cuando acontecía esta circunstancia común en su vida se preguntaba si alguien le importaba lo suficiente como para mirarlo y anhelaba exactamente esa atención, deseaba que al menos un individuo lo viera a través de la oscuridad en la que estaba, a través de su fachada indiferente que solía mostrar para ocultar sus sentimientos.

Quería gritar al mundo para que una persona escuchara su voz en el silencio, sin embargo nadie lo hizo, nadie escucho, nadie se dio cuenta de su soledad, ni de su dolor y quizá a nadie le interesaba lo suficiente para descubrir los secretos de su corazón.

El único ser que realmente confiaba como para abrirse a revelar sus emociones de tal manera era su mejor amigo y compañero de equipo Kagami Taiga, su luz en la oscuridad, su salvador en tiempos de dificultad. El problema era que este se había marchado con su hermano Himuro a Estados Unidos, cabe destacar que se fue en el momento inoportuno cuando más lo necesitaba su sombra.

Posteriormente que el estoico joven se deprimiera por perder a su luz, este tuvo un accidente grave que lo dejo en un estado grave casi en coma por unos meses, sus padres no tenían dinero para pagar la operación completa además de su fragilidad, su mala suerte empeoro lo más seguro es que debía dejar su amado básquet para siempre. Los doctores no le dieron esperanzas parecería que se dieron por vencidos con su caso.

El hombre fantasma se sentó en una fría habitación sin saber qué hacer por varios días, el básquet significaba todo para él, nada más importaba y nada más le hacía feliz. La noticia de su lesión le perturbo mucho, se dio cuenta que quizás no podría volver a jugar nunca más, eso le preocupaba y angustiaba.

Por desgracia su luz se había ido antes del infortunado incidente como para ayudarle a sobrellevar la situación y la soledad. Hace más de un año en un día lluvioso este se marchó, recuerda esa fecha con exactitud porque después de ese momento nada fue igual, no superaba aun esa pérdida que le dejo un profundo dolor.

Después de las practicas, Kagami simplemente le dio la espalda – Mañana me voy Kuroko

Esa noticia lo sorprendió. Tetsu apretó los puños con fuerza y murmuro con una voz amarga — ¿Te vas? ¿Dónde? ¿Qué pasa con el equipo?

— Tatsuya, Alex y yo decidimos regresar a Estados Unidos.

"Es verdad te vas con las personas que más quieres mientras me dejas. Sigo siendo nada menos que una sombra para ti, no era importante después de todo pensé que eras diferente me equivoque, al menos te despediste de mi"

— Así tan de repente.

Quiso gritarle "¿Qué hay de mí? ¿Qué pasa conmigo? Acaso no significo nada para ti" sin embargo se quedó callado.

— He estado haciendo planes desde hace tiempo.

Kuroko se molestó al escuchar eso y con toda la razón— Debiste decirme antes.

— ¿Para qué? –Dijo este despreocupadamente

Eso realmente hizo sentir al jugador fantasma miserable como si a Kagami poco le importara lo que él sintiera. — Soy tu amigo, al menos eso creía.

— Te estoy diciendo ahora. –Dijo Taiga— "Sé que eres el último en saber porque para mí es más difícil despedirme de ti"

— Entonces ¿Cuándo volverás?— Añadió con tristeza la sombra

El tigre parecía afligido — No sé, allá en Estados Unidos hay más oportunidades puedo tener una beca e ir a una buena universidad. Supongo que esta es una despedida.

El pequeño estaba destruido — Pensé que estaríamos juntos.

"Me olvidaras eso soy para todos un cero a la izquierda, tu eres el único que me hacía sentir como alguien valioso"

Kuroko bajo la cabeza con suma pena, melancolía y pesar como si fuera a llorar en cualquier momento. Era difícil respirar y no sollozar delante de su luz, no sería vulnerable, juro nunca más quebrarse delante de alguien.

Kagami movió el cabello del peli azul para luego con ternura acariciar su mejilla de forma suave— No te preocupes, siempre serás mi sombra. Aunque estemos lejos, yo no voy a olvidarte

— Siempre serás mi luz, yo tampoco voy a olvidar a Kagami-kun

El pelirrojo añadió con delicadeza— Voy a extrañarte pequeño…. Creo que ya es hora de irme.

— ¿Nos veremos de nuevo?— Dijo con duda el fantasma, dando un paso adelante

— Sé que estarás bien porque eres fuerte, la persona más fuerte que conozco. Me has enseñado valiosas lecciones, eres y siempre serás importante para mí. Prometo que algún día volveremos a jugar juntos contra el mundo.

"Este no es un adiós, es un hasta luego."

"Me alegro de a verte conocido."

Kuroko había prometido a Ogiwara que ellos volverían a jugar en una cancha de baloncesto sin embargo sabía bien que las promesas se rompen y no se cumplen. Nunca volvió a tener comunicación con ese extrovertido y alegre chico que apreciaba tanto, su misma inspiración. Tuvo miedo que pasara lo mismo con Taiga, había una posibilidad de que jamás se volverían a ver, sus lazos se cortarían igual que paso con su amigo de la infancia.

"Siempre pierdo a las personas que más quiero"

Susurro como si sus palabras se las llevara el viento— Algún día…

El tigre le sonrió mientras se iba, Kuroko deseo poder decirle que se quedara, tomar su mano para detenerlo, abrazarlo fuerte vociferando cuanto lo necesitaba en su vida pero no era egoísta no iba a permitir que sus sentimientos intervinieran en el bienestar de su amigo.

Y ahora estaba solo.

Extrañaba a su luz, todos los días pensaba en él.

El accidente lo había hecho más frio y más triste como una persona vacía que reprime su dolor. De igual manera no quiso preocupar a sus amigos hablando sobre lo que pasaba así que decidió ocultar su estado de salud y sentimientos para no ser tratado diferente, ni molestar.

Nadie sabía sobre su grave condición que le impedía jugar de nuevo el básquet y aun así su vida corría peligro al fingir que todo estaba bien cuando se le caía en pedazos la mentira. Kuroko quería jugar con la generación de los milagros de nuevo aunque eso le costara caro. Después de sufrir por perderlos, lo que más deseaba en el mundo era disfrutar de su compañía, quizás Kagami se había ido lejos dejando su corazón roto, no obstante aún conservaba Daiki como su luz, tenerlo a su lado lo hacía sentir un poco mejor, podía recuperar su amistad perdida, esa era una de las razones que lo impulsaban a seguir adelante en medio de la tempestad.

El jugador fantasma iba al hospital casi todos los días a escondidas, le parecía totalmente inútil ir clandestinamente cuando su cuerpo no resistía, era débil, era inútil siempre lo supo. Cada día moría un poco más a lo mejor el baloncesto era lo único que lo hacía sentir vivo.

No le importaba el dolor.

No le importaba ser invisible para todos.

No le importaba nada más que jugar con sus amigos.

Cerrar los ojos escuchar el sonido de los zapatos, el olor, la sensación de transformarse en una sombra invisible y ser útil para alguien.


La generación de los milagros notaron que Kuroko estaba volviéndose lento, que respiraba con dificultad y si querían ganar contra los Jabberwock debían ser más fuertes. Para lograr su objetivo hacía falta más que ganas de triunfar. Ellos no imaginaban que la sombra se mataba en cada entrenamiento, que su cuerpo se destruía poco a poco, que lo único que lo mantenía en pie era su voluntad y deseo de estar con ellos. Ninguno de los miembros milagrosos sospecho el sufrimiento que Tetsuya debía pasar todos los días por culpa de su accidente de esas heridas y lecciones porque tan siquiera estaban enterados de ese suceso, el pequeño lo guardó en secreto.

El papá de Kuroko le prohibió jugar pero este le expresó que esta era la última vez, la última competición junto a su viejo equipo, quería sentir de nuevo esa nostálgica sensación, pasar de nuevo el balón a Aomine su viaja luz, después de encestar chocar el puño, que Kise lo abrazara al ganar, que Akashi le sonriera, que Midorima se acomodara sus lentes mientras que fingía indiferencia, Momoi apoyándole y Atsushi moviera su cabello con brusquedad.

Extrañaba esos pequeños detalles.

El tiempo junto a los milagros era lo más valioso y quería preservar cada instante en su mente y grabarlo dentro de su alma. Deseaba tanto jugar nuevamente con esos fabulosos jugadores que brillaban con intensidad después de lo que había pasado cuando eran jóvenes Kuroko era feliz de volver a estar en el mismo equipo con sus amigos, sintiendo el viento en la cara y las flores de cerezo caer.

Había recuperado la amistad de la generación de los milagros y eso en gran parte gracias a Kagami. Vorpal Swords era uno de los mejores equipos de Japón y habían ganado contra los oponentes más fuertes inclusive cuando Kagami estaba haciendo equipo con ellos pudieron vencer a Jabberwock, su máximo rival liberado por el despiadado capitán Nash Gold Jr, un tipo arrogante, molesto que se creía mejor que todos y claro era bueno jugando básquet callejero, no había que negarlo tal hecho evidente. Físicamente era intimidante, alto, musculoso, atractivo y rudo para su propia edad. Era un ser que destilaba talento y a la vez demasiado soberbio para su propio bien.

Nash venia de Estados Unidos, era un caprichoso millonario bravucón y toda su vida la dedico a humillar a sus rivales, nadie era superior a él, pisoteaba a los débiles sin piedad por esa razón cuando perdió por primera vez en su vida se llenó de odio y juro vengarse de esos engreídos milagros.

Cuando vio pasar al más pequeño de los jugadores de repente se dio cuenta del potencial que el chiquillo tenia. El peli celeste podía servirle para lograr su desquite, era un plan malvado que se tenía reservado como un arma secreta, darle a la generación gorila donde más les duele. Ellos querían a Kuroko, se notaba ese amor y si lograba que el pequeño atrevido se uniera a su equipo destruiría la moral de esos tipos.

Su lindo juguete sería un arma de doble filo que se revelaba contra ellos.

En el primer momento que vio a Tetsuya dando un discurso tonto, tratando desesperadamente de hacerlos entender lo mal que estaban con su pésima pronunciación del inglés y absurda valentía sin embargo eso llamo la atención del capitán, también encendió su ira como nadie nunca lo hizo.

¿Cómo osaba un pequeño mocoso a fastidiarle?

¿Cómo se atrevía a decirle que tenía que hacer?

Así que simplemente lo golpeo, lo pateo, lo agarro del pelo con fuerza pretendía enseñarle quien mandaba, no un ingenuo infante que decía ser jugador, lo observo de frente se sintió más enojado cuando vio esos ojos celestes encendidos, llenos de una pasión y fuego. El enano podía ser frágil pero tenía un aura intensa casi quemaba de ardiente que era.

Nunca había visto una persona como él

Era especial.

Por supuesto no contaba con que la criatura tuviese amigos sobreprotectores, unos jugadores con cabello multicolor parecía que no les gustaba que tocaran sus cosas porque lucían bastante enojados por haber perturbado a su mascota. Nash se rio de esos hombres y no entendió el apego que tenían con ese infante incluso se arriesgaban a pelear contra sujetos más fuertes que ellos quizás porque el niño era inocente, ingenuo, posiblemente demasiado tierno como un adorno bonito en el equipo aunque bien los tipos pequeños, débiles debían ser remachados y destruidos. ¿Por qué este era diferente?

A pesar de ser poderosos todos esos talentosos jugadores parecían querer y defender al enano. Lo apreciaban, que interesante finalmente vio esa debilidad latente en los invencibles japoneses.

Entonces Nash lo vio jugando en ese momento cambio de opinión, se dio cuenta quien era el jugador fantasma, todo el potencial que tenía. No solo se interesó en el extraño sujeto con aura apasionada, lo codiciaba para su equipo. Ese chico era un diamante en bruto, una joya preciosa en manos de fracasados nunca iba a surgir, lo quería para él aunque no era fácil tener a ese niño en su equipo cuando este sonreía y parecía tan feliz jugando con sus amigos o quizá esa situación podía cambiar dada la oportunidad ese hombre con poca presencia seria suyo, lo tendría en su equipo, se lo quitaría a esos jugadores mediocres que no lo merecían. Cuando estuviese en sus manos lo haría convertirse en una máquina del básquet no un lindo distractor que sabía trucos de magia.


El tiempo paso después de que Kuroko tuviera el accidente cambio por completo su aptitud y su personalidad, no volvió a sonreír como antes, lo peor es que a generación de los milagros parecía enojada con él por no ser eficiente, Kagami se había marchado y eso realmente le afecto no solo en la manera de jugar si no que este era su apoyo.

Los Vorpal Swords se enfrentaron de nuevo contra sus enemigos, llego la revancha de los arrogantes, los jugadores pandilleros querían aplastar a sus rivales y lo hicieron. La generación de los milagros no quería perder pero lamentosamente ese día lo hicieron todo porque Kuroko estaba con demasiado dolor para jugar bien, eso ellos no lo sabían pesaban que la sombra simplemente no se esforzaba en ganar, había perdido su magia.

Culparon al pequeño por perder.

Tetsu dio todo de sí, sabía que tal vez después de esa fecha no iba a poder seguir adelante, sus lesiones eran peligrosas, estaba roto y de seguro dejaría el basquetbol. Por eso sería valiente, ese día enfrentaría a sus amigos les diría la verdad sin embargo no deseaba hacerlo porque aspiraba a quedarse con estos aunque le doliera cada parte de su pequeño cuerpo, aunque la actividad física lo asesinara lentamente lo haría con gusto si eso significaba estar cerca de ellos, disfrutar los últimos días de libertad a su lado, es lo que decidió hasta que terminara el torneo internacional. Deseaba tanto compartir los últimos instantes de alegría, el dolor aumentaba cada vez que caminaba, cada vez que brincaba y soportaba el sufrimiento no obstante el malestar no simbolizaba nada cuando jugaba una vez más sonreía solo en ese instante inclusive si el sufrimiento llenara su ser, era feliz.

Estar con sus amigos le hacía sentir que era visible, que era un ser valioso para alguien.

El fantasma camino lentamente cerca de la entrada donde los demás se estaban mudando, iba a ingresar al vestuario, abrió un poco la puerta. Se detuvo sin embargo antes de ingresar a esta habitación, escucho algo que rompió su corazón. La generación de los milagros estaba enojada, era la primera vez que perdían como equipo de alguna forma todos terminaron culpando a Kuroko por lo que paso, obvio este era lento y dejaba que el enorme, musculoso enemigo se llevara la pelota.

Perdieron contra su peor enemigo fueron humillados completamente inclusive sus rivales se rieron, se burlaron y les restregaron en sus caras su evidente victoria. El jugador más valioso que tenían había cambiado drásticamente ahora era inútil, GOM ya no quería tenerlo más en su equipo porque sentían que era un bueno para nada últimamente no funcionaba más, estaban molestos por perder contra esos desgraciados Jabberwock.

— No podemos tenerlo más en nuestro equipo, hemos perdido por su culpa. Esos tipos pasaron el trapo por nosotros creo que si no estuviera él todo sería mejor.

Kise añadió como un niño caprichoso que no ambicionaba que le quitaran su juguete– No quiero que se vaya Kurokocchi.

Aomine respondió completamente irritado – Está fracasando, ya ni si quiera es mi sombra, se ha vuelto inservible. No puede pasarme el balón sin cansarse, vomitar o caer, está bien cuando era un novato pero ya no lo es….Como vamos a tener a un jugador que no sirve para algo, es nuestro punto débil.

El enemigo se aprovechó de que Tetsu estaba enfermo y de sus lecciones para ganar.

— Quizás le hace falta Kagami.

— Cállate. Tetsu también es mi sombra, esto no tiene nada que ver. Obvio yo soy mejor luz que bakagami. — Grito alterado— Daiki

Kise respondió – Claro que si….Kurokocchi, parece triste últimamente.

Kuroko había estado desconsolado desde que Kagami se marchó, se había despedido con lágrimas en los ojos que caían en el hombro de Aomine, ya que este tuvo que quedarse a consolarlo enojado porque su pequeña sombra lloraba por un idiota.

El capitán Akashi murmuro – Tienen razón. Tetsuya es improductivo es peor que un jugador débil promedio, perdimos por su culpa y ya saben que si un jugador me hace perder debe ser sacrificado desde hoy voy a sustituirlo por la versión mejorada Chihiro Mayuzumi, ya lo conocen.

Kuroko sintió como su corazón se destrozaba cuando escucho ese nombre, lo iba a sustituir por ser débil. Un juguete que está roto ya no puede servir más, debió saberlo lo estaban usando como una cosa sin valor aparente si no era para ganar iba para la basura. ¿Eso era todo ser utilizado y votado cuando no funcionaba?

¿Qué pasaba con la amistad?

Solo lo reemplazarían sin contar con su opinión, sin decirle, sin tomar en cuenta sus esfuerzos, sin echar de ver que cada parte de él se destruía en ese momento.

¿Por qué?

Jugar básquet era lo único que tenía y se lo iban a quitar, nadie más lo aceptaría, ya estaba quebrado.

Su amistad no importaba, solo era ganar. Pensaba que ellos habían cambiado, les dio una segunda oportunidad y ahora se daba cuenta que estaba equivocado. Seguían siendo los mismos arrogantes, ingratos, egoístas, crueles, tanto criticaban y odiaban a Nash cuando ellos eran iguales o peores. Su esfuerzo para que en sus ojos brillara la pasión no significaba nada, la dedicación para que sus "amigos"vieran el básquet de una manera diferente, mostrarles su estilo y ser reconocido por ellos no funciono.

No cambiaron.

Todo fue en vano.

Probablemente lo que más anhelaba era ser aceptado por la generación de los milagros sin embargo nunca sería como ellos, no tenía talento.

Ellos lo veían como un estorbo.

"No me aceptarían nunca fui un milagro."

— Debes pensarlo bien Akashi –Añadió— Midorima

— Perder me da ganas de aplastarlo –susurro— Atsushi

El emperador sonrió— Lo he pensado seriamente, Tetsuya comparado con Chihiro es una basura. Además es demasiado sentimental llora por todo ¿Cómo ganaremos con un inútil en nuestro equipo? Es demasiado débil como una frágil princesa, saben que me da asco los débiles y eso precisamente se está convirtiendo, ya no es como antes él debe irse para poder ganar.

Aomine respondió – Tienen razón, el básquet no es para princesas pero Tetsu no era así parece débil últimamente, ni si quiera puedo abrazarlo…

Cada palabra parecía doler más que sus heridas, más que sus fracturas.

Midorima añadió –Si es tu decisión sabes que ninguna vez estuve de acuerdo con que entrara en nuestro equipo en primer lugar aunque lo acepte como compañero de equipo, si sigue así solo nos estorbara.

— No, no podemos hacerle algo así a Kurokocchi, el ama el básquet. No deberíamos quitarle eso, simplemente decir que lo vamos echar porque se ha vuelto malo últimamente sería cruel y desconsiderado de nuestra parte. Se trata de nuestro amigo….

— Lo dice la persona que no quería estar cerca de él por ser demasiado débil.

— Eso fue en el pasado. Algo debe estar pasándole Kurokocchi, siempre es un buen jugador incluso nos venció a todos nosotros estoy seguro que debe haber una explicación.

— No fue él, fue Kagami el que nos venció y ese equipo. Kuroko Tetsuya ya no es útil debemos deshacernos de él por una simple razón ganar a ese engreído Nash.

Los Kiseki se quedaron en silencio como si aceptarán ese hecho.

¿Acaso quería decir que todos estuviesen de acuerdo en expulsarlo y poner un sustituto para ganar a escondidas de él?

Después de escuchar como conspiraban en su contra, el jugador fantasma no pudo más sin caer llorando al suelo, sus lágrimas se derramaban sin cesar y nadie podía consolarlo. Ellos querían suplantarle por alguien mejor, echarlo como si fuera porquería, todo el tiempo que pasaron juntos no era importante.

"¿Cómo eran capaces de decir esas cosas?"

"Ellos decían ser sus amigos y lo apuñalaron por la espalda". Nigou trato de reconfortar a su amo aunque no pudo, la tristeza era profunda.

"Ellos no me necesitan."

"Ellos no me quieren."

"Me odian por ser un perdedor."

"¿Eso es lo que soy? Si fuera fuerte, ya me hubiera recuperado sería aceptado por mis amigos."

"No soy un milagro"

Kuroko no dejaba de llorar, corrió para que nadie lo viese vulnerable, débil, quedándose con las palabras crueles de personas que apreciaba, se sentiría humillado, no sabía qué hacer todo parecía tan oscuro y tenía miedo de enfrentarse a uno de sus supuestos amigos después de escucharlos hablar mal de él, el daño estaba hecho, se infiltraba en su piel más que el físico el puro dolor venia del alma.

Siguió corriendo para huir de su sufrimiento, de las palabras, de sus propios turbios sentimientos hasta que sin querer choco con el intimidante capitán de Jabberwock, él tipo que la generación de los milagros más odiaba, su máximo enemigo.

Se avergonzó de que lo viera mientras lloraba, estaba rojo por la fiebre que empezaba a sentir y respiraba agitadamente— ¿Estás bien niño? - Fue lo último que escucho Kuroko antes de desmayarse en brazos de su rival.


Saludos lectores les agradezco por tomar el tiempo de pasar por aquí.

No duden en comentar lo que piensan, ideas, sugerencias y opiniones. Todo lo que ustedes me digan lo tomare en cuenta para mejorar y darme ideas.

Resumen: El mago de Jabberwock quiere vengarse de la generación de los milagros y que mejor manera de hacerlo que usar al jugador fantasma en su contra. Aprovechando que Kuroko tiene una lesión que le impide jugar basquetbol, Nash le ofrece resolver todos sus problemas firmando un contrato con él pero fraternizar con el enemigo significa traición.


Soy nueva en el fandom este es mi primer fan fiction que hago de Kuroko no básquet espero que sea de su agrado, no sean duros conmigo aveces tengo mala ortografía aunque trato de no equivocarme, público cuando tengo inspiración estoy escribiendo en otro fandom pero quise hacer esto antes de perder la idea probablemente sea largo no tengo planeado cuantos capítulos tampoco quiero extenderlo tanto.

Los personajes no me pertenecen, ni las imágenes correspondientes.

Sucede después de los acontecimientos de Extra game.