Esto es lo que pasa cuando deberías estar empezando a estudiar. Retas a RukiaU a escribir cada una algo antes del 30 de Julio a pesar de que no tienes ideas. Oyes un anuncio en el Spotify con una canción de Shakira de fondo y ¡ala! Tu inspiración decide que es momento de jauja y de darte ideas. La odio cada vez más.

Se avecina comedia romántica al más puro estilo Julia Roberts. Con momentos de drama cómo es natural en mí. Pero tranquilas, que tampoco va a morir nadie. Lo mismo yo cateo en septiembre pero nada más grave. xDDDDD

Advertencias: Yaoi, lemon, drama, comedia, romance, ruptura de corazón nada más empezar. Mina/Ita, NaruSasuNaru e Itachix(?). No os lo voy a decir para no chafar quien es. Soy así de perversa.

Disclaimer: Si Naruto fuese mío, Itachi sería James Bond y a la vez estaría casado con Minato. Sería para mí una existencia tan feliz :3.


Capítulo 1: Huyendo de un recuerdo.

-Lo siento, Itachi.

El joven se tomó esas palabras cómo una burla. Se soltó de las manos que aferraban sus brazos y miro con fiereza al hombre puesto ante él.

-No digas que lo sientes- respondió él con los dientes apretados con fuerza y a punto de echarse a llorar-. Te aseguro que no lo sientes. Lo que siento ahora…No lo sientes…

Su padre se lo había prohibido. Y su madre se lo había advertido. No te enamores de un hombre mayor.

No les hizo caso.

Y ahora lo estaba pagando con el dolor más grande que había sentido en su vida.

Ignoró los avisos que le habían enviado sus amigos. Kakashi le dijo que le había visto con una mujer y una cría de compras por el centro comercial. Y él lo ignoró. Deidara le pidió que no se dejase llevar tan rápido. Que si quería ser feliz lo meditase.

Nunca hizo caso a ninguno de ellos, y ahora le venía el castigo.

Pero es que cuándo le veía, aunque fuese de lejos notaba que su corazón comenzaba a bombear con violencia. Cuando se cruzaban las miradas notaba escalofríos que le recorrían la espalda por completo y nada más en ese mundo existía.

Bajó la mirada para evitar que el otro le mirase. Le había soltado los brazos pero seguía tercamente a su lado.

Necesitaba salir de allí. Y eso fue lo que hizo, dejó al mayor allí plantado con un palmo de narices y salió corriendo.

Y aunque él intentó contactar con Itachi, el orgulloso Uchiha eliminó todo lazo que aún le uniese a él.

Huyó. Cómo cualquier persona racional hubiese hecho.

Huyó de él y de todo el amor que siempre sentiría por él.

OooOooOooOooOooOooOooO

Cinco años después.

Naruto nunca había visto un coche tan elegante y tan rápido como el que acababa de parar frente a la casa de Sasuke. Se quedó parado en mitad de la acera, cuando se disponía a cruzar y lo vio aparecer. Era grande. Cómo nunca antes había visto ninguno. Seguramente a Sasuke no le resultaba tan extraño que apareciese un coche así de grande enfrente de su casa, pero incluso él, teniendo un padre bastante conocido en el ámbito social se sorprendería al ver ese coche.

Sin poder evitarlo, se acercó al coche admirándolo. Reconocería el coche en cualquier parte incluso sin mirar nada más que la forma del mismo. Era un volvo XC90. Color negro. Era una preciosidad de coche que tenía siete plazas, aunque si fuese sólo para una persona él sería el primero en comprarlo.

Así eran según la opinión de Naruto cómo debían ser los coches. Si ibas en un coche aplanado y chato le daba la sensación de ir asustado en medio de los demás coches. Miró de nuevo a través de la ventana delantera, cuando oyó una voz conocida.

-¿Usuratonkachi?

Naruto se levantó como un resorte, con una graciosa mueca ladeada en la boca y las manos en los bolsillos, haciendo que chocasen las monedas que había dentro de ellos.

Sasuke le miraba, vestido ya de calle en vez del uniforme con una ceja enarcada.

-Dime por favor quien es el genio que tiene este coche como compañero de carreteras.

El Uchiha parpadeó sorprendido sacando unas llaves del bolsillo y enseñándoselas a su amigo. Naruto se quedó boquiabierto, señalando a Sasuke que le miraba con cara de auto-suficiencia.

-Pe-pe-pe-pe-pero… ¿Tu padre no tenía un Toyota?

-Y sigue teniendo un Toyota. Éste coche es de mi hermano, Itachi.- Miró extrañado a su mejor amigo-. No sabía que te gustasen tanto los coches. Pero a mi hermano le gustará que le consideres un genio. Para ser alguien callado es muy altanero.

Naruto volvió a apoyar la nariz en la ventana, dejándola un poco llena de marcas de piel. Sasuke le iba a llamar la atención, pero otra persona se le adelantó.

-Me alegra que te guste, pero también me gustan los coches limpios…

Por segunda vez en menos de tres minutos, Naruto dio otro respingo, fijándose en el recién llegado. No cabía duda que era un Uchiha. Respiraba arrogancia, seriedad y elegancia por todos los poros de su piel. Eso era un decir, porque aunque estaban en mayo y el sol comenzaba a pegar con potencia, el joven llevaba un Armani con la misma tranquilidad que si llevase un chándal de pantalón corto y una camiseta de media manga. Las gafas de sol ocultaban sus ojos, pero se podía entrever que tenía unas ojeras bastante grandes. Una vez se quitó las gafas pudo admirar ese rostro pálido en todo su esplendor. Las ojeras no le afeaban en absoluto, sino que realzaban la belleza natural de ese rostro marfileño.

Naruto balbuceó, desconocido para sí mismo y estrechó una mano a Itachi.

-Naruto Uzumaki, todo un honor.

Se sobresaltó cuando Sasuke se colocó a su lado y carraspeó, como intentando reclamar su atención.

-No te comportes como un completo dobe, usuratonkachi.

-Y tú no te pases, teme. No paras de picarme, dattebayo.

Cómo tenía aspecto de que la pelea iba a durar una eternidad, el mayor les invitó a llevarles a algún lado y así discutían sin pasar calor.

-¿Adónde vamos?- preguntó Itachi mirando a Sasuke por el retrovisor, Naruto se había empeñado en ir en el asiento de copiloto porque, según él, "un coche cómo ese no podía disfrutarse en el asiento trasero. Era imprescindible que fuese sentado en el delantero".

Una vez les llevó al centro de Konoha, Itachi se dirigió a su propio hotel.

Nunca había soportado estar mucho en su casa, esta vez tampoco iba a ser una excepción. Mañana tenía reunión con su editora. Habían quedado en la propia habitación del hotel en la que el Uchiha iba a dormir.

Una vez llegó al hotel y subió a su habitación pudo quedarse solo de nuevo, haciendo que los recuerdos le asaltasen. No quería que eso ocurriese, así que se duchó y se fue al bar del hotel, a ver si conocía a alguien interesante.

Cinco copas más tarde, Itachi seguía igual de sólo que al principio de la noche. Y el alcohol apenas había hecho mella en él. Dio una calada a su cigarro y se percató de que el camarero le estaba mirando.

-¿Qué pasa?- preguntó el Uchiha más por aburrimiento que por interés.

-Estaba pensando en que podría tener de atractivo usted.

El Uchiha reaccionó atolondrado. Levantó la mirada de la barra del bar, con el ceño fruncido.

-¿Perdón?

El otro le sorprendió poniendo una copa delante de él y señalando al otro lado de la barra.

-Le invita aquel hombre.

Y al girar la vista Itachi supo que no debería haberlo hecho.

El hombre en cuestión era el más atractivo que había visto en mucho tiempo, y eso que había vivido durante más de cuatro años en la capital del país. Tenía un rostro cuadrado y moreno, que seguramente era el más masculino de todos los hombres que había en ese bar. Sus ojos parecían guardar todo el mar del mundo, pues eran del azul más claro que nunca había visto y se centraban en él como si fuese un desafío. Los labios que bebían de la copa eran finos y sensuales, tanto que Itachi sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo solo de pensar las maravillas que podían hacer. Su pelo era rubio cómo el sol y más alborotado imposible. Había algo en aquel hombre que le resultaba familiar y no acababa de saber el porqué.

La única pega que le podía ver a ese dios rubio era que tenía pinta de ser mayor. Lo que significaba un polvo y punto pelota. Desde aquel día no se había vuelto a mezclar en una relación carnal recurrente con ningún hombre mayor de 30 años. Era un poco difícil porque los que le llamaban la atención eran casi siempre de éste tipo. Pero no dejaba de ser interesante porque siempre de los mayores aprendía algún truco.

Oh sí. Iba a pasar una buena noche en brazos de ese dios que se había cruzado en su camino.


Cada vez que no dejas review ponen más relleno a Naruto.