ALGO MÁS QUE AMIGOS

Nota: Lo k esta en negrita son los pensamientos y lo que esta (entre paréntesis) son mis comentarios y sin más al fic.

Capítulo 1: Reencuentro (primera parte)

¡Eres un zoquete Tsuzuki!

Gomen Tatsumi, pero es que me manche desayunando y tuve que cambiarme de ropa. Por eso llegué tarde.

Tsuzuki… ¡llegas dos horas tarde!

Pero es que después quemé la ropa que estaba planchando y al final tuve que lavarme la ropa y esperar a que la secadora terminara… Tatsumi te prometo que ya no volverá a pasar –Tsuzuki hizo aparecer de sus grandes ojos amatista dos lagrimones.

Me dan igual tus excusas, además ¡¡¡NO ME DIGAS QUE NO LO VAS A AVOLVER A HACER PORQUE LLEVAS DICIENDO LO MISMO DESDE QUE TE CONOZCO!!!

Tatsumi me da miedo –Tsuzuki lloraba a mares –Hisoka sálvame.

Te lo mereces por ser tan torpe.

Jooo TT0TT ¡no me digas eso Hisoka!

Deja de llorar que me estas poniendo nervioso –habló Tatsumi molesto con su ruidoso compañero –pues bien como has llegado tarde no te dejaré venir.

¿Ir a donde? –preguntó curioso Tsuzuki.

Pues Hisoka, Watari y yo. Gracias a mi gran suerte podremos disfrutar de uno de los mejores restaurantes de Tokyo, porque me ha tocado cuatro invitaciones, pero la tuya ya veré a quien se la doy.

¡¡¡NOOO TATSUMI NO ME PUEDES HACER ESOOO!!! ¡¡¡Sabes que me encanta comer!!! –versión súper pataleta de Tsuzuki.

Después de más de media hora llorando y chillando como magdalena. Tatsumi accedió a dejar ir a Tsuzuki con ellos. Era eso o volverse loco con tanto chillido.

Hisoka ¿ya has terminado? –preguntó Tsuzuki a su compañero, ya tranquilo y feliz de la vida porque iba a ir a un restaurante.

Si… ya he acabado con el trabajo que tú no hiciste ayer –le respondió enfadado.

Jooo… es que si no salía temprano ayer no hubiera podido comer una deliciosa tarta de frambuesas.

Esa no es excusa.

Bueno lo siento y como agradecimiento a que hayas hecho mi trabajo atrasado te invito hoy a comer.

Pero no…

Y no quiero excusas –antes de que el chico se negara, Tsuzuki agarró a Hisoka del brazo y lo llevo hacía el exterior de la división de citaciones.

Como para la hora de la comida aún faltaba y no tenían ningún trabajo entre manos, decidieron ir a dar un paseo, el día era precioso un sol espléndido lucía por todo el cielo y los destellos daban contra las flores de cerezo haciendo el paseo mucho más agradable.

Hisoka leía debajo de la sombra de un árbol, mientras Tsuzuki le daba de comer a unos pájaros, pero de repente toda su atención se volvió hacia Hisoka, el cual no se daba cuenta de nada ya que estaba inmerso en su lectura, se veía tan lindo debajo e ese árbol dándole leves reflejos en su cara, su expresión siempre tan triste, sus ojos verdes reflejaban todo la tristeza de su corazón y lo mal que lo había pasado durante su vida por culpa de sus poderes, ya que hasta su propia familia le temían por sus extraños poderes y se alejaron e él, llegando hasta el punto de encerrar a su propio hijo como si fuera un bicho raro. A Tsuzuki todo eso le indignaba, ¿cómo se podía encerrar a un niño, como se podía tener tanta maldad como para a encerrar a tu propio hijo? Tsuzuki siempre hacía lo imposible para hacer feliz al frío chico, pero este nunca le había sonreído, ni tan solo una vez, pero sabía que no iba a desistir hasta conseguirlo, para el Hisoka era algo mucho más especial que un simple compañero. Tsuzuki no sabía hasta que punto podría llegar su aprecio hacia el chico, pero sabía muy bien que mientras Hisoka estuviera con el no sufriría, porque lo protegería de quien intentara hacerle daño.

Tsuzuki no entendía porque cuando miraba a Hisoka no podía dejar de mirarlo, lo veía tan frágil y como el tampoco le contaba que era lo que le pasaba por la cabeza, esto hacía que Tsuzuki se preocupara mucho más por él.

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Llego el día de ir al restaurante, o el día A.T.D.C (atiborramiento de comida) como lo denominó Tsuzuki. El shinigami estaba pletórico ya que iba a comer o mejor dicho a realizar su deporte favorito. El restaurante era muy lujoso y sus dimensiones eran impresionantes, los clientes podían decidir entre sentarse en el salón de dentro el cual no le faltaba el más mínimo detalle.

Las mesas estaban preparadas con todo tipo de cubiertos y diferentes tipos de vasos cada uno de los cuales para una función diferente, los manteles eran de color salmón y las servilletas veis, cada una de ellas parecían estar colocadas milimétricamente. En el centro de la mesa se encontraba un centro de flores naturales y un par de velas apagadas, que seguramente iluminaría las veladas nocturnas. El salón gozaba de amplios ventanales que lo rodeaban, por cada uno de los cuales entraban los destellos de la luz del sol. Era un sitio acogedor y muy tranquilo en el solo se escuchaba el ruido de los violines y del cantar de los pájaros que estaban en el jardín. También podían comer fuera en un jardín lleno de flores y árboles.

Los shinigamis decidieron comer dentro, ya que en el jardín había demasiada gente y en el salón interior solo estaban ellos. Antes de entrar Tatsumi le dejo las cosas muy claritas a Tsuzuki, el menú constaría de tres platos: un entrante, la comida y el postre y nada de repetir, al escuchar esto Tsuzuki se entristeció enormemente y le echo a Tatsumi una de sus miradas en plan chibi a ver si caía y le dejaba como mínimo repetir el postre, pero Tatsumi ya iba preparado para esto y no le hizo ningún efecto.

Cuando le llevaron a cada uno sus respectivos platos, Tatsumi y Hisoka les fueron guiando en los cubiertos que debían utilizar. La comida fue muy tranquila y no hubo ningún desvarió por parte de Tsuzuki y llegó lo que más quería Tsuzuki, los postres, estaba pletórico ya que se había pedido una tarta de frambuesas (era la tarta más grande de la carta), pero su momento de felicidad se le escapó de las manos en menos de un segundo o mejor dicho cuando vio entrar a cierta persona en el restaurante.

El lucía de un blanco inmaculado que junto con los destellos que entraban por los ventanales hacía que pareciera que hubiera una luz que solo le envolviera a él y su belleza se le acentuaba enormemente, su pelo plateado le caía por su rostro pálido la función de este era tapar su ojo izquierdo, el cual era solo una implantación para suplir el de verdad, pero toda esa belleza la perdía en el momento en el que el se cruzaba en tu camino. Parecía un ángel, un ángel de mentira el cual se presenta como tal y después te despoja de todas tus ilusiones y te convertía en una de sus muñecas hasta que se aburriera de ti y te robara lo más preciado de ti, tu vida. Ese ángel se llamaba Kazutaka Muraki.

Continuara…

Hola Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiitaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa -

Gomen por haber borrado todos mis fic y sin explicación alguna. LO SIENTO MUCHISIMO A TODS... Ahora los iré subiendo ya editado. Voy a ir subiéndolos uno a uno, primero quiero acabar con este, que ya es hora de que lo termine u.u

Nuevamente deciros que lo siento, espero ir subiendo rapidito los demás capis.

HASTA PRONTO.

Dark-san