Lo primero felices fiestas a todos
Hemos decidido empezar un fic en estas semanas que ambas vamos a poder actualizar y seguir.
Esperamos que guste y se le dé una oportunidad a la historia. Gracias de antemano por leernos
Capítulo 1:
Han pasado más de 4 años desde ese día en el que mi vida cambio drásticamente... y sin embargo, aún recuerdo ese día como si fuese ayer.
La cara de Richard al ver aparecer a Gina en la iglesia, la mía al sentirme engañada y estafada al comprobar por boca del hombre que yo consideraba mi futuro marido como podía ser posible que hubiese dejado embarazada a su ex mujer en una fiesta que se fue de las manos..
Aún siento ese dolor desgarrador solo equiparable al que pude sentir cuando falleció mi madre y todas las lágrimas que derramé y que he ido derramando a lo largo de estos años.
Ahora la vida no es mejor, las cosas con Matt siguen igual o peor. Cada día nos entendemos menos y cada vez las borracheras se hacen más frecuentes, y con ellas las discusiones y los golpes.
Supongo que en el fondo no puedo quejarme, me lo tengo merecido y además, un poco más de sufrimiento, ¿a quién le importa? Es lo que me hace recordar que sigo viva, que sigo aquí.
Alexandra se entiende con él y es lo único que en verdad me preocupa; ella, mi hija. Es la única fuente de alegría ahora mismo en mi vida y ama al que ve como su padre con locura. Asi que no puedo separarme de Matt… ya la desligué sin ella saberlo de su verdadero padre, no me permitiría a mi misma volver a fallarla.
Siento una mano en mi hombro y me sobresaltó inconscientemente
-Eh, ¿segura de que estas bien? – pregunta Esposito que lleva un tiempo observándome.
No sé por cuánto tiempo más pueda engañarle, me conoce lo suficiente para leer a través de esas falsas sonrisas en las que me escondo, pero no me veo capaz de buscar ayuda, puede que en el fondo no quiera que las cosas cambien… dicen que a veces el remedio es peor que la enfermedad y en este caso la enfermedad es aguantable.
-Si… cansancio acumulado, supongo – y sonrió encogiéndome de brazos divertida
Me pasa un taco mientras murmura:
-Ryan se ha quedado con tu enana abajo...
-¿Alexandra esta aquí? – pregunto abriendo los ojos sin poder creer que Matt la haya dejado salir sola de casa.
Traga saliva - vaya creía que lo sabías... quiero decir la niña ha comentado que hoy pasabais la tarde juntas…
-¡Mierda! – mascullo entre dientes. Había olvidado completamente que me había comprometido con mi hija para ir a ver juntas el estreno de esa nueva película de dibujos animados que llevaba tiempo pidiéndome.
Veo salir a Ryan del ascensor sin Alexandra y salgo a su encuentro preguntando apurada donde ha dejado a la niña y me mira tranquilizándome y diciéndome que está bien que Becky; una de las chicas de la limpieza de la primera planta, está jugando con ella.
Espo aparece por detrás con mi cazadora de cuero gris grafito y me abraza ayudándome a colocarla mientras susurra un:
-vete tranquila y disfruta de nuestra sobrina. Nosotros te cubrimos...
Sonrío agradeciendo todo el apoyo a ambos y salgo camino del ascensor sin ser consciente de cómo Ryan cuenta algo a Esposito que le hace cambiar completamente el semblante de su cara.
Bajo esbozando muecas en el espejo de ese ascensor con las cuales poder sorprender a mi hija y cuando salgo me quedo sorprendida al ver a Becky fumándose un cigarro sin rastro de Alexandra.
Me acercó y le pregunto por la niña y me mira abriendo los ojos y sonriendo afectuosamente
-¿Mi enana favorita esta aquí?, ¿Cómo nadie me ha avisado?
-¿No estabas cuidándola tú? – pregunto alarmada
-¿Yo? Cariño, yo acabo de llegar, hoy entro a las 15, así que aún tengo un cuarto de hora libre…
Empiezo a perder los nervios… ¿Dónde está mi hija?
Salgo apurada y la busco sin dar con ella. Llamó a Ryan reclamándome el que me haya mentido y le pido una explicación razonable y por toda respuesta me dice que vaya a los columpios que tenemos a unos metros de la comisaria, que es allá donde él ha estado jugando con ella.
Cuelgo demasiado enfadada como para poder razonar con él sin terminar discutiendo.
Y conforme voy llegando me quedo paralizada ante esa visión.
Alexandra ríe divertida montada en uno de los columpios mientras un hombre la balancea.
Los miro sin saber bien que hacer o como actuar… me recorre un cúmulo de sentimientos y sensaciones a las que no se poner nombre.
Han pasado más de 4 años desde ese día, pero siempre reconocería a Richard Castle, el verdadero padre de Alexandra.
Me acerco colocándome las gafas de sol y resguardándome entre la ropa de invierno y escuchó como le pregunta a la niña frenando el columpio y agachándose a su altura:
-¿Aún no han salido tus papas del trabajo?
Nuestra hija niega -Papi hoy trabaja de tarde… y mami tiene que salir ahora
-¿oye, sabes que eres muy guapa y muy simpática?
Ríe y se lleva las manitas a la boca – Es que mi mama también lo es…
-¿La quieres mucho, verdad?
-Claro… es la mejor del mundo. ¿Tú quieres a la tuya?
-Claro – responde el escritor imitando la voz de la pequeña.
Alexandra me ve llegar y salta del columpio corriendo a mi encuentro, lo que hace que Richard gire la cabeza ante la curiosidad y la expectación por ver quién es la madre de esa ricura.
Bajo la mirada concentrando mi atención en mi hija, que salta hasta que la cojo en brazos y nos fundimos en un abrazo
-¡Maaaami! –me saluda risueña – pensaba que iba a tener que irme sola al cine – dice haciendo uno de esos mohines propios que sabe que me arrancan una carcajada
- ¿Y me hubieses dejado aquí sola? – le pregunto divertida
-Mira mira, ven... quiero presentarte a alguien...
Trago saliva y fuerzo una sonrisa mientras me veo arrastrada por mi hija hasta el columpio
-Mira mami, este es mi amigo, Rick Castle – me lo presenta sonriendo
Y en ese momento que nos miramos sé que acaba de reconocerme y que como yo, no sabe exactamente como actuar.
Me retiro un mechón de pelo y lo saludo cordialmente como si fuese la primera vez que nos vemos
-Encantada señor Castle…
-Y Rick, esta es mi mami – dice la niña orgullosa – la mejor poli de Nueva York...
Rio mordiéndome el labio y moviendo la cabeza de un lado a otro – Alex hija mía, ¿qué te tengo dicho?
Se encoge de brazos divertida – solo digo lo que dicen todos... y si lo dicen todos…
-Si lo dicen todos, será porque es cierto inspectora, ¿no cree? – le escuchó decir
El volver a escucharlo y sentirlo tan cerca hace que vuelvan a resurgir con fuerza esos 7 años compartidos
-Por cierto, tiene un encanto por hija – sigue comentando – puede sentirse orgullosa
Abrazo más fuerte a Alex que me mira sonriendo y le respondo – créame que lo hago…
-¿Me permite tener un detalle con la niña?
Siento como las piernas empiezan a temblarme aún a pesar de la fortaleza y asiento observando como Alex se acerca a él y éste saca algo del bolsillo colocándoselo en la muñeca.
Pido a la niña que se despida de Richard antes de irnos y una vez que lo hace y vamos a girarnos siento como la mano del escritor se aferra a mi brazo
-¿Me da dos besos inspectora?
Y al ver la carita de la niña, fuerzo una sonrisa y actuó con la mayor normalidad de la que soy capaz ante ese hombre mientras nos damos dos besos y siento como me abraza, dejando previamente caer algo en el bolsillo de mi gabardina…
Esperamos reviews y comentarios
