PRESIÓN SANGUÍNEA

Bella POV

Era sábado por la tarde. Todos los Cullen se habían ido de caza excepto Alice, Emmett y yo (normal, soy humana).

Alice estaba tumbada boca abajo en el sofá, dibujando nuevos diseños de ropa para Rosalie y para mí. Emmett y yo estábamos desparramados por el suelo viendo un partido de fútbol. Pero como a mí el deporte no me gusta, pronto empecé a calentarme la cabeza. Y como no solo salieron tonterías.

Levanté la cabeza del suelo y me quedé mirando a Emmett.

-¿Emm?-le llamé.

-¿Mmmm?-me contestó mi futuro hermano, sin apartar la vista de la televisión.

-A los vampiros no os late el corazón, ¿verdad?-comencé, sintiéndome tonta por la pregunta que acababa de hacer. ¡Como si yo no supiera!

-No-me contestó Emmett, confundido, y apartó los ojos de la pantalla para fijar su atención en mí.

Me mordí el labio.

-Entonces... ¿no tenéis presión sanguínea?-continué.

Alice levantó la vista para mirarme con curiosidad. Emmett frunció el ceño.

-No-repitió mi hermano favorito.

-Entonces... ¿no tenéis erecciones?-le pregunté, poniéndome completamente colorada.

Emmett pestañeó dos veces sorprendido y luego rompió a reír.

-¿Edward no cumplió anoche?-dijo, desternillándose de risa-. ¡No te preocupes, a veces pasa!

Le lancé un cojín a la cara, furiosa.

-¡No es eso, idiota!-chillé.

Alice se retorcía en el sofá presa de una ataque de risa.

-No te preocupes, Bella, te prometo que cumplirá en vuestra luna de miel-me dijo, casi sin poder respirar.

Farfullé un par de insultos cuando escuché abrirse la puerta de la entrada. El resto de la familia Cullen nos miró, sorprendidos de ver a Alice y a Emmett con un ataque de risa, y a mí en el suelo, enfurruñada y con la cara completamente roja.

Edward abrió los ojos como platos. Oh, no, mala señal. Estaba segura de que ya había leído la mente a esos dos pervertidos que tendría por hermanos. Entonces a él le dio otra ataque de risa tonta. Al final no pude más y yo también rompí a reír.