Leslie Dalí Presents A Slam Dunk Fanfic
When you're Sleeping
Capitulo 1 El accidente

Cuando era niña Takenori, mi hermano mayor, me hablaba mucho de que el tenía dos sueños: participar en un campeonato nacionad de Basquet (el era entusiasta de ese deporte), y viajar a Venecia para ver el sitio donde nuestros padres se habían conocido. En algun momento debe haber intuido que la vida no le alcanzaría para cumplir los dos sueños, porque me dijo que cuando conociera el hombre de mi vida lo convenciera de que me llevara de luna de miel a Venecia, que en su opinión era la ciudad más romantica del mundo. Tal vez creyó que mi fortuina cambiaría, y que sería millonaria cuando el momento llegase.

La verdad, en ese entonces trabajaba como vendedora de boletos del tren suburbano. Mi turno era terrible, pues me tocaba desde las cinco de la mañana hasta las tres de la tarde, practicamente corridos y sin desayunar. Ninguno de mis compañeros de trabajo quería ese horario, y lo tomé, en parte por necesidad.. en parte por otra cosa

La otra cosa era que todos los días a las 7:15 de la mañana, a veces con un par de minutos mas o menos de diferencia, llegaba él. El hombre mas distinguido que había coniocido en mi vida. Siempre muy bien vestio, de traje y corbata, con un abrigo encima siempre. Ademas, tan alto, con su encantadora cabellera oscura que combinaba tan estupendamente con su piel pálida y sus ojos azules. Rara vez hablaba, pero claro, quien le habla a la vendedora de boletos. Siempre entraba como un huracan, pero ante mis ojos todos sus pasos tenían algo etereo, como si estuvieran en camara lenta Era el hombre de mi vida, o así lo creia yo.

Debí hablarle pero no sabía que iba a decirle. Yo, una chica que había logrado terminar la secundaria a duras penas ¿que iba a decirle a un ejecutivo universiario? Porque no me cabía duda que era un ejecutivo, y muy importante. Siempre tenía maletines, portaproyectos, papeles... y siempre tenía un aspecto de cansado. No dormía muy bien, lo sé porque a veces se dormía y dejaba pasar su tren.

Yo simplemente disfrutaba admirandolo, observandolo. A veces me ponía a imaginar como sería mi vida si fuese novia o esposa de Rukawa Kaede. Si, averigue el nombre. En su maletin estaba grabado en letras doradas, y lo pude ver suficientemente como para aptendermelo. señor Rukawa Kaede y su linda esposa Rukawa Haruko, entrando a un evento corporativo de alta esfera... Pero entonces un cliente me reclamaba que por que no le daba su ticket si ya lo había pagado, y caía de la alta estratosfera a la dura realidad.

Un día le conte de mis sueños a Kogure-sempai, y el me dijo que me dejara de tantas tonterías, y me le declarara. Decidí escribirle una carta, porque dudaba que alguien tan importante y tan ocupado estuviera cinco minutos escuchando la declaración de una modesta empleada. Rompi casi media ressma de papel buscando las frases adecuadas, hasta que finalmente las encontré. Al día siguiente, rocié con perfume la carta, la metí en el sobre mas bonito que encontré, y la tuve en mi mano para darsela cuando pidiera su ticket. Pero el llego, con su aspecto de hielo, sin mirarme, y no me atreví. Ni al día siguiente, ni al que siguio a ese. La carta, en su sobre de rosas, perdio el perfume sepultada en el fondo de mi bolso

Así pasé once meses, amandolo de lejos, con una pasion imposible. llegue a un puonto en el que cada vez que él se iba en el tren sentía al mismo tiempo las ganas de ahogarlo a besos, y la rabia de no decirne nada

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Recuerdo perfectamente ese día. Faltaba una semana para navidad, y aunque estabamos en uno de los invierno mas benignos de la histotria de Kanagawa, el cielo lucía particularmente nublado y tempestoso. Esa mañana me había despertado dispuesta a confesarle mi amor y darme ese regalo de navidad de una vez por todas. Todo ocurrió como todas las mañanas: él llegó, pago su ticket, yo me atore, el recogió su boleto y se fue mas apresuradamente que de costumbre. pasó el torniquete y se paró mas cerca de las vías

-Ilusa, tonta- me dije- Rucawa Kaede, ¿sabe qué?. me gusta mucho. No solo me gusta, estoy ennamorada de usted. Lo amo señor Rukawa, lo amo- y empece a darme contra el vidrio, mientras me repetía las últimas dos palabras. Le amo, le amo... las lágimas me empezaron a salir sin proponermelo. Le amo, y el ni siquiera sabe de mi existencia ¿por que la vida era tan injusta para mi?

De repente, como por instinto, levanté la cabeza y vi como él era abordado por un par de maleantes que lo atacaron. El se defendió, pero uno de ellos lo golpeo con un bate en la cabeza, y huyeron con un dinero que le habían sacado. Horrorizada, vi como ël trastabillaba, antes de desmayarse y caer... justo en las vías del tren. Salí corriendo de la caseta, atravesé el anden con una velociodad que me sorprendió, y salte hacia las vias sin reflexionar que estaban caso dos metros hacia abajo. Allí estaba èl, tirado en el piso, con el maletin al lado. Puede parecer raro, pero en ese momento me pareció más hermoso que nunca. me le acerqué

-Señor Rukawa, ¡despierte!- dije, tocandole las mejillas. era la primera vez que lo tocaba y creo que estaba roja hasta la médula. nunca había estado tan cerca de un hombre, y eso me puso mas nerviosa

Un ruido hizo que alzara mi cabeza. ¡era el tren! ¡Casi encima de nosotreos! Con un esfuerzo terrible, logre empujarlo, y logré sacerlo de en medio de las vias justo a tiempo. Para buena suerte era un expreso que no se detenía en mi estación. mientras el tren pasaba, logre encontrar el pulso. Con horror descubrí que su pulso era mínimo, y que ademas no parecía estar muy consciente que digamos

-¡Ayuda! ¡alguien que llame a una ambulancia!- Grité, llena de angustia.

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Los personajes de Slam Dunk y Buzzer Beater pertenecen a Inoue Takehiko, y con este escrito no se pretende ganar dinero. esto se hace por puro pasatiempo y ocio
Leslie Dalí © 2000 Todos los derechos reservados

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