Imagen 209. Chica con hombro descubierto y chimenea. Chia Moon.

Personajes: Mimi & Koushirou. Non pairing.


.

.

«La última palabra la tiene el corazón»

.

.

—¿Mejor?

Mimi, con una taza humeante de chocolate caliente entre sus manos, asintió con la cabeza, sin mirarlo. Hacía frío, pero con eso y sentada junto a la chimenea, se sentía como una reina.

Lo miró y observó cómo la miraba a ella, algo preocupado, pero que sin decir nada más, con saber que estaba tranquila, se dispuso a mirar algo en su portátil. No fue nada maleducado ni fue ningún acto de ignorancia hacia ella, le estaba dando espacio y tiempo por si quería explicar qué había pasado. Sin presiones. Sin tener la obligación a hacerlo, tal vez pensando que solo quería tiempo para tranquilizarse.

Mientras Koushirou tecleaba algo, ella lo observó distraídamente. Recordó que cuando llamó a su puerta y esta se abrió, el pelirrojo solo se mostró muy sorprendido y desconcertado, pero la dejó pasar sin pedir explicaciones. Seguramente por su aspecto deprimido y que en ese momento no sabría cómo reaccionaría ante una avalancha de preguntas, porque encima era casi media noche. Algo serio había ocurrido.

Recordó cómo de su obsesión a la informática pasó a notar algo más que eso, y sus lazos se estrecharon más. Sabía de los sentimientos de Koushirou hacia ella, pero que aún así, aunque Mimi tuviera pareja, él no había dejado de tratarla con aquella amabilidad adorable que lo correspondía. Sonrojarlo era divertido, pero que había que moderarlo y no excederse porque todo tenía un límite cuando se tiene pareja.

A pesar de todo eso, aunque se preguntara mil veces el por qué no se enamoró de él, su corazón era el que mandaba. Y no se arrepentía, porque lo quería, quitando a días como esos en los que reventaba y tenía que marcharse para despejar la mente. Demasiadas giras con su banda de rock, demasiadas fans, pero era inevitable para una estrella famosa como lo era él. Es lo que había elegido.

—¿Quieres más chocolate?

Mimi salió de su ensoñación y vio que su taza estaba vacía. Le negó con la cabeza mientras sonreía. Simplemente aquella atención por rellenar su taza la enterneció, aunque sonara algo tonto.

—¿No vas a preguntar qué ha pasado?

—Es algo que contarás si te apetece, supongo. ¿Estás más tranquila?

Mimi sonrió. La compañía de Koushirou era relajante, y sí, estaba tranquila en esos momentos. Estaba segura que podría regresar a casa y resolver una de las muchas disputas que ha tenido con su novio.

—Gracias, estoy mejor. Lo necesitaba. Siento haberte molestado a estas horas de la noche.

Koushirou se rascó detrás de la cabeza.

—No importa, no es la primera vez —Y la miró—. Te llevaré a casa, Yamato-san debe de estar preocupado.

—Mira cómo me echa de casa tan rápido —bromeó.

Koushirou se puso nervioso y lo negó en seguida, y Mimi se rió.

No había necesidad de contar nada. El chico comprendía y la dejaba a su aire hasta que todo pasaba y podía regresar a casa. Era como una gran bocanada de aire fresco, alguien en quien podía confiar siempre que pudiera.

Y sin que él la viera, sonrió con tristeza. Aunque amaba a su pareja, había muchos problemas, y deseaba poder haberse enamorado del pelirrojo. Seguro que todo sería más sencillo. Pero el corazón era el que tenía la última palabra. Y cuando viera a Yamato, seguramente todo esto desaparecería.

Una pena, se dijo Mimi, por que Koushirou era el chico más dulce que ha conocido en su vida.


No acostumbro a hacer drabbles y creo que me salió un poquito más larguito. Y encima no es cómo me lo imaginaba, pero así queda :').

Y sí, esto es Mimato, con un friendzoneado Koushirou (aunque adoro el Koumi, esto es lo que me vino a la mente, y es la que manda (?)).