Eres hermosa
Disclaimer: El manga y animé Monster Musume no Iru Nichijou (historia, personajes, ambiente, etc.) no me pertenecen. Fue creado por Okayado.
Nota de quien escribe: Un drabble muy simple de quinientas palabras exactas sobre una de las chicas que más me gusta de esta serie, Manako. Tengo cierta debilidad por las tímidas.
No es que ella odiara su apariencia, pero sí sentía mucha inseguridad y no deseaba que el resto del mundo la viera; su temor llegaba a tal magnitud que cuando estaba obligada a caminar entre personas comunes, debía ocultar la única característica que la hacía una 'chica monstruo': su gran ojo morado. Además, se había convencido que el mundo detestaba a los de su raza. Por esta razón agradecía su puesto como francotirador en el escuadrón M.O.N.: podía trabajar desde puntos altos y sin la interrupción de ningún humano. No se le daba bien hablar ni la vida social tampoco. Si no fuese por el resto de sus compañeras, estaría totalmente aislada del mundo.
Un solo encuentro con Kimihito bastó para que la distorsionada perspectiva que tenía de los humanos se disipara. La había hecho sentir como una chica cualquiera. Aquel hombre tenía un efecto extraño en ella, ¿quizás por eso había tantas chicas no-humanas interesadas en él? Era curioso.
Un día, después de una misión, un niño de unos cinco años se había detenido frente a ella cuando caminaba junto a Doppel, Tio y Zombina. Manako quedó tiesa y ocultó su ojo tras el flequillo cuando el pequeño la apuntó con el dedo índice. Se ruborizó de forma furiosa y sus piernas temblaron. Sí, sólo era un niño, pero aquel simple acto la ponía nerviosa.
―¿Qué pasa, niñito lindo? ―preguntó Tio con una sonrisa tierna y agachándose para poder estar más a la altura del infante―. No es correcto señalar a las personas, ¿lo sabías?
―¡Comeré tu dedo si continúas, mocoso! ―exclamó Zombina y Doppel rio entre dientes. Tio hizo un puchero en protesta.
―¡Woah! ―dijo el niño acercándose―, ¡tienes un ojo muy bonito!
―¿Ah? ―Manako estaba sorprendida. Dejó de ocultarse y parpadeó varias veces.
―¡Eres hermosa!, ¡te amo! ―agregó y pronto la madre llegó para disculparse y llevárselo.
―Vaya, ya tienes un admirador que todavía no sale del kindergarten ―azuzó Zombina dándole un sueva codazo en el costado. Manako negó varias veces y volvió a ponerse como tomate.
―¡Qué tierno! ―chilló Tio dando un saltito.
―Ten cuidado, que moverás el piso ―bromeó Doppel.
Decidieron tomar un helado antes de volver a la oficina con Smith, su jefa. Manako, a pesar que no había dicho nada más después del suceso, había quedado feliz por aquel cumplido. Nadie le había dicho esas cosas antes. La sola palabra 'hermosa' lograba que sintiese mariposas en el estómago.
La tarde terminó tranquila y las chicas regresaron para informar que habían cumplido su misión y que todo había resultado perfecto, como a la agente Smith le gustaba. No podía pedir un mejor equipo.
―Oigan, ¿qué ocurrió con Manako? ―preguntó Smith con una taza de café en sus manos, típico de ella.
―Un niño la sedujo hoy día ―comentó Zombina soltando una risotada.
―¡A poco!
―¡No es cierto! ―refutó Manako, tímida.
―Tendrás que esperar a que crezca, ¿o acaso eres una shotacon? ¡Pervertida! ―se burló Doppler tirada en el piso por la risa.
