Disclaimer: Al final nunca decidimos quien metia en lios a quién, si Himaruya a nosotras con sus canons raros, o nosotras a él con nuestras idioteces. Ni que le prestáramos atención a sus canones... ni que él supiera leer español. Simbiosis perfecta. La clave de una relación estable es no hacerle mucho caso al otro.


Seychelles

Austria dice que si a su padre le consuela, pasarán dos mil años y su hijo pequeño seguirá sin entender a los italianos. Francia hace notar que otro de sus hijos ni siquiera será capaz de entender a los germanos... Claro que a los germanos crueles es imposible entenderles.

—¿De verdad crees que es posible que pueda no necesitarte para nada y no volver contigo? —pregunta Germania entre dientes, súbitamente, un poco esperanzado.

—Por Plutón, espero que no —se ríe Roma y le abraza con fuerza.

—No, no... Eso es perfectamente posible y justamente lo que va a pasar —asegura Germania.

—¿Eso significa que ahora sí me necesitas? —sonríe.

Was?! Nein! —chilla y el romano se ríe—. Yo no dije eso, dije que... Yo voy a no volver nunca y... —aprieta los ojos al notar lo que ha dicho—. Ugh.

—Yo también te quiero y te necesito —Roma se ríe más, abrazándole con fuerza.

—¡Yonotequiero! Nunca dije eso, ni eso, ni que te necesitara —protestas, protestas, pero mira como le sigues abrazando y mirando con cara de idiota.

—Pues deberías.

—¡Bah! Sólo eso nos falta —sonrojo.

Non, soy perfectamente adorable, encantador, amable y querible. Deberías hacerlo —se ríe.

—No eres ni adorable, ni encantador, ni querible —le pellizca un poco de la cintura y el latino se ríe más, saltando un poco.

—Claro que sí y por eso no hacerlo es una insensatez.

—¡No es verdad! ¡Insensatez es hacerlo! Es... no que yo lo haga.

—Claro que no, además, ni te creas que es tan fácil, tengo que competir contigo que eres suuuuper mono de natural.

Germania abre la boca como un pez.

—Yo no soy mono —póker face.

—¿Lo ves? ¡Me lo pones muy difícil! —se ríe tomándole las mejillas y moviéndole la cabeza de un lado a otro.

Nein, Nein! ¡Yo de verdad no soy mono! ¡Soy serio y un guerrero y un bestia incivilizado antes que... mono!

—Mira cómo te enfadaaaaaaas eres adorableeeee.

—¡No hay nada adorable en enfadarse!

—Aaw —saca el labio de abajo medio muerto de risa.

El germano frunce más el ceño y le salta un poquito el ojo. Roma se muere de risa y el sajón lo zarandea.

—Eres un idiota.

—¿Por qué?

—Porque lo eres... Ve a molestar a alguien más.

—No puedo, si voy con Britannia seguro me arranca los huevos de un mordisco.

El rubio frunce el ceño y le empuja un poco.

—Claro... —murmura algo entre dientes.

—Además, te prefiero a ti.

—¡Bah!

—¿Y sabes...?

Nein.

—Al final todos habéis tenido vuestra dosis de diversión menos yo —caricia sobre el pecho con un dedo y caída de parpados sugerente.

—Yo no tuve ninguna diversión, eso fue tortura —sonrojo.

—Vale... yo me he portado mal y nadie me ha castigado —se encoge de hombros cambiando el juego.

—Puede que tengan que castigarte con azotes.

—Uh —hace cara medio de "eso suena bien/eso duele" sin dejar de sonreír, claro. Germania vacila y se sonroja.

—Esto es otra de esas cosas, ¿verdad?

—¿Otra de esas cosas de cuáles? —sí, ahora hazte el inocente.

—De ESAS cosas... No salimos de una... —murmura desabrochándole poco a poco el cinturón, porque lo único que lleva este muchacho es la túnica.

—Cariño, cuando estás conmigo, TODO es una de ESAS cosas —se ríe.

—Eso veo —le desata el cinturón y AHORA nos percatamos de que Germania está... Desnudo.

Germania sólo piensa en el cinturón de Roma. Así de manera histérica, "cinturón, cinturón". Ni siquiera se molesta en levantarle la túnica metiéndole un "Swwwooooosh" directo al culo en cuanto lo tiene en la mano.

—¡Oh! —protesta un poco, llevándose las manos al culo porque no se lo esperaba YA.

La cara de Germania es ESA cara que pone Alemania también. Sonríe de manera mucho más expresiva que lo habitual.

—Oh... por Júpiter, menudos fetiches —sonríe Roma al verle la cara, pensando que bien puede aguantar un poco sólo por esa expresión.

Siguiente "swoooosh" con fuerza sobre el culo y las manos.

—¡Au! —da un salto echándose adelante, quitando las manos y volviéndolas a poner, girándose cara a él con el ceño fruncido, sonriendo.

Germania de ríe, bajito como siempre, pero con la misma cara de enajenado. Levanta el brazo. El romano levanta el brazo también para protegerse un poco y Germania consigue igual darle con el cinto directo en el abdomen y se ríe a carcajadas. El latino se cubre un poco para minimizar el daño y levanta las cejas con las carcajadas.

—¡Mira tu cara de dolor! —otro fuertecito en el culo.

—NNn! —protesta un poco dando otro saltito, conteniéndose.

Más carcajadas. Germania se nos descompuso. Roma entrecierra los ojos y al siguiente golpe exagera un poco como si le hubiera dolido mucho en un grito mitad de dolor/mitad gemido... a ver qué ocurre.

Germania levanta las cejas y se sonroja en AUTOMÁTICO, mirándole con la boca medio abierta y media sonrisa aún.

—Oh... —sonríe de lado más o menos entendiendo como funciona el asunto.

El germano frunce el ceño al ver que sonríe y apunta ahora a un muslo y swoooosh. Roma directamente se tira al suelo aspirando con los dientes apretados como si le hubiera hecho mucho daño otra vez y estuviera aguantándose, sobándose un poco donde le ha golpeado. Italia debe haber visto esta escena. Germania sonríe.

—¡Ha! ¡Eres débil!

Hay un brillo especial de ira al fondo de los ojos de Roma con esa declaración, pero aun así, permite... Otro cinturonazo más con carcajada a la vez. El romano de nuevo protesta/gemido... y para empeorarlo, finge un sollozo.

Germania levanta las cejas con el sollozo, mordiéndose el labio y llevándose una mano a las regiones vitales directamente. Carraspea un poco.

—¿Te rindes?

Asiente hecho bolita, se aprieta fuerte a sí mismo para temblar. Germania sonríe triunfante. Roma le mira de reojo intentando no sonreír y solloza otra vez. El sajón se agacha junto a él y le levanta un poco la túnica.

—No puedo creer que hasta estés llorando —sonríe.

—Pues duele... —se defiende suavemente.

—No te hice tan fuerte... Déjame ver —le brillan los ojos. El latino esconde la cara sonriendo y vuelve a apretarse a sí mismo para temblar —. ¡Estás hasta temblando! —fascinado, le acaricia un poco la pierna tratando de levantarle la túnica.

Se frota los ojos con fuerza, disimuladamente, para que se le pongan rojos y se le humedezcan. Y esto es lo que se llama menti-… coff, coff, juego de rol.

—Estírate, anda —pide tirando de sus piernas tratando de mirarle el culo.

—Es que... —le mira de nuevo con ojos llorosos. Germania se muerde el labio otra vez y sonríe de lado.

—Por Odín —susurra con el corazón acelerado y este solloza de nuevo y trata de huir de su tacto —. Eh, eh... Venga. No ha pasado nada —le acaricia la pierna un poco.

(Alemania mira la escena sintiéndose completamente identificado)

—Pues es que... —trata de huir un poco más.

—No pasa nada, sólo era el castigo —le detiene rechinando un poco los dientes porque todo esto le parece SUUUPER excitante.

Non, ¡más no! —chilla un poco como si le estuviera matando cuando le detiene. Germania le detiene con una poca más de fuerza echándose sobre él.

—Deja de huir, soy yo y te estabas quejando de que no habías tenido suficiente —le riñe. Roma echa la cabeza atrás alejándose y arqueando la espalda (sin empujarle ni quitarle realmente) apretando los ojos y los labios y fingiendo sollozar otra vez—. Por Odín, Rom. Como sigas haciendo eso... —susurra poniéndole una mano en el abdomen, levantando la mano y tomándole del pelo.

Le mira otra vez con la respiración agitada y Germania se acerca a besarle, tirando un poco de su pelo de manera medio bestia. Roma grita/gime por la nariz en el beso, cerrando los ojos. Germania le explora las amígdalas mientras le levanta la túnica a tirones y va a rompérsela si es necesario.

Y Alemania sale a escena con un biombo en mano, colocándolo frente a su padre y Roma... Sonrojado, incómodo pero decidido. Coloca el biombo bien, garantizando que no se vea nada, y se para frente a él mirando a Agua y a Aceite con los brazos cruzados y cara de pocos amigos.

Roma levanta las cejas con esto porque no sabía que podía lograrse tan deprisa con esto... y seguro, además que ni Britania ni nadie le va a dejar hacerlo... en cuanto nota el cerebro del germano fundido, toma el control y patea el biombo de Alemania "sin querer".

Alemania, que había empezado a carraspear, se medio ahoga volteando hacia el biombo y deteniéndolo antes de que se caiga. Germania está perdido por ahí intentando poner A en B como sea.

—Yo lo que... —Alemania gruñe —, lo que vengo a decir es que...

Roma hace que algunos de sus intentos se frustren sólo para ver hasta dónde puede encenderle... Porque además no es sólo a su padre a quien llaman "Germania" y pronto Alemania va a preferir repartir tapones para los oídos que un biombo.

Germania gruñe, dando un gemidito, cada vez MÁS interesado.

—Lo que digo es que por más que respeto y... —carraspea—. Admiro un poco... al abuelo de Italien...

—Alemania... yo que tú no me pondría tan cerca, como te pille y te tire al suelo con ellos, vas a estar en PROBLEMAS. Y lo hará, sabes que lo hará —le advierte Agua.

—Estoy hablando de cosas serias... Y yo fui general nazi, no vas a venirme a decir que habrá problemas —protesta Alemania crispado.

Agua levanta las manos en señal de rendición y Roma y Germania ruedan peligrosamente cerca de Alemania.

—Vengo a decir que por más que respeto a Roma —carraspeo—, y no hablo de Romano, hablo de la antigua Roma.

Romano pone una cara de MUY pocos amigos, cruzándose de brazos y sacando vapor de agua de las orejas.

—Ah... Conque a mí no me respetas, ¿eh? —escupe en ese tono mafia italiana. Canadá está viendo todo esto... nadie le ve a él.

Germania pega un buen gemido que casi me hace pensar que ya lo consiguió... Pero no podría estar segura. Alemania carraspea.

—No he dicho eso, sí que te respeto —murmura—. Lo que quiero decir es que a pesar de todo y de lo divertido que es que estén aquí, y todo el tiempo que implica para nosotros (podemos trabajar en vez de estar jugando a los besitos)...

—Uhhh... —Aceite mira a Italia de reojo.

Una mano toma a Alemania del tobillo y tira con fuerza. Alemania trastabilla porque no se lo esperaba, pero no se cae... Del todo. Pega un grito varonil (un grito varonil de verdad-verdad).

Suelta su tobillo y hace girar a Germania con él poniéndose bajo entre las piernas de Alemania. Este mira hacia abajo, levanta las cejas, cara de agobio, mira a... Ehm... su padre además, aprieta los ojos.

Al parecer este le resulta un buen lugar a Romita, que además está abajo ahora y Alemania se queda congelado ahí en medio, mientras Germania le come el cuello a Roma. Con congelado me refiero a CONGELADO.

—Mmmm —hace Roma con los ojos cerrados, apartando la cara y en un momento dado los abre mirando a Alemania, quien sigue ahí congelado, sin cerebro para hacer nada, se sonroja de muerte al ver que Roma le mira.

Sin dejar de abrazar a Germania, Roma le hace una seña a Alemania para que se agache acercándoseles, antes de gemir por algo más que hace el germano.

Alemania niega con la cabeza... Sin quitarse de ahí. Roma se señala los labios y se da un beso, haciéndole más gestos para que se acerque. El alemán niega con la cabeza mirando a su padre con cara de MUCHAS circunstancias y Roma pierde la cabeza de nuevo en algo de lo que hace... llevándole una mano al culo.

Alemania niega de nueeeevo con la cabeza, agachándose para evitar que le ponga la mano en el culo a su padre en un movimiento reflejo.

En cuanto se agacha, el romano le toma de la nuca con la otra mano y le atrae la cabeza hacia sí, besándole, porque de verdad que... luego llaman pervertido a Francia.

Alemania levanta las cejas, y abre los ojos como platos sin tener idea de qué hacer, cayéndose un poco sobre su padre quien se detiene al notar unos movimientos extraños (ya, claro, la rodilla de Alemania en tu espalda es "un pequeño y suave movimiento").

Roma se separa del beso con Alemania y se vuelve a besar a Germania, para que no se entere. Alemania se cae sentado en el suelo al lado del romano con los ojos muy muy abiertos mientras Germania pobrecito mío hace lo de siempre, que es no enterarse.

El romano baja por el cuello de Germania obligándole a girar la cara hacia su hijo. Germania hasta babea un poco, gimiendo suavecito abriendo la boca y girando la cara leeeentamente hacia Alemania y le DA un infarto triple cuando le ve.

Roma aprovecha el momento para decir su nombre. Les DA a ambos un infarto triple entonces.

Inserten un montón de groserías en sajón, un gran sonrojo como si se vieran en el espejo, se cubre las regiones vitales, grita y se esconde un poco tras Roma.

—PERO QUE ES... AHSGSKSHAISN!

—Shhhhh —Roma vuelve a intentar tirar de Alemania para otro beso.

Alemania creo que está tan en shock que no le arranca la cabeza, sólo poniéndole las manos en el pecho mientras Germania les mira todo dafaq pero sonrojadito, pero luego intenta ahorcar a Roma. Este suelta a Alemania y vuelve a besar a Germania.

—¡Ahhh! —Alemania histérico, se echa un poquito atrás.

Germania lucha Contra el beso y falla miserablemente. Roma se olvida de Alemania para centrarse en Germania. Alemania se arrastra por los suelos en reversa, sentado, hasta topar con pared y mirarles a los dos. Aprieta los ojos un instante más tarde.

Roma vuelve a mirarle en un momento dado. Alemania les espía con un ojo y Germania consigue medio ordenar sus ideas y separarse un poco del beso. Alemania se sonroja de nuevo cuando Roma le mira. Este le guiña un ojo y luego se vuelve a Germania.

—Pero... PERO QUÉ PORQUERÍA... QUE... ÉL... ROOOOOM!

—¡No hago nada! —exclama.

—¡Le estabas dando un beso! —busca a Alemania a su alrededor quien intenta hacerse uno con la pared.

Quid? NON! Él estaba espiando.

Nein! —chilla Alemania de manera MUY atípica.

—Él... Was?! Estaba espiándote adentro de la boca, no me jodas. Y tú y yo estábamos. ADJSHDIAAN! —protesta tratando de arreglarse las regiones vitales.

—¡Yo te estaba besando a ti!

—¡Y a él! ¡Yo te vi!

Mein gott in himmel —Alemania consternado.

Germaniae... resolvamos esto en cinco minutos, por favor... —pide de manera seductora—. Tú cerebro te está engañando.

—Pero no es que mi cerebro... —susurra mirándole a la cara consternadillo. Roma le sonríe y parpadea —. ¡Pero si está ahí! —señala a donde está Alemania.

—Olvídate de eso —le atrae hacia sí, mirándole con los ojos entrecerrados. Germania parpadea y le mira, cayendo en su estúpido encanto.

—N-No creas que no sé lo que haces —susurra el germano y nos reímos de él.

—¿Y qué hago? —pregunta suavemente entrecerrando los ojos y lamiéndole los labios.

—Tratas de engañarmmm... —susurra.

—Pues es que a ti te gustan los chicos malos —beso.

—No me gustan, yo te odio... —susurra al mismo tiempo que Alemania se levanta lentamente.

Hay alguien hablando, Roma está seguro, puede oírle... espera que no esté diciendo nada muy importante. Germania empuja a Roma a acostarle en el suelo, harto de las interrupciones, mientras Alemania se da la media vuelta y sale corriendo, CORRIENDO.

ÖSTERREEEEEEICH! —se encuentra a Austria en el pasillo, le mira, abre la boca para decirle, se lo piensa, se sonroja y se pega a la pared cual si Austria le estuviera amenazando con una pistola.

Austria levanta las cejas.

—¿Va todo bien?

Nein —categórico, negación con la cabeza.

—¿Qué ocurre?

Vater... Y-y... Rrrrr —carraspea, manos en los labios —. Mein gott.

Was? Vater was?

—Estaba ahí y... Y... Mein gott ITALIEN —si Alemania parece alguna vez un niño pequeño es ahora.

Was? ¿Qué pasa con Italien? —Austria intenta de verdad no desesperarse.

—¿Si te digo no le dirás? —pregunta consternado.

Nein, claro.

Vacila notoriamente, lo cual es raro como pocas cosas.

Rom —suelta y el austriaco parpadea—. Rom me dio unos besos —susurra y se sonroja de muerte. Austria levanta las cejas hasta el techo y el alemán le mira agobiado.

Vater estaba ahí —susurra.

—Espera, espera... ¿te refieres a que besó a vater y les viste?

Nein, Nein... —susurra.

Nein was? Es un poco...

—¡Que no es que lo viera, es que me besó!

Was?

—Que me besó los labios, me metió la lengua... —carraspea.

—¿A... ti?

—A mí, ja... A mí. ¡Aquí en la boca! —le mira agobiado.

—Pero... ¿te confundió con vater?

Nein, estaba... Österreich, estaban teniendo... Haciendo ESO.

—¿Haciendo qué?

Gesto con la mano.

—Eso... —sonrojo.

—Eso... ¿qué? —perdonad es que es difícil.

—Eso, Österreich. Eso que implicaba el... De Vater en el... —carraspeo—. de Rom. ESO.

—¿En el... qué?

—Sexo —responde frunciendo el ceño.

W-was?

—Estaban ahí, teniendo sexo, cuando Rom me besó —más claro imposible.

—Estaban... ¿quienes? —lo está intentando, en serio.

Vati y Rom —murmura.

—Y tú les viste...

—Estaban casi arriba de mí y Rom me tiró al suelo, y luego —suspira—. Me tomó de la nuca.

—¿A-arriba de ti?

—Cerca de mí. Me tiraron.

—Pero estaban haciendo... eso contigo ahí —eso es lo único que ha entendido.

Ja. ¡Y luego Rom me besó! ¡Eso es lo peor!

—Pero... ¿cómo?

—No sé sí quieras saberlo —aprieta los ojos —. Fui a reñirlas por insistir en las escenas sexuales, y Rom y Vater estaban desnudos y yo les cubrí.

—Ajá...

—¡Österreich, me besó! —exclama agobiado—. Muy beso, no un beso así en los labios, suave y accidental. Un beso de esos que sólo me daría Italien.

—Pero... él estaba con... Vater y ¿Vater se fue? O...

—¡Vater estaba ahí!—medio histérico… No. Histérico y medio.

—Pero... o sea, estaba... haciendo eso con vater y... ¿te besó a ti?

Ja!

—¿Por qué?

—¡Y yo qué voy a saber!

—¡Pues tú estabas ahí!

—¡Pues me besó porque estaba ahí! Estaba cerrándome un ojo y Vater estaba... —se señala el cuello —. ¡Deja de ponerte difícil para entenderme y dime que hago!

—Es que no lo entiendo.

—Estaban ahí, en el suelo, teniendo sexo —aprieta los ojos—. ¿Eres capaz de entender eso?

—Pues... más o menos.

—Yo tampoco lo creía hasta que lo vi —se pasa una mano por el pelo—, luego me tiraron, y Rom me besó.

—No entiendo por qué.

Alemania vacila un poco porque... Tiene una teoría y Austria le mira por encima de las gafas.

—Creo que quería hacerlo —susurra desviando la mirada.

—Bueno, sí, ¿pero por qué si estaba con vater?

—¡Y yo que sé, eso es lo que no entiendo! —levanta las manos bastante histérico—. Rom me dio un beso, y... Rom es el Vater de Italien y... Österreich! ¡Me dio un beso! ¡Dos veces!

—No tiene sentido, porque no es como que vater no estuviera por lo que dices...

—¡Ya sé que no tiene sentido! Estaba ahí besándole el cuello y con... Sus partes... Y Rom bajo la mano para tocarle él... —carraspea —, y yo me agaché. Österreeeeeich —chillonea.

—Es que no entiendo por qué estabas tan cerca de ellos.

—Estaba intentando hablar con ELLAS y estaba ahí con un biombo enfrente entre ellos y yo…

—¿Ajá?

Alemania se cruza de brazos y mira a Austria a la cara.

—¿Eso es importante? ¡NO has dicho nada del beso!

—Pues es que no lo entiendo.

—¡Yo menos!

—Quizás deberías preguntarle.

Nein! ¡No voy a verle nunca más!

—Eh... bien, hagamos como que no ha pasado.

Nein! ¿Qué voy a decirle a Italien? Seguro va a saber.

—Mmm... Pues... ¿lo que pasó? No es como que tú quisieras, ¿no?

—¿Cómo voy a decirle que su vater me dio un be...? NEIIIIN! Nein! Nein! No es que haya pensado en eso NUNCA.

—Entonces sólo dile eso... ¿no? —le mira intensamente porque también ha visto a Roma.

—Pero es que... Österreich... —traga saliva.

—¿Cuál es el problema?

—¿En serio no te parece que haya ningún problema con Rom besándome?

—Claro que lo hay, miles, infinidad... o ninguno, depende de ti.

—Ninguno. Quiero que sea ninguno —gesticula—, pero siempre calculo que sea ninguno y con Italien termino por acabar metido en problemas y pagando una millonada entre vacaciones, ropa y lentes de sol.

—Pues esto no parece que vaya a ser barato.

—¡Pero si yo no hice nada! —bufa y se sonroja.

—No pero...

—¿Y qué va a decir Vater? Sí que me vio, aunque Rom le estaba intentando hacer ver que no era yo y le dio más besos... —aprieta los ojos y el austriaco levanta las cejas —. Di algo...

—Es que es... raro.

—¡Pues claro que es raro!

—Y... es que... ¿qué planeas?

—¿Echarles del mundo para siempre? —ideas nazi. El austriaco levanta las cejas de nuevo—. ¿Muy drástico?

Ja. Ya no hacemos esas cosas.

—Pues podríamos volverlas a hacer, esto lo amerita.

—Ha de haber otra manera, lo dejaremos como último recurso.

—Pues no se me ocurre —se cruza de brazos sonrojado mirando al suelo.

—Insisto que tendrías que hablarlo con... alguien —no sabe ni quién.

—¡Pues lo estoy hablando contigo! ¡Tú eres el que siempre sabe qué hacer en estos casos raros!

—Este caso es muy, MUY raro.

—¡Aún así! ¿Qué harás tú si te besa así?

—No... No va a hacer eso —vacila nervioso al imaginarlo.

—¿Que harás? ¿Eh? Dos veces me besó como... Como Italien. Dime qué vas a hacer si te lo hace a ti —le mira con el ceño fruncido.

—No lo va a hacer —sigue, convenciéndose a sí mismo.

—Dime que vas a hacer si sí lo hace.

Deutschland...

Was?

—No tiene sentido hablar de eso porque no va a pasar —sentencia.

Danke Österreich. Tu apoyo infinito es genuinamente útil.

—Es que... nein —aprieta los ojos.

—Pues eso mismo digo yo, nein. Experiencia traumática, absolutamente traumática y no me dejas cortarles el cuello.

Nein —sacude la cabeza, porque además se le parece a España.

—Admite que no es tan simple al menos y que no soy un loco y un pervertido —susurra.

—Es el abuelo de Italien, Deutschland.

El menos se sonroja, detestándole y apretando los ojos.

Danke por el recordatorio Österreich.

—Pues así es... —suspira.

—¡Es una vileza que venga a besarme, si está con Vater! ¡Literalmente, con vater! ¡En ese momento!

—No tiene ningún sentido...

—¡Pues no lo tiene, es indignante con vater!

—Quizás podríamos hablar con vater.

—¿Y qué le vamos a decir?

—"Mira, vater... Rom me besó mientras estaba literalmente contigo, de hecho estabas tú ahí... Justo ahí dentro —eeeel hermano de Prusiaaaaa—, y creo que es un verdammt hijo de puta. Y deberías dejarle".

—Pues... merece saberlo, no.

Ja, pero... —vacila y se sonroja.

—¿Tú no querrías saberlo?

Ja, claro que querría. Pero... Es que no querría saber eso así. "Mira, vater... Tu novio me besó.

—Pues no se lo digas así...

—Quizás podríamos nada más desaparecer a Rom.

—Aun así todos querrán saber por qué le desaparecimos...

—Quizás deberías decirle tú. Yo no lo hago bien.

—Es a ti a quien ha besado —ligeramente nervioso con esa idea.

—Pero tú eres el hábil, el diplomático y el que sabe hacer esas cosas. Yo lo convierto en jabón y ya —le mira esperanzado.

—Yo te... acompaño, pero...

Österreich, bitte. ¿No crees que ya suficiente es con los besos que me ha dado? Ayúdame a decirle.

—¡¿Y cómo es que tú te has dejado dar... no uno, sino dos?! —riñe cayendo en la cuenta—. ¡Y además en esas!

—¡Pues no es como que me haya dado opción! ¡Estaban ahí, y yo estaba parado, y ellos dos en medio de mis piernas y quería matarles! Y él, me ve de ESA manera y me cierra el ojo y...

—¡Y cómo es que planeas acabar con él sí sólo te ve de esa manera, te guiña un ojo y tú ya le besas!

—No le bese yo, me beso él. Y ya quisiera ver que tú actuaras de manera excelsa y muy hábil con Vater y Rom en ESO y Rom cerrándole un ojo y mandándote besos. ¡Salí corriendo en cuanto pude!

—Sería algo completamente diferente —sale el poquito de tsundere del Austriaco—. Tienes que hablar con Vater —hábil cambio de tema.

—¡Te estoy pidiendo que hables tú! De verdad no es lo mismo decirle "pasó esto" que decirle "ME metió la lengua hasta las amígdalas".

—Es que a mí no me va a creer si no lo corroboras, va a ser contigo con quien va a querer hablar.

—¿Corroborar? No creo que quiera corroborar nada. Va a querer matarme... Y después negar que me conoce y no verme a la cara nunca más.

—Entonces hablémoslo con Rom.

Nein —niega con la cabeza y se sonroja dando un paso atrás—. Prefiero hablarlo con vater.

—Pero dices que va a reaccionar mal...

—Yo me NIEGO a ver a Rom otra vez a la cara. Vamos a hablar con vater y tú se lo dices —le toma del brazo y le pone una mano en la parte de atrás del cuello.

Deutschland, yo no... Es... miedo...

—No importa, yo estaré ahí para defenderte —le dirige con seguridad.

Nein! ¡Tú! No puedes tener miedo de Rom y decir que no ha pasado nada.

—Sí que puedo decir que no ha pasado nada... Además la idea es decirle a vater, no a Rom para que no le diga a vater.

—¿Para qué no le diga a Vater qué?

—Pues esto, Rom ya lo sabe —Alemania esta histérico aún—. Estaban ahí adentro, ¿qué tal que entras tú a averiguar si siguen ahí o si vater ya está solo?

—¿Y por qué no dejamos que sea Rom quien se lo diga en vez de decírselo tú y yo?

—Tú has dicho que había que decírselo y que merecía saberlo y Rom estaba diciendo que era producto de su imaginación —toma el pomo de la puerta del cuarto multiusos donde estaban... —. Por eso vas a garantizar tú que lo sepa y así lo haremos jabón.

Deutschland, sólo piensa, ponte en el lugar de Vater... si Italien le besara mientras hace... eso contigo, ¿tú querrías enterarte por él, por Italien o por mí?

Vater me vio —susurra—, tú tienes que arreglarlo de alguna manera y podrás seguir viviendo en casa gratis como hasta ahora.

—No estoy seguro de poder... ni siquiera le conozco, yo era muy pequeño para saber cómo reaccionará.

—¡No me estás ayudando en nada! —protesta en modo adolescente.

—¡Pues es que te has metido en un lio tremendo!

—¡Yo no hice nada! ¡Y aun así si fuera al revés te ayudaría! —le reclama.

—Ofrecerte para hacer jabón a alguien no es ayuda —murmura entre dientes.

—Bueno, ¿y qué quieres que haga, eh? ¿Nada? ¿Contarle a Rom? ¿Contarle a vater? ¡Tú siempre sabes qué hacer en estos casos! —aprieta los ojos y le suelta el cuello finalmente—. No me has dicho qué hacer, no me has dicho qué harías tú, sólo me riñes porque le dejé y me recuerdas que es el abuelo de Italien —morritos. Y si no le saca la lengua y le hace una trompetilla tallando los zapatitos en el suelo es milagroso.

—Pues es que tus estás intentando huir del problema Deutschland, por eso no te gustan mis consejos que consisten en enfrentarlo con Vater, con Rom y con Italien.

—Ya te querría ver yo yendo a decirle a Schweiz que Rom te dio un beso, luego enfrentándolo muy valientemente con Rom y finalmente yendo a decirle a vater.

—A mí Rom no me da besos y punto —protesta nervioso haciéndole un gesto para que se meta al cuarto.

—A ver si eso es cierto... —le toma del cuello y le mete al cuarto primero, donde siguen... los dos, en el suelo, juntitos en el àpres le...

Germania creo que está menos... Cariñoso que de costumbre y un poco más avergonzado. Más del tipo escondido en el cuello de Roma.

—Oh... Ave! —saluda Roma al verles entrar, sonriendo. Germania se CAGA en todos sus dioses, pero Roma no le suelta del abrazo y le acaricia un poco la cabeza y la espalda —. Creo que tendríamos que vestirnos, están aquí tus hijos

Germania sigue pensando en un trágame tierra, como si esto no hubiera sido lo suficientemente humillante ya.

—Pueden irse todos a la mierda —susurra apretando los ojos.

—Bien... iros a la mierda —les dice Roma a Austria y a Alemania.

—Por Odín. Tú incluido —le empuja para separarse poniéndose la túnica.

Non, yo nooo —lloriquea y le abraza un poco más.

—Claro que sí, eres un idiota y... —se paraliza al ver a Austria y Alemania, DE VERDAD ahí.

Alemania, que tiene agarrado aún a Austria del cuello, se sonroja al ver a Roma escondiéndose tras el austriaco. Austria se lleva la mano al cuello suavemente para que le suelte. Alemania no le suelta, en realidad, mirando al suelo, teeeeenso.

—Vengaaaaa —Roma se ríe un poco abrazando a Germania y mirando a Alemania por encima del hombro de su padre, con cierta malicia al notar su cara.

—¿Sí te das cuenta de la sarta de idioteces que haces? —protesta Germania bajito, mirando a Austria y apretando los ojos avergonzado.

—Igualmente vamos a tener que levantarnos —beso en los labios.

El mayor de los sajones le empuja bastante violentamente y se levanta. Roma se queda tumbado en el suelo, desnudo y se estira sin cubrirse en lo más mínimo... A Austria se le van los ojos.

Germania mira a Austria y le da una patada a Roma, frunciendo el ceño.

—Habla... —susurra Alemania empujando un poco a Austria, sin querer mirar pero mirando al fin.

Quid? —pregunta Roma y se ríe, levantándose tranquilamente.

V-Vater... —vacila un poco Austria y carraspea cerrando los ojos.

Quid... Quid... ¿Tú qué crees? —protesta Germania frunciendo el ceño y mirando a Austria—. Dime.

Roma se ríe más, se le acerca y le abraza.

—Necesitamos... Deustchland quiere hablar contigo.

—Suéltame... —susurra Germania empujando al romano.

—No sé dónde está mi ropa —susurra sin soltarle.

—¿Hablar de qué? —pregunta Germania ignorándole y agradeciendo que su ropa siga en su sitio.

—De... —Austria mira a Roma de reojo, cambiando el peso de pie y luego a Alemania. Suspira poniéndose serio (más) —. Ha sucedido una cosa que creemos debes saber.

Alemania sigue mirando el suelo pensando en opciones de cómo salir corriendo y no volver... O como matarles a todos sin parecer culpable. Roma tiene la mirada molestamente clavada en sus ojos, sonriendo.

—¿Qué ha sucedido? —Germania frunce el ceño más aún, poniéndose un poco en el papel de padre, pensando que es más manejable que haya un problema y él deba arreglarlo.

—Bueno... Rom... —empieza volviendo a mirarle de reojo y él desvía la mirada de Alemania mirando a Austria.

Germania se incomoda otra vez.

Was? —pregunta mirando a Alemania, con la imagen de Roma... Besando a... Endurece la mirada.

—Por lo visto... No somos capaces de entender la naturaleza de algunas de sus conductas recientes.

Germania mira a Alemania y luego a Roma, este inclina un poco la cabeza sobre el hombro de Germania, hacia él, haciéndole cosquillas con el pelo en la cara. El más alto separa la cara, con el ceño fruncido sin dejar de mirar al romano.

—¿Cuáles conductas?

Deutschland asegura... creemos que puede tratarse de un malentendido a nivel de... bueno, temporal, quizás en los tiempos antiguos era una conducta normal, pero no lo es en el presente.

Germania mira a Austria a los ojos

—¿Cual malentendido?

—Que besé a tu hijo —responde Roma al notar toda la vacilación y dificultad de Austria y le da un beso a Germania en la mejilla.

Alemania levanta las cejas saliendo un poco de detrás de Austria, rojo como tómate pero sorprendido del cinismo. Austria levanta las cejas también.

Germania continúa mirando a Austria y el único cambio de expresión que hace es un suave levantamiento de cejas.

—Ya veo... —murmura.

—Yo no quería —declara Alemania repentinamente, en pánico. Germania toma aire por la nariz.

Nein, no es una costumbre habitual.

—Excepto si es con Britannia y es vuestro padre quien la hace —responde Roma.

Nein, nein... was? —levanta las cejas.

Roma sonríe y se encoge de hombros. Germania gruñe y frunce el ceño mirando al romano.

—Me has dicho que me estaba engañando mi mente y yo... —no tenía sangre suficiente en el resto del cuerpo para pensar que era estúpido pensarlo, ¡si yo mismo le vi!

—Sólo fue un beso, puede ser muy importante o puede no ser nada. No era un buen momento para confesar al respecto.

—Estabas conmigo, Rom —susurra hablando entre dientes, sonrojándose cada vez más—. Yo estaba... ahí y tú estabas... —suspira, porque no es como que no lo supiera. Pero...

—Planeando que se uniera, no puedes condenarme por desearlo, mírale... ¡Es igual que tú!

NEIN! —le mira a los ojos—. Esto... esto es el colmo, Rom.

Austria levanta las cejas de nuevo y mira a Alemania de reojo. Alemania se quedó en "planeando que se uniera", cuando pasó a un estado catatónico completo.

—Bueno, me eché atrás cuando noté que no te gustaba la idea —sonríe acariciándole el cuello con la nariz.

—Claro que no me gusta la idea —le empuja—, no tienes... nunca jamás has tenido ningún respeto por mí, pero esto... —toma aire abriendo la boca y alejándose un poco—. ¡Es mi HIJO, Rom! ¡Y estabas conmigo!

Germaniae, mírale, ¡no es un bebé! Te prometo que no habría sido su primera vez —le señala al alemán dejando que se separe, a pesar de quedar desnudo y a la vista otra vez—. No tiene nada que ver con el respeto, es una fantasía.

Alemania le mira de arriba a abajo y se sonroja especialmente con el asunto de no ser su primera vez.

—¡No me importa un bledo si es o no su primera vez o si es lo suficientemente idiota como para venir y estar contigo! —le fulmina apretando los dientes—. Estabas conmigo, es respeto a MÍ y... —se le endurece la mirada más aún y niega con la cabeza—. Ni siquiera sé por qué espero cada vez que tengas un mínimo de decencia.

A Austria se le van los ojos también.

—No entiendo por qué te enfadas, no hay ninguna indecencia en ello. Es un chico joven, sano y fuerte. Y la verdad, si realmente no te respetara, créeme que la cosa habría acabado de forma muy diferente a juzgar por cómo me devolvió el beso —se pasa una mano por el pelo.

Germania aprieta los puños y requiere de un esfuerzo súper especial el que no le meta un golpe en la cara y cuando está a punto de hablar Alemania grita.

—¡YONOLEDEVOLVÍELBESO!

—Calma, muchacho, tú también me gustas a mí, cuando eras un bebé eras mi favorito —Roma sonríe y le guiña un ojo a Alemania ante eso.

Germania se lleva las manos a la cara. Austria vuelve a mirar a Alemania sintiendo una punzadita de ciertos celitos con que diga tan claramente que él era el favorito.

—¡¿Cómo puedes ser así de... cínico y esperar salirte con la tuya?! ¿Qué es lo que necesitas? ¿Que te grite? ¿Que me ponga histérico? ¡¿Que me enfade aún más?! ¡Es INCREÍBLE que tengas ese maldito MORRO de estar CONMIGO y besar a alguien más! —grita Germania cerrando los ojos y girándose al romano.

—¿Disculpa? Veinte minutos antes tú me estabas besando a mí mientras Britania te chupaba la verga, no veo cual es el problema —se defiende Roma con el ceño fruncido.

Alemania, que se había sonrojado y había sonreído leve, muy levemente con este asunto de ser el consentido, levanta las cejas con esto que NO se esperaba. Austria carraspea empezando a pensar que sobran aquí...

—¡Ese es OTRO asunto! —levanta las cejas Germania—. ¡Otro asunto MUY distinto, eso pasó porque TÚ querías!

—Y esto no pasó por que tú no querías —abre las manos y le mira.

—¡Es mi hijo! Y yo estaba... ¡estaba contigo y tú estabas pensando en alguien más, contigo siempre es lo mismo! —reclama sonando más dolido de lo que quisiera.

—No estaba pensando en alguien más, ¡Estaba pensando en ti! ¡Y si pensé en meterle es porque se parece a ti!

Alemania mira a Austria con cara de circunstancias. Austria hace un gesto para que salgan de ahí.

—Ya, claro Rom... Y si hubiera estado Österreich habrías pensado que sería divertido por una u otra razón... ¿qué necesidad tenías de pensar en alguien más si estabas CONMIGO?

—No es una maldita necesidad, Germaniae, es curiosidad, es sólo... —le mira intentando explicarse—. A ti te quiero y te quiero mucho, no es... ¿Acaso te habrías enojado tanto si hubiera sido Hispaniae?

Alemania asiente a Austria abriéndole la puerta para que salga primero.

—¿Con Hispaniae? ¡HISPANIAE ES TU HIJO! —chilla.

—Pues sí, ¿y qué? Es un adulto ahora y es hasta más guapo que yo ahora.

—¡Medalomismo! No entiendes nada en tu pequeño cerebro inútil que tienes aquí —le señala la cabeza—, sólo sabes pensar con esto —señala las regiones vitales del romano y se sonroja al ver que están desnudas.

Deja caer los hombros y se masajea las sienes suspirando.

—Esto no tiene nada que ver con que no seas suficiente, sí lo eres, sí te quiero y sí pienso en ti mientras estoy contigo.

—Qué vas a pensar en mí. Piensas en ti y en tu siguiente conquista y estúpida fantasía. Ve... Tírate a todos mis hijos si se dejan, a los tuyos también. Tíratelos a la vez si quieres o como se te antoje esta vez. Haz lo que sea, Rom, pero no te atrevas a decir que no es porque yo no soy suficiente.

—Pues no es como que no haya habido un montón de veces en las que sí lo has sido —le mira con el ceño fruncido.

—Qué va a haber sido así... —murmura pellizcándose el puente de la nariz y concluyendo lo mismo de cada vez. Suspira.

El latino se le acerca con completa determinación, tomándole del cuello de la túnica o lo que sea que lleve a estas alturas y se lo come.

Germania levanta las cejas peleando unos instantes contra el beso, pero Roma es persistente, así que termina por cerrar los ojos ODIÁNDOLE... Y besándole de vuelta, sin terminar por entenderle... Para variar. Se separa unos instantes más tarde, cerrando los ojos y tomando al romano de la cintura. Más tranquilo.

Roma sonríe con los ojos cerrados.

—Sigues siendo imposible...

Roma se ríe y le abraza más fuerte.

—No metas a mis hijos a la cama conmigo —advierte y el romano le da un beso suave en los labios—. Sigo enfadado —se deja—, y sigo pensando que no me respetas.

—¿Y cómo arreglamos eso? —le pasa las manos por el pelo echándoselo hacia atrás.

—Respétame. Dame mi lugar.

—¿Tu... lugar? —inclina la cabeza sin entender.

—Yo no soy un idiota más con el que te acuestas —frunce un poquito el ceño. El latino traga saliva y cambia el peso de pie, nervioso—. Si lo crees, entonces lárgate y no vuelvas —le mira fijamente.

El romano aprieta los ojos pero no se mueve. Germania le mira un poco más antes de acercarse y darle un suave y rápido beso en los labios, a lo que el latino parpadea abriendo los ojos y mirándole, sin haberse esperado eso, sonrojándose un poquito.

Germania le sostiene la mirada con más intensidad de la habitual y Roma le sigue mirando, nerviosito.

—Entonces dame ese lugar —susurra.

—Pero... —empieza suavemente.

—¿Mmm?

—Ya lo tienes... —le mira, pero el sajón niega con la cabeza.

—No es verdad, nunca lo tengo —se sonroja un poco.

Roma inclina la cabeza. El germano baja la cabeza y le empuja un poquito del pecho.

—¿QUE QUÉ? —se oye un grito que viene de fuera. Germania levanta las cejas y Roma mira al lugar de donde viene el grito.

Preussen?

—Sonaba latino —responde mirándole de reojo.


Esta es una precuela de todo lo que hemos venido leyendo sobre lo Ancients... pero no por eso deja de ser menos Roma/Germania o ser menos interesante, verdad? ¡No olvides agradecer a Josita su beteo y edición!